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martes, 1 de octubre de 2013

Escuela de Misterios Masónicos Mayores

Escuela de Misterios Masónicos Mayores 


Aun que las Ordenes Masónicas estan divididas en diferentes Ritos y son escuelas con ramas distribuidas por todo el mundo, la realidad es que forman parte de lo que se denomina la Gran Logia Masónica Universal, institución Superior cuya misión consiste en transmitir la Sabiduría Sagrada a nuestro planeta y está compuesta por todos los Maestros e Iniciados del sendero de la Gran Luz que forman el gobierno invisible de nuestra tierra. 

Existen Escuelas de Misterios Masónicos Menores y una Escuela de Misterios Masónicos Mayores o Logia Violeta que, siguiendo líneas cósmicas, están integradas cada una por Grandes Iniciados y sus discípulos rodeando a un Gran Maestro Cósmico. 

Estos organismos son los perpetuadores de la Sabiduría Arcana Masónica tal como llegó al mundo al principio de las edades. 

Las Escuelas de Misterios Masónicos Mayores no son visibles y aunque sus peldaños se encuentran en Las diferentes Logias visibles de en nuestro mundo, sus templos mayores están en la sustancia espiritual de la Naturaleza, y por consiguiente, para llegar a ellos los candidatos deben aprender a actuar en planos más elevados. 

Desde la antigüedad los aspirantes se agrupan en tres grados distintos para ser conducidos a las puertas del Templo y todos los que quieran traspasarlas, no importa su raza o religión, deberán superar inexorablemente esas etapas sucesivas. 

No existe otro sendero legítimo para obtener la sabiduría, no pueden eludirse esos pasos, ya que es nuestra misma vida y la forma en que la vivimos el factor determinante en nuestro progreso espiritual, dependiendo la rapidez del avance de los propios méritos. 

Ampliando lo expresado sobre los tres grados de aspirantes, cabe destacar que el primer grado o sea el de aprendiz, incluye a las personas de ambos sexos que estando o no adheridas a una organización espiritual del plano físico, tratan de mejorar o santificar sus vidas, estudiando el Conocimiento Esotérico a la luz de sus propios entendimientos dedicándose, dentro de sus posibilidades, al servicio de la humanidad. 

La tarea en este grado es de investigación y esfuerzo, pues se debe disciplinar la mente, desarrollar el discernimiento, controlar los apetitos y en general propender a ser un ejemplo equilibrado de humanidad. 

No es el momento de recluirse y perder contacto con el mundo, ni de pretender disponer de poderes psíquicos de ninguna clase, sino el de desarrollar nuestro talento al punto de hacer crecer dos hojas de hierba donde antes crecía una y el de cultivar al máximo algunas virtudes de capital importancia como son la humildad, la paciencia, el silencio, el valor y la sinceridad 

Dado entonces a que detrás nuestro; se extienden edades sin cuento de ignorancia y perversión, es imprescindiblemente necesario que en este período de prueba tratemos de superar o transmutar todos los aspectos inferiores de nuestra naturaleza, antes de que nos sea permitido participar de conocimientos superiores; por eso en todas las legítimas enseñanzas esotéricas se señala la tarea de purificación como la primera prueba de nuestra sinceridad. 

Debemos también tener presente que un hombre no elude sus responsabilidades porque se incline hacia la ciencia espiritual, la ventaja de su posición radica únicamente en que se le ha dado oportunidad de pagar su Karma más pronto. -Por consiguiente, la consagración al estudio de la Verdad y el destino pendiente significarán años de lucha, siendo todos estos factores los que ponen a prueba el carácter del candidato. 

En síntesis, en el primer grado se requiere de los aspirantes: purificación y servicio, para que una vez superadas las pruebas y capacitados para afrontar sus propias responsabilidades puedan acudir al llamado del Maestro, cuando llegue el momento. 

El segundo grado, o sea el de Compañero, incluye a los estudiantes aceptados que habiendo pasado el período de primeras pruebas ya se han afirmado con aplomo en la escala que conduce al umbral del Templo de una de las siete Escuelas de Misterios Menores Cada Adepto tiene generalmente doce discípulos que son sus hijos espirituales 

El discípulo no elige al Maestro, es éste quien lo llama, v así como nuestros padres nos trajeron al mundo y nos ayudaron a actuar en el plano físico, el Maestro nos da nacimiento en los mundos espirituales y nos asiste como benefactor cósmico en la construcción de nuestros vehículos superfísicos, para que podamos actuar en los planos más sutiles. 

Por eso se dice que el Maestro es dual, padre y madre al mismo tiempo y algo más también, porque El nos da eterno nacimiento mientras que nuestros padres nos trajeron solamente a un mundo de ilusión 

Al producirse esto ha terminado para el discípulo el estudio por medio de libros, empieza la investigación personal directa El Maestro efectúa entonces un' análisis del aura de su discípulo y le transmite instrucciones individuales concernientes a su preparación antes de que sea admitido en la Escuela de Misterios Masónicos. 

El discípulo en este grado deberá observar una incuestionable obediencia, pues de no hacerlo podría ser separado del Maestro por el resto de su existencia. 

En resumen su trabajo consistirá en preparar sus embrionarios cuerpos superfísicos para que cuando sea un iniciado pueda usarlos como vehículos de conciencia. 

