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miércoles, 23 de agosto de 2017

Ilustración, Liberalismo y Masonería

Ilustración, Liberalismo y Masonería
por José Martín Brocos Fernández

Cimiento filosófico de la Masonería y las imbricaciónes del liberalismo con ésta
1. Cimiento filosófico de la Masonería

Schwarz al referirse al desarrollo de la Masonería francesa del siglo XVIII escribe que “actuó sobre una base especulativa `racionalista´” [1]. De ahí que haya siempre, en su modus operandi, tratar de imbuir los principios ilustrados a la sociedad. La propia revolución francesa, en cuanto “precursores espirituales y ejecutores” [2] provienen de las filas de la Masonería: Montesquieu, Voltaire, Mirabeau o Lafayette. El “filosofismo revolucionario” [3] y las ideas racionalistas y demoburguesas se van extendiendo entonces por Francia pasando a otras naciones [4]. La línea de influencia francesa e extiende a las revoluciones de los primeros cincuenta años del siglo XIX en Europa, 1830 [5] y 1848[6], con la expansión del pensamiento racionalista y liberal que ha “modelado casi toda la historia contemporánea”[7]. De Ségur escribe que “la mayor parte de los revolucionarios de 1830 (…) eran francmasones. Otro tanto sucedió en 1848”[8]. Los derechos humanos generales que contenían los principios fundamentales del liberalismo político, y a la vez, las tesis francmasónicas, acordes con los principios liberales, de “libertad” e “igualdad”[9] fueron el pilar de la posterior Constitución norteamericana. El mismo proceso de independencia americano al igual que los movimientos liberales de diversa índole que recorrían la primera mitad del siglo XIX Europa, estaban dirigidos por “francmasones que adquirieron sus ideas en París”[10]. De Guadalupe apunta la característica de asociación universal, internacional, “cuya jefatura y sede internacional no se conocen”[11].


La libertad política es asimilada al liberalismo ideológico, pues es en este modelo político en el que las ideas masónicas pueden adquirir una mayor plasmación social. Con todo, tenemos siempre el ideal unificador presente. El surgimiento de las democracias lleva implícito una cierta ligazón a los mentores de la misma. Schwarz escribe que la francmasonería francesa “trata de encadenar las democracias francmasónicas a París”[12], mientras que la inglesa se traduce en una coincidencia con los objetivos imperialistas[13]. Pero el fin es el mismo: un principio de unificación de sistema político, base para ulteriores avances globalizadores. El camino está perfectamente trazado:


Ya en 1737 y 1741 Ramsay, en su calidad de orador de las grandes logias francesas, había lanzado en su fundamental discurso de un Gran Maestre, la idea de una república democrática universal, que debería fundarse sobre la tolerancia absoluta[14].


La lucha por la democracia y la democratización del mundo, con algún recelo de las logias inglesas, de norte a sur, ha sido una constante en la praxis masónica, fuese cual fuese su obediencia[15].


Cada vez más se va abriendo el claroscuro masónico y tenemos en torno a 1825 en Francia una identificación de la burguesía liberal con los ideales masónicos, frente al catolicismo tradicional sostenido por Carlos X en el período de la restauración[16]. La confrontación fue creciendo hasta los sucesos revolucionarios de 1848 en el que la francmasonería jugó un papel crucial[17]. Aporta Schwarz un interesante estudio del papel de las logias en la P.G.M. y su papel, en la misma Alemania, de descomposición y desintegración de las fuerzas de resistencia del pueblo alemán[18].


El papel aglutinador de Estados, primero, y de cosmovisiones posteriormente, es iniciado primero con la tarea “de arbitraje”[19] del Gran Oriente francés. De aquí parten las alianzas y mandatos de extensión revolucionaria cultural, política e ideológica. La Liga de las Naciones constituye un paso adelante en el proceso querido de unificación[20], que englobaría todas las parcelas de la vida social[21], ya que “las logias son partidarias de la Sociedad de Naciones, para llegar a la Internacional de los pueblos y a la Federación del mundo (Gran Oriente de Francia en 1923, p. 97)”[22].

