AMIGOS DEL BLOG

viernes, 31 de agosto de 2018

Masones: la hermandad del misterio

Masones: la hermandad del misterio

Miembros del Grado 33 Activo del Consejo Supremo, en su templo madrileño. JAMES RAJOTTE


Los masones han sido perseguidos desde su fundación y llevan 300 años viviendo entre sombras. En pleno siglo XXI, la vertiente ortodoxa aún custodia arcanos, practica ritos medievales y no acepta mujeres en sus filas. ¿Sobrevivirán al futuro? Entramos en su territorio secreto en busca de respuestas

Rubén tiene 42 años y es aprendiz de masón. Por eso, esta noche su papel consistirá en escuchar, hablar poco y servir la mesa a sus hermanos de la logia Phoenix durante el ágape. Hijo de taxista y ama de casa, soltero, sin pareja, gestiona pequeños negocios familiares. Hace tres meses, emprendió el viaje iniciático en uno de los dos templos que albergan los sótanos de la Gran Logia de España. Su sede ocupa la planta baja de un inmueble madrileño a un corto paseo del estadio Santiago Bernabéu. Protegida por un portón de seguridad, solo dos columnas a cada lado de la entrada y las iniciales de la institución grabadas en piedra —“G. L. E.”—, bajo la figura de una escuadra y un compás entrelazados, apuntan desde la calle lo que oculta su interior. Dos noches al mes, este espacio queda reservado a los integrantes de la logia Phoenix, una de las 19 que hay en Madrid. Hacia las ocho de la tarde de un martes casi veraniego, Rubén y sus hermanos descienden las escaleras de camino al templo. Todos son hombres. Visten de riguroso luto como marca la etiqueta del cónclave, llamado tenida en su jerga. Camisa blanca con corbata y traje oscuros. Estrechan sus manos cubiertas con guantes blancos, subrayando con gestos sus estatus de aprendiz, compañero o maestro, grados fundamentales de la masonería. Mientras anudan los mandiles a la cintura, repiten la misma broma al profano intruso. “¿También vienes al entierro?”.

MÁS INFORMACIÓN

Los mandiles blancos delatan a los aprendices. Rubén brujulea entre ellos, colocando cestas de pan en la gran mesa en forma de U para el ágape que abrochará la reunión. Solo vendrán una veintena de los 40 miembros de la logia Phoenix. Los ausentes —y muchos asistentes— manifiestan pánico a salir en un reportaje. Tienen miedo de lo que puedan pensar sus familiares o sus jefes. En España, la mayoría oculta su condición. Pesan las leyendas negras y la memoria de la represión durante la dictadura franquista. Muy pocos lo confiesan en el trabajo, al contrario que en EE UU, donde se menciona en el currículo. Para muchos son una secta. Ellos lo niegan. “No tenemos dogmas y defendemos la libertad de pensamiento”.

Trescientos años después de su fundación en una taberna de Londres, la fraternidad universal de los masones sigue envuelta en misterio. Viven entre sombras durante el día. Celebran cónclaves en la noche. Practican rituales medievales en los templos, custodiados por vigilantes que defienden espada en mano la entrada de cualquier profano intruso. Nadie, salvo ellos entre sí, sabe lo que son. Se reconocen mediante gestos. Tienen su propio lenguaje, preñado de simbología. Cuentan con un calendario y con una jurisdicción paralela para dirimir sus cuitas y, llegado el caso, dictar la expulsión. En pleno siglo XXI, la vertiente ortodoxa o “regular”, mayoritaria de la institución y reconocida por las grandes logias internacionales, mantiene entre sus reglas la creencia en un dios creador y la prohibición de admitir mujeres. Unas exigencias obviadas en las heterodoxas “obediencias irregulares”. Todos siguen asociados a cenáculos de poder y conspiraciones. “Soy consciente de la parte oscura que muchos ven en nosotros”, dice Rubén, el aprendiz. “Tendrán que pasar en España un par de generaciones para que desaparezcan los estigmas”.

ver fotogaleríaEl Gran Maestro de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso. JAMES RAJOTTE

Los mandiles de los más veteranos de Phoenix lucen símbolos del rito por el que funciona esta logia: el llamado “de emulación”, de origen británico, uno de los muchos que se practican en la masonería. Rosetones azules sobre fondo blanco, borlas plateadas y cruces de tau invertidas marcan grados de compañero o maestro, así como los oficios que ejercen. Tesorero, secretario, oficial, guardatemplo… El aspirante a formar parte de la logia pisa por primera vez el suelo ajedrezado del templo con los ojos vendados. Además de ciego, cruza ni vestido ni desnudo el umbral flanqueado por dos columnas salomónicas. Lleva la camisa abierta dejando medio torso al descubierto, con el pecho izquierdo al aire y una soga alrededor del cuello. Otro hermano que ejerce de Lázaro conduce sus pasos hacia el sillón del venerable maestro de la logia, siempre situado al oriente, por donde sale el sol, y le susurra al oído las respuestas a las preguntas del compromiso que ha de jurarse sobre los tres principales símbolos: la escuadra, el compás y el libro sagrado. Antes de ser despojado de la venda y empezar a ver la luz del misterio, el iniciado en el rito de emulación siente la punta de un puñal oprimiendo su pecho, prueba de que el incumplimiento de su palabra traerá consigo el desprecio de sus semejantes. Se le anuncia la prohibición de desvelar cualquier misterio de la Orden. Mantener secretos durante siglos les ha permitido confabularse al margen del orden establecido. “La sensación que tienes al iniciarte es la de estar ante el examen de un tribunal”, dice Rubén. “Llegas nervioso. No sabes lo que te va a pasar. Si entras es porque el resto de hermanos te han dado un voto de confianza. No es una única cosa la que te trae hasta aquí. Es la mezcla entre buscar un crecimiento personal y querer encontrarlo en una comunidad sin dogmas. Aquí hay normas, pero no dogmas. Desde pequeño he prestado atención a mi forma de relacionarme con los demás. Quizás esto es algo que busqué siempre: un espacio de fraternidad donde compartir asuntos relacionados con el pensamiento”.

Antes de ser despojado de la venda, el iniciado siente la punta de un puñal en el pecho desnudo

Entre los hermanos de Rubén está Jesús, profesor universitario de economía a punto de jubilarse y maestro en Phoenix. “A mí me habló de la masonería una antigua novia”, cuenta Jesús. “A los 65 años, dije: o me meto ahora, o no lo haré nunca. Buscaba un refugio de elevación personal”. Eduardo, aprendiz madrileño de 43 años, se inició en Lima, donde vivió una temporada. “Soy católico, no muy practicante. Aquí he encontrado un sistema para mejorarme y practicar la libertad de pensamiento en grupo”. Roberto, ingeniero de 41 años, soltero y sin pareja, también lleva el mandil blanco de aprendiz. “Siempre he tenido presente la parte esotérica de las cosas. Soy introspectivo y aquí he encontrado solemnidad. Rechacé otras obediencias simbólicas para entrar en la masonería regular. Ya que decidí meterme, he buscado la ortodoxia”.

ver fotogaleríaEsqueleto de la “cámara de reflexión” para iniciarse en el rito escocés de la masonería. JAMES RAJOTTE

Exactamente a las 20.30, Javier Escalada, a la sazón gran maestro de la Gran Logia Provincial de Madrid, ordena en voz alta a las puertas del templo: “¡Hermanos! ¡Prestad atención a la entrada del venerable maestro acompañado de sus oficiales!”. Unos bafles cascados escupen una pieza de música clásica que acompaña al cortejo. Sus miembros giran a paso marcial en torno al damero central del suelo. El venerable maestro es el primero en llegar al oriente de la sala para ascender tres peldaños y ocupar su trono. Sobre su mesa, un ejemplar de la Biblia, un compás y un mallete que marcará el ritmo de la ceremonia. A su espalda, las siglas ALGDGADU (A La Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo). La formación sigue girando por la sala a paso castrense. Los oficiales son llevados de la mano hasta sus asientos mientras ejecutan una suerte de baile circular. Tras el cierre de la puerta del templo suenan Las cuatro estaciones, de Vivaldi. Se anuncian las excusas de los ausentes. Con tres golpes de mallete, queda abierta la sesión.

Fernando Castilla, empresario de 53 años, casado y con hijos, ejerce hoy de guardatemplo exterior. Vigila desde fuera la puerta cerrada para impedir, armado con una espada, que ningún profano irrumpa mientras se desarrollan los trabajos de la tenida. Maestro instalado de Phoenix, se inició en 2001. “Acabas tus estudios, encuentras un trabajo, formas una familia. ¿Y ahora qué? Y esto de la masonería, ¿qué será? Ahí empezó mi curiosidad. Tras muchos años, a veces da pereza ponerte el traje oscuro y dejar otros planes para venir. Pero merece la pena pasar con mis hermanos un par de martes al mes desde el ocaso hasta la madrugada. Somos personas normales, salvo durante el ritual. Este es nuestro jardín secreto”.

ver fotogaleríaCuatro centenares de masones llegados de una treintena de delegaciones internacionales asistieron al acto en Madrid para proclamar la reelección del Gran Maestro de la Gran Logia de España. JAMES RAJOTTE

La semilla de la masonería prendió en el verano de 1717, cuando un puñado de caballeros londinenses fundó la Gran Logia de Inglaterra. Un espacio de fraternidad por encima de las creencias, donde cristianos, judíos y musulmanes compartían inquietudes y podían contrastar ideas en libertad. En 1723, las conocidas como Constituciones de Anderson establecieron su corpus jurídico. El primer artículo exige la creencia en el Gran Arquitecto del Universo. Sus seguidores heredan el conocimiento simbólico del Arte Real de la Construcción de los albañiles (maçons, en francés) que levantaron las catedrales medievales. Así nació la francmasonería o freemasonery, originaria de los gremios donde los free masons eran albañiles, constructores, pedreros o canteros con libertades o privilegios. El sistema basado en el simbolismo de la construcción aspira a que sus miembros desarrollen la capacidad de aprendizaje, reflexión y diálogo para transmitir a su entorno la misión perfeccionadora que anhelan mediante la construcción del templosimbólico de cada ser humano. El esoterismo, el misterio y el secreto forman su esencia, y los grados marcan el avance en el conocimiento. Como analizaba un reciente artículo de The Economist, “la francmasonería puede parecer incomprensible porque no lleva aparejada ideología o doctrina algunas, y en cambio se define por un acuerdo de hermandad universal y un desarrollo personal. No existe un único cuerpo gubernativo. Está compuesto por una libre red de grupos, conocidos como logias, bajo la autoridad regional y nacional de las grandes logias”.

