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domingo, 5 de abril de 2020

LA LEYENDA DE HIRAM-ABIF

LA LEYENDA DE HIRAM-ABIF
Del Exoterismo Primigenio a La Realidad Masónica
René A. Thomas R.

Hiram Abif - Wikipedia, la enciclopedia libre

Desde los albores de los tiempos, el hombre le ha dado explicación a lo “inexplicable” a través de símbolos, alegorías, creando dioses y adorando una serie de elementos naturales y no naturales dependiendo de su realidad tanto política como social para el momento.

De entre todas las leyendas que circulan en los medios masónicos a efectos didácticos e iniciáticos, la figura y la muerte de Hiram ocupa un papel central. Revisar el contenido, las implicaciones y el nacimiento de este tema, son fundamentales para encuadrar el papel histórico e ideológico de la masonería.

De hecho, muchas por no decir casi todas las religiones del mundo, han venido justo en el momento en que los pueblos han necesitado de una fuerza de renovación diferente a la que tenían en el momento, desde hace más de 6.000 años.

Referencias de esto lo conseguimos a través de la historia de este período, pero lo más importante es que gracias a su “inventiva” el hombre ha logrado introducir una serie de elementos creíbles o no, a su propio desarrollo histórico, enmarcado en el tiempo y en el espacio, o través de tradiciones orales las cuales luego se plasmaron en papel y lápiz o en blanco y negro como decimos actualmente con la consabida pérdida de legitimidad con respecto a la primera narración oral.

De aquí que surgen los mitos y las leyendas, aspectos éstos que no debemos en ningún momento confundir ni entre ellos ni con lo que puede ser los enigmas del mundo.

Iniciaremos por lo tanto, tratando de descubrir las diferencias entre estos términos, para luego una vez en claros, pasar al tema central de esta presentación.

Agradecemos de antemano excusarnos de cualquier error o malinterpretación de lo expuesto, lo cual es sin duda alguna involuntario y sin intención de herir susceptibilidades personales o grupales.

Tal como acotáramos en la Introducción, empezaremos tratando de definir la palabra “Mito” y “Leyenda”.

Según la definición que da la Real Academia Española, un mito es “una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad”. En su segunda acepción es “una historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal”.

También se emplea mito para referirse a una “persona o cosa rodeada de extraordinaria estima”. O “persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen” (algo mítico).

Un mito como tal, está asociado entonces a la historia, situada fuera del tiempo y que nos ofrece respuestas acerca de cuestiones fundamentales de la vida. Intentan dar respuesta a “grandes temas” usando relatos de personajes que a menudo suelen tomar un aire legendario. Los mitos forman parte del sistema de creencias de una cultura o de una comunidad, la cual los considera historias verdaderas. Su carácter fantástico ha hecho que algunos consideren que los mitos son mentiras y por ello utilicen ambos términos como sinónimos. Sin embargo, los mitos sólo son entendibles en su contexto. Para una persona ajena a éste, los mitos de cierto grupo resultarán inentendibles tal como los ejemplos que citamos a continuación:

El Santo Grial, La Mitología Griega, La Mitología Romana, El Dorado, La Atlántida, Las Religiones y otros más.

De aquí se deriva la palabra mística que significa “experiencia de lo divino, expresión literaria de esta experiencia. Parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conocimiento y dirección de los espíritus”. “Que incluye misterio o razón oculta”.

Por otro lado tenemos a las leyendas y según la Real Academia Española es “Una historia o relación de la vida de uno o más santos”, en su sentido religioso bíblico o sino una “Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos”, ya en relación a las leyendas folclóricas y urbanas. Y también, “una opinión desfavorable y generalizada sobre alguien o algo, generalmente infundada”.

Una leyenda es entonces una narración tradicional que incluye elementos ficticios, a menudo sobrenaturales, y se transmite de generación en generación. Se ubica en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una comunidad, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. En las leyendas que presentan elementos sobrenaturales, como milagros, presencia de criaturas feéricas o de ultratumba, etc., estos se presentan como reales, pues forman parte de la visión del mundo propia de la comunidad en la que se origina la leyenda. En su proceso de transmisión a través de la tradición oral las leyendas experimentan a menudo supresiones, añadidos o modificaciones, surgiendo así todo un abanico de variantes.

Una leyenda, a diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso y se centra en la integración de este elemento en el mundo cotidiano o la historia de la comunidad a la cual pertenece.
Dentro de algunas leyendas famosas tenemos las siguientes: El suicidio de Adolf Hitler, Juana de Arco, El Conde de Saint Germain, Rasputin, Los Templarios, El Rey Arturo, Robin Hood, Guillermo Tell, El Mío Cid, El Silbón, Florentino y el Diablo, La Llorona, María Lionza y otras más.

Dentro de todo este sistema de creencias y fe, tenemos un elemento que es fundamental aclarar para diferenciarlo de los mitos y las leyendas y es el concepto de “enigma” el cual es sinónimo de “misterio”.