Es en este sentido, de búsqueda de un ideal común conformador de la sociedad, en el que se encuadra la pretensión de dominio interno de los organismos administrativos de los Estados[23]. En igual apreciación De Guadalupe constata que “la masonería ordena a sus afiliados (…) se inscriban para participar en las elecciones, para que puedan votar los candidatos que ordene la institución, y por ende, es una entidad que actúa directamente en política”[24]. Fara apunta que la conclusión de este proceso es una revolución mundial que instaure los ideales masónicos a nivel mundial. En este sentido las sucesivas revoluciones nacionales desde el siglo XVIII formarían parte de una revolución mayor a nivel mundial, pues “esta revolución internacional es la obra futura de la francmasonería”[25]. Los diferentes sistemas políticos y sus configuraciones coyunturales, República, sistema preferido[26], o Monarquía liberal, la “república coronada” de Vázquez Mella, no serían más que “el camino que conduce a la implantación del ideal masónico, es decir, de la República universal”[27]. Es en la República o en democracia liberal con monarquía, donde la masonería encuentra más facilidades para extender su acción propagandística y “acaparar (…) sectores de la vida nacional”[28], siendo el preferido la educación[29], una instrucción laica[30], y su materia preferida en el proceso de creación de la nueva sociedad, la historia[31]. “La formación (…) es un gran fin [de la masonería], puesto que tiene por objeto lo que en el hombre suscita el máximo interés”[32]. De Guadalupe aporta pruebas transcritas documentales del objetivo primordial de la masonería de “copar la instrucción pública”[33]. Es también preciso para ello romper“las relaciones sociales [que] tejen alrededor del hombre una red de vínculos y lazos, sutiles pero firmes, que, lejos de hacerlo avanzar, como debiera, hacia delante, lo atraen, sin que lo advierta, hacia un círculo infranqueable, en cuyo interior gira errante. Luego ese fin es alcanzable sólo mediante una separación de la sociedad [y el desmembramiento de los cuerpos intermedios de la misma sociedad] (…) Este y ningún otro es el fin de la sociedad francmasónica”[34].


Schwarz aporta datos también de la vinculación de logias judías con la expansión de la masonería[35]. Más explícito son Nicolás Serra[36] y Maurice Fara que sostiene que no deben considerarse como únicos fundadores de la Masonería los templarios y la secta de los rosacruces. Textualmente escribe que “los ritos y símbolos de la masonería (…) recuerdan constantemente la Kabbala y el judaísmo”[37]. De la misma opinión es Ferrari Billoch[38] que apunta a los orígenes judeocabalísticos de la masonería con influencias talmúdicas. Pierre Fontaine nos describe paso a paso como es una logia y las ceremonias y ritos de los tres primeros grados: aprendiz, compañero y maestro[39]. La simbología toma préstamos, y toda ella está imbuida, de rituales judíos[40]. León Meurin es el autor que más ahonda en las implicaciones y préstamos de la Masonería con la kábala judía[41]. León de Poncins[42] y el cardenal José María Caro[43], corroboran y afianzan los argumentos y datos en este sentido, así como constate actuación revolucionaria[44].


2. Masonería y liberalismo. Imbricaciones.


Sostiene Virión[45] la existencia de un pacto sinárquico consistente en una paulatina unificación de las naciones hacia un nuevo orden global hegemónico. Este nuevo orden es sustentado por la masonería y lleva implícito una cosmovisión socio-político-económico acorde con los principios del liberalismo[46]. Virión transcribe una reunión en 1961 de ciento cincuenta dignatarios de la masonería en Washington. La declaración final recoge la firme voluntad de aplicar los principios de la revolución francesa, y tratar de que los diferentes gobiernos los plasmen en sus leyes: “libertad de pensamiento y de palabra, libertad religiosa, igualdad sin reservas”[47].


Coincide León Meurin en la apreciación de la búsqueda por parte de la masonería de una República Universal[48] ya que “el fin de toda la humanidad es el configurar una única asociación, como (…) la asociación masónica”[49].


