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martes, 27 de diciembre de 2016

RELIGIÓN DE ATÓN Y EL CASO DE MOISÉS

RELIGIÓN DE ATÓN Y EL CASO DE MOISÉS

Si hemos hecho especial énfasis en la religión, la filosofía y las ciencias en el antiguo Egipto es porque parece evidente que en el cristalizo y se desarrollo toda la experiencia acumulada de los antiguos, y sus éticas y religiones. Cuatro mil años de estabilidad dieron origen a principios y conocimientos sumamente elaborados, que luego sería simplemente adoptados y algo desarrollados por los griegos (los mayores filósofos y matemáticos y astrónomos griegos realizaron largas estadas en Egipto).

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Pero es quizás en la religión donde podemos atisbar los origines de lo que nos ha llegado hasta hoy. Ya hemos hecho mención de la época de Akhenaton (Amenofis III) y de la preeminencia que éste dio a la religión solar llamada Religión de Atón. Contrariamente a lo que se creía Akhenaton no abolió la religión tradicional sino que simplemente dio preeminencia a la religión solar, que de hecho ya existía, y cabe recordar que Ra se representa con el disco solar y los grandes dioses son coronados con el disco solar. Tradición que nos ha llegado hasta hoy en todas las imágenes del cristianismo. Naturalmente esto dio lugar a fuertes confrontaciones políticas durante su reinado, lo que tiene su lógica si se considera que en cada gran capital había templos regidos por castas sacerdotales que veían peligrar su influencia y sus intereses, y ello sobre todo en Tébas que por milenios era como el “vaticano” de los egipcios. En definitiva nada nuevo.

Pero la línea religiosa de Akhenaton, que se acercaba a un cierto monoteísmo, no se limitaba a una simple adoración a un dios principal sino que iba acompañada de todo una filosofía, un culto y una moral que de alguna manera nos han llegado hasta hoy.

Veamos dos ejemplos:

FRAGMENTO DEL HIMNO A ATÓN DEL FARAÓN AKHENATON

Cuan numerosas son tus obras. Incluso las que están escondidas a la vista de los hombres. OH Dios Atón, como tu no existe otro. Tú has creado la tierra de acuerdo con tus designios cuando estabas solo. Has creado a todos los hombres, a todos los rebaños grandes y pequeños, todo lo que se encuentra sobre la tierra, todo lo que corre sobre sus pies o se levanta volando con sus alas. Y has creado las tierras de Siria, de Kush y de Kemet (o de todo el mundo). Tú designas el lugar de cada hombre y satisfaces sus necesidades. Cada uno recibe su sustento y su vida es larga. Sus lenguas son diversas al hablar, y también sus cualidades y los colores de su piel porque Tú has querido diferenciar a los pueblos. Tú has creado todas las tierras extranjeras, Tú les has dado la vida…….Tú has puesto las aguas (el Nilo primordial) en el firmamento y las haces caer inundando las montañas igual que un mar, para que las aguas bajen hacia los campos de los pueblos. Como son de excelentes tus planes, OH Señor de la eternidad. Las aguas de los cielos son un regalo para los extranjeros y para todos los animales de sus tierras.

Pues bien este texto, en su fraseología y concepto, se corresponde al de los Salmos de la Biblia, y específicamente el fragmento reproducido se corresponde a versículos del Salmo 104.

Y las indiscutibles raíces religiosas que cristalizan con Akhenaton no fueron un caso aislado, sino que se expandieron inmediatamente por todo el mundo antiguo civilizado. Así en el año 1929, en una zona costera mediterránea, justo en frente del extremo Este de Chipre y en un lugar llamado Ras Shamra, un campesino arando un campo encontró restos de cerámica con signos cuiniformes. Al empezar las excavaciones se identifico el lugar como la antigua ciudad de Ugarit y aparecieron miles de tabletas de barro con escrituras poéticas prebíblicas y entre ellas los versos y cantos de Akhenaton.

Y hay que entender que los hebreos no existieron como pueblo diferenciado hasta bastante después de la época de Moisés. Existían como tribus dispersas desde el Este del Delta del Nilo siendo la mayoría pastores trashumantes, aunque en algún caso se les atribuye el ser constructores artesanos fabricando ladrillos de arcilla. Por lo tanto cuando se dotan de un libro sagrado para constituirse como pueblo en base a una religión en sus primeros capítulos, o Libros, toman tradiciones ya existentes además de los conceptos morales y religiosos de Akhenaton.

Y naturalmente está la figura del fundador del pueblo hebreo o mejor, unificador de las tribus que parten a la conquista de territorios para crear un pueblo, y que es Moisés. Nadie discute su origen egipcio, aunque hayan discrepancias entre si era o no de las tribus hebreas. Que Moisés existió y que formaba parte de la casta que se hallaba en contacto con el Faraón es hoy en día una hecho probado, sin embargo no está claro en que época vivió pero se le sitúa entre Akhenaton y Ramses II, por lo tanto en un intervalo de 100 años que, para lo que aquí nos interesa, lo hace seguro conocedor de las ideas religiosas y morales de aquella brillante época. Es un personaje con varias leyendas a cuestas, como el paso del Mar Rojo abriéndose las aguas, mito que ya existía en Mesopotámica, la entrega del código deontológico de la tabla de los 10 mandamientos, utilizado para poner orden en las tribus que comanda, y el desconocerse su origen y aparecer como recogido de las aguas y adoptado en la corte, leyenda que quizás arrastre alguna verisimilitud porque el nombre de Moisés es de una raíz egipcia que tipográficamente se escribe 𓈖 y sonaría mou que a su vez significa agua (NB: Para poder visualizar los jeroglíficos es necesario tener instalado alguna tipografía de letra egípcia, como por ejemplo la Aegyptus, que se puede descargar desde éste enlace).

https://lamasoneria.com/2015/02/12/y-el-hombre-creo-a-dios/

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