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sábado, 26 de abril de 2014

La Memoria – Su Importancia

La Memoria – Su Importancia

Cortesía: CARLOS NAPOLEON


De acuerdo con las instrucciones recibidas, afirman que la memoria es un atributo subconsciente de la mente subjetiva la misma que se encuentra conectada con el Inconsciente o la mente Universal. Esta referencia abarca la memoria en toda su extensión. Dentro de la mente subjetiva reside la memoria de todas las cosas que hemos experimentado. Para revisar la psicología de la memoria, sabemos que la memoria es la consciencia del pasado, es decir, por medio de la percepción y la experiencia, creamos nuestro proceso consciente del momento. Las cosas que estamos percibiendo y las ideas surgen y en la medida en que pasan a nuestra conciencia en este momento en particular son las cosas que acumulamos en la memoria. Sin la memoria nos enfrentaríamos a cada situación como si fuera nueva, nos tendríamos de donde basarnos, y seríamos incapaces de salir adelante en cualquier decisión elemental en la vida por nuestra inhabilidad para sacar provecho de una experiencia previa que hayamos tenido.

Por lo tanto, todo de lo que estamos conscientes en cada momento a través de la vida se va acumulando en nuestra memoria y ahí se convierte en una parte de nuestra individualidad. Nos moldea. Somos, más de lo que pudiéramos pensar, la manifestación de nuestra memoria tiene más que ver con nuestro carácter que cualquier otro atributo mental. La razón es por que nuestro carácter se formula de conclusiones e ideas que tuvimos en algún momento en particular en el pasado.

No estamos conscientes de este almacén de memoria que reside en nuestra consciencia subjetiva. No siempre podemos traerla a nivel consciente para que nos demos cuenta de ella. En realidad cualquier individuo se siente frustrado cuando quiere traer a su consciencia cualquier idea, hecho, nombre, número o cualquier otra experiencia pasada y que sabe que tiene ese recuerdo en la memoria, pero se ha vuelto difícil recordarlo. Recordar, el proceso de recordar concierne aquellas cosas que están en la superficie  de la consciencia, como nuestro nombre, dirección o caminar, reconocemos rostros que vemos a diario.

Esos eventos de la memoria que constantemente están siendo llamados y siendo repetidos conscientemente son los que se encuentran en la superficie de la conciencia, y son muy fáciles de recordar porque los usamos en nuestra vida diaria y, por lo tanto, es un proceso más realizable para llevar estos eventos a la memoria consciente. Al pasar el tiempo, la memoria se opaca en lo que se refiere a nuestra conciencia de los acontecimientos que la componen. También podemos traer con prontitud a nivel consciente sucesos que causaron una impresión más fuerte que otros, ya que tuvieron mayor impresión y efecto en nuestra consciencia. El trabajo exacto de este proceso es difícil de entender, en realidad no esta completamente entendido por los más avanzados psicólogos y fisiólogos de ahora. El hecho es que la habilidad de recordar ciertos eventos que residen en nuestra memoria existe.

Por otro lado no se necesita un gran análisis para aceptar el principio que dice que consistimos en gran parte de las cosas que componen o están almacenadas en nuestra memoria.

La memoria es más importante de lo que pensamos. Es tan importante que nosotros constantemente deberíamos preocuparnos en qué se convierte nuestra memoria. Las personas viven casi todo el tiempo para si mismas. Esta debe de ser una extraña afirmación cuando los aspectos sociales de la vida se enfatizan, particularmente en una sociedad moderna o más bien en una avanzada forma de civilización. Nosotros, claro, dependemos de las demás personas y nuestras asociaciones con ellas, pero muchas horas de cada día son dedicadas sólo para estar dentro de nosotros mismos.

Vivimos dentro de nosotros mismos, esto es, dentro de nuestra consciencia, y muchas de las ideas existen o que sabemos que están dentro de nuestra consciencia son el resultado de percepciones y conclusiones privadas que no decimos. ¿Qué tan frecuentemente sentimos el deseo de expresar un sentimiento, pero que sabemos que si lo hacemos podríamos no ser aceptados por la sociedad o que podríamos herir a alguna? Esas ideas son las que se vuelven una parte permanente  de nosotros mismos. Éstas son, en cierto sentido, una gran parte de nuestro verdadero carácter, la auténtica individualidad que no será expuesta a nuestros conocidos. En esto, somos un enigma para los otros seres humanos. Todos tenemos nuestro nivel privado de consciencia que no es del todo expresado, excepto indirectamente en nuestro comportamiento y en la total manifestación de nuestro carácter e ideales, y propósitos que usamos para vivir y expresarnos como individuos sociales.

El hombre vive consigo mismo y esa fase que le preocupa mayormente de si mismo es su mente. Constantemente estamos recordando situaciones pasadas. Algunos psicólogos dicen que los sueños están fundamentalmente conectados con nuestra memoria. Los sueños son ciertamente más exagerados y pueden cambiar de un momento a otro por que no están siendo conscientes, pero siempre están conectados con situaciones que vivimos en algún momento y que están en nuestro subconsciente.

La memoria nunca puede ser borrada. El almacén de nuestra memoria como existe en nuestro subconsciente, es como una pizarra enorme donde escribimos con tinta indeleble, por lo tanto no se puede borrar y lo que escribimos empieza a formar parte de él. Esta tan adherido que no podemos quitarlo sin remover lo que lo contiene, en este caso la pizarra misma. La mente esta impresa con los sucesos que se convierten en memoria y mientras la mente exista, que es eternamente, la memoria estará impresa de ella.

Nunca llegará el momento donde no exista la memoria o las ideas que se encuentran en ella. Siempre estarán esos recuerdos que nos producen tristeza o alegría, las memorias en donde fracasamos y en donde seguimos adelante. Y todas estas memorias juntas componen una historia, la historia de nuestra vida que está integrada a nuestra consciencia y aunque a veces no estamos conscientes de aquellos recuerdos, en los momentos menos esperados surgirán de nuevo.

Además, la persona inteligente se da cuenta que cada individuo debe vivir con su memoria. Esto es un importante hecho y responsabilidad de por vida. Es un importante hecho a considerar en el presente y para el futuro, por que todo puede resumirse en esta forma. Vive hoy, para cuando el hoy sea pasado y este guardado en tu memoria, que estés contento de esos recuerdos y no tengas nada de que arrepentirte. Si cada acción consciente que hacemos a cada cosa que decidimos se piensa que el siguiente minuto, la siguiente hora, el siguiente día o el siguiente año será un recuerdo, entonces podremos escoger nuestras acciones y nuestros pensamientos más cuidadosamente, en vez de actuar sin pensar y por impulso, y creer que estas acciones podrán ser borradas como si fuera escrita en el pizarrón de la memoria. Por lo tanto, es de gran utilidad saber seleccionar nuestros pensamientos (los pensamientos muchas veces se vuelven acciones) y nuestras acciones del momento. Lo que hacemos ahora, lo que pasa a nuestra consciencia en estos momentos, las acciones y pensamientos del presente se convertirán en memoria con las que tendremos en el futuro. Entonces, ya sea que nuestro destino sea feliz y podamos ganar un grado de satisfacción y desarrollo en nuestra habilidad para crecer, dependerá de cierta manera en lo que sean nuestros recuerdos; éstos son guardados en el almacén de la memoria y formarán nuestro carácter y forma de ser.


En conclusión, consideremos a la memoria no solo como un acto de conexión con nuestro pasado, sino como una llave para nuestro futuro, para que cada memoria que se guarde tengas gran valor, y si es posible agregue cierto grado de satisfacción a las acciones y eventos que se realizarán en el futuro.

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