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sábado, 31 de diciembre de 2016

EL AMANECER DE LA ERA SECULAR

De cómo el monasticismo legó la tradición constructora a los masones laicos
EL AMANECER DE LA ERA SECULAR



Uno de los puntos más apasionantes en la historia de la francmasonería es el análisis de la transición entre la actividad constructora de los benedictinos –tema del cual hemos hablado ya en varios libros- y el advenimiento de las corporaciones de constructores medievales. Una transición que, como todas, sufrió un proceso desigual en distintas geografías pero que, sin embargo, se produce en la misma época en todo el Occidente cristiano.

Desde luego, los primeros masones “libres”, guardaron una estrecha relación con los masones benedictinos, que siguieron construyendo hasta los tiempos del Renacimiento. El modelo de estos primeros masones laicos ha sido magistralmente descripto por Ken Follet en su monumental novela “Los Pilares de la Tierra”. Otro modelo sobresaliente desde la literatura es el que realiza David Pownal en “El Maestro de Piedra”, sin dejar de recordar a la trilogía de “Los Torneos de Dios” escrita por los franceses Barret y Gurgand. Se trata de literatura, pero una más interesada en la aproximación histórica que en el mito masónico. De allí su valor. Creo sinceramente que estas obras, que son verdaderas recreaciones históricas y que se acercan mucho a una verdadera historia de las mentalidades, debieran ser de lectura básica para cualquier aprendiz masón. De ese modo se evitarían muchas confusiones a la hora de tener claro el origen de su Orden. ¿Cómo fueros esos hombres? ¿En qué virtudes podemos vernos reflejados?

1. Los Arquitectos Laicos 

Nada mejor que abrevar en las fuentes. En sus crónicas del incendio de la iglesia de Canterbury -acaecido en el año 1174 "por voluntad y secreto juicio de Dios"- Gervasio describe la inmensa desazón que se apoderó de monjes y clérigos a causa de la tragedia.

Preocupados por el estado en el que había quedado la estructura, dudaban de su fortaleza. Algunos hablaban de reconstruir la catedral desde sus cimientos, lo cual enloquecía a los monjes de sólo pensarlo. Otros creían que algunas columnas soportarían una nueva carga. Lo cierto es que paralizados por tan inesperado siniestro, los monjes permanecieron de luto durante un año, mientras decidían qué hacer con lo que había quedado de aquel hermoso templo.

Cuenta Gervasio que el capítulo –palabra que muchos masones no saben que, al igual que la mayoría de los vocablos que utilizan a diario, proviene del mundo monástico- convocó a numerosos arquitectos franceses e ingleses, pero no se pusieron de acuerdo. Finalmente, la elección recayó en Guillermo de Sens, "hombre extremadamente audaz, artífice habilísimo en tareas con madera y piedra", a quien le fue entregada la obra.

Las crónicas de Gervasio de Canterbury dan fe del celo con el que Guillermo condujo la reconstrucción; nos cuentan de la multitud de artistas talladores que fueron convocados, del enorme esfuerzo y de los ingenios que se debieron construir para desembarcar las piedras que llegaban desde el otro lado del mar. Hasta que, cierto día, en el quinto año de la reconstrucción, el hábil arquitecto cayó desde un andamio y quedó postrado en cama durante meses. La obra avanzó entonces de forma más lenta bajo la dirección temporaria de un monje que -con más voluntad que habilidad- seguía las indicaciones que Guillermo le daba desde su lecho. Consciente de que ya no se recuperaría, el arquitecto abandonó la obra y regresó a Francia.

Le sucedió otro Guillermo, de nacionalidad inglesa, a quien Gervasio describe como un maestro hábil y honesto. Ni el uno ni el otro eran monjes; se trataba de arquitectos laicos, hombres libres que habían aprendido el oficio de trabajar la piedra y construir iglesias en aquellas logias conformadas por experimentados monjes y numerosos "fratres conversi", expertos en sus oficios de canteros, albañiles, vidrieros, herreros, carpinteros y tallistas. 

La agrupación de estos hombres en estructuras asociativas adecuadas a su arte y tradición, fue la consecuencia natural de un proceso social, cultural y económico signado por el fenómeno del renacimiento urbano, la organización comunal y la creciente secularización de la sociedad. Muchas de estas asociaciones lograron ciertos privilegios que les otorgaron mayor libertad. Su fama se extendió, y muchos de sus más grandes arquitectos descansan en las criptas de las catedrales que construyeron, junto a reyes y obispos. Se comenzaba a desplegar otra historia: la de las corporaciones y gremios de la Baja Edad Media, la de los grandes artistas que conducirían a Europa hacia el Renacimiento. 

No sabemos a ciencia cierta el momento preciso -ni en base a qué presupuestos, tradiciones o influencias- se introdujo en los rituales del siglo XVIII la leyenda de Hiram Abi. A partir de allí, el simbolismo del Templo de Salomón pasó a ocupar un lugar relevante en la francmasonería. No fueron ni Jabel, ni Nemrod, ni Pitágoras los héroes de la corporación. Tampoco se eligió a las Pirámides de Egipto, ni al Coloso de Rhodas, ni a la Torre de Babel como alegoría y ejemplo del "arte sagrado". Hiram Abi y su famoso Templo se elevaron por encima de cualquier otra opción y sobre tal artífice y su obra se erigió el edificio simbólico de la francmasonería moderna con sus ritos. 

Sabemos, de todos modos, a partir del análisis de todos los documentos a nuestro alcance, que la tradición triunfante se vincula a la de los masones benedictinos. Sabemos también que esta tradición era conocida por los autores de los antiguos documentos de la corporación. Ellos mismos mencionan a sus fuentes. Si los antiguos masones operativos conocían esta tradición, no es menos cierto que los modernos masones especulativos la eligieron y organizaron prolijamente en sus complejos rituales. ¿Qué sucedió en el medio?

Los masones operativos hicieron del secreto un culto. El secreto masónico se ha gestado en ese interregno desconocido e inaccesible en el que reinaron las logias en todo su esplendor, capacidad y realización. Fue la época de los grandes arquitectos, pródigos en obras, mezquinos en sus palabras y celosos en sus técnicas, sus planos y sus aspiraciones. Sin embargo, la historia puede reconstruirse porque el hombre deja huellas; a veces con la intención de decirnos algo; otras, simplemente, porque son propias del fenómeno humano.

A través de esas huellas podemos saber, por ejemplo, cuántos maestros masones trabajaron en la construcción de una catedral o un castillo. Por sus marcas en las piedras -una identificación personal, pero también un silencioso acto secreto de vanidad de quien se sabía condenado al anonimato colectivo- sabemos de sus itinerarios. En su obra "Un espejo lejano", Barbara W. Tuchman calcula que Enguerran III, barón de Coucy, empleó, en el siglo XIII, a 800 albañiles para construir la fortaleza homónima y ello en base a las marcas dejadas en las piedras. La moderna gliptografía nos permite seguir el derrotero de un maestro masón por las distintas obras siguiendo su marca. Es así que hay marcas en Barcelona que pertenecen al mismo maestro masón que trabajó en la catedral de Santiago.

En el famoso manual de Villard de Honnecourt (circa 1224) pueden observarse dibujos que recuerdan, sugestivamente, a "los cinco puntos de perfección" de los maestros masones. Los 65 folios contienen una verdadera colección de bocetos y planos de obra, incluida una estructura idéntica a la utilizada por Umberto Eco para describir la laberíntica torre de "El nombre de la rosa". 

Conocemos, gracias a estos y muchísimos otros detalles, cómo construían, cómo estaban organizados y cuál era su rol en la sociedad. Lo que no sabemos de los masones operativos es de qué manera se trasmitían, en secreto, sus tradiciones. Los reyes los protegieron, les concedieron derechos, franquicias y exenciones. La Iglesia los receló primero, para luego amenazar sus liberalidades abiertamente.

Ya en el siglo XII, en el año 1131, el rey Alfonso VII otorgaba privilegios a los trabajadores de la catedral de Santiago:

"Ego Adefonsus Dei gratia Yspanie Imperator... Facio testamentum cautationes ómnibus magistri et criationi ecclesie Beati Jacobi, tam criationi operis quam et canonici, tam presentibus quam futurus usque in sempiternum. Ita cauto eos, quod non eant in fossatum, nec donec fossadariam, neque pectent pectum pro aliqua voce nisi pro suo forisfacto. Ita ego eorum cauto domos et possessiones, quod maiordomus terre nec ullus alius homo pro aliqua voce ibi non intret, neque eos pignoret nisi per manus sui magistri, et magister det directum per eos, et habeant tale forum quale melius habuerunt postquam opus ecclesie inceptum fuit..."

Más de ciento cincuenta años después, estos privilegios se habían afianzado, al extenderse los fueros municipales y las ciudades libres, cuyos ciudadanos -convertidos en prósperos burgueses- habían alcanzado la capacidad de adquirir este estado. Sancho IV, en 1282, confirmaba el privilegio de los pedreros de Santiago:

"...Porque los maestros et los pedreros et los raconeros de la obra de Santiago me dixieron que tienen privillegios del Rey Don Fernando mío avuelo et de los otros Reys et confirmadas del Rei mío padre commo deben ser amparados y defendidos. Et yo por esto et por muchos servicios que fizieron al mío padre et a mí en fecho de la eglesia et en otras obras, recébolos en mi guarda et mi defendimiento a elos et a lo suyo por o quier que lo ayan, asy en la villa de Santiago como fuera de la villa. Et mando et defiendo que nengún non sea osado de les querelar nin embargar sus raciones, nin de les fazer mal nin fuerca, nin tuerto, nin de les pasar contra los privillegios que les sean guardados daquí adelante así como lo fueron fasta aquí. Et qualesquier que contra esto fuesen, a elos e a lo que ovieren me tornaría por ello..."

Estos privilegios e incipientes libertades encontraron la resistencia de un modelo de sociedad que, basado en tres órdenes -el de los religiosos, el de los caballeros y el de los labriegos- había regido el contrato social del mundo feudal durante siglos. Los masones operativos -al igual que muchos otros gremios, guildas y sociedades mercantiles- adoptaron algunos de los rasgos particulares que aún hoy se perciben en la corporación masónica. En su mayoría, nacieron de la necesidad de protegerse mutuamente, guardar sus secretos y mantenerse unidos frente a la hostilidad de la aristocracia y la autoridad eclesiástica que veía -no sin razón- que este proceso dispararía una profunda transformación de la sociedad y de la distribución del poder. La lucha de los burgueses, comerciantes y maestros de oficio por mantener y ganar derechos, ha sido ampliamente debatida por los historiadores. Sin embargo, en esta lucha encontramos las raíces verdaderas del enfrentamiento entre las fuerzas seculares y las jerarquías eclesiásticas. Un enfrentamiento temprano, contemporáneo a la aparición de los teóricos del Estado Laico, cuestión que se inició en la Universidad de París, en el siglo XIV, con Marcilio de Padua y Guillermo de Okham.

Contemporáneo a la aparición de Defensor Pacis (1324) -la obra clave de Marcilio- el Concilio provincial de Aviñon (1326) anatematizó a las "confraternidades" con un documento cuya lectura nos recuerda inmediatamente a las posteriores bulas de excomunión contra la francmasonería. El texto es tan elocuente que mueve a reflexionar sobre los reales orígenes del conflicto Masonería - Iglesia. Su título:

"SOBRE LA SUPRESIÓN RADICAL DE LAS SOCIEDADES, LIGAS Y CONJURACIONES, DESIGNADAS BAJO EL NOMBRE DE COFRADÍAS."

"…Además, en algunos cantones de nuestras provincias, hay gente, por lo general noble, a veces plebeya, que organiza ligas, sociedades, coaliciones prohibidas, tanto por el derecho eclesiástico como por el derecho civil; bajo el nombre de cofradías. Se reúnen una vez al año, en algún lugar, para realizar sus conciliábulos y reuniones; al penetrar en el recinto, se pronuncia un juramento por el cual deben defenderse entre si de quienquiera que fuere excepto de sus Maestros, prestarse asistencia recíproca en cualquier ocasión, darse consejos y apoyarse recíprocamente. A veces, luego de vestirse con un uniforme, y empleando marcas y signos distintivos, eligen entre ellos a un superior, al cual juran obedecer en todo; la justicia se ve entonces perjudicada porque se cometen crímenes y robos;"

"Ya no hay paz ni seguridad; es la opresión para inocentes y pobres, iglesias y gentes de Iglesia, que estos individuos consideran, por supuesto, sus enemigos; sufren tanto en carne propia como en sus bienes personales, en el ámbito de las leyes y los tribunales, injusticias de todo tipo con miles de perjuicios." 