La Orden ha servido de refugio a liberales y demócratas. Desde su fundación ha sido perseguida por regímenes totalitarios y hoy sigue suscitando rechazos. En Italia, el borrador del acuerdo de Gobierno populista entre la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas incluía este mandato: “No pueden formar parte del Gobierno los sujetos que pertenezcan a la masonería”. El Gran Oriente de Italia exigió la intervención del presidente de la República contra la medida, catalogada como “discriminación odiosa que recuerda a las leyes fascistas”.

ver fotogaleríaGran Asamblea que instaló como gran maestro de la Gran Logia de España a Óscar de Alfonso, reelegido por tercera vez para el cargo. JAMES RAJOTTE

En cuestiones de fe, los masones regulares apelan a su integración religiosa. Pero la Iglesia católica declaró su incompatibilidad en diversos pronunciamientos y el anterior Código de Derecho Canónico preveía la excomunión. Ellos se definen defensores del progreso del hombre y de su desarrollo filosófico, espiritual y filantrópico. Tienen prohibido el proselitismo, aunque el verdadero afán de las logias es hacer masones y propagar los principios de libertad, igualdad y fraternidad que impulsaron la Ilustración y la Revolución Francesa. Hoy sufren la fuga de miembros en bastiones como Estados Unidos, donde fundadores como George Washington y varios presidentes han sido masones. En 1959 contaban con cuatro millones de miembros. Ahora hay un millón.

En países de raíz anglosajona sufren una fuga de miembros, la mayoría de edad provecta

“La ascensión del individualismo, el surgimiento de nuevos lugares de socialización, como las redes sociales, la aversión al compromiso y la falta de renovación de un enfoque centrado en la filantropía, que no fomenta la incorporación de nuevas generaciones al no ofrecer otros universos de mayor significado, están entre las causas del descenso de miembros entre las grandes logias de raíz anglosajona”, explica Jean-Pierre Rollet, gran canciller de la Gran Logia Nacional Francesa, que aglutina a 30.000 miembros regulares del total de 120.000 masones que hay en el país, repartidos entre las diversas obediencias. “En grandes logias tradicionales de Europa y América Latina el desinterés no es tan acusado porque la institución responde a la sed de vida espiritual de muchos de nuestros contemporáneos”. Se calcula que en el mundo los masones regulares no superan los tres millones, repartidos en dos centenares de grandes logias nacionales reconocidas entre sí. A las causas del descenso de miembros entre los países pata negra —EE UU, Reino Unido, Irlanda y Escocia— apuntadas por Jean-Pierre Rollet cabe añadir la edad provecta de sus integrantes.

La media en España ronda los 50 años. Y el ingreso en alguna de las 178 logias regulares del país suele producirse entre los 30 y los 40. En todo el territorio nacional se calcula que viven unos 4.000 masones. Tres mil de ellos integran la Gran Logia de España. El millar restante forma parte de la vertiente irregular, no reconocida por las grandes logias internacionales. Desde la Gran Logia Simbólica Española, donde se niegan a aceptar la etiqueta de “irregular”, dicen aglutinar a 736 hermanos y hermanas en 42 logias mixtas bajo la siguiente premisa: “El modelo mixto, con hombres y mujeres, es la normalidad y reflejo de los tiempos de ayer, de hoy y de mañana”. Dentro de dicha corriente disidente, las estimaciones más optimistas también calculan unas 400 masonas, el 65% de ellas integradas en la Gran Logia Femenina de España. “Las mujeres tienen protagonismo en la masonería, pero no en la Gran Logia de España”, dice el gran maestro de la institución, Óscar de Alfonso. “Seguimos una normativa medieval y juramos formar parte de una Orden que solo acepta a hombres creyentes en un dios. Yo estoy casado, tengo hijas… Me gusta vivir el concepto de fraternidad entre compañeros. Tal vez no lo sienta con las mujeres”.

ver fotogaleríaSalón de los pasos perdidos de la sede madrileña de la Gran Logia de España. En los retratos, los cinco grandes maestros que ha tenido la institución desde el renacimiento de la masonería española tras la dictadura franquista. JAMES RAJOTTE

—¿Quizá por eso se les sigue viendo como una asociación excluyente, que deja conocimientos y poderes en manos de ciertos hombres?

—Eso no es cierto. No somos machistas. A las mujeres que quieren ingresar en la Gran Logia de España les damos el contacto de otras logias que admiten a mujeres.

Óscar de Alfonso, abogado valenciano de 50 años, fue reelegido el pasado marzo para un tercer mandato consecutivo como gran maestro de la Gran Logia de España. La campaña electoral previa se convirtió en una lucha fratricida por el poder. La polémica arreció tras la publicación de unas fotos de Óscar de Alfonso en su cuenta de Instagram en las que aparecía con sus homólogos brasileños en las termas de Goiás. En una de las imágenes, el adjunto al gran maestro brasileño abrazaba el torso desnudo que De Alfonso tapaba a la altura de su pecho con un par de cocos, chupando a la vez el jugo de uno de ellos mediante una pajita. La escena cayó como una bomba en plena campaña, a medida que se recrudecían las hostilidades. “Me arrepiento de haber publicado la foto de los cocos”, dice hoy De Alfonso. “Pero eso se amortizó pronto. Se me acusó de robar, de meterme con la mujer de un hermano… ¿Cómo voy a meterle mano a la esposa de un hermano? El 60/40 que saqué en las urnas fue fruto del hartazgo de llevar ocho años en el poder y del hecho de que España es cainita. Yo también conspiré contra Corominas y contra Carretero, mis antecesores”. Tras el recuento que anunciaba una victoria con el 59% de los votos sobre su rival, el abogado catalán Manuel Torres, el ganador proclamó ante su equipo de campaña: “Ahora toca recomponer la fraternidad”. Manuel Torres anunció días después su baja en la Gran Logia de España.

ver fotogaleríaAgustín Martínez es masón y motero. Su potente Suzuki es una máquina de simbología. “Esta es mi logia”, asegura. JAMES RAJOTTE

En estas elecciones tuvieron derecho a voto 1.100 maestros instalados, un tercio de los miembros de la Gran Logia de España. El apoyo de los extranjeros, que ronda el 30% de los integrantes, resultó crucial para la victoria de Óscar de Alfonso. La mayoría son de origen británico y están afincados en la costa mediterránea, Levante y Baleares, donde disfrutan de su jubilación. Muchos acudieron a la Gran Asamblea en la que se proclamó de nuevo a De Alfonso como gran maestro, celebrada en un hotel de Madrid. De Alfonso también recibió los besos y abrazos de los representantes de una treintena de delegaciones internacionales. En total, 400 asistentes honraron al gran maestro en una ceremonia que vigiló como guardatemplo Luis Alcaine. Una vez arrancó el ritual, Alcaine invitó al intruso profano a abandonar el interior de la sala con exquisitas maneras y afilada espada en mano.

“Más que una fraternidad, las altas esferas de la masonería española parecen una organización política”

El reelegido gran maestro Óscar de Alfonso se muestra partidario de un papel más visible. Y no oculta su ambición. “Mi mujer quiere que me meta en política. Mi desgracia es que todo lo que me propongo lo consigo. Para ser gran maestro de la masonería española hay que tener una parte de cabrón, porque si no te comen vivo. Cuando hago un cónclave voy con un machete en la boca. En las altas esferas, más que a una fraternidad, se asemeja a una organización política”. Y como reflejo del contexto profano, De Alfonso ahonda: “El independentismo ha entrado en la masonería. Un 25% o un 30% de los más de 400 miembros de la Logia Provincial de Cataluña tienen ideología independentista. Hicimos un comunicado con motivo de la declaración unilateral de independencia diciendo que la Gran Logia de España está con la Constitución Española”. Meses antes de aquel comunicado, el expresidente catalán Carles Puigdemont asistió como invitado a la Gran Asamblea anual celebrada el año pasado en Barcelona. Una presencia que provocó un revuelo formidable en medio del procés. Respecto a las relaciones con la política, De Alfonso asegura: “Tenemos prohibido hacer presión, lobby o influencia en la aplicación de las leyes. En otros momentos de la historia española, como durante la II República, la política y la masonería estaban muy implicadas. Pero no creo que se haya buscado el poder por el poder. Tampoco hay desgraciadamente ningún masón entre los grandes CEO del Ibex 35. Algunos hermanos me reprochan que por eso no avanzamos”.

“Desgraciadamente no hay ningún masón entre los grandes CEO del Ibex 35”, dice el gran maestro de la Gran Logia de España

El barómetro de la asociación, conocido como el CIS de los masones, apunta que la mayoría de sus miembros se define como liberal. El conservadurismo forma la segunda tendencia política con un 14% de adscritos, cifra equivalente a los que se sienten socialdemócratas. Apenas un 5% se declara ateo, el 34% se adscribe a alguna espiritualidad y cerca de un 48% se considera cristiano. Solo tres de cada diez candidatos culminan el ingreso. A partir de entonces, abonan una cuota de acceso de 300 euros y otra mensual de 30. La Gran Logia de España cuenta con dos millones y medio de euros de patrimonio y un presupuesto anual de 800.000 euros, que no incluyen salario para el gran maestro. En el salón de los pasos perdidos de la sede madrileña de la institución hay un retrato de los grandes maestros desde el renacimiento de la masonería española tras 40 años de aniquilación franquista. El fallecido Luis Salat dirigió la refundación a principios de los ochenta. Le siguieron el gallego Tomás Sarobe, que después estuvo un tiempo apartado de la Orden; Josep Corominas, psiquiatra catalán que abandonó la Gran Logia de España para fundar su propia Gran Logia Ibérica Unida; José Carretero, empresario catalán contra quien la Gran Logia de España pleiteó por las transacciones de unos inmuebles, y el actual líder, Óscar de Alfonso.