Según la Real Academia Española, un enigma o misterio es “algo difícil de entender”. Es un fenómeno que no se puede comprender con los conocimientos actuales. No hace referencia al futuro sino a un fenómeno presente o pasado. Algunos de los más famosos enigmas son los siguientes: El Triángulo de las Bermudas, Nessie el Monstruo del Lago Ness, El Yeti, El Incidente de Tunguska, El Efecto OVNI, Los dibujos de Tassili, El Manto Sagrado, Las creencias de los Dogon en Mali, Las líneas de Nazca, Las Pirámides de Egipto, El Mapa de Piris Reis, Los Sumerios y otros enigmas más.
Ya una vez esclarecidos estos términos, podemos entrar en lo que es sí LA LEYENDA DE HIRAM-ABIF desde sus “misteriosos” orígenes.

A pesar de unos pocos testimonios que remontan la leyenda de Hiram al siglo XVII , se acepta unánimemente que ésta se incorporó a la masonería especulativa entre 1.720 y 1.723 y lo hizo, no sin suscitar ciertas resistencias.

No hay duda que el pastor anglicano James Anderson cuando recibió el encargo de compilar los antiguos usos y costumbres de la masonería operativa, destruyó muchos documentos en lo que se ha calificado como un auténtico auto de fe.

A partir de ese momento se hizo muy difícil reconstruir cuales eran las leyendas y tradiciones del período anterior. Es posible que James Anderson y Jean Théophile Desaguliers aprovecharan algunos residuos que encontraron en estos documentos y con ellos construyeron la leyenda de Hiram, o es posible incluso que, tomaran a este personaje secundario en la mitología de los masones “operativos” y lo magnificaran a efectos didácticos.

Tanto Anderson como Desaguliers eran clérigos protestantes y ocupaban en la logia el cargo de capellanes que, como los médicos, solamente asistían a las tenidas cuando sus servicios eran requeridos, estaban allí en razón de su cargo y no en virtud de una admisión regular. De los ocho primeros masones que constituyeron cuatro logias en 1.714 ni uno solo parece haber sido iniciado regularmente.

Por otra parte, el Manuscrito “Regius” (1.390), uno de los documentos más importantes y antiguos que se dispone sobre la masonería operativa, no habla ni de Hiram, ni del Templo de Salomón. El manuscrito “Dowland” menciona solo al rey de Tiro y el Manuscrito de “Cooke” lo considera solo como hijo del Rey de Tiro.

La masonería actual utiliza la leyenda de Hiram en la ceremonia de iniciación al tercer grado, el de Maestro. Como mínimo hasta 1.730 esta iniciación no era obligatoria según una cita de Prichard -un famoso autor masónico- escribió ese año: “No hay un masón de cada cien que pague los gastos exigidos por “The Master’s Part” [el grado de maestro], si no es por interés”.

En 1.738, la leyenda ya se había extendido por las logias y algunas la representaban; de ésta forma, poco a poco, fue difundiéndose por la nueva masonería especulativa.

A nadie se le escapa que se trata de un grado conflictivo; la propia leyenda de Hiram hace que éste sea muerto, precisamente, por tres “malos compañeros”, es decir por tres compañeros que no han logrado dominar ese mundo psíquico o astral.

Etimológicamente, el nombre “Hiram” (en hebreo Hîrām, Hîrōm, Hūrām, H[e]iram, pronunciado Kjirám o Kjurám) es de origen fenicio, posiblemente una abreviación o equivalente de Ahiram (Núm. 26:38, en la Biblia), el cual significa ‘mi hermano es el exaltado [Dios]’.

Existió un rey de Tiro llamado “Kjirám” o “Kjiróm”, que significaba “ser blanco, limpio, blancura”. También puede significar “real” o “noble” de linaje.

La palabra “Abí” o “Abif” significa “ser paternal”. Proviene de la palabra caldea correspondiente a padre (literal o figurado), principal, verdor fruto, patrimonio, descendencia y antepasado, planta verde, o fructificación.

Abí, Ab u Ob, significan “guardián, vigilante y ángel guardián”, que expresan la idea de proteger un lugar habitado. En el francés antiguo significa “perdido , extraviado” . El blanco expresa la idea un lino fino o lino blanco, mientras que abi expresa la idea de ser un mago o encantador (por el balbuceo), así como alguien que evoca espíritus, o “perdido”. De esta misma raíz proviene la palabra griega Abba.

El cuerpo de Jiram fue escondido por sus asesinos llamados en el folclore masón Jubelon, Jubelas y Jubelus y juntos se les denomina como los juwes y después recuperado y adecuadamente enterrado por el Rey Salomón, hombre portador de una profundísima sabiduría y que representa a la línea de Abel, colocó una inscripción en su lápida en medio de un triángulo de oro que decía: “A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo”. 