"Como pretendemos oponernos de inmediato a estas nefastas empresas y a estos intentos perniciosos, brindar un remedio eficaz para esta situación y defender a nuestros fieles del pecado, según corresponde a nuestras funciones pastorales, en virtud de la autoridad del presente concilio, decretamos la nulidad, disolución y ruptura de todas las agrupaciones, alianzas, sociedades, conjuraciones, denominadas fraternidades y cofradías, fundadas por clérigos o laicos, sin importar su grado, dignidad, estado o condición; de igual modo, declaramos nulos e inexistentes los pactos, convenios, ordenamientos que celebren entre si. Decretamos que los juramentos que deben cumplir los individuos mencionados son ilícitos, sin valor alguno, nadie debe considerarse sujeto a su cumplimiento, bajo nuestra garantía quedan liberados de ellos. Sin embargo, han de recibir de sus confesores una penitencia para redimirlos de estos juramentos imprudentes y temerarios. En virtud de la autoridad mencionada, les prohibimos, bajo pena de excomunión (en la cual según nuestra voluntad los contraventores incurrirán ipso facto, cuando el presente decreto se haya publicado dos domingos seguidos en la iglesia de su parroquia), prohibimos de ahora en más que frecuenten dichas asambleas, agrupaciones, y se sometan a dichos juramentos, organicen dicho tipo de cofradías, se sometan a tales Obediencias, se presten ayuda y apoyo recíprocamente, vistan trajes que representen una actividad desde ahora prohibida y se llamen entre si hermanos, priores, abates de dicha Sociedad. Además, dentro de los diez días a partir de dicha publicación, han de pedir individualmente a sus confesores (en la medida de lo posible), que los libere de los mencionados juramentos, y que cada uno declare públicamente que ya no quiere formar parte en el futuro de tales asociaciones. Prohibimos este tipo de conjuraciones, conspiraciones, convenios, aún cuando no se denominen cofradías. Por otra parte, decretamos la disolución y la nulidad de facto de éstas, a partir del momento en que se las emprenda y sometemos a aquellos que las emprenden a la sentencia de excomunión; sentencia que sólo podrá derogar el Concilio provincial, salvo en artículo mortis. En esta declaración, no tenemos la intención de reprobar las cofradías fundadas para celebrar a Dios, a la bienaventurada Virgen María y a otros santos para ayudar al pobre, cofradías en las que no se hacen pactos o juramentos de este tipo." 

La similitud con las bulas antimasónicas es elocuente. Los reyes no tardarían en sentir la misma inquietud que los obispos con respecto de las libertades y privilegios que habían ganado algunas corporaciones y gremios. Muchos documentos dan cuenta del rigor con que algunos monarcas convocaban y mantenían bajo su control a los maestros masones; al menos cuando así lo exigían las necesidades de la corona. Ejemplo de ello son los decretos de Eduardo III de Inglaterra, fechados en 1359 y 1361, por los cuales disponía que jueces, síndicos y prefectos de todo el reino, procuraran la comparencia de todos los maestros masones -con sus herramientas- en las obras del castillo de Windsor, ordenándoles, a su vez "…detener y arrestar a todos los albañiles que encuentren rebeldes o contrarios a tal propósito y a llevarlos al mencionado castillo donde permanecerán en prisión…" 

Ya por entonces, se habían diferenciado las figuras del "maestro de obra" y del superintendente o "vigilante". En el caso del castillo de Windsor, son mencionados como maestros de obra Roberto de Gloucester y William de Winford, mientras que "…nuestro amadísimo William de Wykeham", es definido como "encargado de la vigilancia de nuestra obra…". Wykeham, que no era arquitecto -pero que actuaba "a modo de un elevado visitador e inspector" como diría Beda, refiriéndose al rol de Adoniram- cumplía las funciones de capataz de la obra, se encargaba de pagar los salarios y controlaba a los maestros masones. Tomó las órdenes en 1362 y fue electo obispo de Winchester en 1366. Ricardo II lo nombraría Canciller de Inglaterra en 1386.

En esa misma época, y justamente en Inglaterra, se cree que fueron escritos los manuscritos "Regio" y "Cooke", lo cual nos deja al menos una certeza: hasta allí perduraba la herencia benedictina. Pese a la gran cantidad de información proveniente de la actividad de las corporaciones de masones operativos, muchos puntos permanecen oscuros con respecto al origen de algunos rituales y leyendas que aparecen en la francmasonería especulativa de la primera mitad del siglo XVIII.

A modo de conclusión, nuestra tarea como verdaderos masones continúa siendo la de desbastar la Piedra Bruta. Pero la principal tarea de un Maestro Masón es la de instruir a los Aprendices, enseñándoles sus raíces, cuidando de su crecimiento interior, asegurándonos-al mismo tiempo- que conocen la grandeza de la obra que realizan y que reciben una Tradición de la cual serán depositarios a su debido tiempo, no antes. Bien sabe el maestro de la piedra que un golpe dado a destiempo parte la pieza y arruina el trabajo.

https://eduardocallaey.blogspot.pe/2012/10/de-como-el-monasticismo-lego-la.html

viernes, 30 de diciembre de 2016

LAS ESCUELAS INICIATICAS



Estas escuelas tuvieron su principio muchísimo antes de que se escribiese la historia de las actividades humanas y, en todas las épocas sus miembros estuvieron dispuestos a servir los mejores intereses de los pueblos enseñándolos y guiándolos para recibir los mayores beneficios posibles de la vida, con el menor sufrimiento; sin embargo, la historia revela que no todos estuvieron dispuestos a aceptar las verdades «¡que hacen libres a los hombres!».

Sus enseñanzas fundamentales, comenzando por las Coptas Egipcias primitivas y las pre-cristianas Gnósticas, no han cambiado jamás.

Cada época, sin embargo, ha requerido una nueva interpretación y una nueva aplicación de la LEY a las, necesidades del individuo y de las naciones.

En esta Nueva Edad, la obra de las Asociaciones Espirituales y Ocultas debe ser restablecida en el mundo con la misma fuerza que tuvo en épocas anteriores para que los pueblos puedan ser instruidos en la Ley y se capaciten para usarla en la obtención de la Iluminación y la Inmortalización del Alma, como único medio de salvar a la humanidad.

En los últimos tiempos sociedades pseudo-ocultas y organizaciones rosacruces imaginarias han destruido la confianza de muchos investigadores, estudiantes y aspirantes. El hombre tiene tendencias demasiado poderosas a aceptar como verdad las apariencias que le halagan. Pero esta confianza será restablecida.

LAS ENSEÑANZAS ESOTÉRICAS.


Cuando la mente de un individuo se ha abierto al pensamiento de que existe una ciencia más profunda que la que enseñan nuestras universidades -grandes y respetables por muchos de sus aspectos-, de que esa Ciencia Secreta debe ser estudiada al lado de las otras y lo intenta, inicia el proceso cultural-espiritual que la Sagrada Escritura llama «el ascenso de la escala de Jacob», que le conducirá, no precisamente al cielo, sino a la Iluminación de su mente y de su Alma, es decir: a la Iniciación, cuya consecuencia es la liberación de toda servidumbre de cuerpo, Alma y espíritu.

La mayoría sólo ha recibido enseñanza sobre las posibilidades de la vida material, e ignoran que poseen un Alma que pueden despertar y tornar activa, y cuyos poderes son más grandes, deseables y reales que todo lo que pueda apetecerse. Muchos continúan creyendo que una alta intelectualidad es la más apetecible y digna ejecución humana. Pero el intelecto no tiene acceso al mundo del Alma, al mundo de la Vida; su máximo poder consiste en dar explicaciones superficiales de las cosas, sin penetrar en su esencia y carece de poder vital para reformar al hombre y para crear fraternidad, en cambio, su naturaleza afectiva, llamada frecuentemente naturaleza divina, es la base de toda inteligencia y de todo poder verdadero y duradero.

El objeto primordial de estas enseñanzas es guiar al individuo hacia el interior de sí mismo hasta encontrar su propio Centro Metafísico y encender la Llama Sagrada sobre su Altar Interior Esta llama es el punto de contacto del hombre con la Fuente de todo poder y de todo Conocimiento. Proporciona un Centro Espiritual alrededor del cual puede construirse una vida fecunda, constructiva y feliz. Es la más alta experiencia que puede alcanzar el hombre según lo atestigua la literatura mística de todas las razas, incluyendo el Occidente. La genuina mística cristiana es rica en este tema; bastaría citar en este campo a Francisco de Asís, a Juan de la Cruz, o a Teresa de Avila . La Orden enseña al aspirante las leyes y principios que conducen a ella, pero es el aspirante quien tiene que hacer su propio trabajo. Es él quien tiene que aplicarlos en su vida diaria para obtener su desarrollo interior y el despertar de fuerzas que puede usar para lograr salud, fortaleza y vitalidad juvenil, así como para cualquier otro propósito personal o social.

Este entrenamiento obliga a vencerse a sí mismo y a obrar cada vez más de acuerdo con la razón y con la Ley del Amor; es sencillo, natural y se lleva como parte de los quehaceres diarios, pues no es incompatible con ninguna actividad o empresa correcta, ni prohibe ningún placer positivo. Multiplica la capacidad para el trabajo, purifica los sentidos, robustece la mente, desarrolla la sensibilidad y acrecienta y ennoblece la capacidad de goce, aun cuando también, por ley de polaridad, la capacidad para el dolor. No busca el domino de los demás, sino la inspiración y el poder para servir en forma eficiente y desinteresada; e impulsa a robustecer e independizar la voluntad y la mente y a acrecentar la capacidad de juicio y de discernimiento para hacer, antes que todo, hombres verdaderamente libres y, sobretodo, responsables.

Paso a paso, y a veces imperceptiblemente, el neófito gana en fuerzas para enfrentarse a las circunstancias particulares de su vida por adversas que sean. Aprende a despertar sus propias fuerzas y a ejercer sus propios poderes. Aprende a cultivar las emociones del corazón y del Alma y a actualizar en sí sus poderes, energías y posibilidades latentes, para alcanzar la plenitud de su vida y llevar a la manifestación la Sagrada Llama, para que arda sobre el Trono en el Centro de su ser y se convierta en Hermano de la Luz, o Hijo de Dios.

Una vez que el hombre alcanza cierto grado de desarrollo interno puede comunicarse con los Centros Jerárquicos, abiertos a quienes por una vida pura y creadora, alcanzan estos dones. Existen en los Espacios Superiores centros de Amor, de Poder, de Energía, de Bondad, que corresponden a todos los conocimientos y condiciones posibles al hombre. No sólo es factible ponerse En contacto con esos Centros, sino que pueden alcanzarlos una inmensa cantidad de individuos que hoy malogrando su tiempo mueren en mitad de su carrera. o despiertan demasiado tarde para remediar su insensatez. Beethoven, por ejemplo, estaba por naturaleza afiliado a los Centros Musicales y recibió su inspiración de esos Espacios; Sócrates estuvo en contacto con los Espacios Filosóficos y el Alma plena del Profeta de Galilea tomó su inspiración del Centro más interno: el del Amor.

Nunca en la historia del mundo se ofrecieron oportunidades mejores que en la hora presente. Pero hombres y mujeres viven como en sueño, trabados por su propia debilidad y por la ajena, enceguecidos por ambientes y condiciones adversos o bobalicones y esclavizados por la opinión de los demás. Andan a ciegas, guiados por filosofías o religiones simbólicas y externas, dando tumbos de experiencia en experiencia, sin comprender las lecciones del dolor, de la alegría o de las pérdidas y sin saber el por qué de todo ello. El que recurre al entrenamiento oculto descubre por qué las sufre: comprende la razón del sufrimiento, el sentido del dolor, de la alegría y del esfuerzo, y a la luz de la filosofía, de la ciencia y de la experiencia de los que le han precedido en el camino, estudia y aplica los Medios que han de llevarle a realizar la Iluminación y la inmortalización de su alma, dentro de una vida creadora y positiva para sí mismo y para los que le rodean.

http://respetablelogiatehuti8.blogspot.pe/2015_12_01_archive.html

jueves, 29 de diciembre de 2016

RESEÑA HISTÓRICA DEL RITO Menfis-Mizraim

RESEÑA HISTÓRICA DEL RITO Menfis-Mizraim

Richard RACZYNSKI 

Actas del Simposio sobre el Rito de Menfis-Mizraim
Versalles, 30 de mayo 2009

Comencé por la muerte del escritor Pierre-Maurice MARIE, llamado Pierre MARIEL (1900-1980), leyendo, sobre el Rito de Mizraim, El más perturbador enigma de La Masonería francesa (La plus troublante énigme de la Maçonnerie française). 