Bajo este salón de los pasos perdidos están los dos templos principales. Y un pequeño cuarto bajo las escaleras, llamado “cámara de reflexión”, para los iniciados por el rito escocés. En su oscuro interior hay una mesa de madera sobre la que reposan un ejemplar de la Biblia, un reloj de arena, un mendrugo de pan, una copa con agua, una vela negra, tarros con mercurio, azufre y sal, y un folio en blanco donde el aspirante escribe su testamento antes de morir y adentrarse en una nueva vida como masón. A la espalda, un esqueleto humano anticipa el trance.

ver fotogaleríaUna vela negra ilumina los elementos sobre la mesa de la "cámara de reflexión" por la que pasan los iniciados en el rito escocés de la masonería. JAMES RAJOTTE

La tenebrosa simbología ha fomentado durante siglos mitos y leyendas. Como la que atribuye el culto a Lucifer en homenaje a los templarios acusados de herejía, o pisar crucifijos. “Soy católico. ¿Cómo voy a pisar ningún crucifijo ni a venerar a Lucifer? Niego haberlo hecho y niego que la masonería sea eso”, asegura Felipe Llanes, soberano gran comendador del Supremo Consejo del Grado 33 y Último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España. “Se dice que, bajo tortura, los templarios pisaron la tiara o un crucifijo. Para vengar la muerte de Jacques de Molay, último gran maestre de la Orden del Temple, algunos irregulares hacen gestos así contra la Iglesia. Pero la masonería pretende que, si eres católico, seas mejor católico. Nuestra Orden tiene hoy unas relaciones con la Iglesia católica fluidas y armoniosas. Estamos detrás de una declaración explícita del Papa con respecto a la masonería, que defiende la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y desde el Supremo Consejo, aprender a ser mejores”.

“¿Cómo voy a pisar ningún crucifijo ni a venerar a Lucifer? Niego haberlo hecho y niego que la masonería sea eso”, dice Felipe Llanes, soberano gran comendador del Supremo Consejo del Grado 33

El Supremo Consejo del Grado 33 es una agrupación asociada a la Gran Logia de España. Desarrolla grados filosóficos que van desde el 4º (posterior a los esenciales de aprendiz, compañero y maestro) hasta el 33º y último. Su sede en España ocupa una pequeña nave cercana al madrileño parque del Retiro. “No pongas la dirección, que siempre hay vándalos”, dice el soberano gran comendador. Con otros 20 veteranos caballeros, este profesor universitario de medicina jubilado forma la élite de los miembros del Grado 33 Activo. Portan un collar con el águila bicéfala y son “coronados” en un templo rodeado de pesadas cortinas rojas y atmósfera lynchiana. “Solo unos pocos llegan al 33 activo para atender las dificultades administrativas y espirituales de los miembros del Supremo Consejo, que son unos 450 de los 3.000 masones españoles”, dice Felipe Llanes. Su antecesor es Jesús Soriano, doctor en Ciencias Geológicas jubilado: “La Gran Logia de España y el Supremo Consejo están al mismo nivel. ¿Quién es más, el Banco Santander o el Banco de Bilbao, España o Francia?”.

Felipe Llanes inició al malogrado financiero Mario Conde en el grado 4º del Supremo Consejo. Y dice sobre él: “Es un hombre excelente al que tengo mucho cariño. Sus problemas penales los arregló judicialmente. Ahora no está en el Supremo Consejo”. En cuanto al impacto de la actividad de este organismo, Llanes sintetiza: “Celebramos rituales y debates, llamados balaustres, en los que algún miembro de alto grado expone su opinión y se analiza. Del jugo de esos trabajos surge la influencia hacia la sociedad. Yo después puedo escribir un editorial en un periódico o hacer una declaración fruto de esos contrastes”. Rufino Paz, médico internista jubilado y teniente gran comendador del Supremo Consejo, añade: “Una cosa que enseña la masonería es a morir bien: hay demasiado tabú sobre la muerte en la sociedad actual”. A Rafael López no le asustan los tabúes, y nunca ha ocultado su pertenencia a la masonería. Miembro del Grado 33 Activo, ha ejercido hasta su jubilación como director general de grandes compañías. “En la última gran inmobiliaria en la que trabajé, mi presidente siempre supo que soy masón”.


ver fotogaleríaRecreación de una logia según el dictador Francisco Franco imaginaba la masonería. Hoy se mantiene expuesta a la entrada del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca. JAMES RAJOTTE

La historia del Supremo Consejo ha estado ligada al Grande Oriente Español, creado en 1889, hasta que este último se integró en 2001 en la Gran Logia de España. El Ayuntamiento de Madrid ha colocado recientemente una placa de homenaje a la sede que el Grande Oriente tuvo en la calle del Pretil de los Consejos. Como sintetiza el masonólogo jesuita José Antonio Ferrer Benimeli, “la historia de la masonería en España es, ante todo, la historia de su persecución”. En su libro La masonería española,Ferrer Benimeli cuenta cómo ha sido prohibida durante la mayor parte de su devenir desde la fundación de la primera logia en Madrid por el duque de Wharton en 1728 hasta la democracia. Tras el auge con la II República, se aniquiló en la zona nacional durante la Guerra Civil. El “contubernio judeo-masónico-comunista” que obsesionó a Francisco Franco —cuyo hermano Ramón fue masón, y se dice que el propio dictador, antes de serlo, habría intentado ingresar en una logia— tuvo como órgano punitivo el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. Sus huellas permanecen en el Archivo de Salamanca.

El Centro Documental de la Memoria Histórica del Archivo de Salamanca atesora un testimonio de primer orden sobre la represión de la masonería durante el franquismo en forma de 80.000 expedientes en un país que apenas contaba entonces con 6.000 masones. Bajo la acusación de serlo, varios miles fueron fusilados. En la entrada se recrea una supuesta logia tal y como la imaginaba Franco. Y entre las fichas de investigados hay categorías dedicadas a rotarios, teósofos, librepensadores… Expedientes que van desde Clara Campoamor hasta Victoria Kent o el expresidente de la II República Manuel Azaña. “Nombre profano: Manuel Azaña Díaz. Nombre simbólico: Plutarco. Grado masónico: 1º (aprendiz). Logias: Matritense e Hispano Americana nº 2”.

ver fotogaleríaArchivos de logias españolas manejados durante la represión franquista de la masonería. Hoy se conservan en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca. JAMES RAJOTTE

Ocho décadas después, en pleno 2018, Agustín Martínez zumba libre en su Suzuki decorada con símbolos masónicos. Maestro de 58 años, y miembro de diversos grados filosóficos, se inició al mudarse al campo toledano. “Iba a tomar café a un bar donde se hablaba de fútbol y de mujeres. Ni me interesa el fútbol, ni la forma en la que se hablaba de las mujeres. En la masonería encontré un espacio donde debatir en torno a asuntos más interesantes”.

Cae la noche en Madrid y la logia Phoenix comienza el ágape de la tenida. Los aprendices sirven de primer plato un pastel de verduras. “Luego nos comemos a los niños”, bromea el maestro Fernando Castilla. Y estallan carcajadas. Primer brindis con vino tinto, en honor al jefe del Estado español. Tras cada brindis, los presentes dibujan tres triángulos con el dedo índice en el aire y ejecutan una salva de 21 aplausos. Segundo lance: “Por todos los jefes de Estado que en el mundo amparan y protegen a la masonería”. Segundo plato de pescado empanado con arroz. Y tercer brindis: “A la gloria del gran maestro de la Gran Logia de España”. De postre, deliciosa tarta de manzana. Y el venerable maestro abre el turno de discursos. Reflexiones en pie sobre aspectos que van desde la idea de fraternidad hasta la importancia de la filantropía —la logia Phoenix colabora con la Fundación San Martín de Porres—, pasando por explicar en qué consiste todo esto. Antes del último brindis de la noche, que se beberá de un trago a copa llena, un hermano apostilla: “Somos caballeros de Dios y tenemos que dar ejemplo sacrificándonos por los demás. No somos amigos, sino hermanos. Y a un hermano se le ayuda siempre. He dicho”.

https://elpais.com/elpais/2018/06/01/eps/1527868750_381484.html

jueves, 30 de agosto de 2018

Masones: ¿Quiénes son y en qué creen?

Masones: ¿Quiénes son y en qué creen?
Por Alvaro Lopez B.  

Aunque se los suele asociar con todo lo malo que pasa en el mundo y aparecen en innumerables teorías conspirativas; sus ideales se relacionan con la libertad, la fraternidad y la igualdad y, a lo largo de la historia, han influido en múltiples avances sociales, además de contar entre sus miembros con grandes personajes.

Sobre la masonería existen todo tipo de mitos y teorías conspirativas, alimentadas por el propio secretismo (o más bien, discretismo) de sus miembros, pero es poco lo que la opinión pública sabe realmente de ellos. ¿Quiénes son? ¿A qué se reunen? ¿En qué creen?

¿Cómo se organizan?

La masonería, al menos en Chile, es una sociedad discreta. ¿Qué quiere decir eso? que no es secreta en sentido estricto, sino que cada miembro es libre de decir si pertenece o no a ella, pero que no están autorizados a “echar al agua” a otros, o sea, no pueden decir si otros también son masones. 

Se reúnen en logias, que es como se denomina tanto al grupo de masones, como al edificio donde se reúnen. Al interior de cada logia, tienen un templo, que es donde se reúnen cada cierto período de tiempo. El nombre que le dan a las reuniones es “tenida”.

Respecto a la admisión, los integrantes o “hermanos” nuevos llegan por invitación expresa, y se sigue un estricto proceso de selección, que varía de acuerdo a la logia, pero que normalmente incluye múltiples entrevistas y una votación de los miembros para su aceptación. Cada uno de estos integrantes nuevos, pasa por una ceremonia de iniciación donde son aceptados dentro de su grupo respectivo. A los que no son parte de la masonería, les dicen "profanos", o sea, "los que están fuera del templo".

