La Filosofía de Platón
Preparado Por: CARLOS NAPOLEON DEL CARPIO
En esta oportunidad
os presento un Tra:. Referente a la “Filosofía de Platón, para lo cual del
libro “La Filosofía de Platón a Santo Tomás cuyo autor es Francisco Chatelet
(Siglo XX) he extraído la cita que párrafos más abajo la encontrarán. Como lo
indica el autor de la cita, nadie puede negar que Platón fue un genio y que su obra constituye siempre una
referencia. Y a propósito de esto, muchos de los problemas planteados por él
sigue siendo de actualidad y es que él fue un precursor en diversos campos.
“La eficacia del pensamiento platónico no está en duda.
Platón murió en el año 347 antes de nuestra era. Desde entonces la cultura no
ha dejado de hacer referencia a él, para inspirarse, para criticarlo, para
tratar de rebosarlo. Su obra se erige ineluctablemente en el horizonte de toda
investigación teórica, antiguamente, hace poco y hoy en día. El arte y la
literatura, que se nutrieron de él, no pueden, menos antaño que ahora
ignorarlo. De todos los pensadores, él es ciertamente aquél cuya influencia ha
sido la más extensa, la más profunda, la más durable ¿A que se debe tal éxito?
¿Por qué ésta perennidad del Platonismo, que ha resistido a todos los
rompimientos que ha atravesado la cultura occidental, desde la predicación de
Cristo hasta las afirmaciones unilateristas de la civilización occidental? ¿Por
qué es finalmente alrededor de esta obra, tan lejana que parece estar fuera del
tiempo, que todavía hoy se desatan pasiones, positivas o negativas, de todos
los mamantes del pensamiento?
No hay respuesta exacta a estas preguntas. Basta hacer
alusión a la situación efectiva y a las ideologías a las cuales Platón se
habría de enfrentar, para entender por
qué sus textos perduraban como un modelo y como una solicitud para hacer tanto
como él y de llegar aún más lejos que él. Los diálogos platónicos no sabrían
estar desligados del tiempo que los vio nacer; la coyuntura histórica de esa
época es determinante. Separarlos de ese contexto, es condenarse a no entender
nada de su originalidad y a esa forma que le permitió atravesar la historia.
Platón es un Ateniense del siglo IV, decepcionado de su ciudad. Ahora bien, son
precisamente esta decepción y el proyecto teórico que ella suscita, los
causantes de la durabilidad del Platonismo ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo
concebir que una obra tan fuertemente marcada por las circunstancias pueda
sernos de actualidad hasta tal punto? ¿Por qué Platón plantea, todavía,
problemas que son nuestros? ¿Por qué somos, lo queramos o no, nos irrite o nos
regocije, Todavía hay discípulos de Platón? ¿En qué lo somos? ¿Cómo puede ser
que este escritor que hablaba hace veinticuatro siglos, ya hablaba de nosotros
y tan atinadamente?”
Platón nació en el año 427 a. de C., en Atenas, De su
verdadero nombre “Aristocles”, fue llamado “Platón” por el hecho de que, se
dice era de gran estatura. Otros pretenden que se debió al ancho de su frente.
En efecto, en griego antiguo, “platón” evocaba la idea de “ancho”. Como quiera
que sea, este “Deus Philosophorum”, como lo llamaban los historiadores, era de
cuna noble. Así es que aprovecho las ventajas de su condición y tuvo acceso a
las diferentes formas de cultura de su época: las matemáticas, la música, la
escultura, la pintura, la gimnástica, entre otras. Alumno particularmente
brillante, dio prueba rápidamente de su genio y de su eclecticismo.