Para destruir esta falsa idea, sería oportuno analizar brevemente al pasado, justo en el momento previo a la aparición de los Ritos de Menfis y de Misraim, para referirme a eso podría calificarse como de signos «anunciadores»; o sea, de «preliminares». 

 LOS PRELIMINARES 

No podemos evocar la historia de los Ritos Masónicos de los hermanos BÉDARRIDE (para Mizraim) y de MARCONIS de NÈGRE (para Menfis), sin hablar de la influencia que se expandió por doquier de un Egipto legendario y misterioso, aún presente en ciertos Rituales muy antiguos, con grandes reminiscencias faraónicas. 

Los relatos sobre viajes por Egipto culminan en el Siglo de las Luces con Corneille de PAUW (1739-1799), y sus Investigaciones filosóficas sobre los egipcios y los chinos (Recherches philosophiques sur les Égyptiens et les Chinois, 1794); con el orientalista Claude-Étienne SAVARY (1750-1788), y sus Cartas sobre Egipto (Lettres sur l’Égypte); con el Conde de VOLNEY (1757-1820), y sus Viajes por Siria y Egipto (Voyages en Syrie et en Égypte, 1783); y con el Barón VIVANT-DENON (1747-1825), y su muy ilustre Viaje por el Alto y Bajo Egipto durante las campañas del General Bonaparte (Voyage dans la Basse et Haute-Égypte pendant les campagnes du général Bonaparte, 1802).

Hulton Archive/Illustrated London News — Getty Images

Antes de seguir con este ineludible aporte documental, nacido durante una campaña militar, hay que mencionar que el primer explorador censado, Pedro TAFUR de SEVILLA (1410-1487), pese a que algunos le refieran nacido en Córdoba, partió en solitario, entre 1436 y 1437, época en la que los pelegrinos cristianos empezaron a aventurarse por la geografía del Valle del Nilo, para realizar viajes destinados al descubrimiento de vestigios arqueológicos en el Alto Egipto; aunque sólo el naturalista y farmacéutico francés Pierre BELON (1517-1565), ya en pleno siglo XVI, será su único continuador, con el relato de sus de viajes, publicado en 1553: Viaje al Levante, observaciones de varias singularidades y cosas memorables encontradas en Grecia, Turquía, Judea, Egipto, Arabia y otros países extranjeros (Vayage au Levant, observations de plusieurs singularités et choses memorables trouvées en Grèce, Turquie, Judée, Égypte, Arabie et autres pays étrangers). 

Pese a todo, o a causa de estos primeros aportes científicos, las leyendas vehicularon fantasmas y proyecciones que nada tienen que ver con la realidad. Así, nace una Egiptomanía secreta, oculta y muy extendida en sus primeros tiempos, que desata un acercamiento puramente intelectual, literario y especulativo, que hunde sus raíces en Italia. En este contexto, cabe destacar al Duque Cosme de MÉDICI (1389-1454), llamado el Guardián de Italia; quien propagará a su alrededor los textos de Hermes TRISMEGISTO, ensayando, de hecho, un verdadero renacimiento de una forma de Gnosis Primordial, junto a Ludovico LAZZARELLI, Adepto y practicante del llamado Misterio de la Regeneración, tal como le cita Dominique de LAGAYE en sus escritos sobre la Ogdóada (2009).

Fasti christianae religionis

Este mismo Hermes TRIMEGISTO es el que fue representado, al lado de Moisés, en un mosaico del artista Giovanni di STEFANO (1394-1451) trazado en el pavimento del Domo de Siena. El profesor de Filosofía medieval Eugenio GARIN (1909-2004) se inspiró en ello para ilustrar su teoría sobre la preeminencia de Hermes frente a Moisés en las aulas de la Escuela Normal de Pisa y, después, en las de la Universidad de Florencia. 

Como se constata, hay dos grandes ejes de influencia o de condicionamientos: el primero, que se inspira en el desarrollo histórico-artístico (con connotaciones románticas); y el segundo, que toca la esencia del Hermetismo y sus prolongaciones en el seno de las llamadas estructuras iniciáticas. 

Este segundo aspecto se ha tratado y desarrollado en los distintos cursos de este Simposio, por lo que me contentaré con recordar que el Hermetismo ha sido la base de una Doctrina filosófica y literaria conocida después del Antiguo Egipto y que, con el paso del tiempo, también ha servido de inspiración a otras Doctrinas; como es el caso de la Alquimia y de la Gnosis. 

La concreta atracción por los jeroglíficos y sus contenidos sagrados, según una visión metafórica, se inició con Los jeroglíficos de Horapolo (Les Hiéroglyphes d’Horapollo, traducido al francés por Jean-Baptiste REQUIER, en 1779), texto que está desarrollado en dos tomos; conteniendo ciento ochenta y nueve explicaciones de jeroglíficos egipcios. Este texto fue descubierto en 1422, en la isla griega de Andros, integrada en las Cícladas, y enviado a Florencia por el religioso Cristoforo BUONDELMONTI (1386-circa 1430), célebre por su gusto por los viajes y por la Antigüedad. 

Hacia finales del siglo XV, el texto se propaga entre los humanistas del Renacimiento, influyendo en El sueño de Polifilo (1467), del monje dominico Francesco COLONNA (1433-1527). Una primera edición, aparecida en 1505, marca los objetivos; permitiendo una relectura egipcia de los emblemas (Emblemata), en 1534, de la mano del escritor Andrea ALCIATO (1492-1550), lo que abre el camino a numerosos eruditos que se incorporarán a este nuevo y productivo campo de la investigación arqueológica, tal como hizo el médico holandés Johannes GOROPIUS BECANUS (1519-1572) en el siglo XVI. 

 Esta tradición egipcia fue revisada y puesta de moda, tras la Academia Platónica de Florencia, por el poeta, filósofo y astrólogo Marsilio FICINO (1433-1499), traduciendo del griego al latín, en 1471, catorce de los quince tratados del Corpus Hermeticum (nombre que se puso al conjunto de textos, manteniendo su vinculación con los diálogos filosóficos atribuidos a Hermes TRIMEGISTO). Su gran influencia se manifiesta en el pensamiento neoplatónico; que hace de Hermes TRIMEGISTO un antiguo rey de Egipto, un soberano dios de la Revelación y de la Palabra y uninventor de todas las Ciencias. Fue Hermes el que encerró todos los secretos en sus enigmáticas obras; ya descritas por Clemente de ALEJANDRÍA, uno de los Padres de la Iglesia.
En la época barroca, Athanasius KIRCHER (1601-1680), grafólogo, políglota y orientalista, publicó en 1652 su obra mayor sobre la Filosofía y la Egiptología: OEdipus Ægyptiacus. Considerado por algunos como el padre de la Egiptología, este jesuita alemán se interesó por el complejo origen de las lenguas, estimando (erróneamente) que los signos jeroglíficos sólo eran símbolos. Fue necesaria una campaña militar en Egipto y el descubrimiento de una estela por el capitán Pierre-François-Xavier BOUCHARD (1771-1822), para que el joven Jean-François CHAMPOLLION (1790-1832) pudiera descifrar, por primera vez, los textos; haciendo su informe sobre el alfabeto egipcio el 17 de diciembre de 1822. 


 Pero, lo que nos ha llegado de Egipto, a través de diferentes testimonios, nos ofrece una visión muy distinta de la realidad arqueológica e histórica del País de las Dos Tierras. De las numerosas pistas y de su particular desarrollo, nos movemos entre la fantasía y la realidad. Así, se nos dice que THOTH-HERMES es el fundador de una religión hermética, que se relaciona con la Astrología, con la Alquimia transmutatoria de ZOSIMO de Panópolis, con la Gnosis y con el Hermetismo; una suerte de «Religión sin Templos», vehiculada por la acumulación de Saberes mezclados con Magia y con el culto a ISIS y a OSIRIS. 

Un siglo después de KIRCHER, el abad Jean TERRASSON (1670-1750), hombre de letras, profesor de Filosofía griega y latina en el Collège Royal y miembro de la Académie des Inscriptions en 1707, publicará una novela, evocadora de las tradiciones iniciáticas del Nilo, con el título: Sethos ou Vie tirée des monuments et anecdotes de l’ancienne Égypte (1728).

Esta obra influyó considerablemente en la Historia de la Masonería, e incluso en algunos aspectos artísticos. Parece seguro que Emanuel SCHIKANEDER (1751-1812), libretista de la Flauta Mágica, y Wolfgang Amadeus MOZART (1756-1791), compositor de la ópera estrenada en Viena, en 1791, se inspiraron en esta obra. De hecho, en la obertura, cuando el joven Tamino es atacado por una serpiente, no se hace otra cosa que incorporar a la trama la primera prueba que debe afrontar Sethos en la novela de TERRASSON.

Esta influencia perdura con Gustave FLAUBERT (1821-1880), quien se inspira para crear, en 1862, su Salambó, novela que entronca con la historia de los faraones. El 26 de julio de 1857, FLAUBERT confió a Érnest FEYDEAU la siguiente reflexión: «Acumulo notas sobre notas, libros sobre libros […]. Para que un libro enseñe laverdad, es necesario borrar por completo lo que está escrito en él. Sólo entonces, se alcanza su comprensión con total naturalidad».

Johann Wolfgang von GOETHE (1749-1832), en la línea de la literatura surgida del Romanticismo Alemán, no será insensible a este exotismo de las pirámides y de los misterios; tal como se aprecia en los textos que escribe en septiembre de 1789, durante su segunda estancia en Roma. Johann Christiph Friedrich von SCHILLER (1759-1805) se interesa por los Ritos iniciáticos egipcios en su ensayo Die Sendung Moses (1791). Friedrich Leopold von HERDENBERG (1772-1801), que es conocido con el seudónimo NOVALIS, retoma el idealismo mágico, por medio del culto a ISIS, en su magnífica composición Los Discípulos en Sais (Les Disciples à Saïs, 1798).

El Sethos de TERRASSON no dejó insensibles a los seguidores del Esoterismo. Según el alquimista Pierre DUJOLS (1862-1926): «Todos los escritores de la Obra, lo recomiendan como indispensable para el estudio esotérico de las Iniciaciones egipcias y de los Misterios de Isis». En este mismo sentido, se expresa Oswald WIRTH (1860-1943): «El Ritual francés de los tres primeros Grados, fue progresivamente transformado para vincularlo a las iniciaciones descritas por el abate Terrasson».

A esta relación, conviene adjuntar la obra de Antoine-Joseph PERNÉTY (1716-1802), titulada Las fábulas egipcias y griegas interpretadas y reducidas a un único principio por la explicación de los jeroglíficos de la guerra de Troya (Les fables égyptiennes et grecques dévoilées et réduites au même principe par une explication des hiéroglyphes de la guerre de Troïe, 1758), que trata sobre las ciencias mágicas y la simbología de los antiguos; concerniendo a la Alquimia y a los elementos de la materia, a los jeroglíficos, a los mitos, a los dioses y a todas las representaciones simbólicas de la Antigüedad, incluido el estudio de la Filosofía Hermética.

El Mundo Primitivo (Monde Primitif), de Antoine COURT de GÉBELIN (1719-1784), miembro de la Logia Neuf Soeurs, es un verdadero sueño inacabado, que fue publicado en nueve tomos entre 1773 y 1782, como propuesta para restituir a la Humanidad a su estado primigenio de perfección.

 La profesora de literatura francesa Anne-Marie MERCIER-FAIVRE, en su obra Un suplemento a la Enciclopedia: El Mundo Primitivo, de Antoine Court de Gébelin (Un supplément à l’Encyclopédie: Le Monde Primitif, de Antoine Court de Gébelin; París, 1999), precisó el objetivo del pensamiento de este autor: «Persuadido de que todo es lenguaje y de que el mundo es, en sí mismo, una alegoría, ha buscado, a través de las raíces de las palabras y de las cosas secretas, un gran orden necesario y olvidado». 

La Historia no ha recordado a Jean TERRASSON como Francmasón; pero tampoco ha evidenciado la anterior aportación, debida a André-Michel de RAMSAY, llamado Caballero de RAMSAY (1686-1743), quien había publicado en 1727 su Voyage de Cyrus, obra que inició una mitología orientada hacia la Gran Tradición.

En 1607, otra Fraternidad, la Rosa+Cruz, situó a Egipto en el centro de una etapa entre el Yemen y Marruecos, en relación al periplo iniciático de Christian ROSENKREUTZ, personaje legendario o real, según se mire, que ha tenido una importantísima repercusión en el ámbito espiritual.