De todas formas, los masones son muy cuidadosos con las personas que entran a su orden. Por ejemplo, incluso aunque son parte de la masonería, ellos se dividen en dos niveles: la masonería “azul” o “simbólica”, que corresponde a las bases o tres primeras grados jerárquicos, y la masonería “capitular”, que va del cuarto grado en adelante, por lo que aparentemente, incluso ya dentro, se produce un proceso de selección, esta vez más lento.

¿Y qué es eso de los grados? En forma interna, se dividen en “grados”, que equivalen un poco a los cursos del colegio, entonces la persona que recién entra, llega al primer grado, y va subiendo según los otros juzguen que cumple con las capacidades para pasar al grado siguiente. Estos grados tienen nombre. El primero se llama “Aprendiz”, el segundo se llama “Compañero”, el tercero “Maestro”, y de ahí para arriba comienzan nombres mucho más floridos, como “Príncipe Rosacruz” y “Caballero del Sol”.

Entonces, el que tiene mayor grado, tiene más autoridad. Dentro de cada logia, entre los que tienen mayor grado, se elige al “Venerable Maestro”, que es quien hace las funciones de principal vocero de la logia y quien le da su dirección tanto respecto a las actividades que realiza, como con sus relaciones con las otras logias. Asimismo, dentro de cada país, las logias se asocian en lo que llaman el “Gran Oriente”, y tienen un "Gran Maestro", que vendría a cumplir las mismas funciones que el Venerable Maestro, pero ya a nivel nacional.

La cantidad de grados depende de la variante de la masonería. En la Gran Logia de Chile, hay un máximo de 33 grados.

Según los distintos “ritos”, existen logias mixtas y masculinas. El rito más extendido en Chile, sólo acepta a hombres, aún cuando existe la Gran Logia Mixta de Chile, que se formó en 1929. (Sin embargo, la Gran Logia de Chile no se relaciona con ella, por tenerlo prohibido, porque el “rito escocés antiguo y aceptado”, impide tener mujeres como miembros y les prohibe a sus miembros, además, participar de una logia mixta). Una destacada participante de la Gran Logia Mixta, fue la poetisa Gabriela Mistral.

¿En qué creen? El simbolismo masón

Creen en algo llamado “Gran Arquitecto del Universo”, que en el fondo es un concepto amplio de la divinidad, que abarca todas las concepciones de Dios. 

Un concepto básico es que el ser humano debe ser lo más éticoposible, y la masonería le debe servir para perfeccionarse. Utilizan mucho el concepto de “la piedra bruta” que se debe convertir en una piedra pulida. O sea, para ellos el ser humano debe pulirse y eliminar sus defectos a través del trabajo interior.También creen en la inmortalidad del alma, o sea, que hay algo más allá después de la muerte.

Utilizan mucho, pero mucho el simbolismo esotérico, que representa para ellos procesos internos y conceptos espirituales. Por ejemplo, en el interior de sus templos, tienen un pequeño altar, y encima ponen la Biblia, un compás, una escuadra y prenden tres velitas. Cada una de esas cosas significa algo (si hacen click sobre cada link pueden ver un estudio laaaaargo sobre cada una de esas cosas). Y el famoso símbolo del ojo en el triángulo, también llamado “Ojo de la Providencia”, simboliza la presencia de Dios para ellos .

No rechazan la religión católica ni ninguna religión, sin embargo, han sido adversarios tradicionales de la Iglesia Católica porque poseen una visión mucho más liberal en temas valóricos. De hecho, el lema “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, es el lema propio de los masones.

De todas maneras, según el énfasis que hacen en determinados simbolismos, existen distintos ritos. Los más conocidos son el rito escocés antiguo y aceptado (el predominante en Chile), el rito de York(predominante en EE.UU.), el rito francés (predomina, claro, en Francia), el de Memphis-Misraim, etc.

De todas formas, la masonería posee dos corrientes principales: la regular (que agrupa a las logias que descienden de la tradición anglosajona, y que incluyen al rito de York y al rito escocés), y la liberal (que agrupa a aquellas logias asociadas al rito francés), que se diferencian básicamente porque la primera no permite mujeres ni la discusión de política y religión en sus templos, y la segunda sí. Asimismo, la primera exige que se crea en un ser superior, y la segunda, da absoluta libertad de conciencia.

Templo de la Gran Logia de Colombia / Felipe Eljach

¿Qué pasa dentro de un templo masónico?

Según esta fuente, lo que ocurre, es lo siguiente:

La "tenida" o reunión tiene lugar al menos una vez al mes, y puede incluir la iniciación de un masón, el ascenso de grado de uno de ellos, la lectura de trabajos escritos por los masones, debates sobre temas simbólicos y sociales, así como sobre temas administrativos.

Siguen una estructura relativamente estable, que consiste en:
Ceremonia de comienzo.
Lectura del acta anterior.
Entrada de visitantes.
Comunicados de la Obediencia y correspondencia.
Puntos puestos al Orden del Día.
Cuestiones diversas.
Proposiciones y solidaridad masónica.
Ceremonia de término.

Para que se hagan una mejor idea, acá hay un video de una "tenida blanca" en Lima (las "tenidas blancas" son aquellas ceremonias donde aceptan a invitados de fuera de la masonería).
Historia en el mundo

Los masones aparecen en el mundo, a fines del siglo 17 y comienzos del siglo 18. Se inspiran en los gremios de constructores del medioevo y utilizan mucha simbología asociada a la labor de albañilería (la palabra “masón”, de hecho, significa albañil en inglés). Son inspirados, además, por la orden católica de los templarios (y por eso se hacen llamar “orden masónica” a sí mismos).

Fueron fundamentales para el primer desarrollo de la Revolución Francesa (“Libertad, Igualdad y Fraternidad” es un lema masónico), así como en la independencia de Estados Unidos (es cosa de ver el billete de un dólar y los símbolos en la ciudad de Washington) y de las colonias españolas en América. 

Desde entonces, su influencia fue en aumento, extendiéndose a la mayoría de los países del mundo. Algunos de sus miembros fundaron también otras órdenes, las que dieron origen a una multitud de sociedades secretas y órdenes esotéricas (lo que daría para varios artículos más, sin agotar en absoluto el tema), las que incluso se dice que influyeron hasta a los nazis, siendo muchos de los miembros de estas sociedades, parte de grandes redes de poder. Esto ha suscitado el desarrollo de innumerables teorias de la conspiración y ha dado de comer a muchísimos personajes televisivos y charlatanes varios.

Fueron o son destacados masones Isaac Newton, George Washington, Thomas Jefferson, Wolfgang Amadeus Mozart, Napoleón Bonaparte, Winston Churchill, Steve Wozniak, Mikhail Gorbachov, Ronald Reagan, y un largo etc.

Historia e influencia en Chile

La Gran Logia de Chile es fundada en 1862, sin embargo, sus antecedentes arrancan desde la llamada Logia Lautarina, que formó Francisco de Miranda y que, de acuerdo a la Gran Logia de Chile, estaba formada por masones. Luego de ello, el almirante Manuel Blanco Encalada funda la logia “Filantropía Chilena” el año 1827, la cual es arrasada tras la guerra civil de 1829. Sin embargo, en 1850, se crea en Valparaíso la logia “L’Etoile du Pacifique”, que dependía de los franceses, desde la cual surgen durante los años siguientes varias logias más. Sin embargo, en 1862, Napoleón III designa en forma arbitraria al Gran Maestro de Francia, por lo que acá en Chile, se decide desconocer la autoridad de ellos y se funda la Gran Logia de Chile, la cual adscribe al llamado “rito escocés antiguo y aceptado” y es reconocida en primer lugar en Estados Unidos y luego en Inglaterra..

Fueron masones el los presidentes Bernardo O’Higgins (Director Supremo), Manuel Blanco Encalada, Manuel Freire, Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos, Gabriel Gonzalez Videla y Salvador Allende. Incluso hasta el general Pinochet ingresó a una logia, pero fue expulsado poco después. 

Contrariamente al mito, al parecer Ricardo Lagos estuvo ligado, pero no pertenece a la masonería. En cambio, sí perteneció el padre de la presidenta Bachelet y también su hijo, Sebastián Dávalos (que al parecer se retiró de la masonería tras los hechos por todos conocidos)

Según destacan los mismos masones, ellos fueron una fuerza detrás de la ley de enseñanza obligatoria, la separación entre iglesia y estado, también detrás de la ley de divorcio, y se han manifestado respecto a la actual reforma educacional. Y no cabe duda que apoyan la ley de aborto terapéutico.

Y debido a la gran cantidad de personajes influyentes en Chile pertenecientes a la masoneria, es fácil darse cuenta que esta orden sí ha tenido una gran influencia en nuestra historia. Es cosa de ver que, además de los ya mencionados, también fueron masones José Victorino Lastarria, Benjamín Vicuña Mackenna, Domingo Sarmiento, Andrés Bello, Enrique Mac-Iver, Eduardo de la Barra, Francisco Bilbao y Manuel Antonio Matta.

Teorías conspirativas, escándalos, mitos y otras yerbas

Debido a la gran cantidad de integrantes destacados, a su organización piramidal y al misterio que existe respecto a sus grados superiores, la masonería ha generado infinitas teorías de la conspiración, donde además se le mezcla con sociedades secretas y “un cuantuai”.

Enumeraré sólo algunas de las cosas atribuidas a los masones:

Según Pier Carpi y Alfonso Sierra Partida, los papas Juan XXIII y Paulo VI fueron masones.

Se les asocia a los famosos Illuminati de Bavaria, que dan tanto que hablar y que fueron una sociedad secreta de cortísima duración (desde 1772 hasta 1785), que pretendía traer la doctrina de la Ilustración a ese reino, siendo abiertamente antimonárquica, y que fue prohibida por Carlos Teodoro, elector de Bavaria -con el apoyo de Federico el Grande- por razones obvias.