En el año 407, a los veinte años, conoció a Sócrates,
maestro de la “mayéutica” y se convirtió en su discípulo, como sus hermanos
Glaucon y Adimato, así como sus amigos Critias y Cármides. Al morir el
“Philosophus Practicus”, que fue condenado a beber cicuta por subvertir a la
juventud y cuestionar los principios del estado”, Platón dejo Atenas y partió a
Mégara, donde en poco tiempo se volvió discípulo de Euclides, matemático
particularmente sobresaliente. Después se fue a Egipto, donde no solamente
estudió las doctrinas enseñadas en las Escuelas de los Misterios, sino también
astronomía y medicina. En el año 389, regresa a Atenas y luego va a Sicilia,
con el fin de convertir a su filosofía a Dionisio el Joven y de reconciliarlo
con Dios de Siracusa. Parece que Platón tuvo que sufrir la tiranía de Dionisio
y que se salvó gracias a que huyó a Grecia. Allí murió en el año 347 a. de C.,
en circunstancias desconocidas para los historiadores.
Como Sócrates, al que profesaba una profunda Admiración,
Platón concede mucha importancia la educación. Al respecto, su sistema estaba
basado en una noción fundamental; la búsqueda de la verdad. En oposición a
ciertos filósofos de esa época, que pretendían que sólo se podía alcanzar esta
Verdad por medio de la introspección, Platón privilegiaba también a la ciencia,
es decir, al estudio y la observación del mundo exterior. En el año 387 a. de
C. concretiza sus teorías educativas con la creación de una Escuela de gran
importancia en ATENAS: La Academia. En esta escuela los niños son admitidos a
la edad de los 7 años. Hasta los 10 años, siguen el ciclo de estudios
primarios. En seguida comienza un ciclo de estudios secundarios, que dura hasta
los 10 años, siguen el ciclo de estudios primarios. En seguida comienza un
ciclo de estudios secundarios, que dura hasta los 18 años, A los 20, después de
haber cubierto sus obligaciones militares, los estudiantes comienzan el ciclo
de estudios superiores. Este ciclo dura hasta la edad de 30 años e integra
sobre todo el aprendizaje de las matemáticas trascendentales. Viene enseguida
un ciclo de estudios puramente filosóficos. De hecho, el “Cursus” platónico
dura hasta los 50 años. Sobre esto Platón decía: “o seguir este largo
itinerario o renunciar a todo”. Sin duda alguna, pocos estudiantes alcanzaban
el objetivo, pero aquellos que lo lograban eran considerados como verdaderos
filósofos.
En la Academia, los primeros años de la infancia están
centrados en una educación a la vez física, cultural y espiritual. La educación
física está fundada en la práctica de juegos colectivos. El espíritu de competencia está ausente de
estos juegos, pues Platón quiere darles un valor educativo y un alcance moral.
Sabemos igualmente que las actividades que propone en este campo necesitan de
cierta higiene médica y un régimen alimenticio estricto. Por lo que toca a la
educación cultural, ésta consiste en el estudio de materias fundamentales como la
escritura, la lectura, la historia, la geografía, las ciencias naturales… En
cuanto a la educación espiritual, descansa esencialmente en el arte,
especialmente en la música y la danza, que Platón utiliza para disciplinar
tanto al espíritu como al alma. Su sistema educativo integra también a la
poesía, en particular la de Homero, al que considera como el más grande de los
poetas.
En el
plano puramente espiritual, Platón confiere un carácter fundamental a las
matemáticas (aritmética y geometría), y esto, en todos los peldaños de su
sistema educativo. Para él, la aritmética no se limita a los problemas
concretos de la vida. Igualmente integra la ciencia de los números y su
aplicación a las leyes divinas. En cuanto a la geometría, su complemento,
piensa que es indispensable, no solo para situarse en el espacio, sino de igual
manera para aprender el Plan Divino. Sobre esto, comparte la idea de Pitágoras
según la cual “Dios geometrizo en el principio de los tiempos”. Además,
considera que estas dos ciencias no son el patrimonio de una elite, sino que se
dirigen a todos. Esta idea es verdaderamente innovadora para la época. De
manera general, Platón hace de las matemáticas el instrumento de lo que lama la
“conversión del alma”, en el sentido de que ellas contribuyen, según él, a la elevación
espiritual.
