EGIPTO
RELIGIÓN Y DIOSES
Pero es en Egipto donde se desarrollan unas concepciones religiosas y filosóficas que han dado paso y origen a nuestro mundo actual. Todo empezó hacia el 4.000 a.c., y por lo tanto en contacto con las civilizaciones mesopotámicas. Podemos aceptar que el desarrollo del pensamiento de los egipcios es intrínseco a la existencia de su escritura, cuyo origen se desconoce, pues si bien tenemos la más antigua pieza arqueológica conocida escrita en jeroglíficos, que es el papiro aquí reproducido y que se estima datado hacia 3.000 a.c., de hecho viendo la calidad de los trazos y la sintaxis clara y traducible del texto se llega a la conclusión de que no podía ser una lengua acabada de inventar y que viene de un pasado más remoto.
Paleta de Narmer
Hay una diferencia notable entre el mundo egipcio y el mesopotámico que influye también en sus concepciones religiosas. En Mesopotamia tenemos ciertamente una escritura, la cuneiforme, sobre tabletas de arcilla, que fue un invento práctico y por ello duró milenios, pero el invento no era la lengua sino el sistema de escribir con una cuña marcando trazos sobre del barro, porque el Mesopotamia había un sinnúmero de lenguas diferentes que si bien utilizaban las misma “máquina de escribir” ni hablaban el mismo idioma ni se entendían entre ellos, lo que se trasmuta a la misma religión con desordenado sinnúmero de dioses, como hemos visto más arriba, que aparecen y desaparecen, así como sus ritos y prácticas religiosas. Mientras que en Egipto la lengua y su escritura es un fenómeno no repetido en el mundo. Prácticamente podemos decir que la lengua es la misma en más de cuatro milenios. Desde la Paleta del Rey Narmer, hacia el 3.500 a.c., con tallas de una hermosa belleza, que indica una elaborada cultura hasta el último jeroglífico conocido hacia el año 452 d.c. sucede que las letras de la lengua egipcia, representadas por jeroglíficos, son siempre los mismos y la evolución del idioma escaso. Los jeroglíficos son dibujos que reproducen objetos materiales o figuras o partes del cuerpo humano o de animales, y son signos que cada uno de ellos es una de las letras que conforma un abecedario preciso o en, algunos casos un bilítero de dos letras e incluso algún trilítero, pero no son ideogramas como los idiomas de China, son letras que configuran palabras específicas con la excepción que algunas palabras para aclarar su significado tienen al final, no un ideograma abstracto, sino un dibujo expresivo que aclara su sentido. Ello es debido a que la lengua egipcia, es propiamente pre-semítica porque no utiliza vocales y específicamente nunca la e. Por lo tanto al leer una palabra siempre se coloca una e entre dos consonantes. Por ello es lógico que un mismo grupo de consonantes coincidan para expresar dos cosas distintas y hay que aclararlo con un determinativo al final. Así un mismo nombre podría ser de un hombre o una mujer, y la lengua egipcia lo aclara dibujando al final un hombre 𓀀 o una mujer 𓁐 (NB: Para poder visualizar los jeroglíficos es necesario tener instalado alguna tipografía de letra egípcia, como por ejemplo la Aegyptus, que se puede descargar desde éste enlace).
En Egipto solo hacia el 1.500 a.c. se empezó a escribir en cursiva, o sea en trazos estilizados de las mismas figuras del jeroglífico para poder caligrafiar más rápido, pero conservando el mismo idioma. A esta escritura se la llama Hierático y es la que da origen hacia el 800 a.c. a un léxico denominado Demótico que conservando los trazos existentes introduce sonidos de las palabras utilizadas por el pueblo bajo, las cuales cuando adaptan, por su sencillez práctica, el alfabeto griego se convierten en el Copto.
Es importante considerar esta línea idiomática permanente porque es paralela a una continuidad cultural en la que se genera la primera religión estructurada y permanente durante milenios y de la que se derivan las subsiguientes religiones de los tribus hebreas, y de ellas el cristianismo y islamismo.
