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martes, 7 de julio de 2015

EL OMBLIGO COMO CENTRO COSMICO (II)

EL OMBLIGO COMO CENTRO COSMICO(Fragmento) 
GUTIERRE TIBON

I.
PRELUDIO A LA ESENCIA ANTROPOCÓSMICA DEL OMBLIGO 
METÁFORAS ANTROPOCÓSMICAS EN EL NUEVO MUNDO
MAGIA CAPILAR
Eel Nuevo Mundo las metáforas antropocósmicas, es decir, las transposiciones de sentido de partes del cuerpo humano a lugares reales o imaginarios, terrestres o celestes, son tan frecuentes como en el Viejo Mundo. Describo algunas de ellas: la identificación del ombligo con el centro será objeto del capítulo VII. Disponemos de un amplio material gráfico, herencia del México antiguo, ya que los escribas aztecas, o tlacuilos, tuvieron que representar nombres de lugares con dibujos, a menudo antropomórficos, para permitir la inmediata lectura de sus glifos en las matrículas de tributos.

Cuáitl es cabeza, pero también cima, extremidad, como en las lenguas del Viejo Mundo. Cuamila, pueblo tlaxcalteco, es la "cabeza de la sementera", o sea, está en la extremidad del campo de cultivo.70 Desde una época antiquísima (fines del segundo milenio antes de nuestra era), la cabeza se identifica con la milpa. Lo he demostrado en otro estudio, basándome en ritos de magia capilar que describieron Sahagún y Durán, y sobreviven en la Amazonia y entre ciertos indígenas de Nuevo México, Honduras y Guatemala, así como en mil y mil estatuillas de barro en las que la cabellera tiene un indudable propósito de magia agrícola.71

Como la cabeza, también el cabello (tzontli) equivale a cumbre, altura; el pelo humano se compara con el techo pajizo: con tzontli tlapoa,"descubrir", se forma el verbo tzontlapoa, "destechar".72 De la misma manera que nosotros decimos "llevar a cabo",72 en que cabo es cabeza, los nahuas llaman tzonquizqui toda "cosa acabada y concluida".73


CABELLO y OJO


L'Histoyre du Mechique de Thévet (mediados del siglo XVI) contiene un mito de la creación digno de recordarse, pues describe la metamorfosis de la diosa terrestre, Tlaltecuhtli, en "todo el fruto necesario para la vida del hombre. Los dioses hicieron de su cabello árboles y flores y yerbas; de su piel la yerba muy menuda y florecillas; de los ojos, pozos y fuentes y pequeñas cuevas; de la boca, ríos y cavernas grandes; de la nariz, valles y montañas."74

Conviene comentar la afinidad del cabello (la diosa posee todas las prerrogativas humanas) con el reino vegetal, como en el Viejo Mundo; además la relación del ojo con "pozos y fuentes" como el ojo de agua (cf.nota 32).


DE ATLIXCO A CHICHÉN


Ixtli, en náhuatl, es cara, rostro y, por extensión, ojo; aplicado al ámbito extrahumano, toda superficie. Xalixco, la ciudad nayarita que está "en la superficie de la arena", da su nombre al estado mexicano de Jalisco. Atlixco: "en la superficie del agua". Ixtli, combinado con el tla,abundancia, de ixtla, mucha superficie, o sea llanura. Si le añadimos a Ixtla la voz huacqui, seco, obtenemos el "lugar de llanos secos", Ixtlahuaca. Calixtlahuaca es la "llanura de las casas", donde se admira el templo redondo de Quetzalcóatl; Coixtlahuaca, que fue orgullosa capital mixteca, es la "llanura de las serpientes"; Xochistlahuaca, la gentil capital amusga, "llano de las flores"; Juxtlahuaca, la puerta de la Baja Mixteca, "planicie verde", y la vecina Tecomaxtlahuaca, famosa por sus brujos, "llanura de los tecomates", es decir de los vasos de barro.

