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jueves, 3 de julio de 2014

LA TENIDA MASÓNICA COMO ALEGORÍA TEATRAL

LA TENIDA MASÓNICA COMO ALEGORÍA TEATRAL

Esta entrada comienza necesariamente con una de las confusiones más extendidas de la Masonería. El texto presa del malentendido es el siguiente:

Freemasonry is a peculiar system of morality, veiled in allegory, and illustrated by symbols.

Lo que ha sido traducido como:

La masonería es un sistema peculiar de moralidad, velado en alegorías e ilustrada mediante símbolos.

Lo que en principio es correcto. El problema radica en que la palabra moralidad tiene una acepción que es reconocida de forma inmediata por el inglés medio, pero no por el español medio, casi ni siquiera por el culto.

La moralidad es uno de los géneros teatrales clásicos, muy en boga durante el auge del teatro isabelino. El auto se dividía en tres clases: misterios, milagros y moralidades. Este último género no se cultiva demasiado en España, pero sí en Inglaterra, donde se convierte en una evolución laica de los misterios y goza de un gran éxito durante la Reforma protestante, conforme las obras teatrales dejan de ser encargadas por la Iglesia y son financiadas por los gremios. Los protagonistas de la mayor parte de las moralidades representan o bien a toda la humanidad (como sucede por ejemplo en Everyman) o bien a una clase social (como en Magnificence). Los antagonistas y personajes secundarios tampoco son individuos per se, sino más bien personificaciones de virtudes y vicios abstractos.

La moralidad se solía representar sin escenario, y con frecuencia en medio de los espectadores. Resultaba un tanto minimalista. 


El personaje, que podría ser cualquiera de nosotros, tal y como indica el título, se encuentra con las Buenas Obras, la Muerte, la Fuerza, la Belleza, la Discreción, el Conocimiento, etc. (obsérvese cómo, a diferencia de los españoles, que nos esforzamos minuciosamente por enterrar nuestro colosal teatro del Siglo de Oro, los ingleses han logrado dotar a su teatro clásico de éxito comercial y popularizarlo). En España la moralidad fue un género muy secundario, siendo el misterio y el milagro los géneros propios de la Contrarreforma.

El ritual masónico es esencialmente una obra teatral, donde cada uno de los Oficiales encarna a un personaje. Los rituales que se representan son en ocasiones de índole estrictamente moral (como en el caso de los Grados Masónicos Aliados), existencial (Marca, Nautas del Arca Real), o iniciáticos, que son los que se desarrollan en los trabajos de Masonería Simbólica, y obviamente en el Arco Real, apoteosis del sistema mistérico masónico.

A diferencia de en la moralidad, en el ritual masónico los nombres de los Oficiales no revelan a primera vista su verdadera naturaleza. La organización aparentemente administrativa de esa asamblea se convierte en trasunto de la naturaleza humana, de modo que los rituales que se representan en la Tenida no son más que un reflejo de que lo que realmente transcurre en el interior del alma humana

¿Quiénes son los personajes que aparecen en la Logia bajo la forma de los Oficiales? Para responder a esta pregunta primero debemos ir a los fundamentos de la Iniciación.

La Iniciación existe porque el hombre perdió el Paraíso y desea volver a él. Esta pérdida del Paraíso ha sido denominada de maneras distintas en las distintas culturas. Para nosotros el término más familiar es La Caída del Hombre.

Curiosamente, los hebreos autores del Génesis no supieron ofrecer una descripción simbólica de dicho acontecimiento, de modo que no hicieron más que esbozar ese infausto acontecimiento histórico. La consecuencia más llamativa de esto es que, en el contexto cristiano, prestamos atención a los acontecimientos que suceden tras la muerte, pero nunca consideramos qué sucedió antes del nacimiento.

Sin embargo, lo normal en las doctrinas iniciáticas era que ofreciesen una descripción. La del Mitraísmo era la siguiente: en el momento de precipitarse desde el Paraíso a este mundo, el alma atraviesa una serie de esferas, presididas por los planetas. En el momento de atravesar la esfera de Venus, el alma era revestida por un cuerpo de naturaleza concupiscente. En el momento de atravesar la esfera de Marte, el alma era revestida por un cuerpo de naturaleza violenta. En el momento de atravesar la esfera de Júpiter, el alma era revestida por un cuerpo de naturaleza soberbia. En el momento de atravesar la esfera de Saturno, el alma era revestida por un cuerpo de naturaleza maquiavélica y taciturna. Y así sucesivamente, de modo que en el momento en que el alma se precipita a este mundo, llega envuelta de una serie de cuerpos que la hacían irreconocible. La forma de recuperar el estado primigenio de pureza consiste en elevarse de nuevo por esas esferas, despojándose de los distintos cuerpos.

Los cuerpos que revisten al alma en la tradición masónica antigua, y que se identifican con los distintos Oficiales, son los siguientes:

Venerable Maestro 
El Centro, Espíritu, Pneuma

Primer Vigilante 
Alma, Psyche

Segundo Vigilante 
Intelecto, Nous 

Primer Diácono 
Nexo entre Espíritu y Alma 

Segundo Diácono 
Nexo entre Alma e Intelecto 

Guardatemplo Interior 
Naturaleza sensitiva interna (astral)

Guardatemplo Exterior 
Naturaleza sensitiva externa (física) 

Estos son los oficios que debe recorrer, en la rueda de oficios, todo aquel que llegará un día a la Veneratura. Los demás oficios son funcionales, pero estos constituyen la esencia de la enseñanza masónica. Personajes todos que, con excepción del Centro, serán sublimados en el Apocalipsis del Arco Real, del que surgirá el Centro purificado y, ahora sí, a imagen y semejanza de Dios. Un detalle llamativo al trabajar el ritual en inglés (al hacerlo en español depende de la calidad de la traducción) es la diferencia de registro oral que se emplea al describir al Primer y Segundo Diáconos. Para describir funciones aparentemente semejantes, se emplean términos notablemente más elegantes y nobles en el caso del Primer Diácono, y más vulgares en el caso del Segundo. El Primero es un heraldo, mientras el Segundo es un recadero. Lógico, teniendo en cuenta que el Primer Diácono transmite la órdenes del Centro, mientras el Segundo únicamente transmite la vulgar reverberación de los cuerpos inferiores. No obstante, ante una orden del Centro todo el ser debe entrar en resonancia. Por ello, en cuanto el Venerable Maestro da los tres golpes, se inicia la cadena de golpes que emana desde el Centro, y pasando por Primer Vigilante, Segundo Vigilante y Guardatemplo Interno, llega al cuerpo físico, dando el Retejador los últimos golpes. Cuanto mayor es la comprensión simbólica de estos personajes, más fácilmente se comprende la naturaleza de los rituales antiguos, y las funciones de cada uno en la Logia van de la mano de su papel en el proceso de Iniciación. Únicamente el Centro puede abrir la Logia interior, de modo que el Venerable Maestro nunca podría delegar la tarea de abrir la Logia. Sin embargo, el Alma sí que puede cerrarla, del mismo modo que es el Intelecto quien debe llamar del descanso al trabajo y del trabajo al descanso. Obviamente no entraremos en mayores detalles. Nos limitaremos a lanzar la idea al aire, para aquel que desee seguir profundizando.

http://www.masoneriaantigua.blogspot.com.es/2013/08/la-tenida-masonica-como-alegoria-teatral.html

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