El liberalismo ideológico propugnado es postulado también para todos los campos de la convivencia social[50]. Escribe De Guadalupe, por los documentos que ha examinado, que “la masonería influye y orienta diversas actividades, tanto políticas como sociales, religiosas, o mejor dicho, antirreligiosas, económicas, etc, y que difunde sus ideales u orientaciones por intermedio de publicaciones”[51]. Llega afirmar que algunos periódicos son creados y sostenidos por la misma masonería[52] sin que el pueblo lo conozca realmente, y que “estos órganos difunden el liberalismo”[53]. Muestra para ello dos documentos. El primero es un documento del Partido Liberal argentino del año 1906 en el que se cita al diario La Reforma como órgano del partido, y este diario tiene conexiones masónicas en sus directores[54]. El segundo, un anuncio en La Reforma, sin ser un documento oficial de la masonería, si se constata su carácter masónico, por el encabezamiento y el texto, y político, en el que se solicita propaganda y el voto para dos candidatos. Los que suscriben la propaganda son masones reconocidos. Se pide el voto para el partido socialista[55], al que el partido liberal “abrió el camino”[56]. Según los documentos probados “la masonería actúa en política, ordena propaganda y voto para determinados partidos y hombres, e impone la política liberal. Claro que el mecanismo es hábil”[57]. A partir del grado 18 actúan activamente con los grupos liberales y si algún grado inferior protesta, “se le advierte que los masones tienen libertad política y que los hermanos que han propugnado tales candidaturas lo han hecho usando de esa libertad”[58]. La masonería “hace propaganda ideológica: liberal”[59], pero nada obsta para que incube, promueva y sostenga otras corriente ideológicas que hagan frente a la tradición y a la religión cristiana. En este sentido De Guadalupe aporta pruebas documentales de la ligazón del comunismo con la masonería en España[60], pues “el comunismo [es una] avanzada progresista, contra la Religión y ciertas formas morales que [a la masonería] también molestaban”[61].


Se defiende una religión sin dogmas, pues la masonería tiene su propia religión[62], de la conciencia personal cimentada en el “sentimentalismo”[63] y con pretensión de universalidad[64], una especie de panteísmo[65], una religión cósmica que integrase el catolicismo, pues el Dios cristiano “ni está demostrado, ni es demostrable”[66]. El cimiento sería el humanismo antropocéntrico[67], un inmanentismo radical en el que el hombre pasaría a ser el centro del universo. Estamos ante una antropología filosófica desligada de todo iusnaturalismo trascendente y en el que primaría la absoluta independencia de la conciencia[68], pues “el hombre es el fin en sí mismo y aquella formación puramente humana es una manera de ser del hombre exigida incondicionalmente[69]”. La fijación de la norma “será la ley”[70], ya que la moral cristiana, que se apoya en el temor y en el amor de Dios, es pueril, inútil e inmoral”[71]; es “la Humanidad situada entre la Potencia Suprema y el hombre de la base es el Cristo-Humanidad del canónigo cabalista Roca”[72]. En el fondo de todas estas doctrinas está una cosmovisión materialista[73] del mundo, de la persona y de la propia existencia, acorde con el liberalismo radical. En este sentido se retoma principios gnósticos, caminos iniciáticos vedados durante siglos, pero que siempre habían estado en la humanidad que sin saberlo estábamos inmersos en ellos. Una especie de “cristiano anónimo” del P. Rahner S.J. Sin saberlo y ser conscientes, estamos insertos en un camino iniciático que tenemos que desvelar[74] y en el que la masonería está en sí misma “en propio camino de progreso y en estado de plena prosperidad”[75]. La logia es el mejor lugar para alcanzar la perfección, y donde la “formación tiene [puede adquirir] un carácter más social”[76]. Las manifestaciones y plasmaciones masónicas son calificadas por De Guadalupe como propias de una “entidad anticristiana”[77], llegando a escribir que “según la fábula o mitología masónica, Hiram es descendiente directo de Caín, el cual a su vez fue engendrado en Eva por Satanás … por lo cual, todo masón es hijo espiritual del demonio”[78].


Dieter[79] no duda en afirmar que “las manifestaciones y las ideas del liberalismo burgués se hallan contenidas en el francmasonismo[80]El régimen político correspondiente a la Francmasonería es la república democrática”. El individualismo, en los planos personal, político y económico, coadyuvante e intrínseco al liberalismo, va conformando paulatinamente la sociedad, y debe considerarse “una de las consecuencias surgidas de la ideología francmasónica”[81].