Los labios y la boca, en náhuatl, se llaman ten(tli). Metafóricamente, el borde o la orilla de todas las cosas; pero adquiere otro valor figurado, enteramente abstracto: el de recuerdo, memoria.75 Tenco, "en la boca", significa "de memoria".76 Atentli es la orilla del mar; atoyatentli, la ribera del río; tilmatentli, la orilla del vestido y amatentli, el borde del papel.77 Acatempa, la población donde ocurrió el histórico abrazo de Guerrero e Iturbide, está "a la orilla de los carrizos", y Tianguistenco, la villa del gran mercado en el Valle de Toluca, "a la orilla del tianguis". Atenco significa "en la orilla del agua", o sea en la ribera, y el jeroglifo enseña una boca con los labios abiertos, rodeada hacia atrás por el signo del agua (figura 5).
5. Jeroglifo azteca de Ateneo (Tezcoco), "en la orilla del agua", "en la ribera", representado antropocósmicamente. La orilla está figurada por unos labios abiertos,ten(tli), rodeados por el agua, a (tl); co "en" va sobrentendido.
Códice Mendocino 53, fig. 2;
Peñafiel 58.
6. Jeroglifo de Tepeyácac, "en la nariz (cima) del cerro", representado antropocósmicamente. El monte,tépetl, lo figura un hombre de pronunciada nariz, yácatl.
Historia tolteca-chichimeca,
lám. XXI, 1a.
7. Jeroglifo de Huaxyacac, "en la extremidad de los guajes", hoy Oaxaca, formado con la Planta comestible huax(in), guaje (Acacia esculenta L.) que sale de la nariz,yáca (tl). La locativa está sobrentendida.
Códice Mendocino 46, 4;Antigüedades de México I, 96; Peñafiel (1885), 116.
En maya, chi' es boca, pero también orilla. Ch'en es pozo: Chichén es la "orilla del pozo".
Los treinta y dos ebúrneos habitantes de la boca se llaman tlan(tli); su apócope, tlan, es sufijo locativo en infinidad de nombres de lugar mexicanos. El diente fijo en su alvéolo es paradigma de lo que "está".78Los escribas aztecas representan tlan en los nombres de lugar con una, dos o más muelas: Petatlán está "escrito" con una estera y dos muelas; Tochtlan, con un conejo y tres muelas, y así por el estilo.

LA NARIZ NOS GUÍA

Camachalli, mandíbula, quijada, sobrevive en el nahuatlismo camachal, con el mismo sentido de maxilares. En la ciudad poblana de Tecamachalco se une con te(tl), "piedra", y adquiere el sentido antropocósmico de "hondonada", "hendidura de piedra".79

Nacaz(tli) es oreja, oído, pero en sentido figurado: tenacaz es mensajero, embajador: el que escucha.

Yác(atl) es la nariz humana y, metafóricamente, punta, extremidad. El glifo de un cerro con nariz humana se lee Tepéyac, el cerro delantero de cierta cordillera del valle de México, famoso por su culto prehispánico a la madre de los dioses y, desde el siglo XVI, a la Madre de Dios en su advocación guadalupana (fig. 6). Fray Bernardino de Sahagún nos ha trasmitido una adivinanza azteca que conviene recordar aquí: "¿Qué es un cerro como loma, y mana por dentro? Respuesta: las narices."80

Yacapitzahuac, "nariz aguda", es el dios protector de los viajeros y mercaderes; se le llama también Yacatecuhtli, "señor que guía": la nariz nos guía, nos precede. Yacatía, dice el padre Molina, es "ser el primero o delantero de los que caminan".81

Oaxaca, la antigua Huaxyacac, es "en la nariz" o "en la extremidad de los guajes" (fig. 7).

Tózcatl es la garganta, y la garganta del monte es tepetózcatl.