En las fuentes bíblicas aparecen dos personajes con el nombre de Hiram: Hiram, rey de Tiro y el hábil artesano Jiram (Hiram) enviado desde Tiro para trabajar en el Templo de Salomón.

Propiamente dicho Hiram I de Tiro aparece por primera vez en (2 Samuel 5: 11-12), al haber enviado materiales de construcción y obreros a Jerusalén para la construcción a David, que reza:

“11Además Hiram, rey de Tiro, envió embajadores a David y le remitió maderas de cedro, y carpinteros y canteros para levantar edificios, y fabricaron la casa de David. 12 Y David en todo esto reconoció que el Señor lo había confirmado en el reino sobre Israel, y elevado para siempre al gobierno de su pueblo Israel”.

La Biblia relata la petición formal del Rey Salomón de Jerusalén al rey Hiram de Tiro de obreros y material para la construcción del templo. El relato del templo así como los dos Hiram se encuentran desde 1 Reyes, capítulo 5 a 7 (ya en el 8 traslada el arca), hasta 2 Crónicas, capítulo 2, versículos del 1 al 3 y 13 al 14.

En 2 Crónicas, dice lo siguiente:

“1 Resolvió pues Salomón edificar el templo al Nombre del Señor, y un palacio para sí. 2 A este fin destinó setenta mil peones para traer a hombros las cargas y ochenta mil para cortar y labrar las piedras en el monte, y les puso tres mil y seiscientos sobre estantes. 3 Y envió a decir a Hiram, rey de Tiro: Así como lo hiciste con David, mi padre, remitiéndole maderas de cedro para la fábrica de la casa donde él habitó. 13 Envíote pues un hombre inteligente y experto, que es Hiram, a quien honro como a mi padre, 14 hijo de una mujer de la tribu de Dan, de padre natural de Tiro, el cual sabe trabajar en oro y en plata, en bronce, y en hierro, y en mármol, y en maderas, y asimismo en púrpura, y en jacinto, y en lino fino, y en escarlata, y que sabe igualmente hacer toda obra de entalladura, e inventar ingeniosamente cuanto es menester en todas labores, y estará en compañía de tus artífices y con aquellos de mi señor David, tu padre”.

Aquí tenemos pues el mandato y el personaje central de nuestra leyenda, con sus cualidades y procedencia. Hiram Abif, es pues hijo de una viuda, de una mujer sin marido, como otra versión de la virgen que ya no necesita seguir siéndolo, porque no tiene significado en la leyenda y representante de la línea de Caín.

La madre de Hiram es una viuda como la naturaleza cuando muere el sol, como en el caso de la leyenda de ISIS y OSIRIS y como cuando la Masonería se queda viuda sin HIRAM, hasta cuando recobre los signos verdaderos, resucite Hiram, vuelva la paz y se inicie el IMPERIO DE LA VERDAD; ésta es la razón de los trabajos de los Hijos de la Viuda en todos los talleres, pues sólo cuando brille el sol de la verdad ya serán innecesarios los mitos y leyendas.

Hiram separó a los obreros en tres clases a fin de que cada uno pudiera recibir una paga proporcionada a su mérito y a sus talentos; cada categoría recibió signos, palabras y toques diferentes y palabras de pase o paso, y se reunían en tres puntos concretos del Templo. Los aprendices recibían el salario en la Columna Boaz, los compañeros en la Columna Jakin y los maestros en la Cámara Media o Cámara del Medio. Éste instaló el taller de fundición en una explanada no lejos del Jordán y otorgó a los masones tres categorías: Aprendiz., Compañero y Maestro, Habían 70.000 aprendices, 8.000 compañeros y 3.600 masones.

Se ha engalanado la leyenda, con un pasaje místico de Gérard de Nerval, que involucra al rey Salomón sentimentalmente con la reina de Saba, Balkis. Llega Balkis a Israel como representante de una escuela de misterio localizada en lo que hoy sería la región ubicada al sur del Mar Rojo. Es la personificación del alma de la humanidad, el principio femenino que busca unirse al arquetipo del principio masculino, el representante de la sabiduría masculina y se encuentra con Salomón y se comprometen en matrimonio.

Hiram ha dado comienzo a la obra de construcción del templo. Salomón desea mostrarle la obra a Balkis, la reina de Saba. Ellos se encuentran en la obra con Hiram y ella reconoce en él al verdadero iniciado que ha estado buscando, al iniciado capaz de transformar la realidad, como ya Caín había sido quién transformaba la tierra por medio del arado mientras que Abel se limitaba a pastar el ganado.

Balkis arroja su anillo de compromiso al metal incandescente de la fundición de la obra, y queda roto el compromiso con Salomón.