De la Literatura a la Espiritualidad, pasando por la Doctrina, parece que se articula en base a una cronología muy similar a la ya referida. La aparición de los Ritos, que comúnmente son calificados de «viejos Ritos Iniciáticos de la Antigüedad», se mezclan la Cábala judeocristiana, el Hermetismo neoplatónico, el Esoterismo y las diversas Tradiciones caballerescas, reagrupadas tras estructuras de nombre exótico y misterioso, como, por ejemplo: Filaleteos, Filadelfos, Hermanos Arquitectos Africanos, Rito Hermético, Rito Primitivo, etc.

Los expedicionarios de la campaña de Egipto, embarcados en Toulon, el 19 de mayo de 1798, a las órdenes de Bonaparte, son, en su mayor parte, parecidos a Charles Le CHANGEUR, militar de la Armada de Oriente; quien fue uno de los futuros fundadores del Rito de Mizraim, que, hacia 1805, en Milán, creará el Supremo Consejo del Rito. Estos Francmasones habrían descubierto, según la leyenda, un grupo gnóstico-hermético superviviente en el Cairo y, después, una Masonería drusa en el Líbano.

De acuerdo a esto, la Real Orden del Silencio de los Arquitectos llamados Africanos (Ordre Royal du Silence des Architectes surnommés Africains), relacionada con el Rito de Crata Repoa (palabras que significan Fuerzas Subterráneas), fundado en Berlín, en 1760, por el Barón Carl Friedrich von KÖPPEN (1734-1797), bajo los auspicios del Emperador Federico II, El Grande, desarrolló una verdadera Egiptosofía (cf. el investigador letón Érik HORNUNG).

Von KÖPPEN escribirá en 1770, junto a Johann Wilhelm Bernhard von HYMMEN, Crata Repoa ou Initiations aux Anciens Mystères des Prêtres d´Égypte (Crata Repoa o Iniciaciones a los Antiguos Misterios de los Sacerdotes de Egipto), seguido de textos iniciáticos donde la acción se desarrolla en tierras egipcias. Este Rito fue desarrollado en Francia por el Francmasón alemán KHÜN, quien era un representante de comercio bilingüe próximo a Jean-Baptiste WILLERMOZ.

El Rito Adonhiramita, debido a la pluma de Louis-Guillemain de SAINT-VICTOR, conocido por DE GAMAINVILLE, se articula, de acuerdo a lo que él mismo nos refiere en su Preciosa recopilación de la Masonería Adonhiramita (Récueil précieux de la Maçonnerie Adonhiramite, 1787), tras una hipotética Filiación masónica egipcia. La palabra Adonhiram será utilizada en 1933, en Bélgica, como título para la revista oficial de la Orden Masónica Oriental del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Ordre Maçonnique Oriental du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm).

En 1933, Jean BRICAUD (1881-1934) trata, en sus Notas históricas sobre el Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Notes historiques sur le Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), acerca de estas Masonerías del siglo XVIII que han sido denominadas ocultas: «El Rito de Menfis-Mizraim es el heredero de las Tradiciones masónicas del siglo XVIII, y es donde se custodian los sabios Principios, la Fuerza Moral y la Disciplina. Aquel tiene su origen en la Masonería Oculta de los Filaleteos de París, en los Hermanos Arquitectos Africanos de Burdeos, en la Academia de los
Verdaderos Masones de Montpellier, en el Rito de PERNÉTY de AVIÑÓN y, sobretodo, en el Rito Primitivo de los Filadelfos de Narbona». 

En 1777, se abrió en la ciudad de Burdeos un Capítulo de la Orden de los Arquitectos Africanos; la cual, se estructura en siete Grados: Pastophoris, Neocoris, Melanephoris, Christophoris, Balahate (Maestro Filósofo), Astrónomo y Saphenath Pancah (Hombre que conoce los Misterios o Profeta).

Contrariamente, algunos escépticos, en la línea de François RIBADEAU DUMAS, tal como lo refiere en su Cagliostro: Hombre de Luz (Cagliostro: Homme de Lumière), sólo ven es este Rito teatralidad y falta de contenido iniciático; entendiéndose que no jugó un papel determinante. Por lo tanto, su relectura masónica, incorporando el mito de OSIRIS en el centro de su Ritual, les emplazaría en el seno de una determinada línea egipcia, que debe entenderse como de tipo iniciática; aunque hay detractores e historiadores que aún lo pongan en duda (a falta de pruebas y documentos que lo 
clarifiquen). 

Contemporánea a la Orden de los Arquitectos Africanos, el Sistema de Masonería filosófica o mística de los Filaleteos (Buscadores o Amantes de la Verdad), constituido en París, en 1779, por Charles-Pierre-Paul SAVALETTE de LANGES (1745-1798), quien, al parecer, desde 1773, se habría inspirado en la actividad de su Logia, Los Amigos Reunidos (Les Amis Réunis), y en sus trabajos alquímicos y teúrgicos, intentará en vano de atraer hacia sí a CAGLIOSTRO. 

 Pero esta Masonería Egipcia, pronto fue puesta en sueños por el propio De LANGES; para evitar, así, que progresaran las pesquisas sobre los archivos de la Logia Los Amigos Reunidos, provocadas por la detención de CAGLIOSTRO por el Santo Oficio y su posterior proceso en Roma. 

 El Rito Primitivo o de los Filadelfos, según refiere Jean BRICAUD, se desarrolló en Narbona, hacia 1780 (donde el padre MARCONIS de NÈGRE, con igual nombre, fue miembro del Taller), bajo la dirección del Vizconde de CHEFDEBIEN d’AIGREFEUILLE; aunque, ya desde el año 1759, mantenía una cierta estructura iniciática en Praga. El Rito fue establecido en una Logia fundada, el 27 de noviembre de 1779, por el citado Vizconde y sus seis hijos. La operatividad de esta Logia, y la de sus cuatro Capítulos, fue definitivamente instaurada el 19 de abril de 1780.

 Su Patente de Constitución precisa que se fundamenta en un Rito «poco conocido», pero «de un lejano origen, de cuando los antiguos Hermanos visitaron los principales Orientes de Siria y de la India; y de cuando éstos vieron de cerca al Gran Cofto, cubierto por su gran velo negro». 

 El Rito Primitivo de Narbona, o Rito de los Filadelfos de Narbona, conoció un largo periodo de existencia, debido a su principal propagador, el Marqués François-Anne, Vizconde de CHEFDEBIEN d’ARMISSAN (1753-1814), uno de los hijos del Vizconde de CHEFDEBIEN. En concreto, la Logia de los Filadelfos estuvo viva hasta 1791-1792.

 En abril de 1805, el Marqués de CHEFDEBIEN solicitó al Gran Oriente las Cartas de Agregación. La Afiliación fue acordada por el Directorio de los Ritos, el 27 de septiembre de 1806; pero el Rito no tardó en desintegrarse.

 Muy poco o, mejor, casi nada hay en los archivos sobre esta Orden, donde los Rituales de Logia fueron transmitidos oralmente; por lo que aún están por censar y estudiar. 

 Una Tradición hace retroceder la fundación de este Rito Primitivo a 1721; que, por entonces, estaba estructurado en siete Capítulos fundacionales, instalados en París, en los que los Masones no serían otros que los propios Caballeros que practicaron los Rituales de la Rosa+Cruz. 


Ritos silenciados por la Gran Logia de Londres 

El Rito de los Iluminados de Aviñón de Antoine-Joseph PERNÉTY (1716-1796) debe incluirse en un listado aparte, ya que no es un Rito propiamente masónico; aunque sí es definido como un Rito Hermético (Aviñón, 1774). Y es de esta forma como ha sido citado por numerosos historiadores de la Francmasonería, desde Jean-Marie RAGON de BETTIGNIES (1781-1862) a Jean BRICAUD. 

 Este Rito Hermético o Rito Escocés de Aviñón, tras la Logia de Saint-Jean d’Écosse, será uno de las fuentes de la primera Logia Escocesa de Francia, estructurada en catorce Grados que finalizan con el Gran y Sublime Caballero de la Estrella Flamígera (l’Étoile Flamboyante). En realidad, este Rito se mantuvo dentro de la llamada Vía Alquímica. 

 Pero hay que citar un anterior desarrollo de este Rito, debido a un ocultista versado en Alquimia, Raimondo di SANGRO (1710-1771), Gran Maestro de la Masonería Napolitana, noble, anatomista y académico. Este Rito fue implantado y expandido en Francia por Louis-Théodore-Henri, Barón de TSCHOUDI (1727-1769); y Charles GEILLE (nacido en 1753) se convertirá en el Gran Maestro «ad vitam» del Templo del Sol, en el seno de la Sociedad de los Filósofos Desconocidos (Societé des Philosophes Inconnus), que es otro nombre de la Estrella Flamígera (l’Étoile Flamboyante). 

 El Ritual de esta Sociedad se inspira en una parte de los escritos alquímicos del escocés Alexander SETHON, llamado El Cosmopolita, formulados en el siglo XVI y recopilados por su discípulo, Michel SENDIVOGIUS (conocido con el anagrama Divi Leschi Genus Amo), con el título: Le Cosmopolite ou Nouvelle lumière chymique (1691). Se organiza en siete Grados. Forman la primera Clase, los tres Grados Azules; la segunda Clase, el Maestro Perfecto, el Perfecto Elegido y el Pequeño Arquitecto; y la tercera Clase, el Perfecto Iniciado de Egipto y el Caballero del Sol.

Este Rito parece el primer referente histórico que sirvió de base para la elaboración del Rito de Mizraim; y alguno de sus Grados ha sido adoptado por el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y por el Rito de Mizraim. 

 La Academia de los Verdaderos Masones de Montpellier parte de un Capítulo creado en 1778, en Aviñón, que fue transferido a Montpellier por el Marqués d’AIGREFEUILLE (1745-1818), primo de CHEFDEBIEN; y cuyos trabajos se centraron en el Hermetismo y en la búsqueda de la Panacea o Medicina Universal.
Además de lo ya citado, también conviene añadir a este listado los siguientes: 


El Rito (o Grado, según RAGON) de siete Grados de los Perfectos Iniciados de Egipto (Parfaits Initiés d’Égypte), creado por el alquimista, astrólogo y cartomántico Jean-Baptiste ALIÈTTE (1738-1791), llamado ETTEILA (célebre por su Tarot Egipcio), fundado en Lyon, en 1785. 

 El Rito de los Magos de Menfis, cuyo Ritual en francés partió del original en alemán, reeditado en 1928; y del que sólo se puede mencionar su breve existencia, entre 1790 y 1795. 

En 1881, París vivió la creación de la Orden Sagrada de los Sofistas (Ordre Sacré des Sophisiens) a iniciativa de los antiguos oficiales de la Armada de Egipto, reagrupados por Jean CUVELIER de TRIE (1766-1824), basándose en un reclutamiento social y cultural muy exigente. Después, esta Orden se transformó en la Logia de los Hermanos Artistas (Frères Artistes) para recoger en París, en «La Gran Pirámide de Francia», la «herencia de los Misterios» traídos por la Expedición de Napoleón BONAPARTE, llevando la divisa «Cherche et tu trouveras» («Busca y encontrarás»). Este Rito fue colocado «bajo los auspicios de HORUS» y dirigido por un Gran Isiarca (Grand Isiarque). 

El Cuadro de Miembros tras la fundación, que formó el Libro de Oro de 1819 (cf. BNF, Manuscrito FM415), estaba integrado por: Jean-Louis-Antoine REYNIER (1762-1824), General y Jefe del Estado Mayor en Egipto; Jacques-François de MENOU, Barón de BOUSSAY (1750-1810), General en Jefe en Egipto; Bernard-Germain-Étienne de LAVILLE-SUR-ILLON, Conde de LECEPÈDE (1756-1825), Gran Canciller de la Legión de Honor y Par de Francia; Gaspard MONGE (1746-1818), matemático y miembro del Instituto de Egipto; y Charles THÉODAT, Conde d’ESTAING, General de División y Jefe del Estado Mayor en Egipto. Estos miembros también fueron muy activos en el Instituto de Egipto. 

Por su parte, este Libro de Oro también ofrece explicaciones y algunas interpretaciones de ciertos jeroglíficos sobre los «Grandes Misterios» inherentes al Rito: el Fénix, la Esfinge, OSIRIS; y sitúa a la Alquimia en el corazón de su razonamiento, tal como se desprende del siguiente extracto: «El verdadero Iniciado en los Grandes Misterios de Isis se asocia a la Sabiduría Divina; es el Maestro del destino de la Humanidad; hace manar las fuentes de oro a su voluntad; y dirige la Vida, así como la Muerte». Esta Orden no parece estar activa después de 1820. 