La apuesta por el liberalismo, y la realización de diversos actos como conferencias, para extender esta ideología es mostrado documentalmente por De Guadalupe[82]. Concluye taxativamente que “su ideología es liberal, por lo cual está en contra el catolicismo y toda otra ideología”[83]. Ahonda en ello tras el estudio de la plancha 13.183, de fecha 18 de marzo de 1912. Ahí se constata que propugna el divorcio y que “ordena auspiciar y [por ende] votar candidatos liberales.


Se pregunta el cardenal Caro en qué partidos se encuentran los masones. Responde que en un tiempo fue el partido liberal el centro de sus operaciones. Desde allí sembró sus ideas y preparó adeptos más avanzados que, no pudiendo arrastrar a los extremos que se oponían al partido liberal, pasaron a formar un partido más avanzado, el radical (…). Otro tanto ha sucedido en el nuevo campo de las operaciones: las ideas han germinado; los principios de orden que profesaban los fundadores del partido radical, a muchos parecen ahora añejeces conservadoras y tiran hacia el Socialismo[84], Comunismo, Bolchevismo, etc. Aquí están los HH.·. más avanzados, el resto en el partido radical, las reservas pesadas, en el liberal. Demás está decir que los hermanos se han infiltrado en gran número en otros matices políticos del liberalismo al bolchevismo y, sin duda, no han faltado algunos que aun se han afiliado al partido conservador[85].


Encontramos claridad meridiana en lo anterior a la luz de las afirmaciones de Alberto Valín, discípulo de Benimelli, profesor de Historia Contemporánea en Humanidades de Orense, de la Universidad de Vigo. Como gran experto en francmasonería, tema que ocupó su tesis doctoral, y con varios libros publicados, afirma categóricamente que “los partidos políticos son un invento de la masonería”[86].


Boor sostiene que las logias son políticas:


que la masonería es eminentemente política lo demuestra su historia y sus propios estatutos (…) que ya en sí encierran una posición eminentemente anticatólica, existen en casi todos sus grados objetivos políticos definidos, que vienen nutriendo los programas políticos liberales o radicales de la mayoría de los países. Ella misma se define declarándose en sus textos liberal y progresista, o sea política, constituyendo su ideal la forma republicana y propugnando la soberanía de la acción humana[87].


Dupanloup no duda en afirmar que el lado desconocido y que más hay que temer de la masonería es

su profunda e incesante acción política, social y revolucionaria (…): de hecho y por la fuerza de las cosas, la masonería es una institución política y revolucionaria: ella ejerce una influencia directa sobre las revoluciones; ella las prepara, ella las hace, y cuantos en la masonería marchan a la cabeza del movimiento, arrastrando consigo toda la masa de adeptos (…)[88].


Aporta de seguido testimonios masónicos sobre el particular: textos de M. Luis Blanc y de masones franceses y belgas. En este sentido, el H. Babaud-Laribière declara que gracias a la masonería vino la agitación de la reforma que condujo a la caída del rey Luis Felipe y trajo el sufragio universal[89]. En igual línea, el H. Emilio Grisar expresa que la masonería es “un gran instrumento de reformas sociales, un laboratorio de ideas nuevas, en fin, la precursora del espíritu democrático que va avanzando siempre[90]. Pasa de seguido Mons. Dupanloup a analizar la cuestión del derecho de los masones a ocuparse de política, cuestión discutida y resuelta afirmativamente en las logias. También aporta valiosos documentos y testimonios[91]. Los masones en realidad, los altos grados, no conciben que la acción de la masonería quede circunscrita a las logias, “antes bien su objeto es apoderarse políticamente de la sociedad entera: sus logias sirven tan solo para formar hombres con que luchar en la arena política”[92]. El Grande Oriente de Bélgica contesta que no tiene por objeto la masonería establecer principios que deban respetarse, exceptuando únicamente en el reducido círculo de sus asambleas: encamínase a abarcar la sociedad entera; siendo las logias escuelas donde deben formarse hombres de convicciones razonadas, para que en el acto luchen con vigor entre el mundo profano, sobre todo en la arena política[93].


Aporta similares declaraciones de la política italiana, a la luz de las actas deliberativas de la asamblea masónica constituyente, reunida en Roma en abril y mayo de 1872[94]. En definitiva:

La masonería establece los principios cuyas consecuencias son las revoluciones; elabora las ideas que enseguida arman los brazos. De suerte que las logias son escuelas donde deben formarse hombres que enseguida luchen con vigor en el mundo profano, y sobre todo en la arena política, o como dice el Monde-Maçonnique así fabrica sus hombres la masonería; edúcalos y hácelos aptos para las luchas de afuera. Luego corresponde a los masones realizar al exterior sus concepciones[95].


