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domingo, 7 de junio de 2020

DANTE Y EL ROSACRUCISMO

DANTE Y EL ROSACRUCISMO


Igual reproche -de insuficiencia- puede hacerse a Eliphas Lévi. Como Rossetti y Aroux, este comentarista afirma la existencia de una relación con los Misterios antiguos, aunque considera preponderante su aplicación política, o político-religiosa, que no podría tener sino una importancia secundaria según nuestra opinión. Su falta principal reside en suponer que las organizaciones propiamente iniciáticas están directamente comprometidas en las luchas exteriores. En efecto, afirma este autor en su Histoire de la Magie: "Se han multiplicado los comentarios y los estudios acerca de la obra de Dante y nadie, hasta ahora, ha señalado el verdadero carácter de ésta. La obra del gran gibelino equivale a una declaración de guerra al Papado mediante la revelación osada de los misterios. La epopeya de Dante es johanita (1) y gnóstica, es una aplicación arriesgada de figuras y de nombres de la Kábala a los dogmas cristianos, y una negación secreta de todo lo que hay de absoluto en ellos. Su viaje a través de los mundos sobrenaturales se efectúa como la iniciación de los misterios de Eleusis y de Tebas. Virgilio es quien lo conduce y lo protege en los círculos del nuevo Tártaro, como si el latino, el tierno y melancólico profeta de los destinos del hijo de Polión, fuera a los ojos del poeta florentino, el padre ilegítimo aunque verdadero de la epopeya cristiana.

Gracias al genio pagano de Virgilio, Dante escapa al abismo en cuya entrada había leído una sentencia de desesperación; escapa poniendo su cabeza en lugar de los pies y éstos en lugar de la cabeza. Es decir, revirtiendo el dogma, y remontando entonces hacia la luz y sirviéndose del demonio mismo como si éste fuera una monstruosa escalera. Escapa al horror abusando del horror, al espanto abusando del espanto. El Infierno, parece decir, no es una vía sin salida sino para aquellos que no encuentran el camino del retorno; toma al diablo por la cola, si tal expresión es correcta, y se emancipa mediante su audacia. Se ha logrado así superar el protestantismo, y el poeta de los enemigos de Roma adivinó a Fausto ascendiendo al Cielo por sobre la cabeza de un vencido Mefistófeles" (2).

En realidad, la voluntad de "revelar los misterios" ha supuesto que la cosa fuera posible (y no lo es, porque de misterio cierto sólo hay lo inefable); la iniciativa de "asumir la contrapartida del dogma", o de revertir conscientemente el sentido y el valor de los símbolos, no sería indicadora de una muy elevada iniciación. 

Felizmente, según nuestro criterio, nada de eso advertimos en Dante; su esoterismo, en cambio, se oculta tras un velo casi impenetrable, apoyándose asimismo en bases estrictamente tradicionales. Convertir al poeta en un precursor del protestantismo, y quizá de la Revolución, simplemente porque fue un adversario del papado en el terreno político significa desconocer en su totalidad el pensamiento de Dante y no comprender el espíritu de su época.

Además, hay otra cosa que nos parece muy discutible: es la opinión que consiste en definir a Dante como un "kabalista", en el sentido propio de esta palabra; y, acerca de este tema, nuestra desconfianza es aún mayor, ya que conocemos bien la cantidad de contemporáneos nuestros que se ilusionan fácilmente con él, creyendo detectar la presencia de la Kábala allí donde sólo se advierte una forma cualquiera de esoterismo. ¿Acaso no hemos visto a un escritor masón afirmar con total seriedad que Kábala y Caballería son una sola y misma cosa y que, a pesar de las más elementales nociones lingüísticas, que ambos términos tienen un origen común? (3). Ante elementos tan poco verosímiles, se comprende la necesidad de mostrarse circunspecto y de no contentarse con aproximaciones vagas que transformen a tal o cual personaje en un devoto de la Kábala. Ahora bien, la Kábala pertenece a la tradición judaica, en su esencia (4); se carece de prueba alguna que asevere el ejercicio directo de una influencia hebrea en Dante (5). El empleo que se hizo de la ciencia de las palabras fue el único medio que dio origen a aquella opinión. Sin embargo, si esta última ciencia existe efectivamente en la Kábala judaica y ocupa un lugar preponderante, también se la halla en otras partes. ¿Acaso podríamos afirmar, utilizando el mismo argumento, que Pitágoras fue un practicante de la Kábala? (6). Como ya se ha dicho, podría vincularse a Dante antes con el Pitagorismo que con la Kábala pues el poeta conoció del Judaísmo sólo aquello que el Cristianismo conservó en su propia doctrina.

"Observemos también, continúa diciendo Eliphas Lévi, que el Infierno de Dante no es sino un Purgatorio negativo. Esta afirmación requiere una explicación. Ese Purgatorio parece haberse moldeado en su Infierno: es la cobertura y algo así como el tapón del abismo, se comprende que el titán florentino, escalando el Paraíso, haya deseado expulsar violentamente el Purgatorio al abismo del Infierno". Esto es cierto en un sentido, puesto que el Monte del Purgatorio se formó, en el hemisferio austral, con los materiales arrojados del seno de la tierra cuando la caída de Lucifer cavó el abismo; sin embargo, el Infierno posee nueve círculos que son como el reflejo inverso de los nueve cielos, mientras que el Purgatorio no tiene sino siete divisiones. La simetría entonces no es exacta en la totalidad de las relaciones.