LAS MANOS y LOS PIES DE TULA

Máitl es mano y su glifo entra en varios nombres de lugar en los cuales es voz formativa, pero en otros ma- sólo tiene valor fonético, independientemente de su significado. Así Mapachtepec, "cerro del mapache", está representado por una mano, má(itl), sobre una maraña depach(tli), heno, pastle, de un cerro, y tépec (fig. 8).82

¿Y los dedos? En la Historia Tolteca-Chichimeca se dice que "las manos y pies" de Tula estaban formados por las veinte ciudades vasallas de "la gran Tollan": 83 cada ciudad, un dedo. Este pasaje nos ayuda a interpretar el porqué de la bandera como símbolo del número veinte entre los aztecas: hay que ver en el pantli la estilización de las piernas en posición vertical, junto con los brazos extendidos; otra vez, los veinte dedos. Tan es así que una bandera con un cuarto oscurecido equivalía a quince; con dos, a diez, y con tres, a cinco.84

Cierto lugar de la ciudad de México se llamaba Acolnahuácatl, "en el codo (o recodo) del agua", como los codos del Viejo Mundo: la ciudad italiana Ancona o la península alemana Ellenbogen (cf. p. 17).

En el Chilam Balam de Chumayel se encuentra una terrible profecía: cuando ocurra la ruina de los pueblos por el colmo de la codicia, "se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo".85 Cara, manos y pies ya no son humanos, sino atributos del universo.

EL AVE DEL CORAZÓN

En varios mapas de la época colonial ciertos lugares están indicados como cabeza, corazón y brazos de una región.86 Yóllotl es el corazón, la entraña por excelencia, sede de la inteligencia y el espíritu. Rémi Siméon lo hacía derivar de la raíz yoli, nacer, vivir, resucitar, arder de amor (ardere, en el sentido fisiológico de los latinos).87 León-Portilla acertó al ver en yóllotl una derivación de ollin, movimiento.88 Los latidos del corazón, su constante movimiento, su pálpito que seguía en la mano del sacrificador, son la razón semántica del corazón náhuatl. Su misteriosa interioridad lo transforma en Tepeyóllotl, "Corazón del monte", el dios de las cuevas y de la entraña terrestre. Con el sufijo co,"en", tlalli iyolloco significa "en el corazón de la tierra". El alma de los difuntos se identificaba con el yollotótotl, "ave del corazón": metáfora que no exige comentarios.89 A menudo, corazón se identifica con ombligo, en tanto que centro cósmico: los chortís hacen ofrendas al "ombligo del mundo", llamado también "corazón del mundo".90

VIENTRE y HORCAJADURA

Ítetl es el vientre. Aclara fray Alonso de Molina que el verbo itetíaequivale a "empreñar el varón a la mujer": humanísimo valor semántico. Los sufijos -itec -itic significan literalmente "en el vientre", e ideológicamente, "dentro de". En los nombres de lugar, -itic precisa que el poblado está en el interior de cierta región característica. Acatic, Ocotitic, Zapotitic, Mezquitic están dentro del carrizal, o del ocotal, o del zapotal, o del mezquital, respectivamente.91

Así como nosotros nos referimos al "brazo" de mar, los nahuas comparaban toda bifurcación con la horcajadura. Maxictli es pierna;maxaltic, dividido o bifurcado, tratándose de un árbol, de un camino o de una corriente. Un precioso ejemplo de equiparación del cuerpo humano con un lugar geográfico bifurcado se encuentra en el jeroglifoAmaxac del Códice Mendocino (1536). Amaxac es el nombre de varios lugares de México;92 el códice se refiere a una población importante de Tlaxcala, ahora Amaxac de Guerrero. Según fray Alonso de Molinaamaxac es un "lugar donde se divide el río en muchas partes, sea en arroyos o en acequias"93 y se forma con atl, agua y maxac,94"entre mis piernas, en la horcajadura".95