La masonería se ocupa con minuciosidad de la economía, la política[96] y la educación[97]. En testimonio del H. Bourlard del Grande Oriente “todas las cuestiones de principios políticos, cuanto se relaciona al organismo, a la existencia y a la vida de un Estado ¡oh! Esto, si, esto es de nuestra incumbencia en primer término; esto es del dominio nuestro”[98]. Concluye Dupanloup con la siguiente aseveración: el fin esencial de la masonería estriba en minar todo orden religioso y social”[99]. Aquí el masón es cosmopolita, actúa allí donde se encuentre[100].


Los principios políticos de la masonería tienen el común denominador de asunción de los principios revolucionarios franceses, aunque pueda adoptar varias formas políticas. El senador H. Desmons, presidente del Gran Oriente de Francia sostiene que “República (…) quiere decir para mí antimilitarismo, anticlericalismo, socialismo”[101]. Es la República la forma política preferida “para realizar sus designios (…) pero la república democrática y social”[102], el establecimiento de “una República universal y democrática de la que la razón será la reina, y una asamblea de sabios, el Consejo Supremo”[103].


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José Martín Brocos Fernández


Referencias Bibliográficas


Libros


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Artículos


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[1] DIETER SCHWARZ, La Francmasonería, p. 17.
[2] Ibid. p. 17. Cfr. LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 31-33.
[3] DE SÉGUR, Los francmasones, p. 71. Escribe al respecto LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la revolución, p. 33, que el plan masónico
se propuso destruir la civilización cristiana. El ataque comienza en Francia (…) Es preciso derribar las dos fundamentales instituciones de Francia, la Monarquía y el Catolicismo. Destruidos estos baluartes, se podrán llevar a término las concepciones masónicas, antítesis de las concepciones cristianas. Como la Masonería no puede trabar una lucha franca contra la Iglesia, dirige sus dardos contra los que fueron sus más firmes defensores, la Monarquía y la aristocracia. El contenido de su actuación no es socialmente político, sino esencialmente social y religioso: destruir la civilización occidental, basada en la idea y disciplina cristiana.
[4] Cfr. LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 62-99; Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 148-171. Cfr. etiam F. FERRARI BILLOCH, La masonería al desnudo, p. 98-103.
[5] LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 49.
[6] DIETER SCHWARZ, La Francmasonería, 34; JASPER RIDLEY, Los masones. La sociedad secreta más poderosa de la tierra, p. 304.
[7] Ibid. p. 35.
[8] DE SEGUR, Los francmasones, p. 72.
[9] Para un desarrollo de los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad, en la perspectiva masónica, puede consultarse, Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 181-192.
[10] DIETER SCHWARZ, op. cit., p. 35.
[11] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 11.
[12] DIETER SCHWARZ, La Francmasonería, p. 37.
[13] J. BOOR, Masonería, p. 97.
[14] DIETER SCHWARZ, La Francmasonería, p. 37.
[15] Ibid. p. 37.
[16] DIETER SCHWARZ, op. cit. p. 23.
[17] Ibid. p. 40-41. Véase nota a pié de página 5 del autor.
[18] Ibid. p. 60-62.
[19] DIETER SCHWARZ, La Francmasonería. p. 97.
[20] Otro paso constituiría, según declaraciones Luis Salat i Gusils, Gran Maestro de la Gran Logia de España, la Unión Europea. Declara que ha surgido porque “un 90 por ciento de las personas que la han propiciado son masones”. El Correo Gallego, 27-II-1994, p. 91. Coincide en la afirmación Josep Munté, secretario de la Gran Logia de España, que recuerda que entre los fundadores hay “un gran número de diputados del Parlamento Europeo”. El País, 31-III-1996. El País Domingo, Año XII, número 546, p. 4.
[21] MAURICE FARA, La masonería en descubierto, p. 109-119.
[22] LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 60. Cfr. etiam F, FERRARI BILLOCH. La masonería al desnudo, p. 291-300; J. BOOR, Masonería, p. 65-66.84.163-169.