"Su Cielo se compone de una serie de círculos cabalísticos divididos por una cruz como el pentáculo de Ezequiel, en el centro de esta cruz florece una rosa, y por primera vez vemos aparecer, expuesto públicamente y casi explicitado de una manera categórica, el símbolo de los Rosa-Cruces".

Aclaremos: hacia la misma época, el mismo símbolo aparecía también, aunque quizá de una manera algo menos clara, en otra obra poética célebre: el Roman de la Rose. Eliphas Lévi sostiene que "el Roman de la Rose y el poema de Dante son dos formas opuestas (sería más justo decir complementarias) de una misma obra: la iniciación para una independencia intelectual, la sátira de las instituciones contemporáneas, y la fórmula de carácter alegórico de los grandes secretos de la sociedad de los Rosacruces". En realidad, ateniéndonos a los hechos, esta sociedad careció de denominación y, además, es preciso repetirlo, no fue nunca una "sociedad" constituida por las formas externas que implica dicho término (salvo algunas ramas tardías más o menos apartadas del tronco común).

Por lo demás, la "independencia intelectual" no fue algo tan excepcional durante la época medieval, por lo menos en la medida que suelen imaginarlo los modernos; los monjes mismos no se privaban de una crítica extremadamente libre, cuyas manifestaciones pueden hallarse incluso en las esculturas de las catedrales. Todo esto nada tiene de propiamente esotérico y hay ahí, en las obras en cuestión, algo mucho más profundo.

"Estas importantes manifestaciones del ocultismo, dice aún Eliphas Lévi, coinciden con la época de la caída de los Templarios, mientras que Jean de Meung y Clopinel, contemporáneos de Dante, florecían en la brillante corte de Felipe el Hermoso (7). El Roman de la Rose es el poema épico de la antigua Francia. Es una obra profunda bajo la apariencia de hechos triviales (8); es una exposición de los misterios del ocultismo tan sabia que puede ser comparada a la de Apuleyo. La rosa de Flamel, la de Jean de Meung y la de Dante florecieron en un mismo árbol".

Acerca de estas últimas líneas, manifestaremos una única objeción: la palabra "ocultismo", inventada por Eliphas Lévi mismo, se adecua muy poco a la designación de lo que existió antes que él, sobre todo si se piensa en el desarrollo contemporáneo de tal experiencia; considerándose a sí mismo como una restauración del esoterismo, el ocultismo no es sino su grosera contrapartida, puesto que sus dirigentes nunca estuvieron en posesión de los verdaderos principios ni de iniciación seria alguna. Eliphas Lévi sería sin duda el primero en rechazar a sus pretendidos sucesores, de los cuales fue claramente superior intelectualmente, aunque estando lejos de poseer una profundidad tan real como pretende aparentar, y pecando por un punto de vista que todo lo examina a través del prisma y de la mentalidad de un revolucionario de 1848. Si nos demoramos en la discusión de su opinión, es porque conocemos la intensidad de su influencia, incluso sobre aquellos que no lo comprendieron en absoluto, y porque opinamos que es provechoso fijar los límites dentro de los cuales puede ser reconocida su competencia: su principal defecto, que corresponde a su tiempo, consiste en destacar las preocupaciones sociales, situándolas en un primer plano y mezclándolas indistintamente con todo tema.

En la época de Dante, sin duda se situaba mejor cada cosa, otorgando a cada una de ellas el lugar correspondiente en la jerarquía universal. La comprobación de que varias manifestaciones importantes de esas doctrinas coinciden, dentro de una cierta aproximación, con la destrucción de la Orden del Temple ofrece un interés particular para la historia de las doctrinas esotéricas. Existe una relación incuestionable, aunque difícil de determinar con precisión, entre esos acontecimientos diversos. En los primeros años del siglo XIV, y sin duda ya en el curso del siglo precedente, había una tradición secreta (oculta si se quiere, pero no ocultista) tanto en Francia como en Italia, la cual se denominaría más adelante una tradición de Rosacrucismo. La denominación de Fraternitas Rosae-Crucis aparece por primera vez en 1374, o, según opinión de algunos investigadores -en particular, Michel Maier- en 1413. La leyenda de Christian Rosenkreuz, el supuesto fundador cuyo nombre y vida son puramente simbólicos, no pudo constituirse antes del siglo XVI; pero acabamos de decir que el símbolo mismo de la Rosa-Cruz fue ciertamente anterior. Esta doctrina esotérica, sea cual fuere la designación particular que quiera otorgársele hasta la aparición del rosacrucismo propiamente dicho (incluso si se considera darle una denominación), presentaba caracteres que permiten incorporarla a lo que suele denominarse hermetismo. La historia de esta tradición hermética está íntimamente vinculada con el desarrollo de las Órdenes de Caballería, y, en la época que analizamos, era cobijada por organizaciones iniciáticas tales como la de Fede Santa y la de los Fedeli d´Amore, y también de esa Massenie du Saint Graal cuyo historiador Henri Martin analiza en estos términos (9) precisamente a propósito de las novelas de Caballería, que son unas de las más importantes manifestaciones del esoterismo en la Edad Media: "En el Titurel, la leyenda del Grial alcanza su última y más espléndida transfiguración, bajo la influencia de ideas que Wolfram (10) conoció aparentemente en Francia, en particular entre los Templarios del Midi francés. Un héroe llamado Titurel funda un templo para depositar el santo Vessel, y el profeta Merlín es quien dirige esta operación misteriosa, iniciado por José de Arimatea mismo en los secretos del plano del Templo de Salomón. La Caballería del Grial se convierte así en la Massenie, es decir, en una francmasonería ascética cuyos miembros se denominan templistas; puede captarse aquí la intención de vincular a un centro común, figurado por ese Templo ideal, la Orden de los Templarios, con las numerosas cofradías de constructores que renovaban entonces la arquitectura de la Edad Media. Se perciben así con nitidez ciertos rasgos de lo que podría ser la historia subterránea de esos tiempos, mucho más complejos de lo que suelen ser considerados. Lo curioso, y que no admite dudas, es que la Francmasonería moderna se remonta peldaño a peldaño hasta la Massenie du Saint Graal" (11).