Para comprender correctamente la religión egipcia hay que analizar la vida y manifestaciones artísticas del Antiguo Egipto, sus creencias y sobre todo sus dioses. Lo que ahora venimos en llamar arte egipcio -en su sentido más amplio- no era, para los antiguos egipcios, sino una manera de materializar sus creencias. Al recoger los dioses en este trabajo, hemos tenido en cuenta las transformaciones que sufren los mismos en las distintas Épocas y Períodos así como las diferentes manifestaciones de un mismo dios, incluyendo aquéllas derivadas de las diferentes ciudades en que se practicaba su culto.
Debemos olvidarnos de los “prejuicios” a que nos obliga nuestra propia religión y dejar a un lado nuestra propia experiencia religiosa para poder entender, en parte, este politeísmo que en nada se asemeja a la religión que profesamos. Incluso podría considerarse que no se trataba de un verdadero politeísmo como lo entendemos ahora puesto que el sentimiento del origen divino de todo era tan grande en la civilización egipcia que a todas las manifestaciones materiales e inmateriales les atribuían origen sobrenatural.
Dios Thot
Una obra escrita fundamental que nos viene del antiguo Egipto es la que hoy denominamos la Hermética, atribuida a Thot, por cierto elevado posteriormente a la categoría de Dios (Representado siembre por un cuerpo humano con la cabeza del pájaro ibis) como patrono de los escribas y aceptado en mitologías posteriores como Hermes. Hay que aclarar que la tendencia a representar un dios por un determinado animal existe en casi todas las religiones y ha llegado hasta nuestros días en algunas ramas del cristianismo donde se representa al Espíritu Santo por una paloma, a Jesús por un cordero, a los apóstoles por un león, una águila, etc.
Los pensamientos de Thot nos han llegado en libros escritos en idioma griego que denomina a Thot como Hermes Trismegisto. Por cierto que la Hermética fue, una vez recuperados los libros, pieza clave del pensamiento filosófico del Renacimiento. En uno de sus apartados argumenta que todo lo que nos rodea es obra de dios y por lo tanto la tierra será un dios, los cielos otros..etc. y específicamente dice la estrella Marte (aquí con el nombre actual que le damos) será el Dios Marte. O sea no es un concepto real e individualista de dioses sino una unidad de lo ignoto que se concibe como “divino” u obra de Dios. Dios es el cosmos, explicación próxima al concepto más moderno de la cosmología y su origen. Otra de las premisas, podríamos decir geniales, del pensamiento de Thot era considerar que la diferencia entre los humanos y los animales es que los humanos tienen imaginación. Y para ilustrar esto volvía a retomar como ejemplo el planeta Marte razonando que lo único que vemos de él es un punto rojo en el cielo, pero que no sabemos que o como es, pero quizás un humano llegue a imaginarlo y lo acierte, para rematar claramente que en última instancia no sabemos que es dios pero quizás algún humano lo imagine y acierte. Se podría hot decir que en esto aun estamos.
Como veremos a continuación el panteón egipcio es muy extenso, pero no hay que entenderlo como una idolatría múltiple al estilo mesopotámico, sino con una cierta unidad que parte de una tríada que es la madre primordial Isis, su esposo Osiris y su hijo Horus. Y este Horus, tomado como espíritu es llamado también hijo del sol, Ra, (En la imagen el Horus con el Sol sobrepuesto se convierte en Ra) y es venerado en múltiples sitios tomando el nombre del lugar: Horus de Libia, Horus de Nubia, Horus de Duat……Los otros dioses, o imágenes veneradas tienen múltiples nombres y especialidades en cuanto a lo que se espera de ellos, y en el porqué son venerados.
Horus con el Sol sobrepuesto se convierte en Ra
Para entender la filosofía unitaria de la religión egipcia, religión precursora de las siguientes, podemos hacer una comparación con la actual religión cristiana, que siendo oficialmente monoteísta, tiene en su cúspide una triada, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y a continuación una serie de santos casi dioses como la Virgen María, San José su esposo, y muchos otros cultos e imágenes que se veneran en múltiples lugares y con finalidades diferentes. En resumen, si la especie humana sigue existiendo dentro de diez mil años, un arqueólogo del futuro tendría evidentes dificultades en discernir la religión cristiana de la que 4.000 años antes de su origen crearon los egipcios ya que las dos son similares en número de dioses, o lo que ahora llamamos santos, o un mismo dios con múltiples facetas y en múltiples lugares. Por otra parte veremos al tratar de la religión en la Grecia y Roma clásicas como todas las deidades de Egipto son adoptadas por estas civilizaciones con nombres distintos y en tiempos posteriores perduran sus ideas básicas e incluso como los ritos se transmutan de una religión o creencia a otra.
