viernes, 30 de junio de 2017

Masones Constructores de Puentes

Masones Constructores de Puentes
Theojaris Far

Hoy se dice que los Masones no somos operativos, que somos masones especulativos, lo que significa que no construimos edificios u otras estructuras físicas; nuestra labor como constructores es simbólica, construimos carácter, mejores hombres, construimos relaciones justas y honorables, construimos hermandad.

La masonería ha sido, es y debe seguir siendo INCLUYENTE, nuestra orden no rechaza a nadie por su creencia religiosa o características físicas, solo solicitamos la creencia en un ser supremo y ser una persona libre y de buenas costumbres.

Pongámoslo de esta manera, los buenos masones no construyen cercas o murallas, nuestro trabajo no es separar o dividir a la gente y a los hermanos. Nuestra fraternidad no busca aislar o separar a los hermanos. Lastimosamente veo a diario actitudes dentro de nuestra orden que más que unir, buscan separar, crear grupitos o hacer de las logias fortalezas cerradas para que nadie entre y lo más peligroso, para que ningún hermano salga a conocer el mundo por sí solo.

Frases como “Ellos y Nosotros” o “somos la mejor logia” o “en está logia si sabemos hacer las cosas” realmente me decepcionan y me hacen cuestionarme sobre que se busca en la masonería y sobre el verdadero significado de la hermandad.

Este modo de pensar no tiene cabida en la masonería, esta intención de imponer una especie de dogma para limitar a los miembros a que se mantengan dentro de los muros de su logia es obtuso y va en contra del mayor valor de nuestra orden: la Hermandad.

Está actitud de construir cercas o murallas es anti masónico, solo el ganado se guarda en cercas y aquí dudo que todos seamos ganado, aunque hay algunos que se comportan como tal. Nosotros los masones, no construimos cercas, construimos puentes, los puentes conectan, las cercas dividen; los puentes aumentan las comunicaciones, las cercas las cortan; los puentes promueven los lazos de hermandad, las cercas causan aislamiento.

Los masones construimos puentes de entendimiento, conectamos a los hermanos, construimos vías para que florezca la hermandad entre personas que si no fuera por la masonería, no tuviéramos nada en común. Construimos tolerancia que une a los hombres y a los hermanos. Construir puentes de hermandad es el más grande secreto y trabajo que tiene todo masón.

En el ritual se describe las dimensiones de una logia y estas dimensiones abarcan todo el universo, en otras palabras la logia y la masonería son universales, este principio es el que nos une como hermanos, bajo este principio no hay límites, nacionalidades, idiomas o logias, hay solo una logia y todos formamos parte de esa gran logia, yo lo describo como una gran casa donde cada cuarto es una logia, pero ¿Quién puede vivir toda su vida en un solo cuarto? 

Platón en su mito de la caverna nos habla sobre esto y nos da luces sobre qué pasaría si nos quedáramos toda la vida en una caverna, viendo y conociendo solo lo que nos exponen, esa se convertiría en nuestra realidad, como masones no podemos quedarnos únicamente en esa caverna o logia, y dejar que se nos dogmatice, debemos salir en busca de la luz y el progreso y ver el mundo, con nuestros propios ojos, buscar el conocimiento por experiencia propia y no por experiencia vivida por otros y lo más importante dudar y cuestionar todo, hasta encontrar nuestra verdad. 

Si bien es cierto, para los que habitan la caverna, esta, es lo único y lo mejor, la realidad indica que no lo es, Platón va más allá y nos indica q si uno de estos prisioneros, pudiera salir y ver la realidad, y regresara para desatar y conducir a los demás hacia la luz, los otros se burlarían de él, lo perseguirían y lo matarían.

Yo soy un convencido que hay que derribar las paredes que dividen los cuartos de la gran casa de la masonería, que las logias, todas, deben hermanarse en una sola, que no existe la mejor logia, porque esa que se dice ser la mejor, será tan débil como aquella que se señala como la peor, ya que somos una sola, la cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.

Salgamos de nuestra caverna y ayudemos a otros a salir de la suya, no mantengamos a los hermanos encadenados con el supuesto propósito de enseñarles, eso es impedir su crecimiento, eso es dogmatismo. Eso no es masonería.

Si golpeamos esas murallas con la mano abierta nos partiremos los dedos, si cerramos el puño podremos derribar esas murallas de ignorancia.

Una vez le preguntaron al ganador de un concurso de cultivadores de flores cuál era su secreto para ganar todos los años y el respondió que darle sus mejores semillas a sus vecinos, al preguntársele porque daba sus mejores semillas a sus vecinos el hombre contesto, porque cuando los insectos polinizan mis flores lo hacen con las de mis vecinos, por eso ellos tienen que tener las mejores semillas. 

Como masones no podemos vivir en una isla o caverna o ser como el avestruz y meter la cabeza en un hueco y pensar que nada está pasando a nuestro alrededor, porque tarde o temprano lo que pase afuera, afectará lo que pase es nuestra logia, es nuestro deber salir, ver y tratar de ayudar a nuestros hermanos, porque si todos remamos para el mismo lado, el viaje es mejor y nuestras flores serán siempre las más hermosas

Hermanos derribemos esas murallas de ignorancia y construyamos puentes de hermandad, porque solo unidos podremos lograr la verdadera hermandad. Ese es nuestro trabajo como masones. 

"El Masón prefiere el Océano de la Libertad a las aguas tranquilas del Depotismo". José Martí 

Se Les Quiere De Gratis

Que la luz guíe sus pasos… siempre

Verbum Dei

Tomado de la Revista Dialogo Entre Masones Agosto 2014

jueves, 29 de junio de 2017

LA ESTRICTA OBSERVANCIA Y LOS SUPERIORES INCÓGNITOS

LA ESTRICTA OBSERVANCIA Y LOS SUPERIORES INCÓGNITOS
RENE GUENON

Nuestras investigaciones sobre el Régimen Escocés Rectificado nos han conducido a emprender, como indispensable complemento, un estudio sobre la Estricta Observancia, tan profundamente como lo permite un asunto tan obscuro, y que propició tantas controversias. Mientras se publica dicho estudio, consideramos interesante ofrecer los documentos que aparecieron en otra parte sobre el tema, relacionándolos con los que ya conocíamos.

En primer lugar destaquemos en la “Bastille” del 6 y del 13 de septiembre de 1913, un notable artículo titulado “Algunos impostores F. ·. M.·. : Strack y Coucoumous” de Benjamin Fabre, autor de la reciente obra sobre Franciscus, Eques a Capite Galeato. Se habla ahí especialmente de los Clérigos de Lata Observancia, sobre lo cual dijimos algunas palabras a propósito del Rito fundado en Malta en 1771 por el mercader jutlandés Kolmer. He aquí en qué términos Eques a Capite Galeatohabló “como uno de los comisarios de los Archivos de los ‘Philatethes’”1 acerca de los Clérigos de Lata Observancia2:

“Estos ‘Clérigos’ constituyen todavía un problema para quien sea observador imparcial. Se ha dicho que fueron los ‘Jesuitas’(!) quienes, queriendo perpetuarse secretamente, formaron la ‘clase eclesiástica del orden interior del Régimen de la Estricta Observancia’3.

Se ha dicho que se trató de una nueva “Confederación” que, impulsada por motivos de orgullo y de codicia, quería dominar en dicho Régimen por medio de algunas formalidades y algunas ideas científicas recogidas de los manuscritos y de los raros libros de los Rosa-Cruz del siglo XVII4.

Se ha dicho que era el ‘Clero de la Orden de los Antiguos Templarios’ que se habrían perpetuado, y que, con exclusión de los simples ‘caballeros’, poseían ‘la doctrina y la práctica de las Ciencias Ocultas, de las que cada uno extendía el catálogo según el alcance de sus ideas, y según sus propios gustos’5.

En realidad estos “Clérigos” favorecían cualquier opinión que uno quisiera formularse sobre ellos, dada la ambigüedad de sus respuestas, de su constitución y de la astucia de su conducta”. Y Benjamín Fabre agrega: “La finalidad que perseguían habría sido la de ‘superponerse’ al Régimen de la Estricta Observancia6 para asumir la dirección de sus Logias establecidas en toda Europa, e incluso en el Nuevo Mundo. Exigían de sus adeptos que poseyeran todos los grados otorgados por laEstricta Observancia’”.

Fue en 1767 cuando dicha escisión, “que parecía haber suscitado un ‘Poder Oculto’”, y que se manifestó primeramente en Viena, ocurrió en el Régimen de la Estricta Observancia. A partir de entonces “parece que por una u otra razón el barón von Hundt, Eques ab Ense7, perdió su preeminencia y, lo que hasta ese momento había constituido su fuerza, vale decir la comunicación con los Superiores Incógnitos”. Cuando se reunió la Asamblea General Masónica de Brunswick, en 1775, “el barón von Hundt, representante del Gran Maestre Eques a Penna Rubra8, ...ya no era más que ‘la sombra de una sombra’”. Es posible que la desgracia haya golpeado más allá del jefe de la “Estricta Observancia”, y haya alcanzado a este mismo Gran Maestre, intermediario entre von Hundt y los verdaderos Superiores Incógnitos9.

Uno de los jefes del cisma fue el H.·. Starck, predicador de la corte de Prusia, doctor en teología (protestante) ...y en ciencias masónicas, en las cuales tuvo como maestros a Gugumus y al tabernero Schroepfer. El primero (cuyo nombre también se escribe Gugomos, Gouygomos, Kukumus, Cucumus, etc. Ya que la ortografía es muy incierta), figura en la lista de los miembros de la Estricta Observancia con el nombre de Eques a Cygno Triomphante10, y con el título de ‘lugarteniente al servicio de Prusia”. Según una carta del H.·. príncipe de Carolath al H.: marqués de Savalette de Langes11, “Coucoumus (sic) o Kukumus, proveniente de una familia procedente de Suabia, pasa por casi todos los servicios de Alemania, tanto militares como civiles, fue admirado por su talento, pero al mismo tiempo también despreciado por su inconstancia y su mala conducta ..., fue chambelán del duque de Wirtemberg”.

“Gugomos”, cuenta el H.·.Clavel12, “había aparecido en la Alta Alemania y se había dicho enviado desde Chipre13 por los Superiores Incógnitos de la Santa Sede (?). Él se asignaba los títulos de gran sacerdote, de caballero, de príncipe. Prometía enseñar el arte de fabricar oro, de evocar a los muertos, y de indicar el sitio de ocultos tesoros de los Templarios. Pero bien pronto se le desenmascaró; cuando quiso huir lo arrestaron y obligaron a retractarse por escrito de todo lo que había afirmado, y confesar que no había sido más que un simple impostor14”.