Algunos días después de estos hechos, Bedoni, ayudante y fiel discípulo de Hiram Abif, sorprendió a tres compañeros: Fanor el sirio (albañil), Anru el fenicio (carpintero) y Matusael el judío (minero), planeando sabotear la obra porque querían ser elevados al grado de maestros, pero Hiram se negaba a otorgárselo porque no tenían el nivel moral para serlo, y entonces como venganza tramaron hacer fracasar la obra.

Cuando Hiram encara la parte más difícil de la obra, el llamado "Mar de Bronce" debe verter en el molde una aleación líquida de metales cuidadosamente dosificados. Los tres ayudantes a los que Hiram negó ascender a la jerarquía de maestros se quieren vengar y adulteran la aleación de metales y en el momento de verterse en el molde, Bedoni desesperado por no haber advertido a tiempo a Hiram del hecho se lanza a la ardiente lava.

Hiram se da cuenta de que toda la obra está a punto de fracasar; está en peligro el templo, su obra maestra y desolado por el fracaso, se retiró llorando y soñó el sueño más importante de su vida. Sueña que toma el puesto de Bedoni, y al arrojarse al metal incandescente Hiram desciende a las profundidades ígneas de la Tierra donde se encuentra con Tubal Caín, su ancestro, quién lo inicia en los últimos misterios del fuego. Tubal Caín lo transporta al Monte Zión y al centro de la tierra y le transmite la tradición luciferina más pura y excelsa:

“De la fundición que brilla enrojecida en las tinieblas de la noche se alza una sombra luminosa. El fantasma avanza hacia Hiram, que lo contempla con estupor. Su busto gigantesco está presidido por una dalmática sin mangas; aros de hierro adornan sus brazos desnudos; su cabeza bronceada encarnada por una barba cuadrada, trenzada y rizada en varias filas, va cubierta por una mitra de plata dorada; sostiene en la mano un martillo de herrero. Sus ojos, grandes y brillantes, se posan con dulzura en Hiram y, con una voz que parece arrancada de las entrañas del bronce, le dice:

-Reanima tu alma, levántate hijo mío. Ven sígueme. He visto los males que abruman a mi raza y me he compadecido de ella...

-Espíritu, ¿quién eres? (pregunta Hiram)

-La sombra de todos tus padres, el antepasado de aquellos que trabajan y que sufren. ¡Ven! Cuando mi mano se deslice sobre tu frente, respirarás en la llama. No temas nada. Nunca te has mostrado débil...
-¿Dónde estoy? ¿Cuál es tu nombre? ¿Adónde me llevas? (dice Hiram)
-Al centro de la Tierra, en el alma del mundo habitado. Allí se alza el palacio subterráneo de Enoch, nuestro padre, al que Egipto llama Hermes y que Arabia honra con el nombre de Edris...-
¡Potencias inmortales! (exclama Hiram) Entonces es verdad. ¿Tú eres...?
-Tu antepasado, hombre, artista..., tu amo y tu patrono. Yo fui Tubal Caín.

Llevándole en el sueño a las profundidades de la Tierra, Tubal Caín instruye a Hiram Abif en lo esencial de la tradición de los cainitas, los herreros, dueños del fuego.

Hiram vuelve en sí, y la obra está salvada. Tras regresar al Templo, Hiram Abif está aturdido por el sueño y las visiones, acaba la obra y se une a Balkis. 

Sin embargo los tres ayudantes no renuncian a la venganza y proyectan asesinar a Hiram. Salomón se entera pero no interviene, no evita el asesinato como venganza por haber perdido a Balkis la reina de Saba.

Casi terminadas las obras del Templo de Jerusalén, los tres compañeros que veían difícil ser admitidos en la maestría masónica, decidieron conseguirla por la fuerza. Apostados cada uno en una puerta del Templo, invitaron a Hiram Abif a desvelar sus secretos. Como éste no quiso revelarlos, cada uno le asestó un golpe (uno con una regla sobre el gaznate, otro con una escuadra de hierro sobre el pecho izquierdo y un tercero con un mazo en la frente) y lo hirieron de muerte. En ese momento, entrega lo que constituye el fruto de su iniciación en los misterios de Tubal Caín: el compás, la escuadra y la plomada, los símbolos de los constructores del templo, posteriormente símbolos de la masonería.

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado interpreta la muerte de Hiram en términos morales: el maestro Hiram simboliza la Justicia, el Genio y el Arte, mientras los tres malos compañeros constituyen la perífrasis simbólica de la Ignorancia, el Fanatismo y la Ambición.

Los asesinos escondieron el cuerpo sin vida de noche en un bosque, plantando sobre su tumba una rama de acacia (símbolo de la inmortalidad y la maestría). Hiram fue descubierto y vengado. Su cuerpo reposó en el Monte Zión, a unos pocos metros de la Puerta de Zión.