En todo caso, la actividad de esta Orden constituye una etapa decisiva en la aproximación de la Egiptomanía; en especial, con la repercusión y el desarrollo de la misma en el mundo de las Artes. En este sentido, hay que tener muy en cuenta a Aubin-Louis MILLIN (1759-1818), conservador del Departamento de Monedas y Antigüedades de la Biblioteca Nacional, profesor de Arqueología en esa misma institución y director del Almacén Enciclopédico; así como a Marie-Aléxandre LÉNOIR (1761-1839), medievalista, arqueólogo y administrador del Museo de los Monumentos Franceses, quien publicó La Franche Maçonnerie rendue à sa vèritable origine, desarrollando una herencia iniciática egipcia en los Grados del Rito Francés. 

En ese ambiente, aparece en Toulouse, en Auch y en Montauban, en 1806, el Rito de los Amigos del Desierto (Rite des Amis du Désert), desarrollado en cuatro Grados: Iniciado de Menfis (Initié de Memphis), Iniciado de la Tebaida (Initié de la Thébaïde), Perfecto Iniciado (Parfait Initié) y Príncipe Iniciado (Prince Initié). Este Rito fue redactado por Aléxandre du MÈGE (1780-1862), arqueólogo inspector de los Monumentos Históricos y miembro de la Logia Napoléomagne, fundada en 1805, que, en 1814, se convertirá en la Logia La Concorde; e iniciador de la Logia Des Amis du Désert, que, luego, sería la Logia Madre La Souveraïne Pyramide, que, posiblemente, inspiró la fundación de la Logia Les Disciples de Memphis, bajo la supervisión de Gabriel MARCONIS de NÈGRE y de Samuel HONIS. Un Francmasón de nombre PAGÈS, será el Gran Soberano de este Rito Egipcio de cuatro Grados. 

La anterior referencia a Raimondo di SANGRO, Gran Maestro de la Masonería Napolitana, y de Louis-Théodore-Henri, Barón de TSCHOUDI, permiten traspasar los Alpes; y descubrir el epicentro de los Ritos Herméticos de connotaciones egipcias: Nápoles. Fue allí donde se realizó un completo y apasionante entramado que uniría los Misterios de Egipto, las pirámides y la Tradición: la herencia de la Antigüedad desde Los Jeroglíficos (Les Hiéroglyphes), de HORAPOLLO.

En 1747, trece años antes de la creación en Berlín de la Real Orden del Silencio de los Arquitectos llamados Africanos (Ordre Royal du Silence des Architectes surnommés Africains), el Príncipe di SAN SEVERO, Raimondo di SANGRO, constituyó una Gran Logia de la Masonería Napolitana, cuyo esfuerzo se centró en el desarrollo del Trabajo Alquímico, de la Magia y de la Transmutación. Todo ello es el fundamento de un futuro Rito Masónico de carácter pagano, que, posteriormente, se reivindicó como de tradición egipcia. Esta línea de investigación ya fue avanzada por Gastone VENTURA (1906-1981) en su interesante libro Los Ritos Masónicos de Mizraim y de Menfis (Les Rites Maçonniques de Misraïm et de Memphis, 1986). 

Mario REGHELLINI de SCHIO, en su obra La Maçonnerie considérée comme le résultat des religions égyptienne, juïve et chrétienne, publicada en 1833, refiere que «un Círculo de masones egiptófilos, aficionados de la Alquimia y de la Teúrgia, practican el Rito de Mizraim». 

Cuarenta y un años más tarde, en la ciudad de Nápoles, se produjo uno de los hitos fundacionales del Rito de Mizraim. Es por esa razón, que es difícil de no recordar la compleja personalidad de CAGLIOSTRO (1743-1795), el Gran Cofto; quien, en 1874, se manifiesta como el fundador del Rito de la Alta Masonería Egipcia (Rite de la Haute Maçonnerie Égyptienne), que, muy probablemente, es, en parte, el fundamento esotérico del Rito Egipcio de Mizraim (República de Venecia, 1788), al introducir las prácticas que tienen por objeto la búsqueda de la «inmortalidad espiritual». En todo caso, estos acontecimientos quedan algo condicionados por los hechos y la cronología, pese a que Robert AMBELAIN (1907-1997) los da por buenos y ciertos en su obra Ceremonias y Rituales de la Masonería Simbólica (Cérémonies et Rituels de la Maçonnerie Symbolique), publicada en 1978. 

Ciertamente, CAGLIOSTRO había sido iniciado en los Misterios de la Masonería por el marchante holandés KOLMER; pero fue en 1775, en Malta, que el Caballero Luigi d’AQUINO di CARAMANICO (†1793), hermano del Gran Maestro de la Masonería Napolitana, le confiere los tres Altos Grados Herméticos depositados en Nápoles, los Arcana Arcanorum, que son el lejano eco de una práctica iniciática que acontecía en el seno de los Misterios de la Antigüedad.

 En 1788, CAGLIOSTRO introdujo los Arcana Arcanorum en el Rito de Mizraim, bajo el nombre de Régimen o Escala de Nápoles; probablemente, en su Logia veneciana, ubicada en la población de Rovereto, en el Trentino-Alto Adigio (Tirol del Sur), y, en concreto, en el seno de un Círculo de Socinianos (seguidores del pensador y reformador italiano Fausto SOCINO (1539-1604)). Lo cual, nos conduce a una interesante cuestión: ¿Quizás estos hermanos procedían de la Logia Della Vitttoria, de Nápoles; que, luego, en 1806, se transformaría en la Logia José el Justo (Joseph le Juste), y, más tarde, en la Logia La Constellation Napoléon, para retornar, en 1812, a su título original? Para algunos, la Logia depositaria era de Nápoles; y no de Venecia.

 Gastone VENTURA, a propósito de los Arcana Arcanorum cita en su Cagliostro, un uomo del suo tempo, lo siguiente: «Vía alquímica interna, Vía de la Inmortalidad, adquirida en la Tierra por la constitución de un Cuerpo de Gloria». Pero los Arcana Arcanorum, en un principio, no traspasaron la frontera (para ser trabajados), si hacemos caso de lo que nos refiere Le Tuiléur de VUILLAUME, escrito en 1820: «Sabemos con certeza que estos cuatro Grados no han sido adoptados por el Poder que gobierna el Rito Egipcio en Francia». 

En 1933, el belga Jean MALLINGER (1904-1982) precisará, por el contrario, que de los archivos del Rito de Mizraim que fue introducido en Bruselas entre 1817 y 1818 (con los Grados 87º, 88º, 89º y 90º del llamado Régimen de Nápoles, es decir, del Arcana Arcanorum), se desprende lo siguiente: «Hay un Retejador manuscrito sobre pergamino, con una escritura absolutamente idéntica al de otro documento fechado en 1778, que contiene los Arcana Arcanorum». Esta cita hace referencia implícita a RAGON, quien en su Tuiléur général (Collignon, París, 1861), menciona, a propósito del Rito de Mizraim (pp. 305-306), un «Retejador (Tuiléur) manuscrito sobre pergamino, de 1778». 

En 1956, a consecuencia de una transmisión de archivos a PROBST-BIRABEN, MALINGER declaró lo siguiente: «Tengo o el manuscrito original (haciendo referencia a los Arcana Arcanorum citados por RAGON) o la copia directa de la época […], fechada en 1777 (luego, anterior a los hermanos BÉDARRIDE). También poseo el mandil […] y la banda original».

Pero volvamos sobre la personalidad del Conde de CAGLIOSTRO, de nombre Guiseppe BALSAMO, taumaturgo, alquimista y gran viajero, que habría revelado en Londres, bajo el nombre de Coston (o Cofton), los manuscritos inherentes a la práctica de un Rito Egipcio. En relación a su biografía iniciática, publica un Ritual de la Masonería Egipcia (Rituel de la Maçonnerie Égyptienne). Varios extractos de este Ritual (comentados por el Doctor Marc HAVEN, según la edición de 1948) fueron publicados por primera vez en la revista La Iniciación (L’Initiation), entre 1906 y 1908. 

El Sistema Masónico de CAGLIOSTRO ha sido llamado «De los Altos Grados»; y está abierto a los masones que ya sean Maestros, y que hayan cumplido los veinticinco años. Este Rito comprende cinco Grados. Fueron fundadas dos Logias Madre del Rito Egipcio: una en Lyon; y otra en Basilea, para los cantones suizos. Este Rito, que hizo recaer las iras del Vaticano sobre CAGLIOSTRO, no es cristiano ni anti cristiano; aunque es percibido como judío, en el preciso sentido de que abandona la referencia cristiana, al contrario de lo que sucede en todos los otros Sistemas Masónicos.

Para CAGLIOSTRO, el Ateísmo parece corromper la Masonería; por tal motivo, y paradójicamente, con la práctica de este nuevo Rito pretende un posible y deseable retorno hacia la fe. Robert AMADOU analiza esta percepción de la Masonería, haciendo de la Doctrina de CAGLIOSTRO una verdadera revolución iniciática: «El Gran Cofto pensó en la unicidad y en la unidad de Dios según la idea judeo-islámica» (extracto del artículo biográfico de CAGLIOSTRO, Dictionnaire de la Franc-Maçonnerie, publicado bajo la dirección de Daniel LIGOU; Presses Universitaires de France). 


Para el desarrollo de su Rito, CAGLIOSTRO reintroduce el principio fundamental de Don Martínez de PASQUALLY: la Reintegración. Este principio reposa en la práctica de la Filosofía Natural, en la que la Alquimia y la Evocación de los Espíritus (mediante la intervención de un Médium) están muy presentes. La práctica de la Teúrgia empuja al Masón del Rito Egipcio a penetrar en el Sublime Santuario de la Naturaleza, para poder acceder, al final de su «Trabajo Iniciático», a la Reintegración física y espiritual. «La Masonería Egipcia representa la perfección de la Filosofía Natural y Sobrenatural; que se adquiere por el culto y la práctica de la Perfecta Religión, que el Eterno ha determinado por la intercesión de un querido Discípulo o Elegido de Dios». 

Una continuación del Rito de CAGLIOSTRO, en la Italia de principios del siglo XIX, fue confirmada por Giuseppe GABRIELLE, quien refiere los documentos que atestiguan la existencia en Nápoles, en 1815, de una Logia, La Vigilanza, que trabajaba en el Rito Egipcio de CAGLIOSTRO; teniendo por Venerable a Pietro COLLETRA, y, por Gran Cofto, al Barón MORITEMAYOR (cf. La Massoneria Egiziana, publicado en la Revista Massonica, vol. 70, nº 2, pp. 3, 4 y 9, Roma, 1979; y Massoneria e Carboneria net Regno di Napoli, Ed. Atanor, Roma, 1981). También se puede citar, para Italia, gracias a los trabajos de investigación de Gérard GALTIER, la Sociedad Secreta Egipcia (Société Secrète Égyptienne), masónica y mixta, de Bernardino DROVETTI, puesta al descubierto por un informe de la policía austríaca en 1818, que trabajaba en el Rito Egipcio de CAGLIOSTRO en sus dos Logias: Los Caballeros de las Pirámides (Les Chevaliers des Pyramides), en el Gran Cairo; y Los Amigos de la Concordia (Les Amis de la Concorde), en Alejandría.

 Este listado franco-italiano de los orígenes y desarrollo del Rito Egipcio, ha sido realizado a fin de determinar los creadores más importantes, ordenados cronológicamente. Ahora, concretaremos el origen del Rito Mizraim (de 90 Grados); y, después, el de Menfis (de 92 Grados). 

El origen del Rito de Mizraim (de 90 Grados) 

 Ante todo, hay que observar que la palabra hebrea «Mizraim» significa «Egipto». En la leyenda, los hebreos parten hacia Egipto para recibir la Iniciación, de donde regresan como portadores de un conocimiento superior; por lo que se hacen reconocer como aquellos que vienen de Mizraim: «aquellos que habían partido, y que están devueltos». Todos los grandes Patriarcas, como precisa Dominique de LAGAYE, en La Forêt (abril, 2009), tienen en común una estancia en Egipto. De ABRAHAM (Gn 12:10) a JOSÉ (Gn 39:1), de MOISÉS (Ex 4:18-21) a JESÚS (Mt 2:13-15), pasan por este periplo iniciático que les conduce de la Obra al Negro (de las Tinieblas) a la Obra al Rojo (a la Revelación de la Luz), antes de retornar a su lugar de origen, en Oriente. 