Lo que veremos más adelante, no nos permite compartir plenamente la conclusión la siguiente: Gugomos en efecto pudo muy bien haber sido un impostor, pero también debió haber sido otra cosa, al menos durante parte de su carrera. Por lo menos así nos parece que se desprende de la continuación de la carta, ya citada, del H.·. príncipe de Carolath: “Hacía ya largo tiempo que profesaba las Ciencias Ocultas, pero fue en Italia donde se formó sobre este asunto. Por lo que se asegura, volvió a su patria poseedor de los más extraordinarios conocimientos que no dejó de practicar. Por medio de ciertos caracteres, que sin embargo no eran los verdaderos, y de fumigaciones, convocaba a los espíritus, a los espectros. Se asegura incluso que tenía una especie de rayo bajo su control”.

Ahora bien, de acuerdo a testimonios que no tenemos ninguna razón para poner en duda, todavía existen en África del Norte ciertos rabinos15 que precisamente tienen “una especie de rayo bajo su control”, y que por medio de “caracteres” o de figuras cabalísticas producen, en la sala donde llevan a cabo tal ‘operación”, una especie de tormenta en miniatura, con formación de nubes, relámpagos, truenos, etc.16 Poco más o menos ésto era lo que hacía Gugomos, y dicha semejanza, significativa desde el punto de vista de ciertas influencias judías, nos hace recordar por otro lado a ese “misterioso adepto oculto bajo el nombre de Valmont, que frecuentemente viajaba desde África a Italia y Francia, y que inició el H.·. barón de Waechter”17.

Hubiera sido interesante contar con información un poco más puntualizada acerca de los “caracteres’ de que se servía Gugomos en sus “operaciones”. Además, tanto entre los “Philalethes” como entre otros HH.·. de “Regímenes” diversos y rivales, que se esforzaban con mucho fervor y tan poco éxito en hacer surgir “la luz de las Tinieblas” y “el Orden del Caos” ¿quién podría haberse jactado, sobre todo en tal época18, de poseer los “verdaderos caracteres”, vale decir en suma, de remontarse a la emanación de una “Potencia legítima” ante los ojos de los verdaderos Superiores Incógnitos? A veces eran destruidos o desaparecían archivos muy oportunamente, demasiado oportunamente incluso como para no despertar sospechas. La Gran Logia de Inglaterra ¿no fue acaso desde sus comienzos (1717-1721) y por inspiración del Rev. H.·. Anderson (ex capellán de una logia operativa) la primera en dar ejemplo de semejante proceder?19 Pero continuemos la cita: “la noticia de tantas cosas maravillosas llamó la atención de todo el mundo, es decir del mundo masónico, ya que se le debe reconocer que jamás se dirigió a los profanos”.

Se trataba por parte de Gugomos de una conducta conforme a las reglas de la más elemental prudencia. De todos modos aún en ambientes masónicos debería haberse mostrado más circunspecto, en su propio interés y en el de su “misión”; y la ostentación que hizo de sus “conocimientos” y poderes posiblemente fue una de las causas de la desgracia que le esperaba, como veremos dentro de poco. “Muy pronto confiado en sí mismo, tuvo el coraje de convocar un Congreso General, donde debía propalar sus raros conocimientos. Pero prodigiosamente sus fuerzas le abandonan. Ya no estuvo en condiciones de producir las cosas de que se había jactado. En consecuencia, fue expulsado de la Orden por su mala conducta. Hoy en día su estado es el de un continuo errar, a pesar de que se asegura recobró parte de sus conocimientos. Se ignora su actual paradero”.

Entonces Gugomos, manifiestamente abandonado por aquellos Superiores Incógnitos de los que no había sido más que un instrumento, perdió todos sus poderes justo en el momento cuando más los hubiera necesitado. Es muy posible que recurriera entonces a ciertas supercherías con el intento de sostener la credibilidad de aquellos títulos que ya no podía justificar por poderes verdaderos, de los cuales no había sido más que el depositario momentáneo; dichos títulos no eran de los que pudieran comprobarse con algún documento escrito, el cual por otra parte no hubieran sido capaces de descifrar aún aquellos HH.·. de los Altos Grados20. En tales circunstancias, Gugomos, presionado por cuestiones indiscretas, no pudo sustraerse de ellas sino declarándose “impostor”, y fue “expulsado de la Orden”, es decir, de los Altos Grados “conocidos”, organización “interior” en relación a la Masonería Simbólica, pero sin embargo “exterior” aún en relación a otras, a aquellas a las que el mismo Gugomos podría haber estado vinculado, bien que más como simple auxiliar que como verdadero iniciado.

Tal desventura no debe sorprendernos, tanto menos cuanto la historia de la Alta Masonería de entonces proporciona otros varios ejemplos: más o menos lo mismo le sucedió al barón von Hundt, a Starck, a Schroepfer, etc., sin hablar de Cagliostro. Además, sabemos que aún en nuestra época algo parecido sucedió a algunos enviados o agentes de ciertos “Superiores Incógnitos”, verdaderamente “superiores” y verdaderamente “desconocidos”: a aquellos que se han comprometido, y aún sin cometer otra falta fracasaran en su misión, inmediatamente se les retiran todos los poderes21. La desgracia, por lo demás, bien puede ser solamente temporal, y tal fue posiblemente el caso de Gugomos; pero el corresponsal del H.: Savalette de Langes se equivoca o se expresa mal al escribir que, acto seguido, “recobró parte de sus conocimientos”, ya que, si bien los “poderes” pueden siempre arrebatarse o devolverse conforme a la voluntad de los “Superiores Incógnitos”, evidentemente no podría suceder lo mismo con respecto a los “conocimientos” adquiridos de una vez para siempre en la iniciación, por más imperfecta que hubiera sido.

El príncipe de Carolath, tan severo con Gugomos, vacila sin embargo en acusarlo de impostor. Bien que evita pronunciarse, pareciera mas bien dudar de la calidad de tales “conocimientos” que de su misma realidad, pues dice: “En ese Congreso Masónico (de 1775), Waechter termina por confundir a Kukumus22. Parecería que Kukumus no poseía la ‘verdadera luz’, y que persistiendo en la conexión que posiblemente tuviera con algunos ‘espíritus impuros’, contribuyera así a aumentar su propia perversidad y la de los demás, y a crearse nuevos encadenamientos en lugar de liberarse de ellos”. En efecto, parece que Gugomos seducía sobre todo por la posesión de ciertos poderes de orden muy inferior y se habría dedicado casi con exclusividad a practicarlos. Es posible que esto fuera una de las causas de su desgracia, ya que podría muy bien no concordar con las determinaciones de sus “Superiores Incógnitos”23.

En otra carta dirigida también al H.·. Savalette de Langes, en referencia a Gugomos o Kukumus, el H.: barón de Gleichen llega a declarar que “es un impostor”, pero se apresura a agregar: “Pero nada sé de su ‘doctrina’”, lo que tal vez le resultara menos interesante, pero no obstante constituía un “conocimiento’ más real, como sin duda terminó por comprender a sus propias expensas. ¿De quién pudo recibir dicha “doctrina”? La pregunta, mucho más importante que el tema del valor moral, eminentemente sospechoso, de Gugomos, se reduce exactamente a lo siguiente: ¿quiénes fueron sus “Superiores Incógnitos”? Y por cierto que no podemos aceptar la solución que propone el barón de Gleichen, atormentado por la obsesión de la que ya conocemos ejemplos: “La mayoría creería que fue un enviado de los Jesuitas(!) quienes verdaderamente intentaron varios veces unirse a la Masonería”. Intento de igual tenor pudieron realizarse, en el caso, por otros que no fueran Jesuitas; los Judíos por ejemplo estaban excluidos de una parte de la Masonería, y por lo demás aún lo están en Suecia y en varias Grandes Logias de Alemania. Justamente fue en este país donde vieron la luz la mayoría de los “Regímenes” cuyo prototipo fue la “Estricta Observancia”, lo cual no quiere decir por cierto que todos hayan tenido el mismo origen “de hecho”, lo que nos parecería poco verosímil. Pero se comprende fácilmente como, al apoderarse de los Altos Grados por intermedio de emisarios carentes de todo mandato oficial, se pudiera llegar a dirigir ‘invisiblemente’ toda la Masonería, lo cual basta a los efectos de explicar la multiplicidad de los intentos realizados para lograrlo24.

Abramos ahora un paréntesis: se ha reprochado a veces a algunos el querer ver en todas partes la influencia de los Judíos. Puede ser que no se la deba ver en forma exclusiva, pero hay otros que, cayendo en el extremo contrario, no quieren verla en ninguna parte. Esto es lo que ocurrió particularmente respecto del misterioso Falc (así lo escribe el H.: Savalette de Langes) que algunos “creían que era el jefe de todos los Judíos”25. Se quiso identificarlo ya no con Falk-Scheck, gran rabino de Inglaterra, sino con el H.; Ernest Falcke (Epimenides, Eques a Rostro), burgomaestre de Hannover, lo cual no explicaría en lo más mínimo los rumores que, acerca suyo corrieron en su época. Por otra parte quienquiera haya sido el enigmático personaje, su papel, como el de muchos otros, está esperando aclaración, lo que parecería un tema todavía más difícil que el caso Gugomos.

Por lo que se refiere a Falk-Scheck, encontramos en una “Noticia histórica sobre el Martinesismo y Martinismo”, sobre la cual volveremos más adelante, un hecho que merece citación: “Mme. De la Croix, exorcista de poseídos, y a su vez ella misma demasiado frecuentemente poseída, se jactaba sobre todo de haber destruido un talismán de lapislázuli que el duque de Chartres (Philippe-Egalité, más tarde duque de Orleans, y Gran Maestre de la Masonería francesa) había recibido de Inglaterra de parte del célebre Falk-Scheck, gran rabino de los Judíos, un talismán que debería haber conducido al príncipe hasta el trono, y que, según ella decía, fue destruido sobre su pecho en virtud de sus rogativas”. Tuviera o no justificación tal pretensión, no es menos cierto que la historia resulta singularmente esclarecedora de algunas influencias ocultas que contribuyeron a preparar la Revolución Francesa.

Benjamin Fabre dedica la continuación de su artículo26 al H.·. Schroepfer, “que tuvo una agitada carrera” que terminó en suicidio27 y “que, en un aspecto muy curioso, nos la ofrece la correspondencia de Savalette de Langes”.