Vayamos
ahora a la filosofía de Platón. Para él, el bien es la causa de todo lo que es
bello, tanto en el mundo visible como el invisible, y es expresándolo en su
comportamiento y en su trabajo, como el hombre puede volverse sabio tanto en la
vida privada como en la pública, en efecto, no olvidemos que ese filósofo se
interesa mucho por los derechos y los deberes de los ciudadanos, que era el
caso de Sócrates, su maestro. Por otra parte, Platón hace una diferencia
fundamental entre el mundo de las Ideas y el mundo de la Forma. Según él, el
mundo de las Ideas es el “mundo noumenal” y el de las formas, el “el mundo
fenomenal”, en el sentido que damos a estos conceptos a nuestras enseñanzas.
Sólo el primero de estos dos mundos da acceso al estado de Perfección, sin
embargo el segundo no debe ser descuidado. En esto, Platón considera que Dios
se manifiesta en los dos por la misma ley divina del bien.
Por
extensión, piensa que toda la Creación es el resultado del Amor Divino o la Ley
del Amor y que es la expansión de este Amor el que produjo el universo, a la
naturaleza y al hombre mismo.
Según
Platón, toda la Creación descansa en el Principio supremo de una idea única, de
una sola Realidad, que se manifiesta en el plano terrestre de forma múltiple.
Esta Idea Primordial es el fundamento del Ser y la base del Conocimiento
verdadero: conocer, es comprender la Idea de toda cosa y volverse uno con ella,
pudiéndose obtener esta fusión sólo mediante el estudio de las leyes divinas,
especialmente de aquellas que presiden a lo Bello, al Bien y a la Verdad, tanto
en el plano material como en el espiritual. Al respecto, el mundo de la Forma y
el mundo de las Ideas están íntimamente ligados, debido a que le primero es una
emanación del segundo. Además, en un diálogo de “Fedro”, Platón atribuye a
Sócrates la siguiente declaración: “El hombre debe elevarse de la multiplicidad
de sensaciones a la Unidad Divina, donde residen lo Bello, el Bien y la
Verdad”.
Platón
atribuye tres caracteres a la Idea: La Unidad, La Verdad y la Inmutabilidad. En
este sentido escribe: “Si la Bondad y el Amor, así como la Verdad, son
realidades, por más que sean átomos, aquel que hace de la virtud sus deleites,
debe estar feliz y en armonía con la totalidad de las cosas. En la correlación
de los fenómenos, esta Unidad y esta Pluralidad tienen su lugar en un Todo
contenido e inmutable”. A todo esto se añade que según Platón, la Idea
subyacente a toda manifestación natural tiene su raíz necesariamente en el
Bien, mayor atributo de Dios. Por otra parte, en este filósofo encontramos por
primera vez el postulado según el cual la Divinidad, el Ser, obra de manera
constructiva en toda la Creación. El Bien es sólo real y permanente. El mal no
es más que la ausencia del Bien; por lo tanto es irreal y pasajero. La idea
dominante de Platón es pues la siguiente: “El ser, es decir Dios, es
fundamentalmente bienhechor”. Esta concepción es, por otro lado, el fundamento
de las reglas que él propone para instaurar un gobierno ideal. Por esta razón piensa
que las leyes deben ser establecidas con el fin de guiar al hombre por la vía
del Bien y permitirle manifestar en su comportamiento lo mejor de él. Tal es el
fundamento de su libro “La República”.
A
propósito de la “República”, podemos afirmar que esta obra constituye el mayor
grupo de preceptos filosóficos-políticos jamás escrito. Platón mismo la
presenta como una Utopía, pero insiste en el hecho de que esta Utopía puede
volverse Realidad si los hombres se esfuerzan. Encontramos la confirmación de este
hecho en una réplica de Sócrates a Glaucon. Habiéndose dicho éste: “Tal ciudad
no puede existir en la Tierra”. Sócrates le respondió: “Tal vez en el Cielo
existe un tal modelo para aquél que quiera contemplarlo y hacer de él la guía
de su conducta. Por lo demás, poco importa si esta República existe o deba
existir algún día. Lo que si es cierto es que el sabio no consentirá jamás
gobernar en otra que no sea ésta”. En los planos político, económico y social,
Platón considera igualmente al Estado como un cuerpo que tendrá salud solamente
si todos los ciudadanos están en armonía unos con otros y ejecutan
convenientemente sus tareas. Por otro lado, según él, el individuo podrá
desarrollarse únicamente en una comunidad debidamente jerarquizada, donde cada
uno tenga el lugar que merezca en función de sus capacidades.