Se les asocia a la Skull and Bones, sociedad estudiantil secreta de la universidad de Yale, a la que han pertenecido tanto George Bush Jr., como su abuelo y su padre, así como John Kerry, actual secretario de Estado de EE.UU. A esta sociedad también se le asocian otras conspiraciones, como por ejemplo el Club Bilderberg.

Se les asocia con el Club Bilderberg. Grupo de personas sumamente influyentes que se reúnen anualmente en un hotel de su elección. Los presidentes de las corporaciones más grandes del mundo, como IBM, Nokia, Xerox, etc., se reúnen con gobernantes, monarcas y parlamentarios de países del primer mundo, a discutir… nadie sabe qué, pues mantienen absoluta discreción sobre el contenido de sus reuniones.

Se les asocia en un acuerdo secreto con los jesuítas para controlar el mundo.

Se les sindica como parte de alguna conspiración mayor, que varía según la fuente, y que obviamente tiene que incluir a los judíos o de otra forma no tiene gracia.

Los masones además han sido protagonistas de grandes escándalos a nivel internacional (pensemos en los robos, desfalco y asesinato que hizo la oscura logia Propaganda Due para el Vaticano en lo del Banco Ambrosiano). Y también han protagonizado escándalos a nivel nacional. El más sonado, tiene que ver con la quiebra de la Universidad de la República el año 2010, la que recibió más de cinco mil demandas. Respecto a ello, la masonería se desmarca totalmente del asunto, y dicen que los miembros del directorio son masones, pero que la Gran Logia no tiene injerencia en lo ocurrido ni en la Universidad.

Una reflexión final

Los seres humanos somos gregarios, y las personas del mismo ámbito, tienden a estar juntas. Esto también se aplica a quienes se encuentran en posición de gran poder. Por supuesto que resulta sumamente sospechoso que quienes tienen poder sobre otros, se reúnan en secreto para decidir sobre las vidas de esas mismas personas. Es inevitable preguntarse ¿Qué quieren? ¿Cómo lo pretenden lograr? ¿Qué están planeando? y por supuesto: ¿En qué va a afectar eso a mi vida?

Si bien la masonería es una sociedad “discreta” y no secreta (sabemos donde están sus logias, quiénes son sus miembros más destacados y, si nos metemos lo suficiente en internet, podemos conocer muchísimo de sus ritos y costumbres), cae también bajo ese tipo de sospechas. Una objeción común es “¿Y por qué no puedo saber lo que ocurre adentro?”, así como: “si tienen que esconderse, es que algo ocultan”. Si a ello le sumamos que resulta imposible saber qué ocurre en los niveles más altos de la organización, tenemos los ingredientes perfectos para ligarlos con todo lo malo que ocurra, y llegar incluso hasta los extraterrestres si queremos, pues el cielo es el límite.

En el caso de nuestro país, es indudable que han sido parte íntegra de la historia, y que si bienmuchas veces han operado en un sentido que honra sus principios de libertad, igualdad y fraternidad, también han hecho todo lo contrario, lo que, en todo caso, también se podría decir de prácticamente toda organización humana. Un problema respecto a esto último, es que cuando un masón se “anota un poroto”, la institución manifiesta que eso es producto de la formación valórica que entrega, pero cuando se produce un escándalo de proporciones, como en la Universidad de la República, se apresuran a decir que “son masones individuales”, por lo que es difícil saber a qué atenerse en ese respecto. Además, debido a la opacidad en los grados superiores, es imposible poner las manos al fuego respecto a las relaciones que puedan o no tener con otras sociedades. Por lo tanto, la misma institución genera una duda razonable respecto a la percepción que uno puede tener.

Personalmente, he tenido suerte, y los que he conocido, son bastante éticos para sus cosas. Pero otros pueden tener una experiencia distinta.

https://www.eldefinido.cl/actualidad/plazapublica/5915/Masones-Quienes-son-y-en-que-creen/

miércoles, 29 de agosto de 2018

Quiénes son los masones y por qué están rodeados de secretismo y polémica

Quiénes son los masones y por qué están rodeados de secretismo y polémica
RedacciónBBC Mundo
20 febrero 2018


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLos masones quieren combatir el hermetismo con el que tradicionalmente se los ha asociado.

La leyenda negra de los masones volvió a ocupar titulares de prensa recientemente en Reino Unido.

El diario The Guardian informó a principios de este mes de febrero de la existencia de dos logias (las asociaciones en la que se agrupan los masones) que operan en secreto en el Parlamento de Westminster y que están integradas por políticos y periodistas.

Además, el hasta ahora presidente de la principal asociación sindical de las policías de Inglaterra y Gales denunció que los círculos masones dentro del cuerpo están bloqueando reformas que ayudarían a corregir las desigualdades que todavía sufren en las mujeres, los negros y otras minorías.

Estas noticias reabrieron el viejo debate sobre la supuesta influencia entre las élites dirigentes de la masonería, de la que en su día llegó a formar parte el ex primer ministro británico Winston Churchill.


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl Ojo de la Providencia es un símbolo masónico que se encuentra en sus templos en todo el mundo.

Y si bien originariamente se constituyó como una sociedad secreta, ahora opta por defenderse públicamente de las acusaciones.

La Gran Logia Unida de Inglaterra publicó anuncios a página completa en varios periódicos británicos pidiendo el fin de la "discriminación" que sufren sus miembros, quienes se quejan de la representación "tergiversada" que se ofrece de ellos.


Image captionSe calcula que hay seis millones de masones en el mundo. Foto: Gran Logia Unida de Inglaterra.

David Staples, líder de los masones de Inglaterra y Gales, negó las informaciones de The Guardian y dijo que ninguno de sus miembros era parlamentario o periodista político.

"No somos una sociedad secreta", le dijo a la BBC, a la vez que calificó de "ridícula" la noticia sobre el supuesto bloqueo a reformas por parte de masones dentro de la policía.
Ceremonias secretas

De hecho, Staples anunció que la masonería inglesa llevaría a cabo una serie de jornadas de puertas abiertas para responder las preguntas de la población sobre la naturaleza y funcionamiento de esta organización.

De este modo quieren combatir el hermetismo con el que tradicionalmente se ha asociado a los masones.

Peter, un joven masón de Londres, le dijo a The Guardian: "Mis compañeros de trabajo saben que soy miembro de una logia y nunca me he encontrado con ningún hermano masón que se niegue a dar a conocer su membresía o esconda lo que hacemos".

Cada logia se reúne cuatro veces al año oficialmente en las ceremonias de acogida a los nuevos masones, que pueden tener una hora de duración.

Lo que ocurre en ellas ha sido siempre un secreto bien guardado.


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa Gran Logia Unida de Inglaterra nació en el siglo XVI.

"La mejor manera de explicarlo es como si fuera una obra de teatro en la que todo el mundo tiene un papel", le dijo a la BBC una componente de la masonería inglesa que prefirió que no se revelara su identidad.

El venerable maestro, uno de los más altos grados en las logias, es el actor principal y lleva la voz cantante.

En la ceremonia, los nuevos masones deben responder a una serie de preguntas.

Lo que se dice en la reunión nunca se transcribe. Otro masón entrevistado por la BBC aseguró que "no hay trampa ni nada raro" en ello.

Mientras que a los miembros se les disuade de hablar de política o religión, la creencia en un poder superior ha sido, históricamente, un requisito para unirse.

Se estima que hay unos seis millones de masones en todo el mundo.
Se reúnen en un templo al que llaman logia, ya que es donde los antiguos canteros se encontraban mientras trabajaban en una iglesia o catedral
Usan delantales o mandiles masónicos, que se remontan a la teoría de que la masonería evolucionó a partir de los canteros que los usaban para protegerse durante el corte de las piedras
El "tercer grado" es la etapa final antes de convertirse en masón de pleno derecho. La ceremonia implica un exhaustivo interrogatorio, que es de donde procede la expresión "someter a alguien al tercer grado"

Algunos masones reconocidos fueron el ex primer ministro británico Winston Churchill o los escritores Arthur Conan Doyle, Rudyard Kipling y Oscar Wilde

Separación por sexos

La masonería segrega a hombres y mujeres en distintas logias.

La primera logia femenina en Inglaterra se creó en 1908. Su primer venerable maestro fue un varón. Después, el 100% de sus componentes fueron mujeres y se vetó la participación de ellos.

La masona británica entrevistada por la BBC aseguró que las actividades realizadas por hombres y mujeres son las mismas.

"Hacemos los mismos rituales, las mismas ceremonias, pero estamos completamente separados de ellos", dijo tras más de 21 años como parte de la asociación, lo que la convierte en uno de los miembros femeninos más veteranos de las logias de Inglaterra.

Pero la separación por sexos sigue teniendo detractores, también entre los propios masones.


Derechos de autor de la imagenPAImage captionLos masones usan delantales que se remontan a la época en que los canteros los usaban para protegerse durante el corte de las piedras.

El londinense Peter desea que "la Gran Logia se modernice completamente algún día y permita que ambos sexos se mezclen".

"Será magnífico para la organización y un día que yo estoy esperando".

Otro masón que también prefirió no identificarse afirmó que "la masonería está impregnada de tradiciones y sus rituales son peculiares, pero no más que los de la Iglesia católica".
¿Lealtad o nepotismo?

Preguntados por el motivo que les impulsó a ingresar en la hermandad y pertenecer como miembros, la mayoría de entrevistados coincidieron en varios puntos.

Por una parte apuntaron a la vertiente social del grupo, afirmando que los 33 millones de libras (unos US$46 millones) recaudados por las 180 logias inglesas para proyectos de beneficencia en 2017 convierten a la masonería en uno de los mayores donantes de Reino Unido.

Por otro lado, destacaron la lealtad y sentimiento de pertenencia a un grupocerrado.

"Me gusta confiar en las personas, soy muy leal, ese tipo de cosas [ser parte de una comunidad] me atrajeron. De eso se trata", dijo uno de ellos.


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionEl año pasado se inauguró un monumento en Londres en honor a los masones condecorados con la Cruz Victoria durante la Primera Guerra Mundial.