El H.·. Bauer describe así una de sus evocaciones, de la cual había sido testigo él mismo: “En una asamblea de HH.:, tanto en Leipzig como en Frankfurt, compuesta de gente de letras, ciencias, etc. Después de haber cenado en una Logia ordinaria, hizo que nos despojáramos de todos los metales, y él se preparó una mesita aparte sobre la cual había una pintura que contenía todo tipo de figuras y caracteres, desconocidos para mí. Hizo que recitáramos una oración bastante extensa y “muy eficaz”, y nos encerró en un círculo. A eso de la una de la mañana, escuchamos un ruido de cadenas, y poco después los tres grandes golpes de manera asombrosa, en la misma sala, donde estábamos tendidos en el piso. Después comenzó a recitar una especia de oración con su segundo ‘en un lenguaje que yo no comprendía’. Luego por la puerta, que antes había estado cerrada con cerrojo, entró un fantasma negro que él llamaba ‘el espíritu malvado’ y con el cual habló en el mismo lenguaje’. El espíritu le contestó a su vez, y se retiró a su orden. A eso de las dos, apareció otro con las mismas ceremonias. Esta vez blanco, llamado ‘el buen espíritu’ y que despidió del mismo modo. Después de todo ello, cada uno se marchó ensimismado, la cabeza llena de quimeras...”

“Eques a Capite Galeato” declara que otro testigo le “dio a entender que todos estos hechos, de tanto renombre, no eran sino resultado de prestigios físicos, con la ayuda de la prevención o credulidad de los espectadores”. Sin embargo, el Dr. Koerner confiesa “no haber logrado todavía conciliar los relatos contradictorios que se hicieron acerca de este hombre”, y el H.: Massenet asegura que “fue este mismo hombre que manifestó ante el príncipe Charles de Courlande28, al mariscal de Saxe29, en presencia de seis testigos que, en su totalidad, declararon las mismas circunstancias, y aseguraron la realidad del hecho, a pesar de que antes no habían tenido ninguna propensión a creer nada semejante”.

Por nuestra parte ¿qué debemos creer de todo esto? Seguramente nos resulta todavía más difícil que a sus contemporáneos formarnos una idea clara y definida sobre la naturaleza de las “obras pneumatológicas” de Schroepfer, cuyos mismo alumnos, como el barón de Benst, chambelán del Elector del Saxe, aún se encontraban, de creer a Savalette de Langes, “en el mismo punto” que los “Philatethes” en la búsqueda de la “verdadera luz”. Luego de “vistos tantos doctores, Teósofos, Herméticos, Cabalistas, Pneumatólogos”, se trata en realidad de un muy mediocre resultado!30.

Todo lo que puede decirse con certeza es que, si en algún momento Schroepfer poseyó algunos poderes reales, tales poderes fueron de un orden más inferior que los de Gugomos. En suma, personajes como éstos no fueron evidentemente iniciados sino muy imperfectos, y de una u otra manera desaparecieron sin dejas huellas, luego de jugar un papel efímero como agentes subalternos, y posiblemente indirectos, de los verdaderos “Superiores Incógnitos”31

Como dijo muy justamente Benjamin Fabre, “Cabalistas judaizantes y magos ‘al mismo tiempo’ impostores y bribones, tales fueron los maestros de Starck”. Y agrega “De tan buen escuela este inteligente discípulo supo sacar provecho, como ya lo veremos”.

El siguiente artículo32, consecuentemente, está consagrado al H.: Starck (”Archidemides,Eques a Aquila Fulva”) al cual encontramos en la Asamblea General de Bruswick (22 de mayo de 1775) enfrentándose con el barón von Hundt (“Eques ab Ense”), fundador de la “Estricta Observancia”, y contra quien “contribuyó para alejarlo de la presidencia de la Orden”, bien que sin lograr que sus propias pretensiones prevalecieran. Como volveremos sobre este punto más adelante, no insistiremos por ahora en el tema. Indiquemos que en 177933 Starck promovió otro intento que tampoco resultó, y que Thory refiere en estos términos: “El doctor Stark (sic) convoca en Mittau a los ‘Hermanos’ y a los ‘Clérigos de la Estricta Observancia’. Pese a que trató de conciliar sus debates, fracasó con este proyecto34.

“Eques a Capite Galeato” relata así el final, real o supuesto, de los “Clérigos de la Lata Observancia”:

“En una de las ‘Asambleas Generales Provinciales’ en Alemania del ‘Régimen de la Estricta Observancia’, se presionó a los miembros con cuestiones que no supieron o no quisieron contestar. Por lo que se dice, dos de ellos (Starck y el barón de Raven), que dijeron ser los últimos (de estos ‘Clérigos’ o ‘Clerici’) se presentaron al dimisión el uno al otro, y renunciaron totalmente a propagar su Orden secreta. 

Algunos consideran que tal dimisión fue simulada, y que, no habiendo encontrado en la ‘Estricta Observancia’ propagadores de su agrado, fingieron renunciar con objeto de que no se siguieran sus huellas y se los pudiera olvidar. De todos modos, el H.: Starck, sabio masón y sabio ministro del Santo Evangelio, quien por lo que se me asegura fue uno de los ‘Clerici’, publicó gran cantidad de obras, en las cuales no es imposible dejar de apreciar, hasta cierto punto, los conocimientos y el objetivo de su Orden secreta. Las obras de las que tuve conocimiento son; La apología de los F.: M.:, La finalidad de la Orden de los F.·. M.·.35, Sobre los Antiguos y los Nuevos Misterios. Hay traducciones de las dos primeras”36.

Hay que agregar que en 1780 “atacó públicamente el ‘sistema de los Templarios’, como contrario a los gobiernos y sedicioso, en un folleto titulado: ‘La piedra que obstaculiza y la piedra del escándalo’”37

Es posible que los “Clerici” se hayan perpetuado secretamente; en todo caso Starck no desapareció de la escena masónica, pues vemos que lo convocaron a la “Asamblea General Masónica de Paris” en 178538. A pesar de su desventura conservaba una gran autoridad. ¿Debemos acaso sorprendernos cuando vemos que, al fallecer el barón von Hundt, se mandó acuñar una medalla en honor de este otro “sabio Masón”39 que por su lado fue por lo menos sospechoso de impostura y mistificación?

En cuanto a los conocimientos particulares que los ‘Clerici” pretendían poseer exclusivamente, citaremos lo que dijo al respecto el H.·. Meyer40, en carta a Savalette de Langes de 1780: “Vos sabéis que hubo ‘Clerici’ en el Capítulo de cierta Orden que no nombro41, y se pretende que fueron los únicos depositarios de la ciencia o del secreto. Esto no conforma a los Masones modernos que siente carcomerse de curiosidad: luego de haber sido armados “Caballeros” piden, además de la espada, el incensario. La facilidad con que se comunica este grado no previene por cierto en su favor; además los que lo poseen no sabe sino algunas palabras enigmáticas extras”. Por lo tanto los HH.: ya admitidos a Altos Grados que ingresaban en este “sistema”, más “interior” o que así se autotitulaba, no encontraban mayormente sin duda el “secreto de la Masonería”, y no se transformaban todavía en “verdaderos iniciados”.

Lo verificado nos recuerda estas palabras del H.·. Ragon: “Ningún grado conocido enseña ni desvela la ‘verdad’. Solamente ‘aligerará’ el velo... Los grados que se practican hasta hoy produjeron Masones y no ‘iniciados’42. Por lo tanto sólo más allá de los diversos “sistemas”, y de ningún modo en uno u otro de ellos, puede descubrirse a los “Superiores Incógnitos”. No obstante, en lo que concierne a las pruebas de su existencia y de su acción más o menos inmediata, no son difíciles de hallar sino para quien no quiere verlas. Esto es lo que más especialmente queríamos resaltar, y al menos por el momento nos abstendremos de formular otras conclusiones.

Publicado originalmente, sin firma, en La France Antimaçonnique, números del 20 de noviembre y 4 de diciembre de 1913 y retomado en Etudes Traditionnelles, junio de 1952. 

Publicaciones Masonicas.

1 Él mismo fue secretario general de la “Asamblea General de Paris” en 1785, y en tal oportunidad fue encargado, en primer lugar a él solamente y luego junto con el H.: barón de Gleichen, de iniciar contactos con Cagliostro para sondear sus intenciones. Sin embargo es importante observar que partió precipitadamente no bien se le encargó de escribir cierta carta a la “Logia Madre del Rito Egipcio”, y se lo tuvo que reemplazar por el H.·. de Beyerlé (“Eques a Fascia” en la “Estricta Observancia”). Los documentos relativos a este asunto de Cagliostro en la “Asamblea General Masónica de Paris” fueron publicados por el H.·. Thory en sus Acta Latomorum, tomo II, pág.102-127.

2 O “de la Alta Observancia”(?) según Thory (ídem, t omo I, pág.103).

3 El H.: Ragon y varios otros autores masónicos, inclusive el H.: Limousin, se encargaron de propagar esta leyenda, así como aquella otra que atribuye a los Jesuitas la creación de la “Estricta Observancia”. El H.: de Ribeaucourt se refiere también a los “Superiores Incógnitos”, de “jesuítica memoria”. En efecto se ha pretendido que las iniciales S. I. (o S. J.) (N. d. T. “Superieures Inconnus” en francés) deberían interpretarse por “Societas Iesu”, y hasta se llegó a crear una especie de juego de palabras, probablemente a sabiendas, sobre “Clerici”, término que hubiera debido interpretarse más bien en el sentido de “sabios”, poseedores de ciertos conocimientos particulares, en lugar de aquel de “eclesiásticos”. Algunos llegaron hasta ver igualmente a los Jesuitas en el origen del “Gran Oriente de Francia”. En verdad parece tratarse de una verdadera obsesión.

4 Se trata de los “Rosacrucianos” que publicaron hacia 1610 la Fama Fraternitatis, seguido por otros varios manifiestos, que Descartes buscó vanamente por toda Alemania. Muchas sociedades modernas con pretensiones iniciáticas, no se fundamentan más que sobre el estudio de las doctrinas y de las teorías contenidos en tales escritos. Sus adeptos (?) creen de esta manera vincularse “místicamente’ con quienes fueron sus autores. Las tendencias de éstos fueron muy claramente “protestantes” y “antipapistas”, hasta tal punto que Krauzer interpretó las tres letras F.R.C. (“Frater Rosaecrucis”) por “Frater Religionis Calvinistae”, “puesto que decoran sus obras con textos apreciados por los Reformistas” (citado por Sédir,Histoire des Rose-Croix, pág.65). Tal explicación puede ser, si no más exacta literalmente, al menos más adecuada que aquella otra que identifica a los “Superiores Incógnitos” con los Jesuitas, o que la opinión del H.·. Ragon que atribuye a los mismos Jesuitas la invención del grado masónico que lleva precisamente el nombre de “Rosacruz”.

