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lunes, 9 de noviembre de 2015

Las Opiniones de un Masón, límites y libertades (2)

Las Opiniones de un Masón, límites y libertades (2)
Posted by gonzalezm83


Todos los principios desde los cuales nos habla Kant, se ordenan en base a tres proposiciones:

La primera proposición es que “Para desarrollar el concepto de una buena voluntad, digna de ser estimada por sí misma y sin ningún propósito exterior a ella, tal como se encuentra ya en el sano entendimiento natural, que no necesita ser enseñado sino más bien ilustrado; para desarrollar este concepto que se halla en la cúspide de toda la estimación que tenemos de nuestras acciones y que es la condición de todo lo demás, vamos a considerar el concepto del deber, que contiene el de una voluntad buena, aunque bajo ciertas restricciones y obstáculos subjetivos que, sin embargo, lejos de ocultarlo y hacerlo incognoscible, lo hacen resaltar por contraste y aparecer con mayor claridad.”

No es el deber el que hace buena a la voluntad, es decir, no hemos de juzgar a la voluntad buena ni por sus resultados ni por sus motivaciones, sino por su condición intrínseca, apriorística diría Kant. Es buena porque ella misma lo es antes de resultado alguno y muy antes de encontrar sus motivaciones para explicarla. La voluntad es buena antes de su expresión y sus resultados son buenos y deseables antes mismo de ser juzgados porque es su naturaleza la que los vuelve buenos y deseables y no en el sentido contrario.

La segunda proposición es ésta: “una acción hecha por deber no tiene su valor moral en el propósito que por medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta: no depende pues, de la realidad del objeto de la acción, sino meramente del principio del querer según el cual ha sucedido la acción, prescindiendo de todos los objetos de la facultad de desear.”

En el Universo Kantiano, la relación entre el acto material o resultado práctico de la buena voluntad y su motivación no tiene una relación justificante. No es en el resultado de la acción motivada por la buena voluntad donde reside su verdadero valor moral sino en el principio de la voluntad. Cuando juzgamos la voluntad por sus acciones materiales, sustraemos el valor moral de la buena voluntad.

La tercera proposición es “el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”. Esto es que la voluntad que obedece al respeto de esta “ley universal” se convierte en fundamento moral de ella. Una ley universal que sólo puede formularse como aquella que siguiendo mi voluntad pueda obrar como buena y aplicable a todos los hombres. Es esta última característica lo que la vuelve universal.

Es por último necesario comprender que los esfuerzos de Kant por alejarse del ius naturalismo Tomista, lo llevaron a considerar a la razón como entidad autónoma, origen de todo acto moral y a los principios apriorísticos su motor de búsqueda. Kant es un gran masón en la búsqueda de un laicismo que no depende de los actos o las acciones para juzgar la moralidad sino del respeto de una ley universal que es fruto de un entendimiento universal acerca de la moralidad de nuestros actos.

Es allí que radica la importancia de su actualización en nuestra discusión. Kant proporciona un marco seguro para la discusión de un masón que no juzga por sus resultados la bondad de sus acciones sino por su apego a normas racionales que constituyen una ley universalmente válida para todos los hombres. Si una discusión se desplegase entonces en una Logia, cualquiera que ella fuera en su origen, y esa discusión, cualquiera fuera su tópico, fuera abordada a partir de estos principios, la diferencia entre el arrojo y la calma, la distancia entre la mesura y la autoncensura estaría marcada por los principios racionales apriorísticos desde los cuales ella se aborda.

https://segundotaller.wordpress.com/2014/03/22/las-opiniones-de-un-mason-limites-y-libertades-2/

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