"A lo largo de los años, construyes relaciones, acabamos haciéndonos amigos" que derivan en la formación "de una red".

Aunque matizó: "Uso esa expresión con cuidado porque esa red no está para ser utilizada en tu beneficio personal".

De hecho, una de las características que se suelen atribuir a los masones es la de que se valen de su posición en la sociedad para favorecer a otros hermanos y a la organización, a menudo en perjuicio de la población general. Los masones califican esta creencia de "mito absoluto".

"Creo que en el pasado probablemente haya habido casos (de nepotismo) pero nunca he conocido un solo caso entre las masonas", dijo la mujer entrevistada por la BBC.
Intromisión en la vida pública

En diferentes momentos de la historia, la masonería ha sido acusada de conspirar y participar subrepticiamente en la política.

En la época en la que gobernó en España, el general Francisco Franco solía referirse a "la conspiración judeomasónica" y consideraba a la masonería como uno de los grandes enemigos de España


Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGESImage captionLa Masonería británica negó las informaciones que afirman que dos logias operan en el Parlamento de Westminster.

El jefe de la Gran Logia inglesa subrayó que una investigación llevada a cabo por un comité especial de la Cámara de los Comunes concluyó que no había "nada siniestro" en la actividad de la masonería británica.

El informe de este comité, sin embargo, recomendó que a los masones con responsabilidad en la policía, alcaldías y otras instituciones públicas se les requiriera declarar su pertenencia a la hermandad.

Steve White, quien acaba de dimitir como presidente de Federación de policía y que denunció el supuesto entorpecimiento de los masones a las reformas internas en el cuerpo, aseguró que "cuando se convierte en un problema es cuando afecta a su trabajo".

https://www.bbc.com/mundo/noticias-43066244

lunes, 27 de agosto de 2018

La Gran Pirámide

La Gran Pirámide 

El sucesor de Sneferu fue Jufu. Con este monarca, la elevación de pirámides alcanzó su apogeo, pues a él se debe la construcción de la mayor de todas. Esto ocurrió hacia el 2580 a. C, precisamente un siglo después de que Imhotep lanzara la moda. Tal era la rapidez (para aquellos tiempos) con que avanzaba la tecnología egipcia. 

Resultado de imagen para La Gran Pirámide

Jufu construyó su pirámide monstruo en una meseta rocosa, a pocas millas al norte de Sáqqara, cerca de donde se halla hoy la ciudad de Giza. Cuando la pirámide estuvo terminada, su base, cuadrada, medía 755 pies por cada lado, es decir, cubría una superficie de trece acres. La pirámide medía de la base a la cúspide 481 pies. Esta «Gran Pirámide» está formada por trozos de piedra —en número de 2.300.000, según se estima, con un peso medio de dos toneladas y media por pieza—. Cada uno de ellos fue transportado desde las canteras próximas a la Primera Catarata, a unas 600 millas de distancia (por vía fluvial, naturalmente —sobre barcos arrastrados río abajo por la corriente del Nilo—). 

Entre las rocas de granito se construyeron redes de pasajes que conducían a una cámara cercana al centro del enorme edificio, que habría de albergar el ataúd del rey, su momia y sus tesoros. 

Teniendo en cuenta el estado de la ingeniería en aquellos tiempos y el hecho de que la estructura se ejecutó prácticamente con las manos (no se usó ni siquiera la rueda), la Gran Pirámide constituye sin duda la más noble realización arquitectónica del mundo —si exceptuamos, quizá, la Gran Muralla China—. 

Los hombres no han dejado de maravillarse ante la Gran Pirámide, la mayor construcción erigida por el hombre; una construcción que no ha sido superada en los 4.500 años de su existencia. Los griegos la calificaron junto con las demás pirámides vecinas de una de las «siete maravillas del mundo», y de las siete enumeradas por ellos, sólo las pirámides pueden admirarse todavía. Y tal vez sigan en pie incluso después de que las naciones modernas hayan desaparecido como el antiguo Egipto y la antigua Grecia. 

Naturalmente, la Gran Pirámide atrajo la atención de Heródoto, el cual trató de informarse preguntando sobre ella a los sacerdotes egipcios. Estos le contaron ciertas historias fantásticas que no podemos aceptar, aunque una parte de la información parece razonable. Le dijeron que se había tardado veinte años en construir la Gran Pirámide, y que en ella habían trabajado cien mil hombres. Y esto puede muy bien ser cierto. 

También le dijeron el nombre del rey que la había erigido, pero Heródoto tradujo el extraño nombre egipcio a algo que sonase «más griego» y más habitual a sus oídos, por lo que Jufu se convirtió en Keops; y nosotros estamos mucho más familiarizados con la versión griega, sobre todo con su ortografía latina Cheops (por lo general, la versión griega de los nombres egipcios nos es conocida mejor en su ortografía latina, y de ahora en adelante los escribiré siempre con ortografía latina). 

Nos gusta creer que los cien mil constructores de la pirámide eran esclavos, sometidos al látigo de despiadados vigilantes. Muchos creen, por haberlo leído en la Biblia, en el libro del Éxodo, que muchos de los esclavos eran judíos. Sin embargo, la Gran Pirámide y las edificaciones hermanas fueron construidas unos mil años antes de que los israelitas llegaran a Egipto, y en todo caso, es muy probable que las pirámides fueran construidas por hombres libres que trabajaban a gusto y recibían un buen trato. 

Debemos recordar que en la cultura egipcia de aquellos tiempos existían buenas razones, generalmente aceptadas, para la construcción de tales pirámides. En efecto, se construían para complacer a los reyes divinizados y a los dioses, y para garantizar la paz y prosperidad del pueblo. Probablemente los constructores emprendían su tarea con el mismo espíritu con el que los hombres del Medievo construían sus catedrales, o los de hoy sus presas hidroeléctricas. En efecto, varios historiadores han sugerido que las pirámides fueron erigidas en una época en que las crecidas del Nilo imposibilitaron los trabajos agrícolas, por lo que una de las razones de tal decisión fue crear trabajo y mantener ocupado al pueblo. 

El interés por la Gran Pirámide en el último siglo se ha basado en aspectos místicos. Debido a que la estructura es tan gigantesca y se halla realizada con tanta precisión (los lados de la base cuadrada están orientados de manera casi exacta en dirección norte-sur y este-oeste) muchos han estimado que los egipcios tenían acceso al gran saber, a la ciencia, y que ciertas mediciones incluían los valores de cantidades matemáticamente importantes. Se pensó asimismo que ciertas características menores de los pasadizos interiores eran oráculos que predecían el futuro en sus más insignificantes detalles y que el final de los pasadizos daban la fecha del fin del mundo (no tan lejano en nuestros días). Incluso algunos creían que el hecho de que la Gran Pirámide hubiese sido edificada junto al punto en que se cruzan los meridianos 30° de latitud norte y 30° de longitud este, indicaba que los egipcios sabían que la Tierra era esférica, que 360 grados forman una circunferencia y, lo que es más importante, que con una antelación de muchos miles de años, ¡sabían ya que el primer meridiano iba a ser establecido arbitrariamente sobre la ciudad de Londres! 

Otros han pensado, además, que la Gran Pirámide era un observatorio astronómico, y alguien escribió en cierta ocasión un libro (que me fue enseñado en forma manuscrita) en el que sostenía que la estructura en cuestión era en realidad una pista de lanzamiento para cohetes espaciales. 

Por desgracia, todas estas especulaciones carecen de fundamento. Los egiptólogos han demostrado de manera concluyente que la Gran Pirámide es exactamente lo que se supone que es: una tumba especialmente complicada. Por lo demás, no sirvió para el fin a que estaba destinada, es decir, la de proteger el cuerpo y los tesoros del difunto Jufu. Pese a que el ataúd estaba colocado en el centro del mayor edificio de piedra jamás construido, y pese a que los pasadizos que llevaban hasta la cámara mortuoria habían sido camuflados y cegados, los ladrones fueron capaces de penetrar en él. Así, cuando los exploradores modernos pudieron abrirse paso finalmente hasta el centro de la pirámide, sólo encontraron un sarcófago sin tapa en una habitación vacía. 

La pirámide de Jufu representa la culminación. A partir de entonces comienza el declive de este tipo de arquitectura. 

Jufu tuvo como sucesor a su hijo mayor, luego a su hijo menor. Este fue Jafre, al que Heródoto denomina Kefrén; construyó una pirámide notablemente más pequeña que la de su padre, hacia el 2530 a. C. Trató de engañarnos al construir su pirámide sobre una elevación mayor, de modo que el vértice superase el de la pirámide de Jufu. Buena parte de la piedra caliza que la recubría se conserva cerca de la cúspide. 

Sucesor de Jafre fue su hijo Menkure o, como los griegos lo llamaron, Micerino. Este edificó una tercera pirámide, la menor de las tres, hacia el 2510 a. C. 

Las tres pirámides están agrupadas en Giza, y representan un silencioso testimonio de la grandeza del Imperio Antiguo de hace cuarenta y cinco siglos. Hoy no podemos contemplarlas, naturalmente, como eran en su día. Y no sólo por la pérdida del revestimiento de piedra caliza. Cada pirámide estaba rodeada por otras más pequeñas y por mastabas destinadas a otros miembros de la familia real. Había templos, calzadas, estatuas, etc. A lo largo de la calzada que conduce a la pirámide de Jafra, por ejemplo, se alzaban no menos de veintitrés estatuas del rey. Lo que se solía construir no era pirámides aisladas, sino conjuntos de pirámides. 

Hay un monumento que no es una pirámide, construido durante la IV Dinastía, que rivaliza en fama con las propias pirámides. Se trata de una gigantesca escultura que representa a un león echado, erigido junto a la calzada que lleva a la pirámide de Jafre, a sólo 1.200 pies al sudeste de la Gran Pirámide. Se trata de una roca que aflora del suelo, cuya forma sugiere la de un león agazapado. El cincel del escultor hizo el resto. 

La cabeza del león es humana, y representa la de un hombre que lleva el tocado real. Se lo considera un retrato de Jafre, y el conjunto es una demostración del poder y de la majestad del monarca. 