Quizá sería imprudente adoptar de una manera demasiado exclusiva la opinión expresada en el último párrafo, porque los vínculos de la Masonería moderna con las organizaciones anteriores son, ellos también, extremadamente complejos. Con todo, debe ser tenida en cuenta puesto que, por lo menos, debe ser considerada un indicador de los orígenes reales de la Masonería. Todo esto puede ayudar a conocer en cierta medida los medios de transmisión de las doctrinas esotéricas a través del curso del Medioevo, así como detectar la oscura filiación de las organizaciones iniciáticas durante el mismo período, cuando fueron verdaderamente secretas según la más completa acepción de esta palabra.

NOTAS:

(1). San Juan suele ser considerado como el jefe de la Iglesia interior y, según ciertas concepciones de las cuáles hallamos aquí un indicio, se intenta justamente oponerlo a San Pedro, jefe de la Iglesia exterior; la verdad es más bien que la autoridad de la que ambos son depositarios no se aplica al mismo ámbito.
(2). Este pasaje de Eliphas Lévi ha sido reproducido, como muchos otros (extraídos del Dogma y Ritual de la Alta Magia) con criterio textual pero sin indicaciones de origen por Albert Pike en sus Morals and Dogma of Freemasonry, pág. 822; por lo demás, el mismo título de esta obra está notoriamente imitado del trabajo de Eliphas Lévi.
(3). C M. Limousin, La Kabbale littérale occidentale.
(4). La palabra misma significa "tradición" en hebreo y, si no se escribe en esa lengua, no hay por qué emplearla para designar indistintamente toda tradición.
(5). No obstante, es preciso decir que, según testimonios contemporáneos, Dante mantuvo relaciones amistosas con un judío muy instruido e incluso poeta él mismo, Manuel ben Salomon ben Jekuthiel (1270-1330); pero no es menos cierto que no observamos rastro alguno de elementos específicamente judaicos en La Divina Comedia, mientras que Manuel se inspira en ella para una de sus obras, a pesar de la opinión contraria de Israel Zangwill, opinión que la comparación de los datos torna totalmente insostenible.
(6). Esta opinión fue efectivamente emitida por Reuchlin.
(7). Hay aquí una inexactitud histórica, pues Jean de Meung y Clopinel no son más que un mismo personaje: la primera parte del Roman de la Rose tuvo como autor a Guillaume de Lorris (muerto alrededor de 1230), y la segunda parte fue escrita por Jean de Meung llamado Clopinel (alrededor de 1250-1305), que recibió tal sobrenombre por ser cojo; en efecto, éste fue quien vivió en la misma época en que lo hizo Dante (1265-1321) y Felipe el Hermoso (rey en 1285, y muerto en 1314). La continuación de esta obra por un segundo autor tan alejado temporalmente del primero, demuestra bien que uno y otro debieron ser representantes de una misma tradición.
(8). La misma cosa puede afirmarse, en el siglo XVI de las obras de Rabelais que encierran también una significación esotérica que podría ser muy interesante como objeto de un detenido estudio. Por lo demás, Eliphas Lévi trató el tema en un libro titulado El hechicero de Meudon.
(9). Histoire de France, t. III, pág. 398.
(10). El templario suabo Wolfram von Eschenbach, autor de Parsifal, e imitador del benedictino satírico Guyot de Provins.
(11). Tratamos aquí un punto muy importante, pero que no podríamos analizar sin apartarnos demasiado de nuestro tema; existe una relación muy estrecha entre el simbolismo del Grial y el "centro común" al cual alude Henri Martin, aunque sin detectar su realidad profunda. 

René Guenón

viernes, 5 de junio de 2020

EL PELÍCANO INICIÁTICO


EL PELÍCANO INICIÁTICO



El Pelícano como símbolo iniciático masónico.

Nos invita a penetrar en unos aspectos y en unos misterios que escaparán siempre a nuestro espíritu conceptual.

¿Es un signo de desesperación ante nuestras limitaciones?

¡En absoluto! Es incluso exactamente lo contrario. Dado que nuestro espíritu es limitado, vayamos más allá de estas limitaciones, a sabiendas de que el misterio seguirá siendo misterio para nuestra mente. Pero es posible vivir el misterio, y eso es lo que importa. Nadie jamás podrá explicar la vida y sin embargo, bien que la vivimos.

¿Qué te dice el Pelicano?

Ha sido símbolo de la Candad. Pero al pronunciar este vocablo, tengo la impresión de estar diciendo algo hueco, vacío.

Aunque la palabra ha sido vaciada de su sustancia, la realidad iniciática permanece. Daremos el rodeo necesario para ir más allá de la palabra.

