HISTORIA DE LA MASONERÍA EN ITALIA
En la masonería italiana del XVIII, algunas reformas sociales fueron formuladas en las logias o por boca de ilustrados o científicos que dirigen las logias. El caso más ilustre es el de Cesare Beccaria que, en su ya clásico ensayo titulado De los delitos y de las penas, lanza el primer grito contra los delitos de lesa humanidad. También podemos recordar la aportación de Mario Pagano y otros masones que crearon las premisas de la unificación y el «risorgimento». Muchos otros nombres podrían mencionarse aquí en el contexto de las artes y las letras, como también en el de la política y la sociología. Piénsese en el grupo de los hermanos Verri, el de los Biffi, el del Abate Longo en el norte o en el del príncipe Sansevero, o en el Abate Galiani en el sur.
La decadencia napoleónica
La victoria de Napoleón y el advenimiento del imperio provocaron la decadencia de la creación intelectual y el eclipse de la originalidad masónica. La masonería se convirtió en una especie de academia honorífica, bien controlada. Precisamente en este período de decadencia se funda en Milán el Gran Oriente de Italia, por Eugenio de Beauharnais. Los masones más ilustres en este infeliz momento son el poeta servil Vicenzo Monti, el pintor cortesano Andrea Appiani, que pintó a Napoleón en la apoteosis pagana y con las insignias masónicas, entre otros.
El período máximo de extensión de este eclipse formal va de 1820 a 1859, cuando el Gran Oriente es nuevamente fundado en Turín, bajo las alas de la masonería francesa. En este ambiente de decadencia se preparan ya los gérmenes del renacimiento. En este proceso vemos masones de tendencias políticas opuestas: por un lado, los patriotas independentistas, por la otra, el inquisidor al servicio del emperador de Austria, Antonio Salvotti. También se registra la presencia de sacerdotes como Enrico Tazzoli, Ugo Bassi, Giovanni Grioli, Fray Pantaleo, Giovanni Verita y otros.
El Padre y H:. Ugo Bassi (1801-1849) fue un sacerdote italiano. De joven ingresó en el convento de los Padres Barnabitas, recibiendo en 1821 los votos en Roma. Durante las revueltas revolucionarias de 1848, se unió a las fuerzas del Papa Pio IX para defender Italia y difundir el espíritu revolucionario entre los soldados y la población. En la retirada de Roma con Giuseppe Garibaldi, Francesco Nullo, Ciceruacchio, Giovanni Livraghi y otros, fue apresado por los soldados austríacos y fusilado sin ningún proceso en Bolonia el 7 de agosto de 1849. El 18 de agosto de 1849, los austríacos, para impedir que el pueblo de Bolonia manifestara sus sentimientos de afecto sobre la tumba de Bassi, exhumaron el cadáver, ocultándolo en el cementerio de Certosa
El Padre Giovanni Verita llamado "Don Juanito" (1807-1885 ) fue ordenado sacerdote en 1829, y se unió a la " Joven Italia "al año siguiente, tomuniéndose abiertamente a los carbonarios y ayudando ocultarse en los bosques de Modigliana a muchos revolucionarios. En la noche del 21 de agosto 1849 ayudó a escapar a Giuseppe Garibaldi y Giovanni Battista Culiolo buscados por los austriacos. Cuando murió el 26 de noviembre de 1885, dada su oposición al Papa, se le negó un funeral religioso. Su lugar de nacimiento actualmente alberga el Museo Municipal de Don Giovanni Verita, dedicado a su figura
El Padre y H:. Enrico Tazzoli (1812-1852 ) es el más conocido de los Mártires de Belfiore. Entró en el seminario en Verona, donde fue ordenado sacerdote en 1835. En 1844 publicó el "Libro de la gente" en contra de la desigualdad social y detenido en 1848 por criticar a las potencias imperiales. Involucrado en la educación pública, las obras de beneficencia y los movimientos "democráticos" del Risorgimento. En 1850 fue el organizador del movimiento de insurrección contra la ocupación austriaca, de acuerdo con Mazzini, exiliado en Londres. Descubierto por la policía austríaca fue detenido y ahorcado el 7 de diciembre 1852 en Belfiore, en las afueras de Mantua
Monumento a los mártires de Belfiore en Mantua. También el Padre y H:. Giovanni Grioli (1821-1851) fue uno de los " Mártires de Belfiore". Vicario en la parroquia de Cerese fue condenado por actividades antiaustriacas y ejecutado el 5 de noviembre 1851
El «Risorgimento»
En la reconstrucción de la unidad nacional, destaca la «Joven Italia» de Mazzini, y la actividad de Garibaldi, masón militante que también desempeñó por breve tiempo el cargo de Gran Maestre. La legislación italiana, en los primeros cuarenta años del Reino Unitario (1860-1900), se verá constantemente inspirada por un radicalismo que, con frecuencia, surge de las logias masónicas, y sobre todo por los Depretis, Zenardelli y Crispi, todos ellos masones militantes, por inspiración principalmente de los Grandes Maestres Petroni, Lemmi y Nathan. Había que incluir también las limitaciones impuestas a los bienes eclesiásticos y a Propaganda Fide, la abolición de la enseñanza religiosa y de las Facultades teológicas en las Universidades del Estado.
A finales del siglo la masonería italiana promocionó abiertamente la Conferencia de La Haya, querida por el Zar Nicolás de Rusia y por la Reina Guillermina de Holanda. Pero al poner el veto a la participación de la Santa Sede en los trabajos de La Haya, la masonería, paradójicamente, aplicaba la intolerancia ideológica y religiosa que decía defender.
La decadencia de la primera mitad del siglo XX
Giuseppe Garibaldi, iniciado en 1844 en la logia "Les amis de la Patrie" de Montevideo
La suerte de la masonería italiana desde fines del siglo hasta la supresión llevada a cabo por Mussolini el 16 de mayo de 1925, está en manos de Ernesto Natham, el escultor Ettore Ferrari (autor, entre otras cosas, del monumento a Giordano Bruno en el Campo de Fiori de Roma), y desde 1919, de Domizio Torrigiani. Este último prácticamente no tuvo más poder que el de administrar la abolición de la Orden y pagar las consecuencias de una política masónica errada, mientras que los otros dos llevaron a la masonería, cada vez más, hacia la politización y la polémica anticlerical, y en algunos casos incluso antirreligiosa. No advirtieron el cambio de los tiempos, y el agotamiento de la tendencia secularizante y laicizante.
La postguerra
La masonería renace en 1946 hasta llegar al reconocimiento oficial por parte de la Gran Logia Madre de Londres (1972). La Gran Maestranza de Giordano Gamberini (1961-70) supuso un paso hacia delante en el sentido anglosajón, abandonando aquella especie de hipoteca de origen francés y, por tanto, ideologizante y anticlerical. Con ello se ha adelantado en el diálogo con la Santa Sede que siempre ha tendido a juzgar a la masonería universal por el patrón de la italiana de la peor época.
Extractado de: Rosario F. Esposito (Profesor de la Universidad Gregoriana de Roma), “La masonería en Italia”, en José A. Ferrer Benimeli (coor.), La Masonería, Historia 16, Extra IV- Noviembre 1977, pp. 111-118.
http://www2.uned.es/dpto-hdi/museovirtualhistoriamasoneria/6historia_%20masoneria_paises/historia%20m...%20en%20Italia.htm
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