5 Queremos destacar este pasaje por ser particularmente importante por lo que concierne a la “adaptación” de la enseñanza iniciática a las capacidades, intelectuales u otras, de cada uno de aquellos que eran admitidos. Ciertos ocultistas contemporáneos, perseguidos siempre por la misma obsesión, sostiene que los verdaderos sucesores de los “Templarios” en esa época fueron los “Jesuitas”, que habrían retomado por su cuenta el plan de venganza contra la Realeza, y cuyos agentes más activos en tal empresa habrían sido Fénelon(!) y Ramsay (ver Papus, Martinésisme, Willermosisme, Martinisme et Franc-Maçonerie”, pág. 10-11). Bajo la influencia de semejantes ideas se llegó, contra toda verosimilitud, a convertir a los Jesuitas en los inspiradores y jefes secretos de las “Iluminados de Baviera”. Es cierto por otra parte que ni siquiera se vacila en presentar al barón von Hundt como “el creador de la Alta Masonería alemana” o “Iluminismo alemán” (ídem, pág. 67). ¡Singular manera de escribir la historia!

6 Como este último a su vez se “superponía” como todos los demás “sistemas de altos grados” a la organización exterior de la “Masonería Simbólica”.

7 N.del T.: “Caballero por la espada”.

8 N.del T.: “Caballero de la pluma roja”.

9 El misterioso Gran Maestre del que se trata y que no debe ser confundido con el “Superior General” oficial de las Logias de la Estricta Observancia es el duque Federico de Brunswick-Oels, “Eques a Leone Aureo” (N. del T: “Caballero del León de Oro”) ascendido a tal dignidad en 1772 en la Asamblea General de Kohlo, cerca de Pforten, en la Baja-Lausitz (Acta Latomorum, t. I, pág. 103 y t II, pág. 296). Tampoco se trata del “Gran Maestre de los Templarios” reconocido oficialmente por la Estricta Observancia después de la “Reforma de Wilhelmsbad”: este último personaje fue de 1743 a 1788 el pretendiente Carlos Eduardo Estuardo, “Eques a Sole Aureo”( N. del T. “Caballero del Sol Dorado”), quien tuvo como sucesor al duque Fernando de Brunswick, “Eques a Victoria”, de 1788 a 1792, después a partir de esa fecha el príncipe Charles de Hesse, “Eques a Leone Resurgente” (Ídem, t I, pág. 283, y t II págs. 295, 333 y 384).

10 Thory (Obra citada, tomo II, págs. 136 y 328) escribió “Cyano” en lugar de “Cygno”, sin dudas se trató de un error. (N.del T.: “Caballero del Cisne Triumfante”)

11 Citado en el artículo de Benjamin Fabre.

12 Histoire pittoresque de la Franc-Maçonnerie, pág. 187.

13 Sería tal vez un error tomar al pie de la letra esta designación de “Chipre”, ya que la Alta Masonería del siglo XVIII tenía toda una geografía convencional sobre la que volveremos oportunamente.

14 El H.·. Clavel tomó casi textualmente este pasaje de las Acta Latomorum de Thory (tomo I, págs. 117-118, año 1775).

15 Los judíos de África del Norte son “Sefardíes”, vale decir descendientes de Judíos españoles y portugueses, y pretenden poseer la “tradición” (Kábbala) mucho más pura que la de los “Ashkenazim” o judíos alemanes.

16 Recordemos al respecto la existencia de los “productores de lluvia” en gran cantidad de pueblos, y particularmente entre los negros de África, donde son contados entre los miembros más influyentes de las diversas sociedades secretas.

17 ”El barón de Waechter, embajador danés en Ratisbona, ardiente custodio del ‘Sistema de la Estricta Observancia’, en donde era conocido con el nombre de ‘Eques a Ceraso’” (Thory, ob. cit., t.II, pág. 392). Benjamin Fabre había consagrado otros artículos al personaje.

18 La carta del príncipe Carolath data de 1781, el año previo a la reunión de la Asamblea General en Wilhelmsbad.

19 Podríamos agregar que este ejemplo todavía se sigue, cuando cabe la ocasión, aún en nuestra época, por varias obediencias Masónicas.

20 El mismo barón von Hundt no podía explicar su propia carta patente cifrada. Más tarde, los miembros del “Gran Oriente de Francia” tuvieron que renunciar a leer las dos columnas de signos convencionales que figuraban sobre el “título constitutivo” del “Rito Primitivo” (ver el Cap. V de la primera parte de la obra de Benjamín Fabre).Subrayamos lo que a este respecto dijo “Eques a Capite Galeato”: “... que tales columnas se encuentran ante una de nuestras Logias, visto que no llevan consigo por otra parte ningún certificado, ni indicio de su cualidad”(pág. 63).

21 Ciertamente todo lo dicho parecerá fabuloso a ciertos antimasones, historiadores escrupulosamente fieles al “método positivista”, para quienes la existencia de los “Superiores Incógnitos” no es sino una “pretensión masónica concluyentemente falsa”. Pero tenemos nuestras razones para no subscribir tal juicio demasiado... definitivo, y tenemos plena conciencia de no proponer aquí nada que no sea rigurosamente exacto. Los que no quieran remitirse sino a documentos escritos, son dueños de defender todas sus “convicciones”... negativas!

22 En esta fecha, después de hablar de Gugomos (quien recordemos había recibido por lo menos una parte de su iniciación en Italia) Thory agrega: “El barón de Waechter (“Eques a Ceraso”) era diputado en Italia por la antigua ‘Gran Logia Escocesa de la Franconia’. El motivo oculto de este viaje fue el de reunir a los masones italianos con los de Franconia; el motivo aparente fue buscar el secreto de la Orden, que se decía conocido en tales parajes. Instituyó algunos Capítulos”(obra citada, t.I, pág. 118).

23 Citaremos sólo una frase de una segunda carta del príncipe de Carolath, que revela inclusive la inspiración judía de Gugomos: “En el Congreso de Wiesbaden, Kukumus pretendió realizar un sacrificio que sería consumido por el fuego del cielo en el ardor de su plegaria”. En un orden similar de ideas podrían hallarse curiosas enseñanzas estudiando a los “Elegidos Cohen”, tanto como en el rito “egipcio” de Cagliostro.

24 Para finalizar con Gugomos anotemos todavía que, según “Eques a Capite Galeato” Gugomos exigía “pruebas” de todos sus discípulos: tales “pruebas” consistían principalmente ‘en grandes ayunos y en proporcionar solución a problemas muy sutiles’. Hay que recordar la aplicación de estos dos procedimientos iniciáticos, pues permite establecer analogías instructivas sobre las cuales tendremos ocasión de volver. Parecería que como dice el barón von Hundt “Kukumos mostró una patente extraordinaria”, lo cual como vimos anteriormente, nada prueba en favor o contra de la realidad de su “misión”, de igual modo que la negativa esgrimida por los HH.·. de los Altos Grados de reconocer a los “Superiores Incógnitos” y de comprometerse a someterse a ellos (sin conocerlos), no implica forzosamente la negación de su existencia, a pesar de lo que pudieran decir los historiadores “positivistas”.

25 Ver pág. 84 de la obra de Benjamín Fabre.

26 “La Bastille”, numero del 13 de septiembre de 1913.

27 Thory dice lo siguiente: “1768, 29 de octubre, Schroepfer se establece como cafetero y abre su café en Leipzig. En una Logia de la ciudad instituye su sistema, fundado en evocaciones y magia. A continuación fue perseguido y denunciado como impostor y estafador. Seis años más tarde (el 8 de octubre de 1774) se salta la tapa de los sesos en el ‘Rosenthal’, cerca de Leipzig, a la edad de 35 años”. (Ob. Citada, t.omo I, pág.94)

28 “Carlos, duque de Courlande, miembro de la ‘Estricta Observancia’ con el nombre característico de "Eques a Coronis’” (ídem, t.II, pág.304)

29 El hecho debió ocurrir entre 1768 y 1774. El mariscal de Saxe, muerto en 1750, también fue masón y obtuvo (al igual que el príncipe de Conti) numerosos votos para la Gran Maestría (de la Masonería Francesa) en la asamblea de elección del conde de Clermont en 1743 (ídem, tomo II, pág.378).

30 Puede lograrse un juicio por medio de las cuestiones (“Proponenda”) sometidas a la Asamblea General de Paris, convocada en 1785 por los “Philatethes” (ver Thory, o.c., t.omo II, págs. 98-99). En nuestros días, ciertos ocultistas trataron de la mismas cuestiones de manera demasiado fantasiosa, que comprueba además que ellos también se encuentran “en el mismo punto”.

31 Parece que lo mismo pudiera aplicarse a Kolmer, ya mencionado, e inclusive a Schroeder, maestro de los Rosacruces de Wetzlar, a veces confundido por error con Scroepfer, y que Thory describe simplemente con estas palabras: “Schroeder, apodado el Cagliostro de Alemania, introdujo en la Logia de Sarrebourg, en 1779, un nuevo sistema de magia, teosofía y alquimia”(O.c. tomo I, pág. 141, y t. II, pág. 379).

32 “La Bastille”, número del 20 de septiembre de 1913.

33 Precisamente el año cuando apareció Schroeder o al menos su sistema. Tal vez no sea sino una coincidencia, aunque también es posible que hubiera una vinculación entre todos estos personajes, e incluso, sin ser conscientes de ello.

34 O.c., tomo I, pág. 141.

35 Uber den Zweck des Freymauser Ordens, 1781 (Thory, o.c., t.I, pág. 368)

36 Thory cita además las siguientes obras: Saint-Nicaise, ou Lettres remarquables sur la Franc-Maçonnerie”, Leipzig, 1785-1786 (Ídem., pág. 373); Sur le catholicisme caché des Jesuites, et leursmachinations pour faire des prosélytes” (“Uber Kripto-Katholicismus etc.”), Frankfurt, 1787-1789 (ídem. Pág. 376).

37 Der Stein des Antosses.. etc. (Thory o.c., t.I, págs 146 y 367).

38 Ver el listado proporcionado por Thory (o.c., t.II, pág. 95)

39 ”Thory (o.c., t.I, pág. 123) agrega que dicha medalla “tiene un retrato muy parecido del célebre masón”.