El Pelicano... es sobre todo uno de los más antiguos símbolos de la Humanidad. Lo conozco gracias a los Textos de las Pirámides, el ritual de resurrección de los faraones del Imperio Antiguo. El mago se dirige a la Tierra. Le suplica que se trague los monstruos que ella ha producido porque la majestad del Pelicano ha caído en el agua. «¡Atrás! grita el mago ante una serpiente que aparece,¡escóndete! ¡No vengas al lugar donde yo estoy, huye, repta!» La majestad del Pelícano ha caído al Nilo.

¿Cómo interpretas estos extraños relatos?

El pájaro cae en las aguas y se ahoga: es el dios Osiris asesinado por su hermano Set. Este le había pedido, durante un banquete, que se tumbara dentro de un féretro a fin de comprobar si era realmente tan grande como se decía. Osiris aceptó. Apenas estuvo echado, Set y sus acólitos echaron el cerrojo a la tapa y arrojaron el féretro al Nilo.

Un Nilo que no es el río terrenal.

No, el río que daba vida a Egipto y hacia fructificar su tierra no era solamente un curso de agua, Reflejaba el río de lo alto, la Vía Láctea, Así los egipcios poseían, al alcance de la mano, un depósito de energía procedente del cielo.

Según tú. Arrojar el Pelicano a las aguas equivale a lanzar a Osiris prisionero en los cielos. Esta caída no es una muerte, sino un paso indispensable hacia una regeneración.

Recuerdo otro texto grabado en los sarcófagos del Imperio Medio egipcio. El mago se identifica con el Pelícano que acaba de alimentar a su nidada con su propia carne. Lo extraordinario es encontrar la misma leyenda tantos siglos después, en la Edad Media.

El tiempo y los profanos tratan de hacer desaparecer la nidada del Pelicano. A veces se dice que es un pájaro indigno, que masacra a su propia descendencia. Calumnia y mentira no pueden nada contra la auténtica naturaleza del Pelicano.

¿Una naturaleza regia? ¿Cómo lo sabes?

Conozco un texto que dice: «El Pelicano es la madre del Rey, y el Rey es su hijo». La madre del Rey es la diosa del cielo que da a luz cada día a las estrellas. En el momento de su muerte, el faraón abandona la Tierra y se convierte asimismo en una estrella. El hombre regio es el ser en plenitud, que recibe su función de la Madre universal, fuente de vida. Pero 

¿Cómo relacionas entre si todos estos elementos?

El Pelicano es Osiris, Es también el cielo, la madre del Rey. Además, el nombre egipcio del Pelícano es el mismo que el de las Enneadas. El grupo de los nueve grandes dioses creadores que son responsables del destino del universo. Cuando el Pelicano habla y profetiza, se nos dice, aparece la Unidad, las fronteras se juntan, las orillas se unen. Hay otra escena extraordinaria que se nos cuenta en los Textos de las Pirámides. Tras haber llegado a percibir los secretos del Pelícano, el faraón canta su alegría. Dice que las puertas del cielo y de la Tierra están abiertas para él. Que las cerraduras del Dios-tierra están abiertas para él, que la bóveda celeste también lo está. El que lo retenía lo ha liberado, la boca del Pelicano se ha abierto para él y le ha dejado salir a la luz del día para ir allí donde se le antoje.

Es un momento esencial del ritual el que tú evocas así. Hasta ahora, el constructor, cuya aventura es idéntica a la del faraón, era conducido por un brazo amigo. Ahora, gracias al Pelicano, adquiere una completa autonomía en el interior del templo.

¿Por qué algunas leyendas hablan del Pelicano en términos peyorativos?

Por ejemplo, se dice que equivale al insensato o al imprudente. En electo, por más que sea capaz de depositar huevos enteros en lugares bastante elevados, como el resto de los pájaros, no lo hace, sino que abre un hoyo en la tierra y deposita en el sus crías. Los cazadores, sabedores de esto, ponen allí estiércol seco de buey y le prenden luego. El Pelicano, al ver el humo, no piensa más que en apagar el luego por medio de sus alas, pero lo único que consigue haciendo esto es. Por el contrario: avivarlo más aún. De modo que se le queman las alas. Entonces se vuelve una presa fácil para los cazadores. Por dicho motivo los sacerdotes no tienen costumbre de comer de él. Saben que el Pelicano entabla esta lucha por sus crías. Pero los profanos sí que se lo comen, al considerar que el Pelicano combate de una forma irreflexiva.

Tú mismo te has respondido a tu pregunta. Los «sacerdotes» saben, los profanos juzgan. Has de saber que se combate al Pelicano porque los misterios que transmite provocan en algunos unos celos enfermizos. En la Biblia, aquel que se lamenta ante Yahvé. Sumido en la más negra aflicción, se compara a un Pelicano del desierto. Sus días se desvanecen como humo, sus huesos se tuestan como en un horno, su corazón se deseca, pues se olvida de comer su pan, A fuerza de gemir su llanto, se le pegan los huesos a la piel.

¿Es preciso pasar por tales padecimientos, por una desesperación semejante?

Los grandes misterios no admiten ni a los cobardes ni a los temerosos. Si pasas por ellos, pide la respuesta al Pelicano. Es el único en poder sacarte de tu angustia. El, el Pelicano, que mata a sus crías y las llora durante tres días antes de herirse a sí mismo. Entonces, las vivifica rodándolas con su propia sangre. El Pelicano actúa así porque sus crías, por las que siente un inmenso amor, le han herido en el rostro. El Pelicano no soporta el ultraje. Mata, y hace revivir.

¿No se comparó el rey David a un Pelícano?

Siempre el tema regio. En las leyendas, unas veces es el padre Pelicano, otras la madre, quienes derraman su sangre sobre las crías para resucitarlas.