[23] F. FERRARI BILLOCH, Entre masones y marxistas, p. 108.
[24] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 15.
[25] MAURICE FARA, La masonería en descubierto, p. 72-73.
[26] “Les choses étaient bien plus simples, il est vrai, quand au début du siècle la franc-maçonnerie avait comme tâche principale la consolidation de la République et l`installation de la laïcité”. Le Monde, 22-X-1992, p. 13. Los masones en los diferentes países luchan por la implantación de la República. En una entrevista a Arturo Cuadrado, masón, secretario del partido republicano de Casares Quiroga, coelaboró el Estatuto de Galicia, declara que “En Santiago fundamos la logia `Libredón´, en el 28 o 29, y a ella pertenecían los más destacados republicanos (…) La implantación de la República la conseguimos y casi logramos la del estatuto (…) Los masones éramos republicanos”. El Correo Gallego, Revista, 24-XI-1991, p. 8.
[27] MAURICE FARA, La masonería en descubierto, p. 90.
[28] Ibid., p. 91. Cfr. etiam F. FERRARI BILLOCH, La masonería al desnudo, p. 59-65
[29] “La masonería prefiere perder todos sus reductos antes que su influencia sobre la educación de los niños y jóvenes (…) donde ha podido hacerse dueña de la instrucción (…) ha podido cosechar frutos óptimos”. Fray E DE GUADALUPE,La masonería según sus propios documentos, p. 64-65; Cfr. etiam DE SÉGUR, Los francmasones, p. 81-86. Escribe que “por medio de las escuelas procura la masonería monopolizar a los niños”. En igual constatación “la masonería se empeña en separar de su hogar al niño, sustrayéndolo en el colegio y fuera de él, cuando puede a la dirección y formación moral y religiosa de los padres y debilitando, por consiguiente, en ellos los sentimientos y deberes filiales y los vínculos de familia”. Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 248.
[30] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 65. Cfr. etiam Mons. DUPANLOUP, Estudio sobre la francmasonería, p. 45-50. El caso español durante la II Republica es paradigmático de la influencia de la masonería en la política educativa: Marcelino Domingo, Fernando de los Ríos, Rodolfo Llopis o Fabián Palasí. Alberto Valín en su libro Laicismo, educación y represión en la España del siglo XX “presenta la Escuela Laica Neutral como la gran obra de la masonería orensana, conocida como la Logia Constanza Número 13 del Grande Oriente Español (…) Valín concluye que `el sostenimiento de la Escuela Laica Neutral en la II República fue gracias a la logia masónica´”. La Voz de Galicia, 30-I-1994, p. 40.
[31] MAURICE FARA, La masonería en descubierto, p 92-96.
[32] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 65.
[33] Fray E. DE GUADALUPE, op. cit. p. 66-68.
[34] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 66.
[35] DIETER SCHWARZ, op. cit., p. 38-39.
[36] Cfr. NICOLÁS SERRA Y CAUSA, Los judíos y la masonería, passim.
[37] MAURICE FARA, La masonería en descubierto, p. 23.
[38] F. FERRARI BILLOCH, La masonería al desnudo, 81-106,
[39] PIERRE FONTAINE, La verdad sobre la masonería, passim.
[40] DIETER SCHWARZ, op. cit., p. 78.
[41] Cfr. LEÓN MEURIN, Filosofía de la Masonería, passim.
[42] LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 117-237.
[43] Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la Masonería, p. 275-291.
[44] La actuación revolucionaria de los judíos en España es mostrada por el estudioso hebreo Arno Lustiger, autor del libro ¡Shalom Libertad! Judíos en la Guerra Civil Española, editado por Flor del Viento en 2001. Declara que miles de judíos en la guerra española lucharon participando voluntariamente en las Brigadas Internacionales contra Franco. “Para Lustiger `era una vergüenza que no se hablara de los judíos que combatieron a favor de la República´ (…) La mayoría de los judíos que se enrolaron en las Brigadas Internacionales eran militantes comunistas o socialistas (…) Los judíos llegaron a formar un batallón propio, el Palafox, con su bandera y editaron un boletín en hebreo. El Correo Gallego, 16-XII.2001.