En la actualidad no hay restos físicos del Templo de Salomón ni registros independientes de él, así que nadie puede estar seguro de que si en realidad existió o no; podría ser una invención o alegoría de los últimos escribas judíos que escribieron sus tradiciones orales mucho antes de que la supuesta construcción haya tenido lugar. Nos dicen que este, el más famoso de todos los templos, fue construido en piedra y en su interior revestido por completo de cedro traído de tiro.

Se dice que sus paredes tenían nueve codos (alrededor de cuatro metros) de espesor en su base y soportaba un techo plano de vigas de cedro rematado en pino. La característica sobresaliente del templo era la cantidad de oro que cubría suelo, paredes y techo, colocado entre los tallados de querubines y flores abiertas.

El interior era de veintisiete metros de largo por nueve de ancho, y todo el edificio estaba alineados de oeste a este con una sola entrada en el extremo occidental. Una separación con un par de puertas plegadizas dentro, dividía el interior en una hendidura de dos a un tercio, creando un cubo de nueve metro de altura, ancho y largo. Era el Oráculo del antiguo Testamento, también llamado el Santo de Santos y conocidos en el ritual masónico como el Sanctum Sanctorum, que estaba completamente vacío excepto por una caja rectangular de madera de acacia de un metro y cuarto de largo por sesenta centímetros de ancho y sesenta de alto, colocada exactamente en el centro del piso. Era el Arca de la alianza que contenía solo tres cosas: dos tabletas de piedra que llevaban los Diez Mandamientos y al mismo dios Jehová.

Todos conocemos a grandes rasgos la Leyenda de Hiram pero su génesis independientemente de que encuentra en la Biblia, pudo haber tenido otros orígenes analógicos a otros hechos acaecidos en……Egipto!!!!!

Si hubo una conexión entre el antiguo Egipto y los judíos del primer siglo d.C., es casi seguro que se estableciera por conducto de Moisés, el fundador de la nación judía, quien fuera adoptado por la familia real de Egipto.

La única explicación razonable que se pudo encontrar en relación con el nombre del héroe masónico fue que Hiram significaba "noble" o " real" en hebreo, en tanto que Abif significa "el extraviado o desaparecido" en francés antiguo, como ya lo vimos anteriormente, dando así un sentido literal de la descripción del “rey que se extravió”.

La Biblia describe la importancia de Egipto en la historia del pueblo judío y cuenta la vida de algunos de sus principales personajes como Abraham, Jacob, Isaac, José y Moisés; todos ellos involucrados de una manera trascendente en la historia egipcia. Los capítulos finales del Libro del Génesis dibujan una imagen de tolerancia y cooperación entre los egipcios y los primeros israelitas; sin embargo, el Éxodo demuestra una situación amarga entre ambos pueblos. Las causas de estos cambios drásticos en su relación se aclararon una vez que se comprendió el periodo de los reyes hicsos, en donde Hiram Abif resultó ser el personaje central de esa historia.

A mediados de la Era de Bronce, y alrededor del final del tercer milenio a.C. Egipto entró en un periodo de la decadencia continua, con un gobierno débil y una ruptura social; muchos extranjeros provenientes del desierto se asentaron en el territorio.

La invasión fue una consecuencia inevitable y los egipcios fueron dominados por los hicsos.

La historia nos proporciona algunas fechas especificas sobre la pérdida del vigor nacional, llamadas hoy el segundo periodo Intermedio, entre los años 1780 y 1560 d.C., al final de una etapa más amplia de la historia egipcia conocida como el Reino Medio.

El término hicsos no significaba Reyes Pastores; de hecho, se deriva del término egipcio bikau-kboswet, que quiere decir “príncipes del desierto”.

Provenientes en su mayoría de los países que en la actualidad forman Israel y Siria, los hicsos hablaban el mismo lenguaje semita occidental. Sin embargo, es muy probable que los pueblos hicsos/habiru, en fechas posteriores, formaran parte de una cooperativa tribal que con el tiempo se convirtió en las tribus de Israel y después el pueblo judío.

Al principio los reyes hicsos extendieron su influencia para gobernar al Bajo Egipto, que era el más grande y suntuoso de los Dos Territorios. Más tarde controlaron los Dos Territorios desde Menfis, la antigua capital pero a pesar de que los egipcios perdieron el control de Menfis, los elementos de su autentica monarquía continuaron su existencia en una ciudad del Alto Egipto, Tebas.

Con el tiempo los reyes hicsos absorbieron cada vez más la cultura egipcia y las prácticas religiosas, lo que origino un problema político religioso. Los invasores comenzaron a desear tanto poder espiritual como poder físico. Más aun, a pesar de imitar los estilos y costumbres egipcias, los hicsos permanecieron diferentes en esencia.

Una vez que los reyes hicsos pertenecieron a una tercera o cuarta generación nacida en Egipto y habiendo adoptado su tecnología era casi seguro que se sintieran con derechos a poseer los secretos del Horus, por considerarse ellos mismos el Horus. Quizá más importante aún, deseaban convertirse en Osiris al morir y ser una estrella que brillara por siempre.

