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lunes, 16 de julio de 2012

HIRAM ABIF Y EL MAESTRO SECRETO ( III )


HIRAM ABIF Y EL MAESTRO SECRETO ( III )
Escribe: Herbert Oré Belsuzarri.

Hiram había grabado la palabra sobre un triángulo de oro puro que llevaba siempre pendiente de su cuello colocada sobre su pecho la superficie en que la palabra estaba grabada, cuando lo asesinaron arrojo el triangulo a un pozo ubicado en el extremo oriente, hacia la parte del medio día, Salomón ordeno la pesquisa de la joya.  Pasado un día tres maestros en la hora del medio día, observaron que los rayos del sol hacían brillar un objeto en el fondo, bajaron y hallaron el delta que le fue entregado a Salomón, quién exclamo: Ya esta aquí la palabra de… ¡Gracias a Dios!.



Llamo a los quince maestros elegidos, más los nueve que construyeron la bóveda secreta, y acompañado de los tres que lo descubrieron, descendieron a la bóveda. El triángulo se incrusto en medio del pedestal y se cubrió con una piedra de ágata de forma cuadrangular.

En la cara superior de esta piedra se grabo una palabra sustituta y en la inferior  las palabras de los masones operativos. Salomón prohibió a los 27 elegidos secretos, pronunciar el nombre del Gran Arquitecto y recibió de ellos el juramento de no mencionar lo allí ocurrido. Se colocaron delante del triángulo tres lámparas de nueve flameros cada una, y se sello la cámara conocida como la Bóveda Sagrada.

El secreto quedo entre los 27 elegidos a quienes Salomón les dio un anillo de oro, se gobernaron por si mismo en las obras, hasta que Nabucodonosor  invadió a Jerusalén tras diez y ocho meses de sitio, ordeno la destrucción del templo y los habitantes conducidos cautivos a Babilonia el año 606 a.C.

Después de setenta años Ciro dio la libertad a los judíos y les restituyo los tesoros del templo. Zorobabel descendiente de los primeros de Judea, honrado con su distintivo de Caballero de su Orden, se puso a la cabeza del pueblo judío y emprendió la marcha  a Jerusalén.

En la lucha para retorna a Jerusalén perdió el distintivo de honor que le proporcionó Ciro, y apoyado por los masones logró retornar a Jerusalén, donde los elegidos se reunían en secreto para vigilar la Bóveda Secreta que no había sido descubierta.

Zorobabel fue admitido a la confraternidad por Ananías, jefe de los masones, y se dispusieron a reedificar el templo, siendo molestado por sus enemigos, por esta razón trabajaban sin abandonar las armas. A consecuencia de esto siempre tuvieron en una mano la espada y la trulla en la otra.

Nuevamente el templo fue destruido por los romanos el año 70 d.C. los masones se escondieron y permanecieron unidos, propagándose por el mundo en sus nuevos trabajos.

En “El Grado de Maestro os invitan a reflexionar sobre el terrible tema y os enseña a concebir que para el hombre justo y virtuoso la muerte es menos temible que la mentira y el deshonor”. Los masones interpretan el mito de la muerte de Hiram en términos morales: el maestro Hiram simboliza la Justicia, el Genio y el Arte, mientras los tres malos compañeros constituyen la Ignorancia, el Fanatismo y la Ambición.

En la iniciación del Maestro, el candidato representa a Hiram y recrea la leyenda. Este psicodrama es susceptible de muchas lecturas. La moralista es la más evidente y la más aceptada en las logias. La dualidad muerte-resurrección se tiene como una renuncia a los vicios que corrompen la naturaleza humana.

Pero en el grado de Maestro Secreto lo que se busca es la trascendencia, la trasmutación, fijar la atención y deseo sublimado en la esencia interior de las cosas, y no sobre la apariencia exterior, con la finalidad de que la voluntad adquiera el poder de transmutación que convierta el vil metal en oro, o el mal en bien en todas las circunstancias de la vida. 

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