El tlacuilo representó Amaxac, un lugar en donde el agua se bifurca, se divide, con el clásico glifo del agua entre dos piernas abiertas (fig. 9).96

8. Jeroglifo azteca de Mapachtepec, "en el monte del mapache o tejón", representado por una mano extendida, má (itl)sobre una maraña de pach (tli),heno, pastle (Tillandsia usneoides L.), arriba de un cerro, tépe (tl) ; el locativo va sobrentendido. Las sílabas ma pach, tomadas ya con valor fonético y no significativo o metafórico, forman la voz mapach,mapache
(Procion hernandezii).
Códice Mendocino 49, fig. 4; Peñafiel, 137.
9. Jeroglifo azteca de Amaxac (Tlaxcala), representado antropocósmicamente. El agua y las Piernas separadas indican la bifurcación del río.
Códice Mendocino 41, fig. 4; Peñafiel, 55.
10. Jeroglifo azteca de Tenantzinco (Tenancingo), "en el venerable pueblo fortificado". La parte superior representa la muralla,tenám (itl); la inferior el salvohonor, o mitad baja del cuerpo, y una expresión diminutiva o reverencial, tzin (tli); ellocativo cva sobrentendido.
Códice Mendocino. Garibay (1966), 233. Dibujo de Jesús Escobedo.

UBICUIDAD DEL SALVO HONOR

De la misma manera en que el mundo superior se identifica con la cabeza y la cabellera (cumbre y techo), el mundo inferior está representado por la parte inferior del cuerpo humano. Tzintli, dice fray Alonso de Molina, es el salvohonor; y por su ubicación significa igualmente "fundamento, base". Así "en la base de la montaña" se dirátépetl in itzintlan.97El salvohonor representa, para ciertos indígenas mayas, el camino del inframundo.98

El valor básico de la partícula tzin, apócope de tzintli, es diminutivo; debido a un proceso semántico que espera la interpretación de los sicoanalistas, tzin indica además el respeto, el afecto, la gracia, la gentileza y la compasión.99

Tzin es muy frecuente en los nombres de lugar. Tenancingo, Tenantzinco en náhuatl, se forma con tenám(itl), cerca o muralla, tzin co, en. Equivale a "en el venerable pueblo fortificado". En el jeroglifo, la muralla está representada por su clásica estilización, y la partícula reverencial, con la parte inferior del cuerpo humano (fig. 10).100Encontramos el mismo símbolo como parte de muchos otros topónimos: Tulantzinco, hoy Tulancingo, en el estado de Hidalgo, es "en la pequeña (o venerable) Tollan", una de las fundaciones toltecas.101 Acatzinco, en el estado de Puebla, equivale a "en (el lugar) del venerable (dios) Caña, Ácatl";102 y Teocalcingo, "en el venerable templo del dios", teocalli.103

Tonantzin(tli) es "nuestra reverenciada madre", nombre de la progenitora de los dioses, que tenía un templo en el Tepeyac; Tonantzin siguen llamando muchos indígenas de habla náhuatl a la Virgen de Guadalupe.Noconetzin es "mi querido niño"; Cuauhtémoc, con el sufijo reverencial, se vuelve Cuauhtemotzin; Itzcóatl, Itzcoatzin, y así por el estilo. Mi perro soloescuincle se llama Coyotzin, "venerable coyote". No sería atrevido especular sobre el valor esotérico del salvohonor, en el concepto de los antiguos mesoamericanos.

Nariz, labio, boca, quijada, rostro, cabeza, cabellera, mano, dedos, corazón, vientre…… Los ejemplos de partes del cuerpo humano equiparadas con aspectos de la naturaleza entre los indígenas de México, podrían continuar. En las mitologías griega, egipcia y orientales hay hermosas muestras del antropomorfismo empujado a alturas cósmicas; sin embargo, la forma en la cual los indígenas americanos concibieron la relación entre el cuerpo humano y el universo no me parece menos poética y grandiosa.