Hacia finales del reinado hicso, Seqenenre (rey egipcio 1.560 o 1.558 a.C.) estaba limitado a Tebas, ciudad del Alto Egipto, y la historia o la leyenda de Hiram Abif pudo originarse aquí debido a la lucha de poderes entre Seqenenre Tao II y el importante rey hicso Apepi I, quien tomó el nombre del trono egipcio A-user-re (Grande y poderoso como Ra) y el título de Rey del Alto y Bajo Egipto, hijo de Ra.

El rey hicso Apepi también era conocido como Apofis.

La lucha de poderes pudo continuar por algún tiempo, pero se cree que en algún punto Apofis decidió terminar con la insolencia del rey de Tebas y apoderarse de una vez por todas de los secretos que este poseía. El resultado fue la ejecución de Seqenenre, seguida de la expulsión de los reyes hicsos y de la restitución de la monarquía egipcia.

Se revisó la cronología a partir de la confrontación entre Apofis y Seqenenre, fechada por la mayoría de los investigadores alrededor de 1.570 a.C.

Esta es la reconstrucción de los acontecimientos: según los investigadores Knight y Lomas, un día, sin que Seqenenre lo supiera, conspiradores enviados por Apofis ya habían tratado de extraer los secretos de Osiris de los dos Sumos Sacerdotes y, al no lograr obtener las respuestas que necesitaban, los habían matado. Estaban aterrorizados de lo que tendrían que hacer ahora ya que estaban a la espera del propio rey, cada uno situado en una de las diferentes salidas del templo. Cuando Seqenenre terminó sus oraciones se dirigió a la puerta sur, en donde se topó con el primero de los tres hombres, que demando saber los secretos de Osiris, el rey se resistió y rechazó a cada uno. La ceremonia del Tercer Grado Masónico explica lo que sucedió aquel día hace más de tres mil años y medio en el templo de Tebas.

Los secretos de la coronación de un rey egipcio murieron con Seqenenre, el hombre que llamamos Hiram Abif…el rey que se extravió.

Los detalles acerca de la momia de Seqenenre y sus increíbles lesiones, se describieron en detalle.

Cuando en julio de 1.881, Emil Brugsch descubrió la momia del faraón Ramses II, en el mismo escondite había otro cadáver real, unos 300 años más antiguo que el de Ramses II, y que se distinguía por su particular pútrido olor.

De acuerdo con la etiqueta, era el cuerpo de Seqenenre Tao II, uno de los gobernantes egipcios nativos que fueron forzados a vivir lejos, hacia el sur, en Tebas, durante el periodo hicso, y como era obvio incluso para el ojo no educado, Seqenenre se había enfrentado a un final violento. La parte media de su frente había sido aplastada… Otro golpe fracturó la cuenca de su ojo derecho, su pómulo derecho y su nariz. Se le había dado un tercer golpe detrás de la oreja izquierda, destrozando el hueso mastoideo y terminando en la primera vértebra del cuello.

Aunque se sabe que en vida fue un hombre joven, alto y apuesto, con el pelo negro y ondulado, la expresión fija en la cara de Seqenenre mostraba que había muerto en agonía. Después de muerto no le fue mucho mejor, ya que su cuerpo parece haber sido abandonado por un rato antes de ser momificado; de ahí el pútrido olor y los signos de descomposición prematura.

Los registros egipcios no dicen nada sobre como encontró la muerte Seqenenre, pero es casi seguro que fue a manos de los hicsos/cananeos.

Las lesiones encajan a la perfección: un golpe maligno que le rompió el hueso a la altura del lado derecho de la cara, lo habría hecho tambalear hasta caer sobre la rodilla con semejante impacto. Siendo joven, alto y de constitución fuerte cuando es necesario, pero se topó con otro agresor que azotó el lado izquierdo de su cabeza, astillándole el hueso. Muy debilitado y a punto del colapso, siguió tambaleándose, pero el último y letal golpe le dio en la frente, matándolo de manera instantánea. Otra descripción que se encontró explica las heridas con claridad.

La descripción anterior sobre la temprana descomposición del cuerpo de Seqenenre muestra que los embalsamadores reales no recibieron el cuerpo hasta bastante tiempo después de la muerte, lo que nos trae a la memoria las circunstancias descritas en la ceremonia del Tercer Grado Masónico.

También es importante destacar que el rey Seqenenre es el único cadáver real conocido del Antiguo Egipto que muestra señales de una muerte violenta.

Como corolario a todo lo anterior, podemos enfocarlo directamente a la masonería como tal, en lo que representa y para algunos el recorrido es sencillo: la francmasonería es tan antigua como lo registra su historia pública (el siglo XVII) y pretender situarla en una anterior a esos registros es un capricho que no tiene sentido; sin embargo, esta hipótesis es fácilmente rechazable ya que hay amplia evidencia de que la orden se materializó poco a poco a lo largo de más de trescientos años antes del establecimiento de la gran logia de Inglaterra.