[45] Cfr. PIERRE VIRIÓN, La Iglesia y la Masonería, p. 69, 81-83.
[46] Carlavilla retrotrae la influencia de la masonería, de creación judía, a las revoluciones religiosas y culturales de Europa en los siglos XVI y XVII. Así harían ejercido un papel decisivo en la reforma. Cfr. MAURICIO CARLAVILLA,Judaísmo e Iglesia Católica, p. 63. La misma Cábala es el germen y el núcleo de desarrollo de los ritos masónicos. Ibid. p. 81-85.
[47] PIERRE VIRION, op. cit. p. 172-173.
[48] LEÓN MEURIN, Simbolismo de la masonería, p. 195.
[49] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 73.
[50] Todas las logias trabajan en el mismo sentido: un nuevo orden religioso, moral, estético, social, industrial y económico, y político. Cfr. LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la Revolución, p. 107-108.
[51] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 40.
[52] El mismo postulado sostiene DE SÉGUR, Los francmasones, p. 79-81. Cfr. autem Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 296-297.
[53] Ibid., p. 40.
[54] Ibid., p. 42-44.
[55] En 1973 se publicó el libro La política de los francmasones de un hermano del ex-presidente François Mitterrand, grado 33 del Gran Oriente. En el libro, que pronto retiraron de de las librerías, se subraya que la identificación masónica específica en el siglo XX es la Internacional Socialista.
[56] Fray E. DE GUADALUPE, op. cit., p. 43.
[57] Ibid., p. 49.
[58] Ibid., p. 50.
[59] Fray E. DE GUADALUPE, op.cit., p. 77. En España “la masonería anidó con preferencia en las filas del partido liberal. Esto explica la simpatía con que favorecieron la República y el entusiasmo con que le sirvieron. J. BOOR, Masonería, p. 27.
[60] Ibid. p. 91-98; J. BOOR, Masonería, p. 1-6.
[61] Ibid. p. 96.
[62] Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 135-144.
[63] PIERRE VIRION, op. cit., p. 173.
[64] Hay una oposición entre la fe y la doctrina católica con las enseñanzas de la Masonería. Ambas llevan implícito una cosmovisión del hombre y de la sociedad antagónica, no conciliables, así como el afán expansivo y totalizador de la vida social. La confrontación es inevitable. Es por ello que para minar la influencia social de la Iglesia, y asentar las ideas liberales revolucionarias, algunos gobiernos le hayan favorecido todo tipo de prebendas y facilitado condiciones especiales para su asentamiento. Así en Rusia Pedro el Grande “que ingresó en una logia de francmasones durante su estancia en Londres (…) introdujo la francmasonería en Rusia, [y] ello estaría en consonancia con su política de desafiar y debilitar a la Iglesia ortodoxa rusa”. JASPER RIDLEY, Los masones. La sociedad secreta más poderosa de la tierra, p. 200.
[65] PIERRE VIRION, op. cit., p. 143-150, 191. Cfr. autem DIETER SCHWARZ, op. cit. p. 74; LEÓN MEURIN, Filosofía de la Masonería, p.60-64 ; LEÓN MEURIN, Simbolismo de la masonería, 298.
[66] DE SÉGUR, La francmasonería, p. 76. Cfr. etiam Mons. DUPANLOUP, Estudio sobre la francmasonería, p. 24-30.
[67] Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 193-194.
[68] DE SÉGUR, La francmasonería, p. 73.
[69] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 72.
[70] Cita recogida por PIERRE VIRIÓN, La Iglesia y la Masonería, p. 146. Apud. “La iniciación”, 4º trimestre de 1964, p. 219.
[71] DE SÉGUR, La francmasonería, p. 76. Cfr. etiam Mons. DUPANLOUP, Estudio sobre la francmasonería, p. 39-45.
[72] PIERRE VIRIÓN, La Iglesia y la Masonería, p. 149.
[73] DE SÉGUR, La francmasonería, p. 78; Card. JOSÉ MARÍA CARO, El misterio de la masonería, p. 238-243.
[74] Cfr. PIERRE VIRIÓN, op. cit., p. 150.
[75] DE SÉGUR, La francmasonería, p. 72.
[76] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 77.
[77] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 13.
[78] Ibid. p. 14.
[79] DIETER SCHWARZ, op. cit., p. 75.
[80] En coincidente constatación: “la masonería es capitalista y burguesa, y sirve cando puede al capitalismo”. J. BOOR, Masonería, p. 27.
[81] DIETER SCHWARZ, op. cit., p. 75.
[82] Fray E. DE GUADALUPE, La masonería según sus propios documentos, p. 28-29.
