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sábado, 7 de julio de 2012

PIRAMIDES Y LEYENDAS INCAS


Herbert Oré Belsuzarri

PIRAMIDES Y LEYENDAS INCAS.

Pero no solo son las pirámides de Caral que nos inquietan, también están las pirámides de la Cultura Moche de la Costa Norte del Perú.

Las pirámides moches se caracterizaron por estar construidos con adobes. Los adobes para la construcción de las pirámides de la Huaca del Sol y la Luna, la de Sipán o El Brujo tienen 2 características importantes: eran hechos con moldes y tenían la marca del fabricante. La fabricación con moldes permitía tener adobes con las mismas dimensiones y calidad. En la cara superior del adobe se hacían unas marcas. Estas eran puntos y rayas, o aspas. Se cree que las marcas corresponden a la comunidad que los fabricó, y que servían para controlar la cantidad de adobes con los que contribuían en la construcción de la Huaca. En la piramide de El Sol se han encontrado por lo menos 96 marcas distintas.

En base a los estudios de la arcilla de los adobes, se ha determinado que secciones enteras de la Huacadel Sol yla Luna están construidas con adobes provenientes de una misma cantera, y tienen un mismo tipo de marca.

Las pirámides de Túcume son notables por su extraordinario tamaño: según estimaciones, más de 130 millones de ladrillos de adobe secados al sol fueron necesarios para construir la más grande de450 m de largo, 100 de ancho y 40 de altura.

Según mitos y leyendas, cada peldaño representaba una fase de desarrollo en la vida humana, la cual tenía que ser disfrutada plena e integralmente. La subida era penosa y al llegar a la cima, se lograba un espíritu elevado y la ceremonia en aquel tiempo era un acontecimiento festivo en la vida de aquellos seres humanos.

La cultura Moche se desarrollo principalmente en la costa Norte del Perú en los departamentos de Lambayeque y La libertad, Aunque sus manifestaciones llegan hasta los departamentos de Piura por el Norte y Ancash por el Sur. Se trata de una cultura básicamente costera, que se asienta en una región única en el Perú donde la costa es bastante mas ancha que en el resto del litoral peruano, donde los valles suelen ser bastante angostos y de poco potencial agrícola.

Al ser esta costa de mayor tamaño permite la formación de valles sumamente productivos por la cantidad de agua y facilitando la aparición de manifestaciones culturales de gran envergadura como las Moche.

Nuevamente debemos remarcar que las pirámides descritas son similares a los zigurats sumerios, esta vez ambos son de ladrillo.


Pero esta zona también tiene una leyenda que fue recogida por el cronista Miguel Cabello de Valboa, dentro de su obra Miscelánea Antártica (1586). Esta tradición oral fue narrada al cronista español por Martín Farrochumbi, cacique de Túcume. Debemos advertir que la transcripción es tal conforme se halla en el original, incluido los errores ortográficos.

Dicen los naturales de Lanbayeque (y con ellos conforman los demas pueblos a este valle comarcanos) que en tiempos muy antiguos que no saben numerarlos vino de la parte suprema de este Piru con gran flota de Balsas un padre de Compañas, hombre de mucho valor y calidad llamado Naimlap y consigo traia muchas concubinas, mas la muger principal dicese auerse llamado Ceterni trujo en su compañía muchas gentes que ansi como á capitan y caudillo lo venian siguiendo, mas lo que entre ellos tenia mas valor eran sus oficiales que fueron quarenta, ansi como Pita Zofi que era su trompetero o Tañedor de unos grandes caracoles, que entre los Yndios estiman en mucho, otro Ñinacola que era el que tenía cuidado de sus andas y Silla, y otro Ñinagintue a cuio cargo estaua la vevida de aquel Señor a manera de Botiller, otro llamado Fonga sigde que tenia cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor auia de Pisar, otro Occhocalo era su Cocinero, otro tenia cuidado de las unciones, y color con que el Señor adornava su rostro, a este llamauan Xam muchec tenía cargo de bañar ál Señor Ollop-copoc, labrava camisetas y ropa de pluma, otro principal y muy estimado de su Principe llamado Llapchiluli, y con esta gente (y otros infinitos oficiales y hombres de cuenta) traia adornada, y auturizada su persona y casa.

Este señor Naymlap con todo su repuesto vino á aportar y tomar tierra á la boca de un Rio (aora llamado Faquisllanga) y auiendo alli desamparado sus balsas se entraron la tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y auiendo andado espacio de media legua fabricaron unos Palacios á su modo, a quien llamaron Chot, y en esta casa y palacios convocaron con devocion barbara un Ydolo que consigo traian contra hecho en el rostro de su mismo caudillo, este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Yampallec (que quiere decir figura y estatua de Naymlap). Auiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y auiendo su Señor, y caudillo tenido muchos hijos, le vino el tiempo de su muerte, y porque no entendiessen sus vasallos que tenia la muerte jurisdicion sobre el, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde auia vivido, y publicaron por toda la tierra, que el (por su misma virtud) auia tomado alas, y se auia desparecido.

Los pueblos costeros recordaban las leyendas de unos dioses que guiaron a sus antepasados a las tierras prometidas y de unos gigantes que les robaron las cosechas y violaron a sus mujeres. Los pueblos del altiplano, de los cuales los incas eran los dominantes en la época de la Conquista, reconocían la guía divina en todo tipo de actividades y oficios, en el crecimiento de las cosechas, en la construcción de las ciudades. Contaban los Relatos del Comienzo -los relatos de la creación- de los días turbulentos, de un arrasador Diluvio. Y atribuían el inicio de su realeza y la fundación de su capital a los poderes de una varita mágica de oro que portaba Manco Capac.

Tomado del libro "¿De donde llegaron los hombres blancos y barbados de las leyendas incas? del escritor masón Herbert Oré Belsuzarri.




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