Los Investigadores Christopher Knight y Robert Lomas hermanos masones ingleses, indican que hay 3 teorías serias a considerar:

1. Que la francmasonería es tan antigua como el ritual masónico indica; de hecho, se creó como resultado de los sucesos en el Templo del Rey Salomón, los cuales se nos han transmitido, aunque como mecanismos desconocidos.

2. Que se desarrolló a partir de los gremios de albañiles medievales, por lo cual las habilidades masónicas artesanales con la piedra se tradujeron en lo que los masones llaman habilidades masónicas contemplativas de desarrollo moral.

3. Que el ritual masónico se origina directamente de la orden de los Pobres Compañeros-Soldados de Cristo y del Templo de Salomón mejor conocidos ahora como los Caballeros Templarios.

La primera teoría, que la francmasonería fue creación del rey Salomón, parece imposible de investigar porque el Antiguo Testamento es la única fuente, así que los investigadores no han ido más allá de aquel tiempo.

La segunda, que los albañiles medievales desarrollaron la Ciencia para su propio desarrollo moral, es una teoría que ha encontrado aceptación en casi todos los ámbitos, masones y no masones. Pero, a pesar de la aparente lógica de esta idea y del gran número de libros que la han promovido durante varias generaciones, una vez que se considerara en profundidad, se percató de que era difícil de comprobar.

La mayoría de los albañiles en la Edad Media eran iletrados y habrían tenido poca o ninguna educación fuera de su aprendizaje, que solo los proveía de habilidades para el oficio. Imaginar que pudieran haber entendido, ya no digamos que hubieran dado origen, a un ritual tan complejo como el usado ahora por los francmasones, carece de credibilidad. Su vocabulario y más probablemente su capacidad para el pensamiento abstracto ha de haber sido en efecto muy limitados.

Los Caballeros Templarios, o, para darles su título completo, los Pobres Compañeros-Soldados de Cristo y del Templo del Rey Salomón, se formaron casi seiscientos años antes del establecimiento de la Gran Logia de Inglaterra

Si hay una conexión entre estos monjes-guerreros de las cruzadas y la francmasonería, tendría que explicar la brecha de 410 años entre la repentina muerte de la orden en octubre de 1.037 y la aparición formal de la Ciencia.

Se encontró que, había cuatro templos relacionados con el Monte Moriah (donde se supone se construyó el Templo de Salomón) en la ciudad de Jerusalén.

El primero fue el construido por el rey Salomón hace tres mil años, aunque en realidad si nos vamos a las construcciones de Templos en honor a YHVH, el primero fue construido por Besaleel, citado en la Biblia, hecho en tejas bajo el mandato de Moisés.

El siguiente nunca existió en piedra; fue el visto por el profeta Ezequiel en una visión durante el cautiverio de los judíos en Babilonia alrededor de 570 a.C. Aún imaginario, no podía ignorarse a este templo, ya que tuvo un efecto significativo en las creencias y escritos posteriores de los judíos que después se transmitieron a la creencia cristiana.

El tercero fue construido por el rey Zorobabel a inicios del siglo VI a.C., después de que los judíos regresaron de su cautiverio babilónico.

Y el último templo fue erigido por Herodes en los tiempos de Jesucristo y destruido por los romanos en 70 d.C., justo cuatro años después de su terminación.

En consecuencia, el templo en Jerusalén fue construido por obreros contratados a Hiram, el rey fenicio de Tiro. Incluso se menciona que estos tres personajes (Salomón y los dos Hiram) presidían una importante logia y juntos eran los únicos que poseían los verdaderos secretos de un Maestro Masón, y sería fácil suponer que el Templo de Salomón era un lugar en que los judíos adoraban a su Dios. Esto, sin embargo, sería un error, ya que este templo no fue construido para ser visitado por los hombres; era, literalmente, la Casa de Dios, una casa para el mismo Jehová.

El caso es y para culminar la presente plancha, es que la LEYENDA DE HIRAM ABIF ha sido objeto de estudio por masones y profanos, quienes le han dado muchas interpretaciones y buscado coincidencias con otras culturas lo que ha enriquecido su contenido y su aplicación en la masonería actual.

Cabe destacar, que en la actualidad, es y seguirá siendo, una lección de vida para el mundo, una luz en lo infinito que nos obliga a caminar hacia ella, con la única intención de forjar nuestro propio templo interno, poniendo como ejemplo la sabiduría como eje del comportamiento humano y de la gran obra del G\A\D\U\ que es “el hombre”.

