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lunes, 20 de agosto de 2018

Los Vedas

Los Vedas 

Después de la lucha de los mil quinientos años, los Arios que emigraron al Asia Central dejaron a sus descendientes la Revelación y Tradición de una magnífica Religión que fue transmitida a través de los Vedas milenarios. 

Los Vedas, palabra que quiere decir “ciencia pura”, son un conjunto de himnos y cánticos que aquellos antiguos pueblos acostumbraban a elevar a sus dioses; himnos que al principio no estaban escritos, sino que eran transmitidos oralmente de generación en generación. 

Los Vedas se dividieron con el tiempo en cuatro grandes grupos: 1. Rig; 2. Sutra; 3. Brahmanes y 4. Atharva. 

Por estos libros sagrados se deduce que se conocía ya un principio infinito e inmenso, desde donde surgían todas las cosas creadas: Aditi, el Infinito. 

Detrás de este concepto universal se formaba la idea de un Dios creador, personal, fuerte, que encierra en sí todo el poder del bien; este es Indra, el segundo Dios hindú, que lucha continuamente contra el mal y contra el espíritu de las tinieblas y de las oscuridades: Vritra. 

A Indra le llaman los Vedas: “El único Dios que profesa amor a los mortales, que los auxilia, que derrama a manos llenas sus bienes sobre ellos”. 

Los Arios, antes de dividirse en diversos pueblos, poseían el único idioma: el Zenzar; y todos tienen en sus voces primitivas, en sus vocablos básicos, una única raíz, un único relato que recuerda una región donde habitaron anteriormente, fría, de nieves y de largos inviernos. 

Al Zenzar le sucede el Sánscrito que se transforma después, con el tiempo, como todos los idiomas primitivos, en leguas sacerdotales y religiosas. 

La lengua Sánscrita es, para los indos, Vak, la vibración eterna, que ellos transforman en divinidad. 

Los versículos de los Vedas, cuando son modulados según las antiguas entonaciones, tienen una vibración de especial poder, a la cual se llama Mantra. 

Agni, el fuego; Phritivi, madre de la tierra; Mitra, el sol; Varuna, las nubes; Arimau, el lar familiar; en una palabra, todas las manifestaciones de la naturaleza, todas las costumbres, las virtudes, el bien y el mal, son materializados y transmitidos a la posteridad como divinidades. 

Enseñan que aquellos antiguos y nómadas pueblos de pastores fueron asentándose poco a poco, desde la Pañchala, que quiere decir país de los cinco ríos, hoy Penjab, hasta alcanzar una civilización de proporciones fantásticas. 

Las leyes del Manú, el más antiguo código indo, describe cuales fueron las bases, el orden de este pueblo y de su religión. 

También se encuentra en la religión inda, después de un Dios infinito, Aditi; después de un Dios creador Indra y de un principio de lucha entre el bien y el mal, Indra y Vritra; después del culto a las fuerzas naturales y atmosféricas, el culto a la Trinidad, principio que se encuentra en todas las religiones Arias. 

Este concepto es muy posterior a los Vedas y representa un Dios Uno, pero con tres aspectos: el de Brahma, Vishnú y Siva, que son imagen de la mente cósmica, de la energía primaria y de la sustancia indiferenciada. 

La religión Aria es Una, natural y divina, pero sucesivamente los pueblos le han dado diversos nombres.

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