LA TRIADA EGIPCIA, LA PRIMERA DE TODAS LAS TRIADAS DIVINAS
En la imagen la tríada: Isis la Madre, de pie a la izquierda; Osiris, el Padre, sentado recibiendo en homenaje del faraón; a la derecha el hijo Horus con cabeza de halcón; al pie de la imagen repetidamente: el cetro del poder, la cruz de la vida, la columna de la estabilidad, “Tengas larga Vida, Salud y Fuerza”.
Una evidencia de que el pensamiento humano crea líneas de creencias perenes lo tendríamos considerando las similitudes entre la anterior Venus de Villendorf de los cromañones, representada como la madre fértil, la Artemisa madre primordial y la diosa Isis madre original de los egipcios conceptos paralelos con la de la Virgen cristiana.
Artemisa, diosa madre
Isis Diosa Madre con Horus
Pero la realidad es que hasta la fecha, los egiptólogos no han logrado ponerse de acuerdo respecto a como pudieron ser las creencias religiosas primitivas del antiguo Egipto.
Existen en primer término, cuestiones de orden cronológico muy difíciles de superar. Luego, también la diversidad de sistemas religiosos usados más tarde en cada una de sus provincias (nomes) del Egipto antiguo. Cada nome tenía sus dioses y ritos especiales con lo cual se dificulta el trabajo en torno a cual era la forma primitiva de su mentalidad religiosa.
Es sabido que la historia de Egipto no se ha registrado con relativa exactitud sino a partir del siglo VII a. c. Anterior a está fecha, la cronología no se data en fechas sino en dinastías.
Cálculos aproximados, sitúan la primera dinastía hacia el año 5,500 a.C. con la dinastía fundada por Menes. Este soberano ya encuentra establecido todo un sistema jerárquico de dioses, a cada uno de los cuales está consagrada alguna de las grandes ciudades. Subsiste así el problema de averiguar cuál haya podido ser la religión que estableciera dicha jerarquía de dioses.
Los investigadores discuten si se puede hablar de monoteísmo, politeísmo, henoteísmo (culto a un dios principal, sin excluir a los secundarios); o totemismo, animismo, o religión solar o simplemente adoración del sol y a la naturaleza.
Las últimas dos formas tienen a su favor hechos muy importantes como el ser fuerzas elementales de la naturaleza que nos vienen de los primitivos como hemos visto más arriba. Este sería el caso del mencionado más arriba Ra (el sol), de Nut (el firmamento), de Set o Tyfón (la tierra). Además, sus grandes leyendas religiosas, inseparables de su complicadísima mitología, hacen de Osiris el padre (una de cuyas múltiples actividades es la de personificar las fuerzas y fecundidad de la naturaleza), de su mujer Isis y de Horus el hijo, divinidades del orden natural, o sea repitiendo siempre la triada primordial.
Imagen de la diosa Nut
Por la noche el vientre de Nut esta tachonado de estrellas, pero también de representaciones de los planetas y de los Decanos, que eran los meses del calendario Egipcio, que se dividía en tres décadas, cada una de ellas comenzaba el día que aparecía en el cielo una estrella determinada que estuviese en conjunción con el sol durante sesenta días. Entre los Decanos mas importantes figuraban Sirio (Sotis), cuyo orto helíaco señalaba el principio del año solar, y Orión, cuya aparición simbolizaba la vuelta a la vida de Osiris. Durante el día los doce discos solares señalan las doce horas diurnas. Una particularidad del horario egipcio es que al dividir siempre el día en 12 horas, pero empezando al amanecer y finalizando al ocaso, pues resultaba que a las horas no tenían siempre la misma duración, en unas épocas eran más largas y en otras más cortas.
EL SOL, UN GRAN DIOS.