En siglos posteriores los griegos crearon mitos relativos a monstruos con cuerpo de león y cabeza humana (de mujer más que de hombre, sin embargo), que se inspiraron probablemente en las esculturas egipcias. Los griegos debieron considerar que tales monstruos eran peligrosos para el hombre, pues llamaron a estas mujeres-león esfinges, término derivado de la palabra griega que significa «el que estrangula». Existe un famoso mito referido a una esfinge griega; según aquél, el monstruo obligaba a los que pasaban por el lugar a descifrar enigmas, y mataba a los que no los acertaban. Por esta razón, de toda persona que cultiva un aire misterioso se dice que es como la esfinge. 

Los griegos aplicaron el mismo nombre a las estatuas egipcias que representaban a leones con cabeza humana, de las que había miles en la región. Aunque sólo una era de gran tamaño, y ésa era la construida por Jafre. Se trata de la «Gran Esfinge», y su silencioso cavilar en el desierto refuerza la idea de misterio que evoca la palabra. El rostro de la Gran Esfinge se encuentra hoy gravemente deteriorado, debido a que los soldados de Napoleón, haciendo gala de un comportamiento criminal, se divirtieron en utilizarlo como blanco en sus prácticas de tiro. 

También las pirámides de las dinastías posteriores, aunque de menor tamaño y más toscas, nos son útiles, ya que sus muros interiores están cubiertos de himnos y encantamientos destinados a facilitar la entrada del rey o de la reina en el más allá. Los Textos de las Pirámides, como se los llama, son guías valiosos para el conocimiento del pensamiento religioso egipcio. Además, los textos en cuestión, junto al Libro de los Muertos, son los documentos religiosos más antiguos de que disponemos.

domingo, 26 de agosto de 2018

Las pirámides

Las pirámides 

La construcción de tumbas de proporciones gigantescas acabó convirtiéndose en la obsesión nacional. Los sucesivos monarcas de Egipto tenían que erigirse tumbas semejantes, pero mayores y más grandiosas. Las técnicas arquitectónicas progresaron rápidamente impulsadas por ese deseo. Imhotep había utilizado piedras pequeñas para construir su edificio, piedras que imitaban a los ladrillos que se empleaban anteriormente. Esto representaba un esfuerzo enorme, debido a que es mucho más difícil colocar con cuidado cien piedras en hileras y columnas, que trasladar y colocar en su sitio una roca trabajada de gran tamaño. A mayor tamaño de las piedras empleadas, menor es el tiempo requerido para colocarlas juntas, siempre, naturalmente, que las piedras puedan ser manejadas. 

Resultado de imagen para Las pirámides

Así pues, los egipcios aprendieron a manejar grandes rocas utilizando rastras, rodillos, grandes cantidades de aceite para reducir la fricción, y haciendo un uso verdaderamente liberal de músculo humano. Los gigantescos monumentos de piedra que se construyeron a lo largo de los dos siglos siguientes han despertado la admiración de todas las épocas, y son algo así como la «marca de fábrica» del Imperio Antiguo, y, en realidad, de Egipto en general. 

Dos mil años después, cuando los curiosos griegos llegaron a Egipto, se quedaron boquiabiertos, espantados, ante estructuras que ya eran antiguas para su tiempo, a las que denominaron pyramides (singular pyramís), término de origen incierto. Nosotros hemos heredado la palabra y hemos adoptado el plural, «pirámide», como singular. 

La mastaba múltiple de Zoser es la única en su género que nos queda. Los monarcas posteriores debieron de caer en la cuenta de que una pirámide presentaría un aspecto más esmerado si sus lados fuesen elevándose hasta el vértice con suavidad, en vez de hacerlo por pisos (la estructura de Zoser se ha denominado, por ello, «pirámide escalonada»). 

La innovación se produjo, aproximadamente, algo después del 26l4 a. C. cuando una nueva dinastía, la IV, ocupó el trono egipcio. Bajo esta dinastía, el Imperio Antiguo alcanzó su culminación cultural. 

Es probable que el primer rey de la dinastía, Sneferu, desease demostrar su propia divinidad y la de su ascendencia eclipsando a sus predecesores de la III Dinastía. Así, emprendió la construcción de una pirámide escalonada mayor que la de Zoser: una pirámide de ocho pisos. Seguidamente llenó los huecos entre piso y piso hasta que los lados presentaron un aspecto uniforme desde la base al vértice. Finalmente, el conjunto se cubrió con piedra caliza blanca y suave, que debía de brillar notablemente bajo el espléndido sol egipcio, aventajando en magnificencia y belleza a cualquier monumento del pasado. 

Por desgracia, la piedra caliza que recubría la pirámide ha sido arrancada hace mucho tiempo por sucesivas generaciones, con el fin de usarla para otros fines (y lo mismo sucedió con la piedra caliza que recubría las demás pirámides). Asimismo, parte del relleno entre los pisos de la pirámide se ha caído, de tal modo que ésta parece construida con tres escalones desiguales. 

Sneferu construyó otra pirámide, en la que cada estrato de piedra es ligeramente menor que el inferior, de tal modo que la pirámide no tiene pisos, sino que presenta una inclinación uniforme, incluso sin el relleno. En la parte superior, de todos modos, se cambió la inclinación, que se hizo menos empinada, de tal modo que se alcanzaba la cúspide con mayor rapidez. Quizá Sneferu estuviese envejeciendo, y los arquitectos desearon terminar cuanto antes para tener preparada la tumba para cuando muriese el rey. Se la denomina la Pirámide Inclinada. 

Después de Sneferu, todas las pirámides (quedan unas ochenta en total) fueron verdaderas pirámides, de lados suavemente inclinados. 

La magnificencia de la IV Dinastía, expresada en las pirámides y, sin duda, en el esplendor de los palacios que debió construir para los monarcas aún vivos, supuso un acicate para el comercio. Las riquezas que Egipto almacenaba podían emplearse en el extranjero para adquirir materiales y productos imposibles de obtener en el país. 

La península del Sinaí fue ocupada por los ejércitos egipcios para apoderarse de sus minas de cobre —cobre que se utilizaba en el país y para fabricar adornos que se cambiaban en el extranjero—. 

Una de las más necesarias importaciones no podía obtenerse muy cerca del país. Se trataba de troncos de árboles altos y derechos; troncos que podían servir como pilares fuertes y bellos, que eran mucho más fáciles de manejar, para la construcción de estructuras no monumentales, que la piedra, tan pesada y difícil de esculpir. Pero el tipo de árboles adecuado no crecía en el valle del Nilo, cuya vegetación era semitropical, sino en las laderas de la costa oriental del Mediterráneo, precisamente al norte de la península del Sinaí. 

Esta región tenía varios nombres. Los antiguos hebreos denominaban Canaán a la parte meridional de dicha costa y Líbano a la mitad septentrional. Los «cedros del Líbano», que eran el tipo de árbol que los reyes de la IV Dinastía deseaban, se mencionan varias veces en la Biblia como el más bello y notable de los árboles. 

En siglos posteriores, los griegos llamaron Fenicia a la costa oriental del Mediterráneo, y a las tierras del interior, Siria. Estos nombres son ya familiares y son los que voy a usar desde ahora. 

Los reyes de la IV Dinastía podían haber enviado expediciones comerciales por tierra, a través del Sinaí, y luego en dirección norte, donde se obtenían los cedros. Sin embargo, esto habría significado un viaje de unas 700 millas en total, y viajar por tierra era difícil y arduo en aquellos tiempos. Además, cargar con los gigantescos troncos a lo largo de esa enorme distancia habría sido totalmente imposible. 

La alternativa era alcanzar Fenicia por mar. Sin embargo, los egipcios no eran pueblo marinero (y nunca llegaron a serlo). Su única experiencia derivaba de la navegación por el tranquilo y suave curso del Nilo, por el que se movían sin problemas. E incluso, bajo Sneferu, existían barcos de 170 pies de longitud que recorrían el Nilo en ambas direcciones. 

Pero los barcos adecuados para la navegación fluvial no lo eran tanto para aguas más peligrosas, como las del Mediterráneo en caso de tempestad. Con todo, empujado por el deseo de obtener madera, Sneferu envió flotas de hasta cuarenta barcos hacia los bosques de cedros. Estos barcos, algo reforzados, pasaron lentamente del Nilo al Mediterráneo y, bordeando la costa, llegaron a Fenicia. Una vez cargados con los gigantescos troncos y otros productos de valor, iniciaban con gran cautela su viaje de retorno. 

Sin duda algunos barcos se perdían debido a las tempestades (como sucede en todas las épocas, incluso en la nuestra), pero quedaban los suficientes como para hacer rentable el viaje. Los egipcios se aventuraron también en el pequeño mar Rojo, situado al este de Egipto, abriéndose camino por esa vía marítima hasta la Arabia meridional y la costa de Somalia. De allí traían incienso y resinas. 

Se enviaban también expediciones Nilo arriba, más allá de la Primera Catarata, hacia las misteriosas selvas del sur de las que se traían el marfil y las pieles de animales. (Ya en tiempos de la IV Dinastía, el crecimiento demográfico del valle del Nilo y su intensiva explotación agrícola estaban dejando sentir sus efectos sobre los animales de mayor tamaño, y los elefantes habían sido empujados hacia él sur, más allá de la Primera Catarata).

sábado, 25 de agosto de 2018

Imhotep

Imhotep 

Se conocen muy pocos detalles relativos a la historia política de las dos primeras dinastías. Disponemos de los nombres de unos veinte reyes incluidos en la lista de Manetón, pero no mucho más. Hay leyendas que afirman que Menes reinó durante sesenta y dos años, que envió ejércitos contra las tribus que controlaban las zonas costeras del Egipto occidental, y que finalmente fue devorado por un hipopótamo, pero no es fácil aceptar todo esto como históricamente verídico, sobre todo lo último, dado que los hipopótamos son vegetarianos. 