[83] Ibid. p. 30.
[84] Un claro ejemplo:
Le positionnement politique de cette obédience reste, lui aussi, difficile à saisir. Pendant longtemps, le Grand Orient est apparu comme très proche du Parti socialiste. L`election à sa tête de membres ou de proches du PS, Roger Leray ou Paul-Henri Gourdot, au début des années 80, en a éte un signe tangible, tout comme les ressemblances entre les cent une propositions du candidat François Mitterrand, en 1981, et la déclaration du conseil de l`ordre rendue publique la même année. Le Monde, 22-X-1992, p. 13.
[85] Card. JOSÉ MARÍA CARO. El misterio de la masonería, p. 175. La diversidad de tendencias sociales y políticas entre los masones es afianzada por Roger Lebeder, Gran Maestre de la Logia Simbólica Española, al afirmar que pertenecen a ella “centristas, populares y socialistas (…) comunistas (…) [y] hombres con clara ideología de izquierda”. La Voz de Galicia, 28-I-1990.
[86] En una entrevista ante la pregunta de qué es la masonería, responde:
Es una sociedad que en los países de Europa latina ha funcionado como centro difusor del liberalismo. En la primera mitad del siglo XIX fue utilizada por elementos subversivos como protopartido político revolucionario, pues éste aún no existía como tal. Pienso que el movimiento liberal inventó el partido político a partir de la propia francmasonería. La Voz de Galicia, Sección Aula Magna, 14-IV-1992.
[87] J. BOOR, Masonería, p. 152.
[88] Mons. DUPANLOUP, Estudio sobre la francmasonería, p. 74-75.
[89] Ibid., p. 78. Apud. Le Monde-Maçonnique, julio 1869, p. 169.
[90] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 80. Apud M. Neut, t. I, p. 301.
[91] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 81-83.
[92] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 81.
[93] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 82.
[94] Ibid. p. 82.
[95] Ibid. p. 83. Apud. La Francmasonería y la Revolución, por el P. GAUTRELET, t. X, p. 49.
[96] En España la actuación ha sido continua desde finales del s. XVIII hasta la actualidad. Una de las primeras actuaciones políticas fue el propiciar la revolución liberal de 1820, que dio lugar al Trienio Constitucional. Escribe A. Andrade:
A comienzos del siglo XIX nació en La Coruña la masonería gallega, y lo hizo al amparo del talante liberal de los habitantes de la ciudad. Dos logias coruñesas fueron claves en la historia de España, la Constitucional de la Reunión Española, fundada en 1814, y la de Los Amigos del Orden, que vió la luz en 1817. La Constitucional de la Reunión fue la primera en nacer en este país tras los años del denominado bonapartismo, mientras que la segunda era una colectividad militar, en cuyo seno se fraguó la conspiración liberal que se tradujo en el pronunciamiento del general Riego en Cabezas de San Juan (…) Valín considera que Los Amigos del Orden “fueron el desencadenante del levantamiento popular liberal, una revolución burguesa que se extendió a toda España y que se tradujo en el advenimiento del Trienio Constitucional”. Fueron momentos de una enorme actividad filantrópico-laicista. La Voz de Galicia, 1-VI-1996.
[97] Cfr. prescripciones tomados de documentos masónicos, en Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 84-88. La masonería debe ser utilizada “con miras a preparar e introducir poco a poco aquellas mejoras allí donde cabe prever la resistencia por parte de los defensores de la unilateralidad [la Tradición y la Iglesia Católica]”. JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 82.
[98] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 84.
[99] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 95.
[100] JOHANN GOTTLIEB FICHTE, Filosofía de la masonería. Cartas a Constant, p. 99.
[101] MAURICE FARA, op. cit. p. 90. Apud. J. BIDEGAIN, Una conspiración …, p. 52.
[102] Mons. DUPANLOUP, op. cit. p. 96.
[103] LEÓN DE PONCINS, Las fuerzas secretas de la revolución, p. 21. Apud. A. LANTOINE. Irma au Jardin des Oliviers, p. 30-31. Librería M. Gloton, París, 1938.

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