 Esta base egipcia de experimentación iniciática engendrará la famosa Tabla Esmeraldina, la obra alquímica greco-egipcia atribuida al enigmático Hermes TRISMEGISTO, nombre que dará origen al Hermetismo. En su Discurso perfecto (70, 3), obra dedicada a Asclepios (principios del siglo IV), se refiere lo siguiente: «Egipto es una imagen del Cielo; o, mejor aún, del Cielo y de todos los Poderes que están en el Cielo. Si tuviéramos que decir la verdad, ¡nuestro país es el Templo del Mundo!». 

Marc BÉDARRIDE, Gran Conservador del Rito, traza la historia del Rito de Mizraim (de 90 Grados) en la obra La Orden Masónica de Mizraim (l’Ordre Maçonnique de Misraïm), publicada en 1848: «La Orden fue creada por el Todopoderoso»; quien instituyó a «ADÁN como su primer Gran Conservador». 

 Una cronología desarrollada evoca la presencia del Rito a principios del siglo XVIII, en el seno de la República Veneciana, partiendo de las Islas Jónicas; pasando, en 1782, por la Isla de Zante o de Zakynthos, el sur de Sicilia; y terminando en Venecia, en una Logia Mizraimita, en 1796. De esta Logia, queda constancia por CAGLIOSTRO; incluso es citada por el Barón TASSONI de Módena (que fue llamado Filaleteo Abraham o Philalèthe Abraham). 

 Durante este mismo año, Gad BÉDARRIDE, según su hijo Marc, recibe de un misterioso Iniciado egipcio, ANANIAH el Sabio, la Filiación y los Poderes de transmisión de una Tradición Masónica egipcia. Para sus detractores masones, al Rito de Mizraim le habrían prestado, efectivamente, un poco del Rito Egipcio de CAGLIOSTRO; pero también sería deudor del Escocismo, del Martinismo y del Hermetismo. 


Pero, si las influencias pueden ser identificadas en parte, ¿quiénes son los organizadores de este vasto y complejo Rito? Para contestar a esta pregunta, podemos citar a los franceses Pierre LASSALLE; CERBES; y Charles LECHANGEUR, y su amigo italiano TASSONI. Emmanuel REBOLD, en su Histoire des trois grandes Loges de Franc-Maçons en France (editada en 1868), avanza una tesis en relación a este asunto. Para REBOLD, su verdadero «inventor» sería el Francmasón Charles LECHANGEUR, Presidente de un Taller de Milán que quería introducir los Altos Grados del Rito Escocés en el seno del Gran Oriente de Nápoles; del cual, el Príncipe Eugène de BEAUHERNAIS (1781-1824) era su Gran Maestro. 

Ante la negativa del Supremo Consejo de admitir esa propuesta, LECHANGEUR parece que optó por desarrollar, como reacción, un Rito de 90º, autoproclamándose Superior Gran Conservador de la Orden de Mizraim; fundando, en línea con su decisión, algunos Capítulos en Nápoles. 

 A imagen del Capítulo Rosa+Cruz La Concorde, instalado en Lanciano, en la provincia de Chieti, en la región de los Abruzos, aquellos Capítulos de Nápoles practican el Rito de Mizraim en 1811; al tiempo que, en sus diplomas, se mencionan los nombres de LECHANGEUR y de BÉDARRIDE… 

Notemos que la tesis de REBOLD ha sido reivindicada en la actualidad por un descendiente de ECHANGEUR: Michèle-Bernadette LECHANGEUR, quien hace de su abuelo el único creador del Rito. Ciertamente, LECHANGEUR y el Masón italiano TASSONI son los definidores de la primera Escala del Rito (del Grado 1º al 70º). Por su parte, Gastone VENTURA ve a TASSONI como el único creador del Rito, que hace remontar a 1801; año en el que sería configurado a partir de anteriores elementos ya unificados en Venecia. Esos Rituales dispersos y fragmentados procederían del Rito de Mizraim creado en Nápoles, entre 1745 y 1750, con siete Grados. Después, incluso, se puede suponer que estos documentos cayeron en las manos de CAGLIOSTRO, y de su grupo de iniciados venecianos, para configurar su Rito Egipcio. 

 Según esta hipótesis, la raíz del Rito de Mizraim sería el Gran Copto; aunque Marc BÉDARRIDE no hace ninguna referencia a ello en su obra. 

El historiador CLAVEL (miembro, como su padre, del Rito de Mizraim) vuelve, en su obra Histoire pittoresque de la Franc-Maçonnerie et des Sociétés Secrètes, publicada en 1843, a la hipótesis que apunta a LECHANGEUR; precisando que algunos hermanos no habían podido ser admitidos en la composición del Supremo Consejo Escocés fundado en Milán, en 1805, por lo que imaginaron el Rito: «El hermano LECHANGEUR fue el encargado de compilar los elementos, de clasificarlos, de coordinarlos y de dirigir un proyecto de creación total».

Todo indica que LECHANGEUR fue un Masón erudito, que figuró como Dignatario en numerosos Cuadros de Logia en Italia, siendo practicante de la mayor parte de los Ritos. Verdaderamente, fue el que contribuirá, junto a TASSONI (y su inspiración veneciana), a incluir en el Rito una manifiesta influencia procedente de los Ritos Escoceses. 

De lo que no cabe duda es de que en estas tierras, y con la influencia de Italia y de Francia, se dio una forma definitiva al Rito, por mediación de Michel BÉDARRIDE; iniciado en 1801, en la Logia La Candeur, en Cesena (Emilia-Romagna), y, en 1802, afiliado, junto con su hermano Marc, en la Logia parisina Mars et Thémis. 

Michel BÉDARRIDE era negociante en el Reino de Nápoles, bajo la autoridad de Joachim MURAT; usando del título de Inspector de Víveres de la Armada de Italia, en cuyo Estado Mayor estaba su hermano Marc. 

Una primera aproximación histórica, evidencia que sus poderes magistrales le fueron dados en Nápoles por un tal Pierre LASALLE; quien aparecía en los listados de miembros que componían la Suprema Potencia de la Orden Masónica de Mizraim y de sus cuatro Series para Francia (Puissance Suprême de l’Ordre Maçonnique de Misraïm et de ses quatre Séries pour la France), en 1822, de Marc BÉDARRIDE, como Grado 90º y digno representante de la Sagrada Potencia en los Valles de Nápoles. 

Esta transmisión procede de los Iniciados que habitaban la Venecia de 1788 y de un Círculo de socinianos que habían contactado con CAGLIOSTRO, estableciendo un Rito Egipcio que, pasando por Milán y Génova, llegó hasta Nápoles. Tal vez, fue LASALLE el tercer responsable en introducir los Arcana Arcanorum, terminando la línea iniciada por TASSONI y seguida por LECHANGEUR. 

Advertimos que, en 1813, los masones LASALLE y LECHANGEUR pertenecían al Supremo Consejo General de los Grandes Maestros Absolutos (Grands Maîtres Absolus) del Rito de Mizraim (o de «Misphraïm») de Nápoles, fundado en 1805; lo que corrobora la relación entre ellos. 

Una segunda hipótesis, más documentada, vuelve sobre LECHANGEUR; pues Michel BÉDARRIDE obtiene una primera Patente (válida hasta el Grado 73º), ampliada el mismo año con una segunda (Milán, 1811), que le permitiría trabajar hasta el Grado 77º, confiriéndole, tanto a él como a su hermano Marc, el Grado de Gran Hazsid. 

El 1 de septiembre de 1812, en Venecia, el Francmasón POLACQ, un Gran Maestro Independiente (Grand Maître Indépendant), confiere a Michel BÉDARRIDE la dignidad de Gran Conservador o Grado 90º. Tras la muerte de LECHANGEUR, Michel se hizo reconocer por su sucesor, Théodore GERBER, en octubre de 1812, en Milán, como Superior Gran Conservador de la Orden de Mizraim en Italia. 

Después de un fracaso comercial en el sector de la perfumería, Marc BÉDARRIDE, marcha a París, en 1813, en calidad de oficial retirado, convirtiéndose en el portavoz de sus hermanos Michel y Joseph (quien ingresó en el Rito de Mizraim el 5º día del 5º mes de 1803) y de los masones François JOLY (Orador en la Logia Les Trinosophes, de Jean-Marie RAGON) y Armand GOBOREA (o GABORRIA); quienes reclaman ser los depositarios de las Patentes mizraimitas de Nápoles. Pero advertimos que los BÉDARRIDE no están en posesión de las Patentes emanadas de TASSONI (Venecia) o de LASALLE (Nápoles); pero sí de CERBES, por entonces Gran Maestro de Mizraim en Milán para la llamada Jurisdicción del Norte. 

El 21 de mayo de 1814, en la dirección de su domicilio parisino, en la rue des Bons Enfants, en el primer distrito, se estableció un Gran Capítulo. Todos ellos fundaron la Logia L’Arc-en-Ciel (El Arco Iris), convirtiéndose en la Logia Madre del Rito; cuyos trabajos comenzaron en junio de 1816, en la rue Saint-Honoré, cerca de la Plaza del Palacio Real (Place du Palais Royal). Según CLAVEL, su responsable, el Masón MÉALLET, que era conocido por su dedicación al estudio de las Ciencias y la Historia de la Antigüedad, habría reescrito el Ritual de Aprendiz (cf, ibid, p. 259) y redactado los nuevos Reglamentos Generales, que sustituían a los de 1805. 

Después, se instaló una Logia erudita o de investigación bajo el título de Seguidores de Zoroastro (Sectateurs de Zoroastro). A fin de completar la totalidad de los Rituales, fue requerido el trabajo de François JOLY, reputado hombre de letras y versado en materia iniciática. Por tal motivo, JOLY reivindicará su título de Gran Conservador, que recibirá en Milán; y, gracias al apoyo de Armand 

GABORRIA, formará un Consejo Independiente de 90 Grados con la intención de permanecer bajo la obediencia del Gran Oriente, pero reservándose la administración de los Grados 67º al 90º. Este proyecto fue rechazado por el Gran Oriente, el 14 de enero de 1817; que, yendo aún más allá que su impulsor, generalizará la prohibición de la práctica del Rito. 

Esta reacción provocará una respuesta de los BÉDARRIDE que, a su vez, ocasionaron nuevos actos de agresión que pusieron en duda el origen, la credibilidad y la paternidad del Rito y la de sus Títulos; por lo que deciden partir, en 1818, hacia los Países Bajos y, luego, asentarse en Bruselas. 

En 1818, se abrieron los trabajos en las Logias parisinas Les Douze Tribus, Les Sectateurs de Misraïm, Le Buisson Ardent y Les Enfants d’Apollon. En 1819, se escindió la Logia Les Sectateurs de Zoroastre. A finales de 1822, el Rito ya estaba implantado en las Logias de Burdeos, Rouen, Lyon, Metz, Toulouse, Besançon, Montauban, Sedan, Cavaillon, Darnetat, Ginebra y Lausanne. Varios Consejos, constituidos para la propagación del Rito, se abrieron en Marsella, Estrasburgo, Nimes,Clermont-Ferrand, Nancy, Montpellier, Carcassonne, Lille, Moissac, Roanne, Tarrare, Nantes y Saint-Étienne.Estas Logias extrajeron a sus Dignidades de la Masonería del Rito Escocés, sensibles al Sistema de Altos Grados, y de acuerdo a una ideología muy precisa: los bonapartistas, los republicanos y los carbonarios. 

Después de un largo sueño, de 1822 a 1831, ocasionado por las consecutivas decisiones judiciales que surgieron tras un complot ideado por cuatro sargentos de La Rochelle, por el que se asimilaba la influencia de las Logias del Rito de Mizraim con las reuniones clandestinas de los carbonarios, los miembros de las Logias decidieron despertarse en París, en el número 41 de la rue Saint-Merri, con el levantamiento de la emblemática Logia L’Arc-en-Ciel (El Arco Iris); después, con la Logia Les Pyramides (Las Pirámides) y, por último, con la Logia Le Buisson Ardent (La Zarza Ardiente).

A la muerte de Michel BÉDARRIDE, el 10 de febrero de 1856, le sucede J.-T. HAYÈRE en el oficio de Superior Gran Conservador, hasta mayo de 1864, mes en el que el Dr. GIRAULT toma la dirección del Rito. Tras éste, será Hippolyte OSSELIN (1814-1887) quien asumirá el oficio; desarrollando el Rito en el sur de Francia, con las Logias de Marsella, Martigues y La Ciolat, dirigidas por Émile COURBET, futuro Gran Maestro Delegado para los Valles del Midi. En estas circunstancias, y por cierto tiempo, se aproximará al profesor Ferdinando Francesco degli ODDI, Gran Maestro del Gran Oriente de Egipto, trabajando en el Rito de Menfis.

