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jueves, 3 de octubre de 2013

El Principio de la Femineidad, subliminalmente desplegada en las iglesias y catedrales del estilo Gótico.

Al momento en que las personas ingresan a una catedral del estilo Gótico, se desvela, en toda su magnificencia, y ante sus atónitos ojos, un despliegue de estructuras; todas del estilo Gótico, desde el piso hasta el techo.

Al comenzar los fieles, a paso lento, pero constante, con su peregrinar en dirección hacia el altar; el cual se les muestra, en toda su grandeza y magnificencia a unos cuarenta o cincuenta metros por delante de ellos; desfilan por entremedio de los centenarios bancos muy largos y de un color marrón un tanto oscurecidos, debido a los sucesivos mantenimientos que se les hace periódicamente a los mismos, con el pasar de los años.

Mientras los visitantes caminan lentamente, van observando la clásica planta al estilo románico, conformando una tradicional forma de cruz latina, con sus brazos salientes muy cortos y con sus tres capillas absidiales con formas poligonales, una en el altar y las otras dos, una a cada lado, justo en la mitad de la planta.

Los mas curiosos, esos fieles que recuerdan y admiran el trabajo que tantos obreros albañiles han dedicado sus vidas en la construcción de tal obra maestra, observan hacia lo alto, debido a que se les despliega sobre ellos el arco ojival mas grande y alto de todo el lugar. Si bien, dentro de la catedrales de este estilo, se despliegan un gran número de arcos ojivales de diversos tamaños, el primero que recibe al visitante, es el más grande e imponente de entre un total de diez, o mas, dependiendo de la estructura del templo, los que se apoyan sobre grandes y robustas columnas, las cuales, son las que soportan la aplastante suma de todas las transmisiones de las cargas de los pesos, proveniente desde todos los arcos ojivales que soportan el techo de la catedral. 

El arco ojival, a diferencia de otros arcos, como el Tudor o el conopial, es capaz de transmitir menos tensiones hacia los laterales, permitiendo generar mayores espacios por debajo de estos y es uno de los diseños arquitectónicos más característicos del estilo Gótico.

La gran entrada ojival del estilo gótico, que por debajo de la cual, incontables generaciones de cristianos la transitan periódicamente desde hace cientos de años, hacia y desde el interior de las iglesias de este estilo, en realidad es una representación de la parte más íntima de la femineidad. Por esa imponente apertura ojival, se accede hacia el interior sombrío y uterino de la Madre Iglesia, y al mismo tiempo de contener, repetidas veces, unas imponentes "Arquivoltas" con heterogéneas bandas concéntricas de perfiles, junto con la "Clave de Arco", conformando esta, un "Botón de Rosa" y ubicado en la Arquivolta mas interna; recuerda casi incuestionablemente, a un clítoris. 

Luego, cuando el devoto católico se encuentra en el interior de la catedral, se dirige hacia la fuente donde se halla el agua bendecida, esculpida aquella, comúnmente en forma de una concha marina gigante, emblema inequívoco de la natividad, tal como lo pudo plasmar Sandro Boticelli, un aparente Gran Maestre del Priorato de Sión, en su gran obra, "El Nacimiento de Venus", resaltando que la Venera o Concha, es aceptada normalmente como un símbolo tradicional de la Vulva. 

Este gran conjunto de símbolos en las Catedrales fue voluntariamente introducido por los partidarios del Principio de la Femineidad, y aunque comunican sus mensajes a un nivel subliminal, no dejan de procurar un efecto enternecedor en el subconsciente, que armonizándolos perfectamente en conjunto con la luz profunda y refulgurante de las velas, la ceremonial música evangelizadora y el olor muy peculiar del angelical y espectral incienso, no es de sorprenderse que infundiesen exaltaciones por demás esenciales e inconfundibles sobre las mentes y los corazones de los feligreses.

En aquellos tiempos, en los que se idearon, diseñaron y construyeron las iglesias y catedrales al estilo Gótico, y en donde "la Rosa o Rosetón Sagrado" fue uno de sus diseños arquitectónicos por excelencia; en ese mismo tiempo, lo Femenino fue un concepto místico, carnal y religioso a la vez. El poder y la voluntad, provienen desde la sexualidad; y la sabiduría, se origina en el conocimiento de la "Rosa" o "Rose" en inglés… anagrama esta, de "Eros", el dios del amor.




Nota: Este es un fragmento modificado por mi, de mi 2º novela, titulada: "Annon y la Cárcel de Cristal". 

© 2012 - Nelson J. Ressio - ISBN 978–987–28510–0–2

(Consíguela aquí: http://nelsonjressio.bubok.com.ar/)

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