Tú mismo, ¿no has ofendido e insultado al Creador?

¿Yo... en qué circunstancias?

Adorando a la criatura en vez de al Creador, interrogando a la manifestación en vez de dirigirte a la causa. Recuerda la aventura del caballero Bohort que vio un pájaro blanco como la lana llegar volando con la mayor rapidez posible y posarse en un árbol. Una vez allí, el pájaro, viendo a sus crías totalmente frías, muertas en su nido, comenzó a dar muestras de un gran dolor. A continuación, con su agudo y cortante pico se hirió el pecho tan cruelmente que empezó a manarle la sangre. Los pajarillos, bañados por la sangre caliente, retornaron a la vida, mientras que su padre expiraba en medio de ellos.

¿Por qué tiene que morir el padre para que vivan sus hijos?

Santo Tomas de Aquino decía que el buen Pelicano era Cristo Nuestro Señor, lavando la impureza por medio de una sangre de la que, una sola gota, hubiera podido salvar al universo entero de todo pecado. Tú eres hijo de este mundo, llevas sus heridas. El que te conduzca a la iniciación está obligado a darte su energía. El Pelicano, figura de Cristo y de la Resurrección, simbolizaba también la resurrección de Lázaro. Nuestro Hermano Dante comprendió, como cada uno de nosotros, las palabras de Beatriz hablándole de San Juan: «Este es el que descanso sobre el pecho de nuestro Pelícano y este fue el que desde lo alto de la Cruz fue elegido para la gran misión».

¡San Juan Evangelista! Alude usted a él a menudo.

Los dos Juanes, el Bautista y el Evangelista, son dos aspectos de una misma función. El apóstol del Verbo no ha sido puesto sin motivo en relación con el Pelícano. Ya sabes que sirvió de modelo para los Maestros de Obras.

¿Y la alquimia? ¿No habla del Pelícano?

El Pelicano es símbolo de la piedra filosofal que se multiplica sacando su tuerza de sí misma, a semejanza del pájaro que abreva la nidada en su propia sangre. La alquimia le permite al constructor «multiplicar» sus percepciones mediante la ofrenda de lo que hay de mejor en él.

Pero ¿qué significa realmente este sacrificio? Hablar de sacrificio hoy en día es poco menos que provocador.

Todo el mundo quiere tomar, adquirir, pero es raro encontrar a seres que acepten la idea misma de un sacrificio.

Para el futuro constructor, como puedes figurarte, la ofrenda de uno mismo a una obra es el don más exaltante. En cuestión de un instante, el que realiza el sacrificio hace acopio de las energías dispersas. En mi opinión, el hecho de colocar una víctima en el altar. En las antiguas religiones, no revelaba ningún sadismo. Se intentaba sacralizar la materia. En Extremo Oriente, cuando el fiel depositaba una flor a los pies de una estatua divina, llevaba a cabo un sacrificio. No es la flor la que interesa al dios, sino su perfume, su calidad impalpable e imponderable.

Sacrificarse, siguiendo el ejemplo del Pelícano, te resitúa en la unidad del ser. La lamosa «vía de las obras» del cristianismo medieval, degradado en las «buenas obras», consiste en tratar de convertir en sagrado lo que hacemos, en «vivir en el Padre», según la máxima hermética.

¿No radica el peligro en reducir el sacrificio a una escena teatral en la que el alma se deseca y encoge?
Por eso es por lo que el trabajo de nuestros padres y el nuestro actual reposan sobre un conocimiento y una práctica de los símbolos. Cuanto más vive el hombre este conocimiento, menos formalista es. Más se sacrifica en espíritu. Mi amigo Griaule, tras largas entrevistas con un sabio africano de la tribu de los Dogon, oyó que decía las siguientes palabras: «Las tuerzas del sacrificio penetran en el hombre, pasan por él y vuelven a salir». Entre los hombres hay un intercambio continuo, un movimiento incesante de flujos invisibles. Y es necesario que así sea para que perdure el orden universal.

Sacrificarse, para mí, no es mortificarse sino vivir intensamente.

El verdadero sacrificio es un movimiento continuo de las vidas que ascienden de la Tierra al cielo y que descienden del cielo a la Tierra.

¿La escala de Jacob?

Sí. Delante del patriarca maravillado que erige un altar, los Ángeles recorren sin cesar esta escala en uno y otro sentido.

¿Qué le ocurriría a quien se negara al sacrificio en esta fase de la iniciación?

Abandonaría su existencia a la tempestad de los acontecimientos y perdería las riendas de su propio pensamiento. Los antiguos iban muy lejos en esto al afirmar que ofrecer un sacrificio es nacer de verdad. El que no hace sacrificios no ha nacido aun.

¿Qué hay al final del sacrificio?

El que espere algún beneficio personal en el camino de su iniciación, el que persiga una gloria pasajera o unos honores cualesquiera, traicionará el espíritu de sacrificio. El Pelícano no vuelve a dar el aliento vital a sus crías con el fin de recibir ninguna felicitación, sino de hacerlas renacer. Solo las acciones que tienen por razón de ser el sacrificio no atan. El Pelicano ama por amor al Amor, crea por amor a la Creación, sin ninguna otra justificación.

En casi todas las escenas, he observado que las crías del Pelicano son en número de tres. ¿Un número esencial, dentro de la perspectiva iniciática?