Akhenatón y su esposa Nefertiti adorando a Atón, el sol
Hace 14 siglos antes de Cristo se produjo en Egipto una revolución religiosa que nos ha dejado una huella profunda. El faraón Amenofis IV que cambia su nombre por el de Akhenatón, que quiere decir servidor de Atón, concibe un dios superior a todos los demás: el Sol, más que como objeto es visto como una fuerza, una “energía” divina, creadora de todo lo existente. El faraón cambia su capital a una nueva ciudad: Tell-el-Amarna que deberá ser amplia, llena de luz, sin supersticiones, ni templos oscuros, ni magia. Impone como dios verdadero y principal en todo Egipto, al disco solar con el nombre de Atón.
Este monarca fue suegro de Tutankhamón, uno de los pocos faraones que lograron descansar en su tumba sin ser profanados.
En el año de 1923 un arqueólogo inglés, Howard Carter, descubrió la tumba de Tutankhamón y rescató un tesoro de arte valiosísimo que ha permitido reconstruir con fidelidad la época.
CULTO A LOS MUERTOS Y LA CONSTRUCCIÓN DE PIRÁMIDES
La religión constituía un aspecto fundamental de la vida de los egipcios, y su significación se prolongaba incluso después de la muerte. De aquí el culto sumamente especial y fervoroso que rendían a los muertos. Este pueblo creía firmemente que, después de morir, el alma del hombre viviría feliz sólo si se daba un tratamiento especial al cadáver para preservarlo de la corrupción. De esta manera perfeccionaron el proceso de conversión llamado embalsamiento, por el cual convertían los cadáveres en momias que colocaban en sarcófagos. Estos se decoraban con mayor o menor suntuosidad, dependiendo de la jerarquía social del muerto.
En la tumba se depositaban diversos objetos que, se creía, el difunto podría necesitar o echar de menos en la otra vida. Aves y gatos, entre otros animales, eran también embalsamados para servir de compañía a los hombres en su viaje al otro mundo. No podía faltar la inclusión de un papiro en las que se consagraban las virtudes y buenas obras del difunto, con la finalidad de que fuera juzgado indulgentemente por Osiris, el dios de la otra vida, en el tribunal de los muertos.
Creían que el destino del alma después de la muerte, su destrucción o felicidad dependía de la conducta que el individuo había practicado en vida. Para que el muerto pudiese defender su causa ante el tribunal de Osiris, se colocaba al lado de su sarcófago el Libro de los muertos, especie de guía para el otro mundo, donde el muerto encontraba las indicaciones de todo lo que debía hacer par justificarse ante sus jueces.
En la imagen el alma del difunto, en negro, es evaluada en la balanza por Anúbis, el dios chacal de los muertos, poniendo en un platillos sus buenas y malas obras presenciando la escena a la izquierda Isis y a la derecha sentado Osiris.
Las pirámides constituían las tumbas más fastuosas e imponentes, pues en ellas se daba sepultura a los faraones. Las más importantes son las de Keops, Kefrén y Micerino, a orillas del río Nilo.Se tiene la certeza de que el primer constructor de pirámides en Egipto fue el legendario Imhotep, el ingeniero más grande de su época, muy superior a Dédalo, autor del laberinto. De los constructores de pirámides, templos y monumentos se tiene en la actualidad una visión un tanto diferente de la antiguo cuando eran todos considerados como esclavos. Esta probado que los constructores eran una clase social especial no sujetos a las obligaciones del resto de ciudadanos. Tenían derecho a vivir en una ciudad propia, Tell el Amarna, y a gozar del privilegio de tener tumba propia. Se distinguían de los demás por su vestimenta, funcionaban como gremio, igual que los constructores de catedrales de la Edad Media, y sus miembros pasaban por una prueba de iniciación para ser admitidos efectuando, por lo que era la época, lo que llamaríamos estudios avanzados de todas las artes y ciencias, incluida la astronomía. De hecho utilizaban como marca topográfica para las alineaciones de las obras la estrella que ahora denominamos Sirius (Alpha Canis Majoris la más brillante del firmamento). Y se conservan en el Britihs Museum escuadras, compases y niveles usados por ellos así como la “cuerda de doce nudos” que se siguió utilizando hasta principios del Renacimiento como herramienta de medida y proporcionalidad en las grandes construcciones. Al faraón en muchos textos egipcios se le denomina el Gran Arquitecto. Además hay que hacer notar que las medidas agronómicas y las matemáticas en la lengua egipcia clásica son de una extrema exactitud, decimales e incluso con quebrados.