La
“Alegoría de la Caverna”, en el Libro VII de la “República”, ilustra
perfectamente la filosofía de Platón. Para comprenderla, hay que pensar que en
ella recurre más a la intuición que a la razón. Dicho de otro modo, se dirige
más al alma que al intelecto, que por otro lado es el caso de todas las
alegorías e incluso de las parábolas. Entonces, es buscando la verdad más allá
del relato que podremos encontrar las claves de esta alegoría y pasar de la
esfera del exoterismo a la del esoterismo. Como su nombre lo indica, ella se
define por la existencia de una caverna. Símbolo de la condición humana, en la
cual los prisioneros están encadenados desde la infancia. En el exterior, ellos
ven los fulgores de un fuego ardiente a una cierta altura. Entre ellos y este
fuego, distinguen un camino bordeado por un pequeño muro, detrás del cual pasan
hombres llevando plantas artificiales y marionetas que representan animales u
hombres. Todos estos objetos emergen por encima del muro, y el fuego proyecta
sus sombras en la pared de la caverna, e el interior.
Para
los prisioneros, las sombras proyectadas en la pared de la caverna representan
la realidad del mundo exterior, pero estas sombras no son de hecho más que los
reflejos de hombres, animales o plantas artificiales. Igualmente, al oír voces
que ellos atribuyen a las marionetas, no saben que son emitidas por aquello que
las portan. Entonces un prisionero es liberado en contra de su voluntad y
conducido por la fuerza afuera de la caverna. Ahí ve el fuego que lo deslumbra
a la luz y contempla finalmente al mundo que lo rodea. Poco a poco comprende
que lo que veía en la caverna era ilusorio y que no tenía ninguna existencia
real. Después de haberlo dejado algún tiempo contemplar y descubrir lo que se
ofrecía a la vista, lo llevan a la caverna donde encuentra de nuevo a sus
antiguos compañeros y les describe lo que vio, es decir la “Verdadera
realidad”.
Independientemente
de su filosofía, Platón se interesa naturalmente en las doctrinas que se
refieren a los orígenes de La Creación y al destino del hombre. Cree que Dios
creo el mundo en forma de esfera, concepto que fue retomado siglos más tarde
por Copérnico con el nombre de “Nueva Cosmología”. Por otro lado piensa que el
Universo, el “Kosmos” está impregnado de un Alma a la que llama “Éter” y cuya
fuente es el Ser.
Por
extensión, considera que el alma de los hombres es una emanación de esta Alma Universal.
Igualmente cree que la naturaleza se mantiene viva por efecto del “Nous”, al
que llama también “Esencia Divina”. Encontramos aquí nuevamente referencias que
forman parte de sus enseñanzas. Admite igualmente como una evidencia la
doctrina de la reencarnación como parte de la inmortalidad del alma y se
refiere a ella abiertamente en sus escritos. De forma general, esta convencido
de que el hombre evoluciona hacia la Perfección y que esta destinado a volverse
él mismo un agente de lo Bello, del Bien y de la Verdad.
En conclusión se puede decir que Platón fue un ser
excepcional, un Maestro. La Academia que el fundo duro siglos y se prologo en
la Escuela de Alejandría. Los primeros padres de la Iglesia cristiana rindieron homenaje a su cultura, a
su inteligencia y a su sabiduría. San Agustín tomo de sus doctrinas dos tercios
de su teología. Por otra parte, los escritos platónicos influenciaron al Islam,
especialmente al Sufismo arábigo-persa, así como a la Kabala. Todavía en
nuestros días Platón es considerado como uno de los mas grandes filósofos que
la humanidad haya conocido, a tal grado que un pensador del siglo XX dijo de
el: “Todo, después de Platón, no ha sido
mas que una larga cita”.
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