El Pelicano es a sus tres crías lo que el Maestro a las tres virtudes cardinales, la Fe, la Esperanza y la Caridad. Ellas son los tres vértices del triángulo sagrado que se formaba con la cuerda del agrimensor.
Me está usted orientando así hacia la Geometría, la ciencia noble por excelencia. Es ella la que permite levantar los planos de la catedral. Ahora bien, la primera figura geométrica es el triángulo, el espacio del Tres.

El primer brote creador es ternario. Las tres virtudes son los pilares de la arquitectura sagrada y de la arquitectura interior de cada iniciado.

Las palabras, una vez más. Me incomodan. La Fe, por ejemplo...

Conviértete en Pelicano. En tu progresión hacia el conocimiento, vive ese momento en que no buscas ya respuestas racionales a tus preguntas. Capta, de una manera vital, lo que es.

Entonces, vivirás la Fe iniciática. Tu Fe es una certidumbre que no comprendes y que no comprenderás jamás, puesto que es inteligencia del corazón, más allá de toda comprensión mental. Es una función del pensamiento que nuestra civilización desarrolla escasísimamente.

Esta Fe. ¿no es ante todo una fidelidad?

Sí. si consideras esta fidelidad como la puesta en práctica del Verbo que te ha sido revelado. La irradiación que te llega de la comunidad no te pertenece. Esfuérzate en dejarla pasar a través de ti, se fiel a ella no oponiéndole ninguna pantalla opaca.

Vivir la Fe es abolir la distancia entre el iniciado y el conocimiento.
Es también reconocer a tu Hermano y actuar de manera que tu Hermano te reconozca a ti. En todas tus acciones, aprende a no contentarte nunca con nada, a no detenerte en nada. No habrá para ti, en tu vida iniciática, ninguna parada de ningún tipo. No la ha habido jamás para ningún iniciado, por más lejos que haya llevado su perfeccionamiento.

Esta Fe iniciática es un dinamismo de una increíble potencia.

Su secreto es el conocimiento. Nace de la transmisión que se efectúa entre la cofradía de los constructores y el postulante. Maestro y discípulo están ambos en ti. Es por medio de la audición como accederás a la Fe. Tu oído será el canal de tu verdad interior que te abrirá también a la verdad ajena, a su Fe.

¿Y la Esperanza? La siento como una voluntad de vivir, una certeza de que la condición humana siempre puede mejorar.

No confundas la Esperanza con la confianza. La Esperanza es un movimiento sin principio ni fin, el «motor» que te obliga a renovarte sin cesar.

¿No se ha identificado la Esperanza con el aliento de Dios que, cualesquiera que sean las
circunstancias, pasa a través nuestro?

Un aliento semejante nutre tu inteligencia del corazón. No hay ninguna necesidad de esperar para emprender algo, ni tampoco de tener éxito para perseverar. Nuestras esperanzas a veces se vienen abajo, nuestros logros y nuestros éxitos son arrumados. No importa. La Esperanza es la apertura de las puertas bien cerradas. Vivimos unos tiempos en los que se reniega de los hombres que se consagran a la vida del espíritu, se les juzga como mutiles, como algo secundario. Padecemos esta época. Pero tenemos asimismo la suene de vivirla en el momento en que el espíritu renace, modelado por la Esperanza.

¿Por qué el amor a lo sagrado no está siempre presente en nosotros, sea la época que sea?

El fuego de este amor es la Esperanza. El constructor iniciado se somete a la voluntad creadora dejándola pasar a través de él.

En el fondo. Quien carece de Esperanza no percibe la necesidad de su cumplimiento iniciático.
Quienes se realicen por medio de la iniciación, quienes tengan a la Esperanza por ley e inteligencia, a ésos se les mostraran maravillas. Verán un mundo ahora invisible, verán un tiempo que está todavía oculto para ellos, un tiempo que no les hará envejecer.

¿Se abre la Esperanza a la Caridad?

Otra vez nos encontramos con esta extraña palabra. Ha hecho falta toda esta larga andadura para darse cuenta de lo que es la Candad iniciática. Una de las nociones más deformadas, más bastardeadas a lo largo de los siglos.

En líneas generales, el término no designa ya, en nuestros días, más que obras pías.

Al pedírsele al iniciado: «No te niegues a echarle una mano al desconocido que mortalmente necesitado se acerca a ti», no es una simple obra piadosa lo que se invoca.

¿Conoces el sentido originario del término «caridad»?

Creo que la palabra proviene del latín carus, «caro, de alto precio, a lo que se atribuye un gran valor». El termino latino deriva a su vez del griego ágape, es decir, el amor fraternal, el amor divino. Los primeros cristianos llamaban ágapes a sus banquetes rituales.

Los banquetes iniciáticos de hoy día son siempre unos ágapes. Es uno de los momentos más importantes del itinerario iniciático. Para tomar parte en el banquete, libérate de las riquezas mal ganadas que atan a su poseedor. Prepárate para la «beneficencia» del banquete, para el Bien Hacer.
En el momento del banquete, la Candad reina sobre los hermanos reunidos.

¿Comparten también sus adquisiciones iniciáticas. Sus progresos en el camino?

Ofrendando nuestro fuego interior al fuego interior ajeno, hacemos un verdadero don.

¿Por qué se decía, en la Edad Media, que la Caridad era la virtud suprema?

Porque permitía al constructor entrever la importancia de la maestría futura, vivir las palabras del Maestro Eekhart: «No debes desear nada a cambio de tus obras: si así actúas, tus obras serán espirituales. El que no se busca a sí mismo, el que no busca nada, sino que únicamente piensa en el cumplimiento de la Obra y en la gloria de la Obra, ese esta en verdad en total disposición y liberado de todo mercantilismo en sus obras, no busca ya en lo más mínimo su propio provecho».