Un ejemplo interesante del desarrollo matemático, anterior al mismo Pitágoras se puede constatar observando la adjunta fotografía del llamado “Papiro de Moscú”.
Por lo tanto un nivel intelectual tan alto iba aparejado con una religión que ya transmutaba a moral y ética como veremos más abajo.
LA ESPECULACIÓN FILOSÓFICA EN EGIPTO
Si al principio de este estudio hemos considerado tres aspectos básicos en la religión de los primitivos, La Creación, Los Espíritus y El Alma y el Más Allá, en el Egipto, con el desarrollo intelectual acumulado por los hombres se han plasmado ideas precisas sobre el alma y el más allá y se han desarrollado la moral, la ética mientras que la creación no parece ser un tema básico al que se le de especial relevancia y se despacha con unas simples premisas. Solo más adelante el judaísmo y el cristianismo hacen énfasis y dogma de fe en el como fue la creación.
Los aspectos más básicos a considerar en Egipto serán:
El Alma y su inmortalidad
El Más Allá
Código Moral y Ética
a. El alma y su inmortalidad. Es posible descubrir, con todo, algunos intentos de especulación filosófica, entresacados del laberinto de la mitología. Allí aflora la doctrina según la cual todo ser viviente, no importa si dios, hombre o animal, posee un elemento que lo anima. Es el ka o “sombra” (alma), verdadero el “doble”, que sobre vive al cuerpo y más al real y permanente que el mismo objeto que anima. El ka necesita, por naturaleza, la morada de un cuerpo u objeto material para subsistir.
De aquí la costumbre del embalsamiento y momificación con la imagen del difunto, para que el alma (ka), presente al lado del cadáver, se consuele y tenga morada visible. Ello explica también porque para lo egipcios, la casa o habitación de los vivos, no era sino a modo de posada u hospedería, mientras que el sepulcro la morada eterna.
De la misma doctrina es responsable, además del culto de los muertos y de la doctrina de la inmortalidad, la adoración y culto de los animales, tan generalizada en ese medio y la creencia en la virtud mágica de los hombres. Esto es inseparable de las prácticas esotéricas del ocultismo egipcio, pues al igual que de una morada visible, la supervivencia de la persona después de la muerte, era inseparable de la preservación de su nombre, según lo explica el Libros de los muertos.
b. El Más Allá. En las tradiciones filosóficas de la casta sacerdotal (el segundo poder después del faraón), descubrimos un doctrina mas racional relativa a la inmortalidad y la vida futura. Según ella., el hombre está integrado de tres elementos : el khat o cuerpo , el Khu o espíritu, emanación de la esencia divina y el alma, que se denomina Ka, mientras reside en la momia o estatua del muerto y Ba, si desencarnada.
Como Ba se representa al juicio después de la muerte al comparecer ante Osiris y los cuarenta y dos jueces. Allí es pesada en la balanza por Horus y Anubis, mientras Toth, registra el resultado.
Los buenos entran al Aulu, especie de “Campos Elíseos”. y los malos van al infierno y empiezan el tormento de las transmigraciones en cuerpos de animales, que pueden terminar en el aniquilamiento. Pero cualquiera que sea la suerte del alma, en último termino, regresa a unirse nuevamente con el cuerpo en el gran día de la resurrección.
c. Código moral y Ética. De capítulo sobre el juicio articular en el libro de los muertos se colige que el ideal de la conducta entre los antiguos egipcios se guiaba por el sentido práctico y un elevado nivel de pureza y religiosidad.
Del interrogatorio al que era sometida el alma, se concluye, que la caridad, la benevolencia, castidad, justicia social, clemencia y el amor de los trabajos del espíritu, se catalogan entre las virtudes fundamentales. No solamente se insiste sobre el ejercicio exterior de estas virtudes, sino también sobre la moralidad de los pensamientos y deseos.