El tercer grado es el de Maestro Masón -Se ha dicho que el mismo involucra a los discípulos probados y aceptados, quienes con la dirección de sus Maestros y mientras se encuentran fuera de sus cuerpos físicos, han pasado conscientemente a una o más iniciaciones en el Templo invisible de una verdadera Escuela de Misterios Masónicos- Cabe afirmar aquí una vez más que no se dan iniciaciones espirituales en el mundo físico. 

Todas las iniciaciones verdaderas deben tener lugar en los mundos superiores, porque es allí donde se encuentran quienes están autorizados y capacitados para darlas. 

Entre el mundo visible e invisible mora el que es individualizado en la literatura oculta masónica con el nombre de Guarda Templo, que cada uno debe pedir al tocar en el Templo de la Gran Luz y que representa la naturaleza más baja o aspecto negativo del mismo aspirante (el Yo Negativo). 

Esta entidad no puede ser vista mientras la conciencia se encuentra dentro del cuerpo, pero cuando se desplaza al mundo superfísico se hace visible por medio de un cuerpo astral. 

Este demonio debe ser convencido por el candidato y para lograrlo debe obtener control completo sobre las fuerzas negativas de su constitución, las cuales desde su primera diferenciación con la conciencia animal han estado manteniendo al aspecto más bajo de su naturaleza. Si él ha logrado dominar estos elementos mental y espiritualmente, se encuentra ya suficientemente fuerte como para pasar inconmovible y valeroso ante este espectro de sus mismas perversiones y hacer su entrada victoriosa en los mundos invisibles. 

Cuando el masón haya sido capaz de hacer esto, ha dado un paso fundamental hacia su propia superación y habrá entonces llegado el momento de otorgarle poderes sobre más grandes cosas. Durante los últimos cientos años, miles y miles de personas han iniciado un peregrinaje espiritual buscando la Verdad y soluciones para el enigma de la vida o han tratado de encontrar a esos Maestros de la Sabiduría Francmasónica de los que tanto hablan las leyendas. 

En todo esto existe una gran incertidumbre y dos cosas debería aclarar este asunto. En primer lugar, que la mayoría de las personas no saben lo que están buscando. Si encontraran la Verdad no la reconocerían y en cuanto a los Maestros por quienes aspiran, aunque no visibles, se hallan a su alrededor v pretenden por lo tanto buscar en tierras lejanas lo que se encuentra en el dintel de sus puertas. 

En segundo lugar, ellos seguramente no aceptarían la Sabiduría si la encontraran, es decir, se conformarían con dominar los poderes que tiene el Maestro, pero pocos desearían trabajar desinteresada e incansablemente para obtener esos poderes y consagrarlos sin reservas al bien de la humanidad. 

No hay adeptos en este mundo o en los planos invisibles que no hayan tenido que pasar a través de todos los dolores, tristezas e incertidumbres de la existencia humana. Ellos han alcanzado su presente posición por haber controlado los factores que encadenan a la mayoría al aspecto egoísta de la vida. 

Todos han pasado de la oscuridad a la luz, de la ignorancia a la sabiduría y no por cierto de la noche a la mañana Cada uno de ellos ha sido tentado, muchos fueron perseguidos, otros murieron por sus ideales masónicos y todos prefirieron la sabiduría por encima de todas las riquezas y poderes. 

Cada iniciado masón ha obtenido esa jerarquía por propia consagración, inteligencia y sinceridad, llaves mágicas éstas que abren las puertas de las Escuelas de Misterios.

Muchos se han preguntado miles de veces: ¿Cómo podremos reconocer a un autentico Iniciado Masón si llegamos a cruzarnos en su camino? Existe únicamente una respuesta a esa pregunta: lo reconoceremos por sus buenas obras. 

El verdadero estudioso esotérico, sea aspirante, discípulo o Iniciado, no revela su posición a nadie, salvo a aquellos que están sinceramente interesados en líneas similares de conocimiento. 



Por siglos los verdaderos. Masones han tendido sobre ellos un velo de misterio que los protege de un sin fin de inconvenientes, ocultándolos de la curiosidad y permitiéndoles trabajar quietamente en el sector donde se encuentren, velando las verdades que conocen, insinuando a los hombres lo que deben hacer, pero nunca forzando sus opiniones sobre los demás. 

Por otra parte, todos los verdaderos ocultistas respetan las leyes de los países donde moran, usan sus vestidos y asimilan sus costumbres, pero no revelan su identidad a nadie, salvo casos especiales, siendo también superfluo mencionar que ningún verdadero Iniciado aceptará dinero por las enseñanzas que imparta. 

Estos son los motivos que asisten a los Maestros de Sabiduría o Hermanos Mayores Masónes que actúan en nuestro mundo físico para mantenerse apartados e incógnitos. 

Su reticencia y humildad de espíritu rara vez han encontrado un lugar en las páginas de la historia y sin embargo ellos son los reales modeladores de las naciones. 

Son, como se ha dicho, los poderes invisibles detrás de los tronos de la tierra, y los hombres la mayoría de las veces no son sino títeres dirigidos por los que se escudan tras el impenetrable manto del silencio.

Vicente Alcoseri.

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