REFLEXIONES

1).- El maestro Hiram Abif, como personaje, poseía el “Secreto del Maestro” y por ello tres Compañeros estaban deseosos de conocer tal secreto, pero el Arquitecto se negó a darles la “palabra de pase” y consiguió la muerte.
2).- Los manuscritos antiguos como el Manuscrito Regius y el Manuscrito de Cooke, no mencionan ni a Hiram ni a Salomón y mucho menos del Templo.
3).- Es posible que esta leyenda se haya dado a conocer dentro de la Orden en el siglo XVI, inspirada en la Biblia. Lo que es cierto, es que la “Leyenda de Hiram-Abif” fue introducida en la masonería entre los años 1.723 y 1.730, aunque Anderson en sus primeras Constituciones editadas en 1.723 no la menciona, sí hace alusión a ella en las editadas en 1.738 cuando narra: “[…] la muerte súbita de nuestro muy Querido Hermano Hiram-Abif, quien fuese enterrado en la Logia, cerca del Templo según las antiguas costumbres..[…]”.
4).- Esta Leyenda nos hace ver que en toda sociedad iniciática, como lo es la masonería, la toma de conciencia de una nueva vida, se hace a través de la muerte simbólica seguida de una resurrección a esa nueva vida. Esto no ocurre así en las religiones hoy día reveladas, es decir aquellas donde una creencia se impone a través de un dogma, y la sola fe basta, convirtiendo a la muerte iniciática inútil.
5).- Por lo anteriormente expuesto, el estudio de lo que es nuevo o novedoso, llama inevitablemente al estudio de lo que es antiguo o anterior al tema, con la finalidad de poder cumplir con un retorno a sus fuente naturales.
6).- Es probable además, que el regreso a una nueva vida o a un renacer a través de la muerte, lo cual es común en todos los Ritos iniciáticos, tuvo su génesis en la ápoca del inicio de la agricultura en el hemisferio norte, por el paso de las estaciones, las pérdidas por inundaciones, sequías, cambios en el suelo, aparición de enfermedades y plagas, lo cual marcó al hombre de ese entonces, dándole paso a su imaginación, tal como sucedió en el antiguo Egipto, hace más de 6.000 años.
7).- En todo proceso iniciático, la muerte como tal asociada a un renacer opta por tres condiciones en el ser: el acondicionamiento del recipiendario, su muerte y su renacimiento.
8).- Las antiguas tradiciones, desde los albores de los tiempos, ha sido consagrada a través de los ritos y cultos egipcios, o mejor dicho, las tradiciones ocultas de los egipcios renacen en el ritual tradicional, de la inmortalidad de Hiram.
9).- La primera alusión que se hace de la muerte de Hiram se hace en el Talmud, donde narra que Salomón deja morir a Hiram para que no sea capaz de realizar otro templo tan majestuoso como el realizado a la memoria de YHVH con intenciones de alabar a un Dios pagano.
10).- Esta leyenda es una analogía a la de Osiris en Egipto, con sus particularidades propias de esa cultura.
11).- La muerte de Hiram puede ser interpretadas como una muerte ritual. Es del mismo tipo del mito solar asociado a la vegetación. Hiram muere para renacer igual de radiante y más, que antes de su muerte. Este pensamiento está claramente expresado en el R\E\A\A\ donde reza: “[…] alegrémonos Hermanos, la luz regresó. Nuestro Maestro volvió a ver el día, renace más fuerte que nunca en la persona de nuestro Hermano…”
QQ\HH\

“Y así será el nacimiento del Mundo:
Renovación de todas las cosas buenas, restitución de la
Santísima y muy piadosa Naturaleza del Mundo.
(Hermes Trismegisto – Asclepio 26)

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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BONGARD, Roger. 2.004. Manuel Maçonnique du Rite Ecossais Ancien et Accepté. Bibliothèque de la Franc-Maçonnerie. Editions Dervy, France.
GABUT, Jean-Jacques. 2.008. Les Symboles de la Franc-Maçonnerie. Signes, Mots, Couleurs et Nombres. Editions Dervy. France.
JACQ, Chistian. 1.998. La Franc-Maçonnerie. Voyage dans l’histoire et les symboles de la plus grande société initiatique. Aventura Secrète. Editions Robert Laffont. J’ai Lu. France.
KNIGTH, Chistopher & LOMAS, Robert. 2.002. La Clé d’Hiram. Les pharaons, les franc-maçons et la découverte des manuscrits secrets de Jésus. Aventure Secrète. Editions Dervy, J’ai Lu. France.
LAVAGNINI, Aldo. 2.010. Manual del Maestro. Editorial Kier. Argentina.
LENOIR, Fréderic. & ETCHGOIN Marie-France. 2.010. La Saga de los Masones. Ritos, Pensamientos y Leyendas. Ediciones B. España.
WIRTH, Oswald. 2.000. La Franc-Maçonnerie Rendue Intelligible à ses Adeptes. Sa philosophie, son objet, sa méthode, ses moyens. Le Maître. Bibliothèque de la Franc-Maçonnerie. Editions Dervy. France.

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