LAS ENSEÑANZAS DE PTAHHOTEP:
El máximo exponente del alto desarrollo de la moral y ética de los egipcios lo tenemos en el Papiro Prisse, escrito en hierático , que fue hallado en Luxor hacia el 1850 por el ingeniero francés Theodore Prisse. Ptahhotep (el amado de dios) fue visir justamente en la edad de oro de las pirámides, en el 2640 – 2040 a.c., y la tradición recogida en otros escritos es que redacto sus enseñanzas a la vejez cuando alcanzo los 110 años. Esta tradición de que los grandes pensadores eran muy longevos la encontramos también en la tradición bíblica.
Theodor Prisse
Ptahhotep. Relieve de su tumba en Saqqara
Algunas de sus máximas son estas y se puede afirmar que es el código de moral/ética y conducta que se conoce, y que por lo tanto no se podía desarrollar sino iba de a la par que una religión completamente elaborada:
Papiro Prisse
“No te dediques a maquinar contra los hombres, pues Dios castiga a los que siembran el terror. Cuando un hombre dice yo haré esto por la fuerza, éste no gozará de la consideración de los demás. Cuando un hombre dice yo seré poderoso, acabará cayendo en su propia trampa”
“Si deseas tener una buena conducta, libérate de todo mal, lucha contra el ansia de querer tenerlo todo, pues esto es una enfermedad incurable que siembra el desconsuelo entre padres y madres, y entre hermanos, y separa a la esposa del marido y acarrea todo tipo de males”
“Si eres como se debe, funda tu hogar. Quiere a tu mujer con ardor. Aliméntala y vístela, y serás como un bálsamo benefactor para su cuerpo. Hazla feliz durante todo el tiempo de su existencia. Ella es para ti tierra fértil y luminosa. No tomes tu decisiones por ella, pero aléjala de los peligros”
“El que se pasa todo el día echando cuentas, no tiene un momento de felicidad. El que se pasa todo el día vagando, no puede mantener su familia. Cada uno llega a su final según haya sido su camino”
“No repitas rumores calumniosos. Protégete contra ellos, no los escuches, pues esto solo lo hacen los exaltados. Haz que los rumores calumniosos sean enterrados baja tierra. No hables en absoluto sobre ellos, así todo el mundo verá que eres una buena persona y no harás surgir más odio”
“Si eres una buena persona en la que se tiene confianza y te encuentras reunido en consejo, concéntrate en la prudencia, vigila las palabras que salen de tu boca. Sé silencioso, esto es más útil que ser pretencioso. Habla solo cuando sepas que aportarás una solución. El que siga estas normas tendrá más autoridad al hablar”
“Si eres poderoso actúa de forma que se te respete en función de tus conocimientos y modera tu lenguaje. No provoque a otro si ello a de implicar una mala acción. No seas presuntuoso y no te verás denigrado. No es necesario que siempre estés silencioso, pero guárdate de a abusar y responder con palabras agresivas y furiosas. Date la vuelta y contrólate”
“Si buscas conocer el verdadero carácter de un verdadero amigo, no hagas cábalas, sino que acércate a él, trata los temas con él hasta que veas clara cual es su actitud. Discurre con él tanto tiempo como haga falta. Aprovecha la ocasión para ver en el fondo de su corazón. Y si lo que has visto no lo comprendes o te irrita, entonces sé amistoso con él o guarda silencio, pero no le gires la cara. Se dueño de ti mismo y no respondas nunca con hostilidad. No vayas contra él, no lo pisotees, pues si resulta ser un amigo indigno la agresividad no te servirá de nada y la verdad acabará imponiéndose por si misma, pues nadie puede escapar al destino que él mismo a determinado”
Aunque solo se reproducen unos pocos ejemplos de las 46 máximas del papiro, se podría estimar que el nivel de moral/ética que se desarrolló en la civilización egipcia dos mil años antes de la religión judía y de las predicaciones de Jesús, fue la precursora de nuestro actual pensamiento ético y que las religiones actuales tienen mucho que ver con esta línea de pensamiento y a lo que hay que añadir lo que representó la concreción religiosa de Amón del Faraón Akhenaton (Amenofis IV) y el origen egipcio de Moisés.
https://lamasoneria.com/2015/02/12/y-el-hombre-creo-a-dios/
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