¿No tiene esta Caridad ninguna relación con la pobreza?

Dios se dirige al pobre de iniciación y de espíritu, a aquel que acusa a tal punto su miseria que apela al Conocimiento con todas sus tuerzas.

¿Es la Caridad signo de una conversión hacia la luz?

Es la ley del Maestro. Es la caridad la que mantiene la cofradía unida. Cuando el sol se pone por el oeste en medio de un resplandor de colores, cuando baña con sus rayos los muros del templo, de la catedral o del monasterio, se manifiesta lo divino en la serena alegría de los hombres atemos a su presencia caritativa.

Tres virtudes, la Fe, la Esperanza, la Caridad,,, siempre el Tres.

¿Por qué la presencia continua de este número a todo lo largo del camino?

Tres contiene todas las dimensiones posibles del Cosmos, en la lengua jeroglífica, tres es el símbolo de la multitud infinita de los seres y de las cosas, agrupadas en una coherencia. Si queremos decir, por ejemplo, que un personaje reúne el conjunto de las cualidades necesarias para un trabajo, se le atribuyen tres. Si se quiere representar la totalidad de las especies de peces, se dibujan tres.

Cuando Dios crea cada día el cielo y la Tierra elijo Fierre De loeuvre, da tres pasos.

¿Tres pasos que el iniciado debe dar también?

La primera superficie de la iniciación está definida por tres lados. No podemos comprender la unidad más que por esta superficie compuesta de tres elementos. -Plutarco hablaba del triángulo creador, en el origen de la vicia. Este estaba formado por Osiris. La perpendicular que vale Tres, por Isis, la base que vale Cuatro, y por Horus, la hipotenusa que vale Cinco.

Dios es Uno en tres. Tres esta por todas partes para quien sepa ver.

La famosa trinidad Padre. Madre e Hijo no es debida en mi opinión al cristianismo. Para los egipcios, Shu, el dios del aire, es el primer principio que da la vida: su esposa, Tefnut, diosa de la humedad, lo recibe y hace reverdecer la naturaleza. Osiris, en tanto que dios hijo, tiene por misión salvar a los hombres por su pasión.

El Pelicano y sus crías simbolizan la unidad divina que da origen al Tres. 

¿No tiene su importancia el mismo huevo del Pelicano?

En algunos mosaicos, como el de Treves, los artesanos representaron un altar en el que ha sido depositado un huevo que contiene unos trigéminos, la exaltación alquímica del Tres. Esto corresponde a la triple acción del Maestro de Obras, que debe concebir el plan del Templo, dirigir a los trabajadores de la obra y participar personalmente en la construcción.

¿Aprende el iniciado poco a poco a practicar un pensamiento «ternario»? 

Ejerce este pensamiento en cualquier ámbito de la actividad humana. Los antiguos sabios gustaban de adoptar formulas ternarias para transmitir su experiencia, ¿Recuerdas las palabras de Lao Tse impartiendo los principios de la creación y del trabajo?: Crear sin poseer nada. Trabajar sin retener Producir sin dominar.

En la Edad Media, se creía que el mundo era conservado por tres fuerzas. La primera es la que concibe, la segunda la que contempla, la tercera la que ama.

Son propiamente las tres tuerzas que sostienen a una comunidad iniciática Elijo Fierre Deleuvre.

El constructor adopta, al mismo tiempo, tres posiciones: con el pensamiento se sitúa por encima de lo fenoménico; con su humanidad, en el devenir: por último, con sus obras, se sitúa como «producto» final de la creación. Pero ha llegado el momento, para ti, de pasar por la prueba del Fuego.

El Fénix es inseparable del Pelicano, me dijo Fierre Deloeuvre. Representa una nueva etapa esencial.
He encontrado el Fénix en Egipto, en Grecia, en la Edad Media, en el Islam, incluso en China.

¿Cuál es la leyenda del Fénix en Egipto?

En el momento en que el Kilo inundaba la tierra de Egipto, se veía un maravilloso pájaro con la cabeza adornada con un copete. Al alzarse el sol. Se elevaba fuera de las aguas primordiales, como había hecho en la primera mañana del mundo. Su ciudad de elección era la Ciudad del Pilar, la que los griegos llamaron Heliópolis, «la ciudad del Sol» y que en la Biblia se denomina On. Una vez allí, se posaba ya sobre el árbol sagrado, un sauce, ya sobre la primera piedra de la creación. El Fénix traía la alegría. Se gritaba por todas partes: «;El Fénix ha regresado1.». Con él, el fulgor del sol tomaba la forma de un pájaro. Asimismo se decía del Fénix que se creaba a partir de sí mismo en el Océano primordial.

¿No es el Fénix un guía?

Sí. Pues abre un nuevo camino en el cielo respondí yo.

En El Libro de los Muertos, el iniciado pide a las estrellas que le abran camino, pues, tras haber entrado en forma de halcón en las moradas subterráneas, ha salido de ellas convertido en Fénix.

Kadyr

martes, 2 de junio de 2020

HIRAM ABIF

HIRAM ABIF

El primer documento datable que detalla la leyenda de Hiram es la divulgación titulada Masonería disecada desde 1730 . Anteriormente, el manuscrito de Graham de 1726 ya atestigua la existencia de una leyenda que presenta varios puntos en común con la leyenda de Hiram, pero es Noah quien ocupa el lugar central allí. Se trata en particular de una pérdida después de su muerte, así como del intento de sus tres hijos de levantar su cuerpo.

