Los dos Egiptos
Los habitantes del valle del Nilo llamaban a su tierra «Jem». Esto quiere decir, según parece, «negro» en la lengua del país. Cabe pensar que el término se refería a la rica tierra negra que las crecidas dejaban tras de sí, una tierra que presentaba un fuerte contraste con la tostada tierra de desierto a ambos lados del río.
Más tarde los griegos llamaron a esa tierra Aigyptos, que derivaba quizá del nombre, distorsionado, de una gran ciudad egipcia de épocas posteriores, que les era familiar. Nosotros hemos heredado el nombre y llamamos a ese país Egipto.
En los primeros tiempos de la civilización egipcia el país se componía de una serie de pequeñas ciudades o «nomoi», cada una de las cuales poseía su propio dios, y sus propios templos y sacerdotes. Tenían también su propio gobernante, que controlaba la región agrícola vecina, a orillas del río. La comunicación entre las ciudades se llevaba a cabo por el río y era fácil, pues la corriente fluía en una dirección y los vientos solían hacerlo en la contraria. Sin velas se podía ir hacia el norte; con velas, hacia el sur. Naturalmente, los habitantes de una ciudad solían cooperar entre sí, pero las cosas
resultaban mucho más fáciles si las distintas ciudades cooperaban unas con otras. Se formaban ligas en el seno de las cuales las ciudades vecinas podían llegar a acuerdos para resolver en común los problemas generales. De vez en cuando, un gobernante podía ejercer un difuso dominio sobre amplios sectores del río.
En término generales, el valle acabó por considerarse dividido en dos regiones principales. De una parte, estaba el estrecho valle del propio río, que se extendía de la Primera Catarata hasta la región del lago Moeris, a algo más de mil millas del mar. Se trataba de una larga y estrecha lengua de tierra generalmente denominada Alto Egipto.
Al norte del Alto Egipto, el Nilo se ramifica en numerosas corrientes que se despliegan en abanico formando un gran triángulo cuyos lados miden unas 125 millas. El Nilo penetra en el mar a través de una serie de desembocaduras, y la tierra comprendida entre las corrientes es sumamente fértil. Esta región triangular, el «Bajo Egipto», fue creada por el Nilo con el fango de aluvión transportado desde los tiempos más remotos de las lejanas montañas del sur.
En los mapas de Egipto, que hoy dibujamos con el norte en la parte superior, el Bajo Egipto queda encima del Alto Egipto, lo que puede parecer raro. Sin embargo, la denominación toma como punto de referencia al río. Si avanzamos siguiendo la corriente de un río en dirección a su desembocadura, decimos que marchamos «río abajo». La dirección contraria es «río arriba». Si consideramos que el Alto Egipto se encuentra corriente arriba respecto del Bajo Egipto, la expresión cobra sentido.
En el alfabeto griego la letra «delta» se representa por un triángulo equilátero, al menos la mayúscula. Por eso los griegos llamaron delta del Nilo a la región del Bajo Egipto, debido a su forma triangular. (Hoy en día toda desembocadura de río y su zona colindante formada por tierra de aluvión arrastrada por la corriente, se denomina delta, cualquiera que sea su forma. Así hablamos, por ejemplo, del delta del Mississippi, que presenta una forma muy irregular).
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