Imagen relacionada

Sea como fuere, el período Arcaico presenció sin duda un aumento gradual de la prosperidad egipcia y, por ende, del poder del rey divinizado, que controlaba y guiaba esa prosperidad a los ojos del pueblo. 

Obviamente, los monarcas deben de haber tenido interés en capitalizar esta interesada devoción popular. Por un lado, inevitablemente les tenía que agradar ser colocados tan alto en la estima del pueblo y ser considerados como dioses. Por otro, se producía algo así como una «realimentación» con respecto a estos asuntos. Cuando más suntuosa fuese la vida y la muerte del rey, tanto más convencido quedaba el pueblo del carácter divino de los monarcas y tanto mayor era la seguridad con que éstos reinaban. 

Y, lógicamente, la necesidad de obtener tal seguridad resultaba más apremiante cuando subía al poder una nueva dinastía. No sabemos a ciencia cierta de qué manera llegaba a su fin una dinastía y empezaba una nueva. Es posible que una serie de monarcas débiles de una dinastía dejaran que el poder se les escapase de las manos; que algún poderoso general acabara haciéndose con él; que algún inteligente funcionario de la corte se convirtiera, primero, en consejero del rey, luego, en su eminencia gris, y finalmente, en monarca, en tanto que el anterior era apartado o ejecutado sin más. Pero también cabe la posibilidad de que la antigua dinastía se extinguiese por falta de herederos varones, y que un general o un funcionario se casase con un miembro femenino de la familia reinante, convirtiéndose así en el primer miembro de una nueva dinastía. 

Es probable que el país acogiese calurosamente al nuevo y vigoroso monarca que sustituía a un gobernante débil, a un viejo chocho o a un pequeño vástago desamparado de la vieja dinastía. Aun así, el respeto hacia una familia de carácter divino no es algo fácil de sustituir, por lo que el monarca de la nueva dinastía podía considerar importante demostrar al pueblo su propia divinidad con algún espectacular despliegue de poder que eclipsase lo que había existido antes. 

Esto fue, quizá, lo que sucedió cuando la III Dinastía subió al trono. Las muestras de poder desplegadas por esta dinastía son tan notables que el período que comienza con ella se conoce por Imperio Antiguo. (La razón de este adjetivo es la existencia de períodos posteriores de magnificencia y de poder real en la historia egipcia, que han recibido los nombres de Imperio Medio e Imperio Nuevo.) 

El primer rey (o quizá el segundo) de la III Dinastía fue Zoser. Este comenzó su reinado hacia el 2680 a. C, y tuvo la inmensa suerte de tener como consejero a un sabio llamado Imhotep. 

Imhotep es el primer científico de la historia cuyo nombre nos es conocido. Con el paso de los siglos surgirían todo tipo de leyendas sobre él. Alcanzó gran renombre como médico cuyas facultades curativas eran casi mágicas; de hecho, muchos siglos después fue incluido en el panteón egipcio como dios de la medicina. Se le atribuye además el hecho de haber guiado al pueblo egipcio, con éxito, a través de años de sequía gracias a haber previsto el almacenamiento de trigo, por lo que es posible que la historia bíblica de José se base en parte en la leyenda de Imhotep. 

Aparte de su fama legendaria como médico, científico y mago, Imhotep fue sin duda el primer gran arquitecto. Fue él quien emprendió la construcción de la mastaba de Zoser, que iba a ser la mayor de las construidas hasta entonces, y que además lo fue en piedra en vez de en ladrillo. Esto satisfizo sin duda la necesidad de Zoser de impresionar a los egipcios con el poder de los reyes de la nueva dinastía. 

Imhotep construyó la mastaba, que tenía 210 pies de longitud, por cada lado, y unos 25 pies de altura, en Sáqqara. Fue la primera estructura de piedra de grandes dimensiones del mundo, aunque muestra un conservadurismo típicamente humano en numerosos detalles, pues la piedra está trabajada imitando la madera y la caña de las antiguas y más sencillas estructuras. 

Al parecer Zoser no quedó satisfecho de su mastaba; o quizá, el mismo Imhotep, descontento de su propia sobriedad, decidiera hacer algo mejor. Sea cual sea la razón, Imhotep amplió la mastaba por los dos lados, hasta que la base alcanzó una longitud de 400 por 350 pies. Luego colocó una nueva y más pequeña sobre la anterior, seguida más tarde por otra, aún menor, a la que siguieron otras cada vez más reducidas de tamaño. Al final había construido seis mastabas de tamaño decreciente, una encima de la otra, hasta alcanzar una altura total de casi 200 pies. 

Además, la mastaba disponía de otras estructuras a su alrededor, de las que quedan algunos restos. El conjunto estaba rodeado por una elevada muralla construida con paneles de piedra caliza de concepción muy elaborada. El recinto tenía 1.800 pies de longitud y 900 de anchura. 

Los detalles más refinados de la antigua magnificencia han desaparecido, pero el edificio central —muy deteriorado por falta de cuidados— subsiste todavía, 4.600 años después de haber sido construido. Y es no sólo la primera estructura de piedra de grandes dimensiones que se haya construido, sino que además constituye la más antigua edificación construida por el hombre que existe aún sobre la faz de la tierra. 

Los hombres modernos han quedado estupefactos ante la mastaba múltiple de Zoser, y ante las mucho más elaboradas estructuras posteriores, que no tardaron en ser construidas. Para los arqueólogos del siglo XIX, dichas edificaciones surgían de la nada. Parecía que Egipto había sido en un primer momento una tierra de aldeanos neolíticos, no mucho más avanzados que lo que hoy llamamos «hombres primitivos», y que de repente, sin previo aviso, comenzó a producir monumentos que iban a maravillar a las sucesivas épocas, sin excluir a nuestra grandiosa era tecnológica. 

Es evidente que Zoser vivió en tiempos de la III Dinastía, y que Manetón nos habla de una primera y de una segunda, pero no hay informes sobre las dos primeras dinastías, y muchos arqueólogos del siglo XIX sospechaban que las listas de Manetón, que contienen los nombres de los reyes antiguos, son míticas. 

No debe extrañarnos, pues, que románticos y místicos crean que la civilización egipcia surgió, ya plenamente desarrollada, de la nada, que quizá fue llevada a orillas del Nilo desde otro lugar. Un origen «lógico» podría ser la Atlántida, sobre la que escribió el filósofo griego Platón un siglo antes del nacimiento de Manetón. 

Según Platón, la primera versión de la historia se debe a los sacerdotes egipcios; éstos nos hablan de una tierra muy antigua, ubicada en el Oeste, que había alcanzado un elevado nivel de civilización y que fue destruida por un terremoto que provocó su hundimiento en el océano. 

¿Por qué no suponer, así, que los que pudieron escapar del desastre llegaron a Egipto y establecieron allí una gran civilización (expulsando a los primitivos habitantes del lugar, o esclavizándolos), tras la total desaparición de toda huella de sus orígenes? Naturalmente, todo esto son meras fantasías. Nunca hubo una Atlántida, y Platón pretendía tan sólo escribir una fábula de intención moral. 

Por otra parte, a comienzos del siglo XX los arqueólogos (en especial el inglés Sir Flinders Petrie) comenzaron a encontrar restos importantes de las dos primeras dinastías. Se pudo así establecer con mayor solidez la historia del desenvolvimiento de la cultura y de la técnica arquitectónica desde los primeros tiempos hasta las grandes estructuras de Imhotep. 

Qué duda cabe que la construcción por Imhotep de la mastaba múltiple de Zoser constituye efectivamente una gran hazaña, un rotundo avance para su tiempo, algo que nunca nos cansaremos de admirar; pero no surgió de la nada. No hay que atribuirla tampoco a los esfuerzos de los refugiados de la Atlántida. Fue construida por egipcios que trabajaron sobre bases ya establecidas anteriormente gracias a un lento y penoso desarrollo de las técnicas a lo largo de muchos siglos. 

Pero el Imperio Antiguo no se desarrolló solamente en la dirección de la construcción de monumentos grandiosos. En tiempos de Zoser se perfeccionó la escritura egipcia (se dice que Imhotep, a quien se atribuyeron posteriormente todos los progresos, realizó mejoras en la escritura, lo mismo que en la arquitectura). Los símbolos jeroglíficos dejaron de ser simples dibujos de objetos, comenzando a ser utilizados para expresar abstracciones y toda la extensión del pensamiento humano. 

Las plantas del papiro (la palabra «papiro» nos ha llegado a través de los griegos, pero su origen es desconocido) que crecían a orillas del Nilo fueron utilizadas como materia para recibir la escritura. Se extraía el meollo, se le aplicaba cola, en capas separadas, hasta que se embebía adecuadamente, y luego se lo dejaba secar. El resultado era una superficie admirablemente ligera y duradera, sobre la que se podía escribir con pinceles o plumas hechas con otros tallos. Ningún otro pueblo de la antigüedad dispuso de un material tan adecuado para escribir. En la región del Tigris y del Eufrates se utilizaban voluminosos ladrillos de arcilla, sobre los que se grababan los símbolos gráficos. La escritura sobre arcilla resultaba adecuada, pero carecía de la calidad y belleza de la egipcia. 

Las civilizaciones griega y romana utilizaron también el papiro, hasta el momento en que el aprovisionamiento de tallos comenzó a disminuir y su uso se hizo menos rentable desde un punto de vista económico. En la actualidad se usa un material semejante a partir de la madera, al que seguimos llamando papel (de papiro), aunque ya no proviene de los tallos de esta planta. 

La utilización de una superficie, sobre la que se puede escribir, práctica y barata constituye una importante contribución al progreso del saber, puesto que es más sencillo escribir las instrucciones que tener que depender del más inseguro método de transmitirlas oralmente. Esto reviste particular importancia cuando se trata de instrucciones complejas y cuando los errores pueden tener graves consecuencias (como en el caso de técnicas quirúrgicas). 

Quizá no sea casualidad que entre los más antiguos tratados escritos en papiro que se han descubierto hasta ahora (que datan del Imperio Antiguo, o bien son copias de tratados de esa época) se halle uno, llamado el Papiro de Edwin Smith, que contiene el tratamiento para heridas tales como fracturas.