En 1887, Jules OSSELIN sucede a su padre; y, desde ese momento, dirige la corriente tutelar del Rito de Mizraim desde el seno de su Gran Logia, con la ayuda de los Talleres parisinos de L’Arc-en-Ciel, Le Buisson Ardent y Les Pyramides; mientras que Jacques VILLARÉAL defiende la práctica del Rito de Mizraim «más antiguo», es decir, de aquel que procede de la Filiación de los hermanos BÉDARRIDE. 

Antes de pasar a los orígenes de Menfis, nos detenemos un instante en los distintos estratos que formaron el sistema de Grados.

En 1986, en la conferencia que ofreció Gérard GALTIER sobre Los orígenes del Rito de Mizraim (Les origines du Rite de Mizraïm; cf. su libro La Tradición Oculta: Masonería Egipcia, Rosa+Cruz y Neo Caballería; 1939), publicada íntegramente en el Boletín Interno nº 3 de la Grande Loge Symbolique du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm, se menciona lo siguiente: «Para los Altos Grados que aparecieron en el siglo XVIII, entre el 4º y el 68º, se cita el Rito del Capítulo Metropolitano de Francia, el Rito Adonhiramita, el Rito de la Gran Logia de los Maestros Regulares de Lyon (Rite de la Grande Loge des Maîtres Réguliers de Lyon) y el Rito de la Logia Escocesa Madre de Marsella. Entre el 69º y el 76º, que son Grados de inspiración israelita e inéditos en la Francmasonería, se citan los siguientes títulos: Caballero de la Janukah (69º) o Hynaroth; Muy Sabio Príncipe Israelita (70º); Soberano Príncipe Talmudim (71º); Soberano Príncipe Zadikim (72º); Gran Haram (73º); Soberano Gran Príncipe Haram (74º); Soberano Príncipe Hassid (75º); y Soberano Gran Príncipe Hassid (76º). Entre el 78º y el 90º, se desarrolla la cuarta Serie; llamada hermético-cabalística o esotérica; que se divide en Grados administrativos e iniciáticos. Los últimos cuatro Grados, del 87º al 90º, son llamados Arcana Arcanorum o Régimen (Escala) de Nápoles».

En la actualidad, los masones que practican en Francia del Rito de Mizraim saben de la existencia de un tronco común, tanto orgánico como iniciático, que parece reunir los primeros sesenta y seis Grados, tal como menciona Claude-André VUILLAUME en su Manuel Maçonnique, publicado en 1830; ya que los otros Grados pueden entenderse como parte de un esquema iniciático próximo al Rito, aun siendo de diferente procedencia y fundamento. 

RAGON, en su Retejador general de la Francmasonería o Manual de los Iniciados (Tuiléur Général de la Franc-Maçonnerie ou Manuel des Inities), publicado en 1861, refiere la especificidad del Rito Napolitano y resalta el papel central de los Arcana Arcanorum, los cuatro últimos Grados del Rito, que fueron incorporados por mediación del Supremo Consejo de Nápoles y de los masones JOLY, GABORRIA y GARCÍA.

El origen del Rito de Menfis (de 92 Grados)

Menfis es considerada como el principal Centro de Iniciación egipcio, próximo a la Gran Pirámide y antigua capital del Bajo Egipto, en el primer Nomo, cuyo nombre es una deformación griega de la voz egipcia con la que se conocía a la pirámide de Pepi I, faraón de la VI Dinastía: Men-Nefer (Estable en Belleza). Al parecer, Menfis también fue conocida como Inebu-Hedy (Muro Blanco); y, en el Imperio Medio, como Anj-Tauy (Balanza de las Dos Tierras).

Señalemos que los eruditos que acompañaron a Napoleón Bonaparte, durante su Campaña de Egipto, sólo descubrieron las ruinas diseminadas de la antigua capital; y que aquella, hasta finales del siglo XIX, no fue escavada y restituida de acuerdo a un criterio arqueológico.

Jacques-Étienne MARCONIS de NÈGRE (1795-1868), en El Santuario de Menfis (Le Sanctuaire de Memphis), se califica de «fundador» del Rito y de Gran Hierofante; y parece haber calcado todo lo referente a Mizraim, para, luego, aplicarlo a lo que afecta a Menfis. Articula su origen histórico en base a un sabio egipcio, ORMUZ, un sacerdote seráfico de Alejandría, convertido por San Marcos en el año 46; quien habría purificado «la Doctrina de los egipcios», haciendo posible que aquella fuese redefinida «según los principios del Cristianismo». 

Al parecer, los Discípulos de ORMUZ transmitieron esta Ciencia de la Antigua Sabiduría Egipcia a los Templarios, conocidos bajo el nombre de Caballeros de Palestina o Hermanos de la Rosa+Cruz de Oriente; a quienes se les considera fundadores inmediatos del Rito de Menfis. 

Precisamos que fuera de la leyenda puramente masónica, se encontrará, ya en el siglo XVIII, la evocación de ORMUZ, como sacerdote de Serapis, en el tratado alquímico de Samuel RICHTER; con el título de La verdadera y perfecta preparación de la Piedra Filosofal por la Fraternidad de la Orden de la Rosa+Cruz de Oro y de la Rosa Roja (La vraie et parfaite préparation de la Pierre Philosophale par la Fraternité de l’Ordre de la Rose+Croix d’Or et de la Rose Rouge), publicado en Breslau, en 1710. Y en 1757, en el seno del Sistema Masónico de tendencia alquímica dirigido por Hermann FICTULD (†1777); denominado: Sociedad de la Rosa y de la Cruz Dorada o Fraternidad de la Rosa+Cruz de Oro (Societas Rosae et Aureae Crucis ou Fraternité des Rose+Croix d’Or). Pero también se conocen otras trazas del Rito, fechadas en torno a 1798, en el Cairo. 

MARCONIS definió de esta manera los objetivos de la Orden: «El Rito Masónico de Menfis es la continuación de los Misterios de la Antigüedad, […]. Su misión es el estudio de la Sabiduría que sirve para discernir la Verdad, […]. Es el reflejo de la tolerancia religiosa, de la unión de todas las creencias y de la reunión de todos los hombres». De acuerdo a estas líneas materiales del Rito, precisa: «El Rito de Menfis es el único depositario de la Alta Masonería, el verdadero Rito Primitivo, el Rito por excelencia, […]. Para el verdadero Árbol Masónico, todos los Sistemas no son 
más que las Ramas surgidas de esta Institución; respetable por su gran antigüedad». «[…] El verdadero depósito escrito en caldeo, se conserva en el venerable arco del Rito de Menfis y, en parte, en la Gran Logia de Escocia, en Edimburgo, y en los conventos de los maronitas del Monte Líbano».

La introducción del Rito en Francia se debe Samuel HONIS, un Masón nativo del Cairo; quien lo habría traído de Egipto en 1814. El 30 de abril de 1815, HONIS fundó, con el padre de MARCONIS de NÈGRE, Gabriel-Mathieu, oficial italiano de la Armada Napoleónica; el Barón DUMAS; y el Marqués de La ROCHELLE; la Logia Madre Los Peregrinos de Menfis (Les Pèlerins de Memphis) o, según Gérard GALTIER, Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), trabajando en este Rito en la rue Lacapelle, en los Valles de Montauban. Once meses más tarde, esta Logia entró en sueños.

Jacques-Étienne MARCONIS, lejos de los desiertos de Egipto, fue iniciado en París, el 21 de abril de 1833, en el Rito de Mizraim; Rito del que será excluido dos meses más tarde. 

La relación entre Samuel HONIS y Gabriel-Mathieu MARCONIS de NÈGRE parece pasar por la Logia Isis, fundada en el Cairo, en 1798; y que contaba, entre sus miembros, con eruditos y oficiales franceses, así como con distinguidos egipcios, todos ellos muy sensibles a los «misterios de las pirámides». Esta Logia habría trabajado en el Rito Primitivo de Narbona. 

 Para el historiador CLAVEL, habría que citar a otro Masón, asociado con MARCONIS, en la creación de los Rituales de Menfis: É.-N. MOUTTER, hombre de letras, con quien escribe El Hierofante: Desarrollos completos de los Misterios Masónicos (L’Hiérophante: Développements complets des Mystères Maçonnique), publicado en 1839. 

Jacques-Étienne MARCONIS se instala en Lyon, donde, con el nombre de «de NÈGRE» (el apellido de su madre), funda una Logia en el Rito de Mizraim, llamada La Benevolencia (La Bienveillance); siendo elevado al Grado 66º por el Poder Supremo de la Orden de Mizraim. Por entonces, los hermanos BÉDARRIDE ignoraban quién se ocultaba tras esa identidad; pero la superchería fue descubierta poco después, lo que le valió, el 27 de mayo de 1838, una segunda exclusión del Rito. 

Pero en ese mismo año, después de finalizar la redacción de los Rituales de Menfis, MARCONIS se presenta en Bélgica, como el Sucesor de la Gran Hierofanía de su padre, realizando negociaciones para establecer el Rito en aquel país. De hecho, con este título de Gran Hierofante, instaurará un Grado suplementario: el 96º. 

De vuelta a París, ahora con el nombre de MARCONIS-LETUILLART, funda la Logia Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), cuyas Tenidas se desarrollan en la Sala del Prado; después, funda la Gran Logia Osiris; en 1839, una Logia Capitular de Los Filadelfos; y, en 1840, la Logia Los Sabios de Heliópolis (Les Sages d’Héliopolis). 

Debido a la presión de los hermanos BÉDARRIDE, que iniciaron varios procesos administrativos, las Logias francesas son obligadas a abatir Columnas, el 25 de febrero de 1841, por un Decreto de la Prefectura de París. Pero, en 1849, reinician sus actividades tres de esas Logias: Los Seguidoresde Menes (Les Sectateurs de Ménès), Los Discípulos de Pitágoras (Les Disciples de Pitágore) y Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis). 

Usando de su nombre completo, MARCONIS de NÈGRE ensaya el desarrollo del Rito en Inglaterra, en 1850, creando, en 1851, la Gran Logia Los Seguidores de Menes (Les Sectateurs de Ménès); que, en 1853, se convertirá en el centro de las actividades del Rito, bajo la dirección del Gran Maestro de la Luz BERJEAU, tras la campaña antimasónica francesa, que desembocó, al principio del Segundo Imperio, en la prohibición de las Tenidas. 

En 1860, MARCONIS de NÈGRE atravesará el Atlántico para extender su Rito en América; donde ya existían dos Capítulos en Nueva York. Durante este viaje, establecerá una Gran Logia, llamada Los Discípulos de Menfis (Les Disciples de Memphis), en el estado de Nueva York. 

Después de una Circular, emitida el 30 de abril de 1862, dirigida por el Gran Maestro del Gran Oriente, el Mariscal Bernard-Pierre MAGNAN (1791-1865), a los masones disidentes, MARCONIS responde que desea volver a adherirse a esta Obediencia, solicitando su afiliación en la Logia Los Seguidores de Menes (Les Sectateurs de Ménès), que será instalada el 18 de octubre de ese mismo año. 

Pero este Rito queda cercenado de su Constitución, de su Gobierno, de sus Consejos y de sus 95 Grados; pues sólo trabajan los tres primeros o Simbólicos, transformándose, de hecho, en un Rito Escocés al uso. De esta forma, MARCONIS abandona los Grados Superiores y su título de II Gran Hierofante (su padre Gabriel fue el primer Gran Hierofante) y primer Gran Maestro mundial, en el seno del Gran Oriente, llevando sólo el collar del Grado 33º, reafirmando, al mismo tiempo y no sólo en el plano simbólico, el fin del Soberano Santuario. 

Durante un tiempo, la Logia marsellesa Los Caballeros de Palestina (Les Chevaliers de la Palestine) elegirá la autonomía y la fidelidad al Rito; aunque no consiguió soportar la presión, y, tal como afirmó Serge CALLET en La Franc-Maçonnerie Égyptienne de Memphis-Misraïm), «La desaparición efectiva de la última Potencia francesa independiente de Menfis aconteció en 1873». 

Sin embargo, en 1862, tras su abdicación como Gran Hierofante mundial, MARCONIS promovió una Carta Patente del Rito de Menfis para la constitución de un Soberano Santuario en América. 