40 Este H.: Meyer fue convocado a la Asamblea General de París en 1785, y Thory lo designa de este modo: “de Meyer, mayor ruso, de Estrasburgo” (o.c., tomo II, pág. 95). El mismo autor lo identifica, quizá erróneamente, con el escritor que tradujo del inglés al alemán una obra titulada La Francmasonería no esmás que un camino al infierno (ídem, t. I, pág. 153, y t.II, pág. 354)

41 Se trata evidentemente de los “Templarios”.

42 “Ritual del Grado de Maestro”, pág. 34. Ragón cita a continuación las muy conocidas palabras del H.·. J.J. Casanova sobre “El secreto de la Masonería”, que no hacen sino confirmar tal declaración.

Tomado de la Revista Dialogo Entre Masones Agosto 2014

miércoles, 28 de junio de 2017

El Triangular, Un Testamento Incompleto.

El Triangular, Un Testamento Incompleto.
.Manuel Lino Vallejo

Por el nombre que se presenta como tema se puede pensar que existe alguna incongruencia, pero no es así, recordemos la ceremonia de iniciación pero específicamente la estancia en la cámara de reflexión, que dura aproximadamente 15 ó 20 minutos, entre lo que se da respuesta a las interrogantes y se redacta un testamento que no queda concluido por que se nos acaban las palabras y es que no esperábamos una cosa así a la hora de acudir a la reunión a la que amablemente fuimos invitados para incorporarnos a las filas masónicas, pero porqué se nos acaban los argumentos, será acaso por que sabemos que la muerte existe pero que falta mucho para que nos alcance o por que creemos que solo con enviar a nuestros hijos a los centros escolares de tal o cual nivel en donde están a punto de culminar su formación ya cumplimos o estamos cumpliendo con el sagrado deber de formarlos, hemos hecho acaso hincapié en su formación espiritual, recordemos lo que nos marca uno de los puntos del código moral masónico que dice “enseña a tus hijos buenos principios antes que bellas maneras, que te deban una doctrina esclarecida mejor que una frívola elegancia. Que sean mejor hombres honrados que hombres hábiles”. O será que ya olvidamos el otro punto de ese mismo código que dice “Si el G.'.A.'.D.'.U.'. te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el deposito que te confía, porque en lo adelante, tú serás para ese niño la imagen de la divinidad. Haz que hasta los diez años te tema, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años se su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo”. 

Si mis QQ.'. hermanos, así llevemos diez, quince o más años incorporados a esta antigua y honrosa institución, todavía no hemos salido de la cámara de reflexión, seguimos sentados frente a la mesa triangular tratando de estructurar, redactar, armar o reconocer ese testamento, que se nos pide y que concluye la prueba de la cámara de reflexión, recordemos que al salir de esta no sabemos que sigue pero al pasar por ella estamos en vías de preparación para la nueva vida espíritu a la cual se tiene que renacer. 

Para el hombre profano es indispensable morir para nacer como iniciado, su testamento es el llamado de el mismo para convertirse en su ejecutor, una vez que ha abandonado ese espacio tendrá en la mano un programa de vida que deberá realizar con una comprensión más luminosa de sus relaciones con todas las cosas. Lo que lo llevara al cumplimiento de deberes relacionados con el principio de vida, otro más para con él mismo y finalmente para con los demás que le rodean.

Cuestionémonos hemos hecho el esfuerzo suficiente para estar en ese nivel espiritual o andamos lejos por que nos ha ganado la vida profana llena de tentaciones, ocupaciones, malos hábitos, vicios, conveniencias, regresemos nuestros ojos a ese triangular una y otra vez, a la hora de emprender una acción y veamos si nos ajustamos o respondemos a la serie de preguntas que brotan de el, será que estamos cumpliendo con nuestros deberes o es más fácil ignorarlos, como hombres comunes y corrientes esto esta permitido, pero como miembros de una logia eso es más que imposible.

El masón conoce la condición humana, sabe lo que es bueno y lo que es malo, tiene la capacidad de pensar y discurrir, de creer o no creer, fundado en el conocimiento de causa y obrar según díctela razón y no los otros. Porque el ingreso a esta institución no permite titubeos, ni olvidar las enseñanzas acumuladas en diferentes partes del mundo a lo largo de miles de años por que no han perdido su vigencia, hoy las encontramos en la liturgia y demás bibliografía, así que si ya las leímos y las pasamos por el filtro de la razón apliquémoslas en bien general de la orden, la humanidad y este respetable taller en particular. 

A manera de resumen recordemos siempre nuestros triples deberes y las palabras del V.'.M.'.cuando dice “el que quiera contarse en nuestro número, debe antes morir para los vicios, los errores, y las preocupaciones vulgares y renacer a la virtud, al honor y a la sabiduría. Así mismo debemos tener presentes las palabras con las que cierra la ceremonia de iniciación “acabáis de entrar en el número de los masones y nos ayudareis a levantar el inmenso edificio de la ciencia, la virtud y la fraternidad”. 

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martes, 27 de junio de 2017

FELICES FIESTAS SOLSTICIALES

FELICES FIESTAS SOLSTICIALES
Guillermo Fuchslocher

Me encuentro al momento aproximadamente a 0 grados, 5 minutos y 28 segundos de latitud Sur, pero si recorro unos diez kilómetros, en corto tiempo podría pasar al Hemisferio Norte, o colocar un pie en el Hemisferio Sur y otro en el Norte. Por esto, si bien en estricto sentido celebro con mis hermanos y amigos del Hemisferio Sur el Solsticio de Verano, también siento la necesidad de celebrar con mis hermanos y amigos del Hemisferio Norte el Solsticio de Invierno. 

Los solsticios de verano y de invierno, que señalan el día más largo y el día más corto del año, en el Norte y en el Sur, han servido para que mitologías y religiones rindan culto a dioses que representan al Sol, bajo cualquier nombre, o recuerden, o hagan coincidir, el nacimiento de sus dioses en estos días, aunque las fechas exactas pueden variar por distintas razones, como el cambio del calendario juliano al gregoriano. Para distintas culturas y pueblos de la antigüedad, los solsticios marcaban los momentos de mayor frío o calor, del verano y del invierno, y sus consecuencias para la agricultura y la vida. Como estos días implican la máxima o mínima potencia del sol y de la luz, ello lleva a las ideas de plenitud o de recogimiento, de vitalidad o de esperanza, relacionadas con los simbolismos del sol y de la luz. El fuego, las luminarias, y los árboles con frutos y luces, también son símbolos de esa plenitud vital o de la esperanza de que ella vuelva, de la máxima expresión de la vida o de la posibilidad de la muerte. 

En los últimos meses del año, especialmente en ésta época, se celebran distintas fiestas, sea que estén relacionadas o no con los solsticios. Puede ser Diwali, el festival de las luces del hinduismo, entre octubre y noviembre, que implica un avance hacia la luz de la verdad y marca nuevos inicios. Puede ser Hanuka, la fiesta de las luces del judaísmo, entre noviembre y diciembre, que celebra la independencia judía de la dominación griega, aunque algunos la remontan y relacionan también con el solsticio de invierto. Puede ser Navidad, la fecha atribuida al nacimiento de Jesús, basada en celebraciones romanas como la de Mitra, el dios persa de la luz, o la del nacimiento del Sol Invicto, relacionada con Apolo. En la cultura andina, en el Hemisferio Sur, puede ser el Inti Raymi, la fiesta del sol en el solsticio de junio o de invierno, o el Kapac o Kayak Raymi, fiesta de la masculinidad y de iniciación de los adolescentes, en el solsticio de diciembre o de verano. O puede ser el año nuevo de distintas culturas; el 1 de enero según el calendario gregoriano, cuyo primer mes, enero o ianuarius, nos recuerda al dios Jano, el de las dos caras que simbolizan los comienzos y los finales, el pasado y el futuro; o el año nuevo chino, celebrado la segunda luna nueva luego del solsticio de invierno, entre enero y febrero; o la ya referida Diwali, año nuevo hindú; o el año nuevo de aquellos cristianos ortodoxos que siguen el calendario juliano, el 14 de enero; o el variante año nuevo lunar musulmán, en este año en noviembre.

Desde mi punto de vista, sea que los fundamentos de estas celebraciones sean religiosos, culturales o simbólicos, encuentro que más allá de las diferencias hay cierto simbolismo común o parecido, y unas buenas intenciones y propósitos que parecen influenciar a casi todos, y que los sintetizo en la manifestación del deseo de felicidad hacia los demás. Estos son también mis deseos. Y ahora aprovecho este solsticio, para mí doble, a fin de desear expresamente a todos ustedes la mayor felicidad, en compañía de sus familias y de todos a quienes quieren, y mi anhelo de que cada uno de nosotros, imbuidos de este espíritu, empecemos por respetar a nuestra madre común, la naturaleza, y sus especies, y aportemos en algo para que ese respeto y deseo de felicidad sea para todos los hombres, mujeres y niños del mundo, sobre la base de la libertad, la igualdad y la fraternidad, gracias a la unión, solidaridad y cooperación de todos los seres humanos, para que todos puedan ejercer el derecho a la felicidad, basada en la justicia, especialmente los que ahora sufren.

Un abrazo fraterno a todos.

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Tomado de la Revista Dialogo Entre Masones Agosto 2014

lunes, 26 de junio de 2017

El Shamir, El Pectoral del Sumo Sacerdote y el Templo de Salomón de Acuerdo al Talmud

El Shamir, El Pectoral del Sumo Sacerdote y el Templo de Salomón de Acuerdo al Talmud
 Julio Mario Villarreal III

El Shamir y el Templo de Salomón

Aparentemente no solo la construcción del Templo de Jerusalén Salomón, rey de Israel, contó con la ayuda del antiguo y leal amigo del rey David, el Rey Hiram I de Tiro, quien en intercambio comercial con los hebreos, aportó parte de los materiales para tal fin sino también una cantidad cercana a los 184,000 constructores calificados al mando de Hiram Abiff, el mejor arquitecto fenicio de la época. 

De acuerdo a las escrituras tradicionales judías, las piedras empleadas en la construcción del templo se trabajaron en la cantera de Maresha, cerca de Moreset, sin que se oyera el golpeteo de martillazos, hachas ni otras herramientas durante el trabajo de los cargadores, aprendices albañiles judíos (ish-sabal), compañeros capataces fenicios (ish-chotzeb) y los superintendentes o maestros fenicios (menantchim), quienes dejaron las piedras labradas y modeladas perfectamente …o casi perfectamente.

El permanente hogar de Dios, donde el Arca de la Alianza descansa, fue construido a imagen del modelo original del Tabernáculo en el que reposaban las tablas de los diez mandamientos que dios entregara a Moisés en el monte Sinaí.

