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martes, 20 de octubre de 2015

¿Por qué estamos aquí?

¿Por qué estamos aquí?

¿Por qué estamos aquí?
                                                                                                                                     
El universo, infinito, una estructura tan perfectamente ordenada en la que hasta la más mínima partícula tiene una determinada función. Todos somos universo todos formamos parte de él. El universo es el conjunto de todo lo que existe.
Tan inmenso es que según Frank Drake (astrónomo estadounidense) dijo hace al menos medio siglo que solamente en la Vía Láctea, por simple estadística podría albergar una gran cantidad de planetas habitables. Y estaba en lo cierto, en 2009 la NASA envió un satélite artificial llamado Kepler que orbita alrededor del sol. Este satélite debe encontrar exoplanetas (planetas que se encuentran fuera de nuestro sistema solar). Según El Mundo, hasta ahora se han encontrado entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas en la Vía Láctea que orbitan en la zona habitable. Con estas cifras podemos imaginarnos que podríamos no ser los únicos en el universo y que podría haber más especies inteligentes mejor o peor evolucionadas que la especie humana.
Los grandes filósofos griegos como los presocráticos se preguntaron cuál es el origen de todo lo real (a esto lo llamaron arjé). Las preguntas que todas las personas nos hemos hecho alguna vez al llegar a la adolescencia (ya que es cuando empezamos a pensar por nosotros mismos y a forjar nuestro carácter) o al ser adultos seguramente son:
         – ¿Existe realmente Dios?
         – ¿Cómo puede existir algo sin haber sido creado antes?
         – ¿El universo es infinito?
Y la más importante:
         – ¿Qué función desempeño yo en este mundo?


A las demás preguntas yo no os puedo responder, quizás nadie en este planeta sea capaz de hacerlo. Pero la última intentaré responderos con mucho gusto sobretodo porque yo también me la he hecho.
Para empezar fijémonos en las abejas, esos insectos minúsculos que producen esa deliciosa miel. Sin las abejas la vida sobre la tierra sería totalmente imposible. A. Einstein dijo: “Al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida. Sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”.
Estos seres tan minúsculos y en apariencia insignificantes son los que hacen posible toda la vida sobre nuestro enorme planeta. Habrá algunos que dirán: “Sí, todos tenemos nuestra función pero algunos son más importantes que otros´´. Quizás, pero jamás hay que subestimar todo lo que una persona es capaz de hacer. Un proverbio chino dice: “El aleteo de una mariposa puede provocar un tsunami al otro lado del mundo´´. ¿Cómo es esto posible? El pequeño aleteo de la mariposa provocara un pequeño cambio inicial que por reacción en cadena se convertiría en el tsunami. Por lo tanto todo cambio por muy pequeño que sea puede resultar extremadamente importante.
La función de cada uno la elegimos libremente por nuestra cuenta. Un adagio marinero dice:


“No hay buen viento para quien no sabe a dónde va´´
  
Por lo tanto, el que no sepa a donde va, aquel que no tenga un objetivo proprio que cumplir, su sueño de toda la vida por así decirlo. Esa persona es una persona perdida. Lo primero que tendrá que hacer es saber quién es en realidad conocerse a sí mismo, y aunque creamos que nos conocemos que sabemos lo que nos gusta y lo que no, podríamos estar equivocados. Quizás toda la vida te has pasado a hacer todo lo que querían los demás, no has querido ser diferente porque creías que estaba mal, no has dejado fluir tu imaginación. Así que descubre cómo eres en realidad y entonces sabrás lo que de verdad quieres hacer, no hay que ir en contra de la corriente del río ya que así nos costará más llegar a la orilla. No dejes que influyen en tu carácter pues así no cumplirás el objetivo que tú deseas en realidad.

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