El 26 de agosto de 1865, Giuseppe GARIBALDI (1807-1882), 33º, pasado Gran Maestro del Gran Oriente de Italia (mayo de 1864), y Francesco di LUCCA, 33º, Gran Maestro en ejercicio del mismo Oriente, son elegidos miembros honorarios del Soberano Santuario de los EEUU. Tras poco más de tres años, MARCONIS dimite del Gran Oriente; y muere el 21 de noviembre de 1868, en París. 

Los hechos posteriores 

 Después de la desaparición del II Gran Hierofante (para Menfis), termina el repaso de los llamados creadores históricos, de los propagadores o de los continuadores, es decir, de El más perturbador enigma de la Masonería francesa citado al principio de este artículo. 

 Superados todos estos acontecimientos, se nos revelarán otros muchos, como episodios internos y externos, que prefigurarán la extraordinaria complejidad administrativa e iniciática emanada de la Gran Hierofanía Mundial. Tras la muerte de MARCONIS, el Gobierno Supremo del Rito decide establecerse en Egipto (donde el Rito estaba implantado desde 1856), con el Marqués Joseph de BEAUREGARD, como II Gran Maestro del Rito. 


El 21 de marzo de 1873, Salvatore Avventore ZOLA es nombrado III Gran Maestro del Soberano Santuario de Menfis (Gran Oriente Nacional de Egipto); convirtiéndose en el III Gran Hierofante del Rito, el 11 de enero de 1874, tras MARCONIS de NÈGRE padre e hijo. 

En 1872, el británico John YARKER (1833-1913) obtiene la titularidad de una Patente constitutiva de un Soberano Santuario de Menfis para Inglaterra e Irlanda, librada por Harry (o Henri) J. SEYMOUR, Gran Maestro de Menfis de los EEUU desde 1861; quien le asociará al Rito de Mizraim (pero sin comunicarle claramente el origen de sus prerrogativas). Bajo su impulso, el Rito toma su nombre completo: Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (RAPMM, Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), que se desarrollará por todo el Reino Unido. 

El 25 de octubre 1876, el Gran Oriente Nacional de Egipto (que sólo trabaja en el Rito de Menfis) confiere a Giuseppe GARIBALDI los Grados 95º y 96º (éste creado a su propio requerimiento) y el título de Gran Maestro Honorario «ad vitam». 

En 1881, GARIBALDI es designado, con el apoyo de algunos Soberanos Santuarios (de Nueva York, con Alexander B. MOTT; de Londres, con John YARKER; de Nápoles, con Giambattista PESSINA; y, luego, de Bucarest, con Constantin MORAIN), IV Gran Hierofante de ambos Ritos (por primera vez, la unión de los Ritos) y IV Gran Maestro General. Hay que observar que la Potencia Suprema de Mizraim para Francia no reconoció esta decisión, lo que justifica la persistencia de una corriente mizraimita independiente; así como el mantenimiento del Soberano Santuario para Egipto que estaba dirigido por Salvatore Avventore ZOLA. 

Aunque Giambattista PESSINA es el sucesor de Giuseppe GARIBALDI en 1882, la personalidad más respetada y con más influencia a escala mundial es John YARKER; quien expande el Rito, viajando por muchos Orientes de ambos Hemisferios. 

En 1900, el Gran Maestro de Egipto, Ferdinando Francesco degli ODDI, es reconocido como V Gran Hierofante mundial y V Gran Maestro mundial (con el Grado 97º), por los Soberanos Santuarios de Menfis y de Menfis-Mizraim para los EEUU, Reino Unido (YARKER), Rumanía, Italia, España y Egipto. Poco después, en 1902, John YARKER se convertirá en el VI Gran Hierofante mundial (con el Grado 97º) y VI Gran Maestro mundial de ambos Ritos, con una función realmente efectiva sobre Europa; mientras que el Gran Oriente de Egipto conserva un Gran Hierofante para Menfis en la persona de Idris BEY RAGHEB. 

En este mismo año, YARKER librará al ocultista alemán Albert Karl Theodor REUSS (1855-1923) una Patente constitutiva de un Soberano Santuario y un Gran Oriente para Alemania y Suiza, para los Ritos de Menfis y Mizraim, fundándolos, en compañía de otros esoteristas; como el médico ocultista Franz HARTMANN (1838-1912) y el Gran Maestro General Honorario, el alquimista Karl KELLNER (1850-1905). 

En Francia, una Logia mizraimita, El Arco Iris (L’Arc-en-Ciel), que estaba perfectamente asentada en 1896, se responsabilizó de la gestión del Convento Masónico de los Ritos Espiritualistas (París, 1908), organizado por Gérard ENCAUSSE (1865-1916), llamado PAPUS, y su Orden Martinista, a fin de integrar el Rito de Menfis-Mizraim, según la línea de los Soberanos Santuarios de YARKER; los cuales, fueron representados en ese evento por Charles DETRÉ (1855-1918), llamado TÉDER, y por Theodor REUSS. En esa fecha, y tras un año de su nombramiento, PAPUS era el Delegado del Rito de Mizraim de Italia para Francia.

El Convento decidió la creación, en París, de un Supremo Gran Consejo y de un Gran Oriente del Rito Antiguo y Primitivo de la Masonería para Francia y sus Dependencias, sobre la base del Gran Oriente de Berlín de Theodor REUSS, aglutinando los Ritos de Menfis, Mizraim, Menfis-Mizraim y Escocés de Cerneau. 

A partir de esta decisión, el Capítulo INRI y la Logia Humanidad, de París, trabajaron en el Rito de Menfis. Dos años más tarde, el mago británico Aleister CROWLEY aparece en el panorama del Rito de Menfis-Mizraim, como Grado 96º, según la línea del Soberano Santuario de YARKER. 

Tras el fallecimiento de John YARKER, en 1913, Theodor REUSS se convertirá en el Gran Maestro mundial; mientras que el italiano Edoardo FROSINI será nombrado VII Gran Hierofante. 

En Francia, después de la muerte de PAPUS, TÉDER, ya afectado por una grave enfermedad, le sucederá como Gran Maestro durante dos años; pero, luego, dejará los plenos poderes a Jean BRICAUD, quien constituirá un Soberano Santuario de Menfis-Mizraim, gracias a una Patente de Theodor REUSS, librada en 1919 (Gran Hierofante mundial en 1913), levantando en Lyon la Logia Humanidad. 

El progreso de la Orden, con la creación de numerosas Logias, ha sido extensamente comentado en los Anales Iniciáticos (Annales Initiatiques) hasta 1939. Durante este período, el Rito de Menfis-Mizraim entabló relaciones iniciáticas con la Orden Martinista. 

En 1929, once Grandes Conservadores firmaron una Constitución y Reglamentos Generales de la Orden Masónica Oriental del Rito Antiguo y Primitivo de Menfis-Mizraim (Constitution et Réglaments Généraux de l’Ordre Maçonnique Oriental du Rite Ancien et Primitif de Memphis-Misraïm), que tendrá, en 1933, su propio Boletín Oficial.

Jean BRICAUD desarrolló el Rito en el extranjero, librando Cartas Patente a Soberanos Grandes Comendadores para Portugal, Dinamarca y Holanda. 

En Italia, Reginald GAMBIER Mac BEAN, elegido Gran Maestro; Guiseppe SULLIRAO; y Giovanni SOTTILE; levantaron en Palermo, en 1921, el Rito de Menfis con una Patente del Gran Oriente de Egipto, fechada en 1876. Estas actividades terminaron con los «años oscuros» que precedieron al advenimiento del Fascismo.

Después de la muerte de Theodor REUSS, Jean BRICAUD aparece, de hecho, como la autoridad moral y espiritual del Rito. 

En Bélgica, el martinista Armand ROMBAUTS (Grado 90º por Jean BRICAUD, en 1920; y Grado 95º, en 1931) estableció una Logia en Bruselas, llamada Los Discípulos de Pitágoras (Les Disciples de Pythagore), contando entre sus columnas a Émile DANTINNE (1884-1969), Sâr Hieronymus, Imperator de los Rosa+Cruz belgas, y Jean MALLINGER. Bajo su impulso, esta Logia se convertirá en mixta. Por desgracia, Jean BRICAUD rechazará la emisión de una Patente para la constitución de un Soberano Santuario; exigiendo el cierre de este Taller. 

Entonces, la rama belga decide la creación de un Supremo Consejo Internacional impulsado por los franceses PROBST-BIRABEN, 95º, y Georges BOGÉ de LAGRÈZE, futuro Gran Hierofante mundial en 1946, que organizará los Conventos de octubre de 1933 y de agosto de 1934, haciendo posible la constitución interina de una Gran Logia Nacional belga y mixta; y la creación del Grado 99º por parte de Armand ROMBAUTS, que se lo atribuye para sí (noventa Grados de Instrucción y nueve Grados Administrativos). Pero ROMBAUTS dimitirá de su Gran Maestría en 1934, confiando todas sus prerrogativas a Jean MALLINGER; quien las transmitirá, después, a su asistente Marc LANVAL, responsable de que el Rito cayera en el olvido. En Francia, el año 1934 estará marcado por la muerte de Jean BRICAUD. Constant CHEVILLON será reconocido Serenísimo Gran Maestro «ad vitam» para los países francófonos; y Charles-Henri DUPONT se convertirá en Gran Administrador del Rito, Gran Canciller y, en 1935, Gran Secretario General. Pero será Guerino TROILO, en Argentina, quien se convertirá en el VIII Gran Hierofante y el VIII Gran Maestro mundial del Rito. 

Bajo la supervisión de CHEVILLON, se constituirá, el 31 de octubre de 1936, el Soberano Santuario de Suiza; y el Convento de Lyon, de 1938, verá la Iniciación de mujeres, miembros del Derecho Humano o del Rito Mixto de Menfis-Mizraim, en el seno de la Logia femenina Passiflore, nº 2, al Oriente de Marsella. Responsable del Rito más allá de sus fronteras políticas, librará las Patentes para Polonia, Yugoslavia, Egipto, Argelia, Grecia, Chile, Madagascar, etc. 

La Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi hacen que muchos Talleres entren en sueños. Constant CHEVILLON es arrestado el 25 de marzo de 1944, mientras cenaba en casa de la Señora BRICAUD, en Lyon. Pocas horas más tarde, su cuerpo es descubierto acribillado a balazos; lo que refleja la extrema violencia de esos años. En Bélgica, el Gran Maestro Georges DÈLAIVE también es asesinado en una prisión militar alemana. 

Robert AMBELAIN, iniciado el 26 de marzo de 1939 en una Logia parisina bajo la supervisión de Constant CHEVILLON, La Jerusalén de los Valles Egipcios (La Jérusalem des Vallées Égyptiennes), se acerca a LAGRÈZE (por entonces, próximo a Camille SAVOIRE y a René WIBAUX); quien le exalta, en 1942, al Grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, después, en 1943, al Grado 66º, y, por último, en 1944, a los Grados 90º y 95º, convirtiéndolo en Sustituto Gran Maestro de su propio Soberano Santuario e integrándose en la Logia Alejandría de Egipto (Aléxandrie d’Égypte), donde trabajará aisladamente hasta 1950. 

El final de la Guerra coincide con la «restauración» del Soberano Santuario de Lyon, dirigido por Charles-Henri DUPONT; quien cederá temporalmente la Gran Maestría, a finales de 1945, a Pierre DEBEAUVAIS, para recuperarla en 1947.

Por su parte, LAGRÈZE se convierte, en 1946, en el Gran Maestro mundial y en el Gran Hierofante (el XI en cada una de estas líneas o Linajes), y trabaja, durante su último año de su vida, por la constitución un nuevo Soberano Santuario de Menfis, que dirigirá Jean-Henri PROBST (1875-1957), llamado PROBST-BIRABEN, haciendo posible el nacimiento, en 1947, de la Gran Logia del Rito Antiguo y Primitivo Egipcio de Menfis para Francia (la Grande Loge du Rite Ancien et Primitif Égyptien de Memphis pour la France). 

MALLINGER le transmitirá los Archivos, así como los Secretos, impulsando el despertar del Rito de Mizraim, en 1956, un año antes de su fallecimiento. Henri DUBOIS le sucederá y formará un Supremo Consejo de las Órdenes Masónicas Unidas de Menfis y de Mizraim para Francia (Suprême Conseil des Ordres Maçonniques de Memphis et de Misraïm réunis pour la France). 

El 13 de agosto de 1960, Charles-Henri DUPONT nombrará, en su domicilio de Coutances (Baja Normandía), en presencia de Philippe ENCAUSSE, a Robert AMBELAIN como Gran Administrador del Rito, en el seno del Soberano Santuario de Lyon; designándole, ipso facto, como «el sucesor al cargo de Gran Maestro del Rito de Menfis-Mizraim para Francia y sus Dependencias».

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