La Biblia nos dice que "ningún martillo ni hacha ni ningún otro instrumento de hierro se escuchó mientras se estaba construyendo." Los comentarios del Talmud al respecto de ese versículo sugiere que debido a que el templo fue construido para enriquecer la vida humana, e implementos de hierro son tan a menudo utilizados para destruir la propia vida humana, no habría sido apropiado utilizar herramientas de hierro en la construcción del Templo.

Sin embargo algunas tradiciones sugieren que incluso hay más en esta historia. Las escrituras dicen que, además de su sabiduría sin igual en cuanto a la reflexión como bien, el mal y la justicia, Salomón como cita la biblia “También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces.”

La sabiduría de Salomón superó a la de los sabios orientales más famosos y la de todos los sabios de Egipto.

Fue el más sabio de los hombres, más que Etán el ezraita; que Hemán, Calcol y Darda, hijo de Majol; su fama se extendió por todos los pueblos vecinos. Pronuncio tres mil parábolas y proverbios y sus poesías sagradas son mil y cinco.

Habló de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en los muros; disertó sobre cuadrúpedos, aves, reptiles y peces. Venían de todos los pueblos a oír la sabiduría de Salomón.

Las leyendas, sin embargo, dicen que Salomón no hizo más que un discurso sobre estas plantas y animales: él les habló. Dios le había concedido tanta sabiduría que Salomón entendía el lenguaje de todo ser viviente. Y no sólo las plantas y los animales. Salomón podía conversar con los ángeles y los demonios. Incluso podía liberar a los seres humanos de demonios cuando los poseían.

La creencia en los demonios en el imaginario judío está muy arraigada en los textos talmúdicos y el Talmud contiene una leyenda relacionada a la extraordinaria criatura llamada “Shamir” con la cual el Rey Salomón, por medio de los maestros constructores fenicios a cargo de Hiram Abiff, rectifico las piedras del Templo. 

El Shamir

Cuentan las antiguas leyendas hebreas que el Shamir es un ser viviente (aparentemente un gusano), que fue creado con la caída de la tarde del día sexto de la creación del universo, o sea, momentos antes de ingresar el día de reposo (Shabat). Según Midrash Tehilim (En Yalḳ, I Reyes, 182), el Shamir fue traído del paraíso por el águila a la tierra.

La función de este ser vivo llamado Shamir, era ayudar en la construcción del Templo Sagrado, pues hacían falta para tal fin piedras cortadas a medida y labradas (en la actualidad pueden apreciarse las piedras del muro de los lamentos que es lo que quedó de esa construcción). Estas piedras no podían ser cortadas con cincel, pues estaba prohibido el uso de metales para tal fin, al ser que el metal se utiliza para fabricar armas que acortan la vida de la persona, mientras que el Templo Sagrado prolonga la vida de la persona. Por eso, no es correcto alzar lo que acorta la vida de la persona sobre aquello que la alarga. Debido a esto, no se utilizó ninguna clase de metal en el corte y labrado de las rocas sino que se dio uso al Shamir por parte de los maestros constructores.

La Guemará relata la historia de Salomón, a quien el Creador le ordeno construir el Templo sin el sonido de los martillos ni objeto metálico alguno, por lo que no podía cortar las piedras de manera ordinaria. Ante esta necesidad, Salomón le preguntó a los rabinos y ellos le dijeron que había un ser llamado “Shamir”, una clase de gusano-demonio, que fue usado por Moisés y Aarón para cortar las piedras del pectoral (Efod) como parte de la vestimenta del sumo sacerdote y grabar en cada una de ellas el nombre de cada una de las tribus de Israel; y que además, al recostar el Shamir contra el lado de cualquier roca, la misma, instantáneamente y sin hacer ruido, se separaba según el patrón que se deseaba. 

Uno de los mayores desafíos a su sabiduría era encontrar una manera de construir el Templo del Señor sin necesidad de utilizar herramientas de hierro para cortar y alisar, además del traslado y acoplamiento de grandes piedras talladas. Salomón sabía que Dios nunca nos da más obstáculos a superar de lo que somos capaces de manejar, por lo que el precepto de la Torá en contra del uso de herramientas de hierro tenía que significar que existía otro método. Así que convocó a todos los sabios de su reino, y preguntó si alguno de ellos conocía el secreto.

Un viejo mago, instruido en la tradición antigua reveló a Salomón que en el sexto día de la creación, además de muchas otras maravillas que Dios había creado el Shamir. Esta pequeña piedra (algunos dicen que fue un pequeño gusano, que se refiere a la Shamir el Dragón, el Poder de la Serpiente, la Voluntad de Dios que actúa sobre la piedra dura del mundo) del tamaño de un grano de cebada, se utilizó supuestamente por Moisés para grabar los nombres de las tribus en las doce piedras preciosas en el efod (vestiduras sacerdotales usadas por los sacerdotes judíos durante el antiguo testamento) usado por el Sumo Sacerdote. El Shamir podría cortar las piedras para el templo en completo silencio.

Pero ni él, ni ningún otro de los sabios reunidos sabía dónde se encontraba el Shamir entonces Salomón reunió a todos los demonios que estaban bajo su control, al consultarlos no tenían ni idea de dónde se encontraba el Shamir. Se sospecha, sin embargo que su líder Asmodeo, el rey de los demonios, probablemente sabía el secreto.

Al consultar con los demonios inferiores le señalaron a Salomón el nombre de una montaña donde habitaba Asmodeo (Asmodai, Ashmedai, Sydonai, Chammadai o Asmodaeus). Además, le informaron que había un manantial de agua pura dentro de esta montaña donde Asmodeo, el Gran Rey de los Sombrajes o Gran Jefe de Todos los Demonios, le podía dar la información que deseaba. Asmodeo acostumbraba beber, actividad placentera para él, posteriormente de saciar su sed sellaba el pozo con una gran roca antes de regresar a sus ocupaciones. Cada vez que el regresaba siempre se cercioraba de que el sello no había sido manipulado durante su ausencia.

Salomón pidió a su general y mano derecha, Benaía (cuyo nombre significa "hijo de Dios"), diseñara un plan para capturar a Asmodeo. Benaía salió en busca del demonio a la montaña con una cadena, un manojo de lana, un recipiente de vino y el anillo de Salomón en la que el viejo mago había inscrito el nombre de dios.

Cuando Benaía llegó a la montaña hizo un orificio en la parte inferior dejando que el agua que contenía el pozo de manantial saliera, al terminar la tarea este bloquea la abertura con un poco de lana creando un tapón temporal para evitar saliera el contenido que se preparaba a verter en el pozo. Benaía escala la montaña y hace otro hoyo en la parte superior y comienza a verter el vino que traía en las garrafas para así llenar una gran porción del pozo con vino y posteriormente tapando dicha abertura con el resto de la lana, toda esta obra sin haber tocado la gran roca que coloco Asmodeo para proteger su pozo.

Cuando Asmodeo regresó, se sorprendió al encontrar vino en lugar de agua en su pozo, pero el sello no había sido tocado. Al principio, él no la quiso beber, pero pronto sucumbió ante su sed y bebió hasta que sus sentidos fueron vencidos y el vino lo puso en un profundo sueño.

Benaía ahora salió de su escondite, deslizó el anillo con el nombre de dios en la cadena y puso la cadena alrededor del cuello del rey de los demonios.

Asmodeo despertó y trató de escapar, pero la lucha fue inútil, el anillo con la inscripción era demasiado poderoso para el demonio. Benaía regresa a ver a Salomón con el demonio atado.

Salomón habló con Asmodeo y exigieron que revelara el escondite de la Shamir. El demonio dijo que dios le había dado la Shamir al ángel del mar y este desde hace mucho tiempo se lo confió a un gran pájaro que había hecho un juramento para guardarla cuidadosamente. El ave busco la montaña más rocosa y elevada para hacer su nido, empleaba el Shamir para romper la roca para luego rellenar las aberturas con semillas y así las plantas crecieran y crearan un hábitat más habitable. Pero hay muchos, muchos lugares, entre las montañas del sur donde el pájaro puede estar.

Una vez más Salomón y Benaía idearon un plan. Benaía llevó a una fuerza expedicionaria en busca del gran pájaro. Finalmente encontraron su nido, tal como Salomón había esperado, estaba lleno de las crías de la gran ave. Siguiendo el plan de Salomón, Benaía cubrió el nido con un gran cristal plano y transparente que había traído con él. Entonces se escondió y esperó.

Cuando el gran pájaro volvió y vio a sus polluelos hambrientos y desamparados debajo de la piedra, sacó la Shamir para destruirla. Benaía saltó de su escondite de forma inesperada, gritando y agitando los brazos creando tal escándalo que el ave escapa del lujar no sin antes dejar caer el Shamir. 

Benaía recogió el Shamir, removió la piedra del nido y volvió con el rey Salomón.

El pequeño Shamir, lo que representa sólo una pequeña fracción de la fuerza de Dios, el Logos, la energía de la serpiente que atraviesa y une a todos los niveles, es tan fuerte que se puede "cortar piedra" - es decir, se puede cortar a través de la densidad y la dureza del mundo material e inmaterial. Este enorme poder sólo puede ser localizado (que está en algún lugar dentro de uno mismo) con la ayuda de nuestro lado oscuro, la "inclinación al mal", que debe ser domado. El demonio Asmodeo la dualidad oscura, el opuesto del rey Salomón. 

Una vez que Salomón sabía que las piedras podrían ser cortadas y montadas sin violencia y sin emplear herramientas de hierro, la tarea de la construcción comenzó.

El Rey Salomón con la construcción de este Templo dedicado a Dios, cumplió con la voluntad de su padre el rey David. El Templo expresa la unión del alma con el espíritu e igualmente expresa arquitectónicamente esa misma unión, el matrimonio sagrado entre la Tierra y el Cosmos, ya que su construcción se efectúo de acuerdo con el modelo cósmico, según el cual el mundo terrestre aparece del mundo celeste, cumpliéndose el principio de la correspondencia “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba. Este principio afirma que se manifiesta en los tres Grandes Planos: El Físico, El Mental y El Espiritual”. Según Flavio Josefa en su libro Antigüedades Judaicas o Antigüedades de los judíos “La razón de ser de cada uno de los objetos del Templo es recodar y representar al Cosmos”. Por ello, el propio Templo en su integridad y cada una de sus partes, constituyen expresiones simbólicas de ese Cosmos que representa la correlación entre lo terrenal y lo divino, equilibrio perfecto de fuerzas entre el bien el mal. Dualidad representada por Salmón y el Demonio Asmodeo.