Las constituciones de Anderson evocan brevemente el personaje de Hiram en su versión de 1723 . Le dan más importancia en la segunda edición, en 1738 . Mientras tanto, en 1727 , apareció el siguiente diálogo en el manuscrito de Wilkinson: “La forma de la caja es un cuadrado largo. ¿Por qué? De la forma de la tumba del maestro Hiram ”

Invariantes de la leyenda

Representación 3D del Templo de Salomón.


Después de su aparición en el comienzo del siglo xviii, la leyenda de Hiram se contó con numerosas variantes en distintos países, épocas, ritos masónicos o autores. Sin embargo, es posible identificar un cierto número de elementos comunes a la gran mayoría de ellos:

El marco de la leyenda es el sitio de construcción del Templo de Salomón , antes del final de las obras. Hiram es el arquitecto y tiene un secreto. Él inspecciona regularmente el sitio. Los trabajadores de la construcción se dividen en tres categorías que no son las que da la Biblia.pero los de los grados masónicos: aprendices, jornaleros y maestros. Tres trabajadores criminales intentan extorsionar su secreto de Hiram sin esperar a recibirlo regularmente. Para esto, se publican en las tres puertas del Templo, cada una de ellas bloquea sucesivamente el pasaje a Hiram y exige que revele su secreto, pero cada vez que Hiram se niega y busca otra salida. Cada vez que uno de los conspiradores lo golpea y el tercer golpe es fatal. Los delincuentes sacan el cuerpo del Templo y lo entierran. Salomón ordena que se busque el cuerpo y envía a varios hermanos para hacer esto, quienes encuentran el cuerpo de Hiram gracias a una planta, generalmente acaciaque marca la ubicación de la tumba. El descubrimiento del cuerpo da lugar a una fórmula ritual de exclamación y aquellos que lo encontraron regresan a buscar a Salomón. Este último procede a exhumar el cuerpo, que después de dos intentos fallidos se alivia por medio de los cinco puntos perfectos de dominio . En este momento se producen dos sustituciones: el nuevo iniciado, que había desempeñado el papel de Hiram durante la ceremonia, reemplaza a este, pero el secreto de Hiram por otro lado no se encuentra: se reemplaza por un secreto sustituido, luego enterramos el cuerpo con honores extraordinarios. La leyenda de Hiram en sí termina aquí, pero continúa en algunos altos rangos masónicos. que relacionan en particular la forma en que los culpables serán castigados y la forma en que se continuó el sitio de construcción del Templo de Salomón a partir de entonces.

Principales variantes de la leyenda


Rama de acacia , mencionada en la leyenda. Más bien, es casia , según Masonry Disected .

Sin embargo, existen variaciones importantes con respecto a otros elementos de la leyenda.

La ubicación final de la tumba de Hiram: "En el Lugar Santísimo" en las primeras versiones de la leyenda, "tan cerca del Lugar Santísimo como lo permite la ley judía" en versiones más recientes, o "en el 'recinto de obras', a veces incluso 'en la sala del medio'. Algunos ritos no abordan esta pregunta en absoluto en el grado de maestro, o solo de manera muy alusiva. La fórmula de exclamación: " Muscus Domus Dei Gracia " según Masonry Disected, "¡Ah Señor! Dios mio ! En ciertos ritos. El secreto sustituido: siempre es una palabra, pero hay bastantes variaciones, siempre en dos o tres sílabas. Todas estas palabras tienen en común el hecho de no pertenecer a ningún léxico conocido (excepto en la versión primitiva del manuscrito de Graham, con la expresión médula en el hueso ) y de contener siempre las letras M y B, como en los rituales. Francés del Marqués de Gages que afirma en 1763 "La palabra es Mac Benac que significa" la carne deja los huesos "o" la carne es corrupta "". La planta: a menudo es la acacia , pero según Cassson Disected fue casia .. También hay diferencias en el nombre del arquitecto: generalmente Hiram, pero encontramos a Adoniram en algunos rituales franceses, o incluso en las herramientas de los delincuentes y la ubicación de las heridas (muchas variantes).

El número de participantes también varía según los ritos. Quienes buscan al arquitecto: quince o doce según los rituales ingleses, nueve en ciertos textos de origen francés. En algunas variantes inglesas, los conspiradores tenían quince años al principio, pero doce se dieron por vencidos y fueron a confesar sus arrepentimientos a Salomón. Existen numerosas variaciones en los nombres de los conspiradores: a veces Jubelo, Jubela, Jubelum , a veces Jubelos, Jubelas, Jubelum , a veces Giblos, Giblas, Gibloom , o incluso Jiblime, Jibelum, Jabelum , etc. Estas son siempre formas derivadas de la palabra Giblim , presente en las constituciones de Anderson con la ortografíaGhiblim . Esta palabra y su contexto de uso parecen provenir de la Biblia de Ginebra (1560) que menciona en la nota al margen de la traducción del versículo de la Biblia 1 Reyes 5:32: "La palabra hebrea es Giblim, de quien se dice que es , excelentes albañiles " . * Su categoría profesional: generalmente son compañeros, a veces aprendices, nunca maestros. Las faltas simbolizadas por los conspiradores: a menudo ignorancia, fanatismo y ambición, pero hay muchas variaciones.

Tomado de:

lunes, 1 de junio de 2020

DIALOGO ENTRE MASONES JUNIO 2020 N° 78


DIALOGO ENTRE MASONES JUNIO 2020 N° 78


DIRECTORIO

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