Salomón se dio cuenta que Ashmedai, el Gobernante del Mal era un personaje arrogante, por lo cual Salomón rápidamente lo aseguro con la cadena a una piedra. 

Ashmedai se mantuvo en cautiverio por Salomón hasta que el templo fue completado. Este demonio elemental logró su liberación de la siguiente manera: cuando Salomón se mostró curioso de los poderes mágicos de Ashmedai, el Rey de los Sombrajes contestó que si Salomón removía las cadenas que llevaban el nombre de Dios y le otorgaba el anillo con el sello que tenía puesto, entonces le demostraría sus poderes sobrenaturales. Salomón acató la solicitud, y el Sombraje, cargando al Rey, lo lanzo cuatrocientas millas hasta un país distante, y tras llevar sobre sí mismo la figura y apariencia del Rey Salomón, gobernó a Israel en su lugar. Salomón, triste pero sabio, retomo su trono tras muchas aventuras. Luego de esto, Ashmedai desplegó sus alas y viajó a su propio trono en el mundo elemental. 

El Templo de Salomón

Otra versión procedente de una leyenda rabínica señala que para poder trabajar sin ningún ruido en la construcción del templo, Salomón fue informado a través del demonio Asmodeous, quien le contó sobre la existencia del Shamir, añadiendo que el cuidado del mismo había sido puesto por el Príncipe del Mar al cuidado de una animal parecido a una abubilla (especie de martin pescador), un grifo y un urogallo, el cual había prometido cuidarla bien. Los ciervos de Salomón buscaron el nido del ave entre las rocas de una montaña y habiéndolo encontrado, lo cubrieron con una fuente de cristal. El pájaro volvió y al ver la entrada de su nido cerrado por lo que suponía era una puerta de cristal de roca, trajo del desierto una larva roedora milagrosa - el Shamir - con el fin de romper el vidrio. En ese momento, un grito se elevó entre los siervos de Salomón que vigilaban la entrada del nido y el pájaro al sentir temor soltó al Shamir, que los hombres le llevaron al rey (Giṭ.68b). Así el sabio rey adquirió el procedimiento perdido desde los tiempos de Moises, quien con la ayuda del Shamir pudo grabar los nombres de cada una de las tribus de Israel en cada una de las piedras preciosas y semipreciosas del pectoral del sumo sacerdote.

El Shamir y el Efod

Sobre el Joshen estaban distribuidas sobre todas las gemas en tal manera que cada gema tenía un total de seis letras. El Joshen portaba los nombres de las Tribus para servir como un recordatorio del mérito. Sus cuatro filas aludían al mérito de las cuatro madres y esposas de Jacob. Además de eso, incorporando los nombres de los ancestros y Tribus, todas las letras del Alef-Bet (alfabeto hebreo) estaban incluidas en el Joshen. Esto era necesario para que las sentencias pudieran ser construidas combinando las letras a fin de transmitir mensajes por medio del Urim y Tumim. 

Hashem (Dios) ordenó que las gemas preciosas del Joshen y el Efod fueran perfectas, sin siquiera la más pequeña astilla perdida. Las letras sobre ellas no podían por consiguiente ser talladas por medio de un instrumento dado que éste hubiera causado a los diamantes tornarse sutilmente astillados. 

¿Cómo entonces fueron los nombres de las Tribus tallados? Un Shamir fue traído. El Shamir era una criatura tan pequeña como un grano de cebada la cual fue creada en el Erev (víspera de) Shabat de los Seis Días de la Creación. Poseía la maravillosa habilidad de partir la más dura de las rocas. Los nombres de las Tribus fueron escritos sobre las piedras en tinta. Luego el Shamir fue guiado sobre la escritura y cortó dentro de ella con tal precisión que ni siquiera una minúscula astilla de un diamante se perdió como resultado de la incisión. 

El Efod, el cual fue construido gracias a la ayuda del Shamir

Vestiduras del Sumo Sacerdote Hebreo mostrando el pectoral con las doce gemas representativas de cada tribu de Israel.

Definiciones:

· La Guemará y la Mishná: Juntas forman el Talmud. El Mishnah es el texto base y la Guemará es el comentario y análisis que lo completa. Proviene de גמר: (gamar) ‘completar’ (en hebreo) o ‘estudiar’ (en arameo).

Los rabinos de la Mishná se conocen como tannaim (singular tanna תנא) y los rabinos de la Guemará son llamados amoraim (singular amora אמורא).

Dado que existen dos grupos de comentarios, hay, de hecho, dos versiones del Talmud: el Talmud Hierushalmi (en hebreo: תלמוד ירושלמי, Talmud de Jerusalén) y el Talmud babli (en hebreo: תלמוד בבלי) que se corresponderían con la Guemará de eretz Israel y de Babilonia. Ambas comparten la misma Mishná. La Guemará está en su mayor parte escrita en arameo, la Guemará de Jerusalén en arameo occidental y la babilónica en oriental, pero ambos contienen fragmentos en hebreo, cambiando incluso en el medio de una historia. En cambio la lengua de toda la Mishná es el hebreo.

· Targumim: La palabra Targum significa traducción. Y se aplica a las traducciones de la Biblia hebrea al arameo. Según la tradición judía, a la que hace referencia al parecer el libro de Nehemías (8,8), el origen de estas traducciones se encuentra en la necesidad de que los judíos repatriados de Babilonia por los persas entendiesen la lectura del texto hebreo que se hacía en las sinagogas; en el destierro habían olvidado la lengua nativa, el hebreo, y habían adoptado el arameo, lengua de Babilonia. Esta necesidad era urgente tratándose de repatriados pertenecientes sobre todo a las clases humildes y menos cultas del judaísmo. Las traducciones arameas redactadas por escrito en época posterior, y que han llegado hasta nosotros, son las siguientes:

El Targum Onqelos, que es la traducción oficial del judaísmo. Normalmente se dice que es un targum babilónico, en el sentido de que fue en las Academias judías de Babilonia donde recibió su forma actual, particularmente la vocalización. Sin embargo, estudios recientes concluyen que la tradición judía acerca del origen palestinense del Onqelos tiene buen fundamento.

El Targum llamado Palestinense, que fue sustituido alrededor del s. IX d.C. en Palestina, donde había imperado en siglos anteriores, por el oficial de Onqelos. Hasta hace poco se llamaba Targum Fragmentario o Yerusalmí II, porque solamente se conservaba en fragmentos (la doceava parte de todo el texto). 

El Pseudo-Jonatán o Yerusalmí I. Se considera como un Targum palestinense, que conserva mucha Haggadá, incluso más que el Neofiti. En conjunto es muy antiguo, aunque haya interpolaciones y adiciones tardías (p.e. se menciona la caída de Constantinopla y a la hija y la mujer de Mahoma); ésta es la razón por la que durante más de cincuenta años se prescindiese de este texto en los estudios de exégesis del N.T. por considerarlo un texto medieval. Hoy, sin embargo, se piensa que aunque el Pseudo-Jonatán tiene interpolaciones tardías, su texto es muy antiguo con numerosos materiales precristianos; por eso es necesario tenerlo muy en cuenta para la exégesis del N.T.

Neofiti. Fue descubierto en el año 1956. Este descubrimiento ha sido un acontecimiento extraordinario, no sólo en relación con los estudios targúmicos, sino, incluso, en relación con la lingüística aramea palestinense y con la exégesis bíblica neotestamentaria. Además es muy importante para detectar el desarrollo de la literatura halák1ca judía en sus primeras fases. Menahem Kasher, gran especialista en la literatura rabínica, considera al Neofiti como un instrumento básico para la investigación de la literatura rabínica primitiva. Desde el punto de vista del contenido es ordinariamente una versión literal, pero con frecuentes paráfrasis al texto hebreo del Pentateuco, versión pública y litúrgica que se leía en la sinagoga, lo que se deduce del frecuente uso de esta forma litúrgica: «Pueblo mío, hijos de Israel». Este carácter litúrgico del Neofiti da a su teología un relieve especial, porque representa la teología admitida en la sinagoga durante la época neotestamentaria. En el Neofiti hay cientos de menciones del Memra de Yahtvéh (Verbo de Dios), del Ruha de Qudsa (Espíritu Santo); de ahí la importancia de relacionar esta fraseología con las expresiones trinitarias del N.T.

Un punto importante es que el Neofiti parece ser del s.I o II d.C.; por tanto, sería un documento contemporáneo al nacimiento del cristianismo. Debe advertirse que todos los cotejos que hasta ahora se hacían entre la literatura neotestamentaria y la rabínica era a base de una literatura posterior al s.III d.C., y con el Neofiti se pasa a una literatura rabínica contemporánea al N.T. El conjunto del texto del Neofiti se puede decir que es anterior 0, por lo menos, contemporáneo al cristianismo.

La importancia lingüística del Neofiti deriva de que está escrito en arameo dialectal palestino, en el arameo de Galilea, que hablaba Jesucristo. En el Neofiti hay formas lingüísticas que encontramos en el Onqelos, pero pueden deberse ya a influjo de los copistas posteriores que sólo conocían el arameo del tipo de Onge1os, o bien porque en el mismo arameo galilaico se mezclasen formas lingüísticas de un arameo un tanto distinto, que pudo hablarse en Palestina en los primeros siglos del cristianismo, un arameo parecido al de Onqelos, o al arameo imperial o literario. A este propósito recuérdese que en el s. II y III d.C., gran parte de la población judía del Sur de Palestina se instaló en el Norte; por eso, los escritos galilaicos acusan fácilmente formas aramaicas del Sur.

Targumim a los Profetas y Hagiógrafos. La traducción aramea oficial a los Profetas es la llamada de Jonatán ben Uzziel, del nombre de un discípulo de Hilel (s.i; v.), pero obra anónima redactada en Babilonia entre los s. III y v d.C., a partir de materiales diversos fundamentalmente de origen palestino (para ampliación de datos y bibl. cfr. Le Déaut, o.c. en bibl.).

Según T. Walker, los Targumim a los Hagiógrafos no son anteriores a la época talmúdica. Probablemente sean mucho más recientes. Son obras individuales y no se destinaron nunca a uso litúrgico o escolar. Aunque de época reciente, contienen tradiciones antiguas de origen palestino

El Shamir: El Término Shamir se ha utilizado para designar a una piedra extremadamente dura en los Targumim. En la Biblia aparece referenciado tres veces (Jeremías XVII-1; Ezequiel III-9; Zacarías VII-12) connota al Adamantio (o Adamant en inglés), una sustancia más dura que cualquier piedra y por lo tanto se utiliza como un estilo para labrar o cortar. En la literatura post-bíblica tanto de judíos como cristianos se encuentran muchas leyendas referentes al Shamir, haciendo hincapié en su cualidad de dividir la sustancia más dura. 

Una maravilla de la Creación. El Shamir fue la séptima de las diez maravillas creadas en el crepúsculo de la tarde del primer viernes y fue seguido, significativamente, con la creación de la escritura, el lápiz, y las dos tablas de piedra. Su tamaño era el de un grano de cebada; que fue creado después de los seis días de la creación. Nada era lo suficientemente fuerte para resistirlo; cuando se colocaba entre las piedras, éstas se separaban de la misma manera en la que las hojas de un libro abierto; y el hierro se rompía por su mera presencia. El Shamir fue envuelto para su preservación en bolas esponjosas de lana y puso en una caja de plomo lleno de salvado de cebada.

Con la ayuda de esta piedra Moisés grabó los nombres de las doce tribus en el pectoral del sumo sacerdote, primero escribiendo en las piedras con tinta y luego colocando el Shamir sobre ellos, con lo cual la escritura se hundió en las piedras. Con su ayuda, por otra parte, Salomón construyó el Templo sin necesidad de utilizar ningún otro instrumento de hierro (Comp. I Reyes VI-7, Ex. XX-25; Tosef, Soṭah, XV-1 [Ed Zuckermandel, p. 321]; Soṭah 48b; Yer Soṭah 24b). El Shamir fue creado expresamente para este último propósito, ya que dejó de existir después de la destrucción del Templo (Soṭah-IX, 10; Tosef XV-1).

Según una leyenda, un águila trajo al Shamir del paraíso a Salomón por orden de este último (Yalḳ.II p.182.), Mientras que otra tradición es la siguiente: cuando Salomón pidió a los rabinos cómo podía construir el Templo sin necesidad de utilizar herramientas de hierro, llamaron su atención sobre el Shamir con la que Moisés había grabado los nombres de las tribus en el pectoral del sumo sacerdote, y le aconsejaron que ordenara a los demonios bajo su dominio el obtenerlo. En consecuencia Salomón convocó a Asmodeo, el príncipe de los demonios, quien le dijo que el Shamir no había sido no puesto bajo su cargo, sino bajo la protección del Príncipe del Mar; el príncipe a su vez lo confió sólo al urogallo, en cuyo juramento, confió. El urogallo utilizaba al Shamir para escindir rocas desnudas para que pudiera sembrar semillas de árboles en ellos y por lo tanto causar nueva vegetación a surgir; por lo tanto, el ave fue llamada el "divisor de rocas". El Shamir fue robado al urogallo por medio del siguiente truco: Su nido fue encontrado y un polluelo del mismo fue cubierto con cristal transparente. El ave llevó entonces al Shamir y lo puso en el cristal, que se rompió; en ese momento, un emisario de Salomón, que se había ocultado cerca, asustó al pájaro para que callera el Shamir, el cual fue capturado y llevado a Salomón inmediatamente. El urogallo se suicidó al no haber podido cumplir su juramento (Giṭ.68a,b).

El Shamir en las leyendas folclóricas. Las últimas investigaciones indican que la leyenda es babilónica en su origen y en el lenguaje, y su contenido viene a demostrar que se trataba más de una leyenda de la gente que de una tradición de las escuelas, como es el caso de las historias antes mencionadas. Hubo, sin embargo, círculos en Palestina, que se negaron a acreditar el uso de al Shamir por Salomón. Otros, sin embargo, creen que Salomón lo empleó en la construcción de su palacio pero no en la construcción del Templo. Otros consideran que fue un milagro divino y no la magia lo que hizo que el templo se construyera por sí mismo.

Las opiniones están divididas sobre la naturaleza del Shamir. La tradición judía declara por unanimidad que es un pequeño gusano desde una base textual, y otros por su parte por su parte, consideran el Shamir al polvo de corindón como material altamente abrasivo y duro y así discurren más teorías sobre su origen y significado.

El Shamir en las leyendas árabes. La tradición del Shamir fue llevado por los judíos a los árabes. En la tradición árabe Salomón, bajo las instrucciones de Gabriel, recurría a un gusano cuando deseaba perforar través de una perla, y un gusano blanco cuando quería enhebrar la piedra de ónix. Esta creencia era todavía común en la Edad Media, ya que se encuentra en la Cábala (Zohar, I-74). De acuerdo con la versión en inglés de la "Gesta Romanorum", el emperador Diocleciano había encerrado en una caja de cristal a un polluelo de avestruz que había encontrado en el bosque y se lo llevó a su palacio. La madre del ave los siguió para poder recuperar a su cría, y al tercer día trajo en su pico un "thumare" (Shamir), un gusano, y lo dejó caer sobre el cristal, el cual rompió. Vincent de Beauvais, Gervasio de Tilbury y Albertus Magnus relataron historias similares, pero solo Magnus señala expresamente a la tradición judía como fuente. Los otros dos escritores, dentro del verdadero espíritu de medievalismo, dan una variante notable a la leyenda en el sentido de que el ave manchó el vaso con la sangre del gusano y así logro partirlo.

Hashem: es un término hebreo que significa literalmente ‘el nombre’. Se utiliza para evitar nombrar el nombre de Dios YHWH. Otras maneras de evitar nombrarlo es con el tetragrama YHWH (formado por las letras hebreas yod hei vav hei) y con la palabra Adonai (‘Señor’). Se denomina simplemente así, pues, para preservar el tercer mandamiento entregado por Dios al profeta Moisés, el cual advierte de no pronunciar el nombre sagrado en vano. Ese tercer mandamiento se puede leer en el texto Deuteronomio 5, 11: «No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano; porque Dios no dará por inocente al que tome su nombre en vano».

También se puede observar este mismo mandamiento en el texto Éxodo 20, 7. Además, H' (Hashem) es la manera que tiene el judaísmo de afirmar que el único nombre que identifica realmente a su Dios es aquél que ni siquiera lo nombra, pues consideran que nada existente abarca la realidad de ese Dios. En muchos textos judíos en español no se encuentra la palabra «Dios» completa, sino que sustituyen la i o la o por una diagonal (D\os o Di\s) de modo que el lector ni siquiera piense en la palabra «Dios» en vano. Otras interpretaciones atribuyen a Hashem, el significado de "Yo soy", que es lo que habría respondido la divinidad a Moisés, cuando este le preguntó por su nombre ante la zarza ardiente de Horeb.

Adamantio (Firme, Inexorable, Obstinado): El adamantio, adamantium, adamantita o adamantino/a (del latín adamantinus, "duro como el acero", y este del griego ἀδάμαστος, adámastos, que significa "indómito", "inflexible"), es un material mitológico y ficticio, se puede obtener algunas veces natural (minado) y otras veces por un proceso de forjado (gemas, aleaciones de metales duros o diamantes) que tiene la cualidad de ser indestructible una vez que está solidificado. En la mitología griega, por ejemplo, Crono utilizó una hoz adamantina para cortar los genitales a Urano. Es muy popular en los cómics de Marvel donde se prepara con metales derretidos y luego es indestructible e inmodificable cuando se enfría.

En la literatura se emplea la palabra adamantio de forma poética o figurativa para nombrar un material de cualidad dura y de habilidades especiales. Se nombra en multitud de narraciones, mitología, cómics, juegos de mesa, videojuegos, películas.

Este término aparece tres veces en el Antiguo Testamento (Ezequiel III- 9; Zac. VI-12; Jer. XVII-1), y se utiliza como una traducción para Shamir (o Samir). Aunque no puede recogerse una idea bien definida sobre la identidad de la sustancia que se utilice en estos pasajes, si es posible determinar su naturaleza y los usos a los que se les dio. En todos los pasajes se define claramente como una sustancia muy dura, y en Jeremías XVII-1 se compara con la herramienta del grabador de hierro. En los otros dos pasajes se usa en sentido figurado para expresar un espíritu inquebrantable, terco y desafiante. El diamante no es mencionado en Jeremías XVII-1 pues el diamante no se utilizó para el grabado en la antigüedad y de hecho es dudoso que el diamante en su forma pulida fuera conocido por ellos. La sustancia que se utilizaba para el grabado era el corindón y esto probablemente propone al "firme" de la Biblia. El "inflexible" lectura en Ecclus.XVI-16 es evidentemente erróneo. No da ningún significado inteligible. El Talmud, explica al Shamir como un gusano milagroso que se utilizó en el grabado de las piedras en el pectoral del sumo sacerdote , y de acuerdo a una leyenda generalizada que se hizo conocida por los árabes , Salomón fue asistido por este gusano en la construcción del Templo (Soṭah, 24b, 48b ).

Fuentes: 
Asmodeo, El Demonio del Camino Oscuro. Portal Pensamiento al Vacío, Internet. 
Bochart, Hierozoicon, ii. 343, 842 et seq.; 
P. Cassel, Schamir, in Denkschriften der Königlichen, Akademie der Wissenschaften in Erfurt, Erfurt, 1856; 
Lewysohn, Zoologie des Talmuds, § 500, Frankfort-on-the-Main, 1858; 
Kohut, Angelologie und Dämonologie, p. 82, Leipsic, 1866; 
idem, Aruch Completum, viii. 107, Levy, Neuhebr. Wörterb. iv. 579; 
Grünbaum, in Z. D. M. G. xxxi. 204 et seq.; 
idem, Gesammelte Aufsätze, pp. 31-43, Berlin, 1901; 
idem, Neue Beiträge zur Semitischen Sagenkunde, pp.211 et seq., Leyden, 1893; 
Hamburger, R. B. T. ii. 1079-1080. 
Mishná, tratado de Pirkey Abot 5: 6 
· Traducción del original en ingles King Solomon and the Shedd del libro The Secret Teachings of All Ages de Manly P. Hall. Sánchez & Rivera, Traductoras. 2011, Puerto Rico. 
Benjacob, Oẓar ha-Sefarim, p.191, No. 640; 
Fabricius, Codex Pseudepigraphicus, i. 1014 et seq., Hamburg and Leipsic, 1718; 
I. S. Reggio, in Kerem Hemed, ii. 41 et seq.; 
Steinschneider, in Ha-Karmel, vi. 116, 125; 
idem, in Cat. Bodl. cols. 2289-2303; 
Wolf, Bibl. Hebr. iii., No. 1967; iv., No. 1967; 
Winer, B. R. s.v. Salomoh. 
· Shalom y hatzalajá. R' Aharón David ben Israel 
EliShama: Los 12 Patriarcas, El Pectoral Del Sacerdote Y Los Estandartes De Israel 

Tomado de la Revista Dialogo Entre Masones Agosto 2014