El propósito de la segunda parte del primer capítulo ha sido aclarar las distintas concepciones del ombligo que en el Nuevo Mundo, al igual del Viejo, adquieren valores de centro: esotérico, cosmológico, místico, mágico, religioso, geográfico. Veremos en los capítulos V y VII que también en la concepción del mundo onfálico existe una obvia convergencia entre los hombres de ambos hemisferios.

APOTEOSIS ANTROPOCÓSMICA EN LA AMAZONIA

El término "antropocósmico" alcanza su apoteosis en un concepto simbólico de los desana, tribu amazónica que mora en las selvas del río Vaupés, parte en Colombia y parte en Brasil.

Los desana comparan la divinidad con el esqueleto, por el sostén que le da al cuerpo; y el esqueleto se trasunta en el hueso. El hueso-dios le da firmeza y estabilidad al organismo humano, equiparado con el universo. A su vez el hueso-dios se identifica con un tubo "que conecta la esfera divina de 'arriba' con la esfera divina de 'abajo'," esta última imaginada como un útero primigenio que yace debajo de nuestro mundo. El hueso tubular (que es la divinidad) penetra verticalmente en el Universo en forma de un inmenso falo. El proceso de fertilización se efectúa a través del hueso-tubo que une los niveles cósmicos en una cópula permanente.104

El informante desana del antropólogo colombiano Reichel Dolmatoff añadió aquí una frase que podría servir a los estudiosos de los fenómenos parafísicos como las "materializaciones": 105 "entre el mundo visible y el invisible hay una relación sexual".

Esta relación se manifiesta en otro concepto antropocósmico de los desana que merece llamarse "alucinante". La Vía Láctea es concebida como una gigantesca madeja de fibras de cumare;de las hojas de esta palmera se extrae una fibra textil suave y fuerte.106 Ahora bien:

las fibras de cumare, amarillas o blancuzcas, simbolizan el semen viriley la Vía Láctea se interpreta como un inmenso flujo seminal que fertiliza nuestra tierra. La Vía Láctea es la zona donde se establece el contacto entre los seres terrestres y los sobrenaturales, contacto que se logra por medio de alucinógenos.107

El prodigioso mundo mental de los indígenas amazónicos, nuestros contemporáneos, en que abundan las equiparaciones entre el cuerpo humano y el universo, hace pensar que la concepción antropocósmica fue también patrimonio de nuestros antepasados paleolíticos de hace treinta mil y más años. Las metáforas actuales, entre las cuales destaca la del ombligo-centro, son los pobres relictos de una riqueza mental insospechada del hombre "primitivo", más íntimamente ligado que nosotros a la naturaleza y sus misterios.

NOTAS
70Así traduce un nahuatlato tlaxcalteca (Morales, 35); Anaya Monroy (1965), 50, hace derivar la primera sílaba de cuáhuitl, árbol. Dávila Garibi (1942), 161, refiriéndose a Coamilco, Oaxaca, traduce "en la sementera de la serpiente" (cóatl).
71Tibón (1967). 22-28.
72Molina II, 153v.
73ibid.
74Garibay (1965), El mismo autor atribuye la primera parte a fray Andrés de Olmos (ca. 1533) y la segunda (ca. 1543) a fray Marcos de Niza (ibid., 16).
75Garibay (1940), 244.
76Siméon, 431.
77Dávila Garibi (1949) III, 486.
78Tibón (1972); 62; nueve ejemplos en las pp. 34 y 35.
79Sahagún I, 291; III, 350.
80Sahagún II, 234.
81Molina II, 29v.
82Códice Mendocino 49, 4; Peñafiel, 37.
83Historia Tolteca-Chichimeca, 68.
84Dávila Garibi (1949) I, 97-98.
85Libro de Libros de Chilam Balam, 108-109.
86Op. cit., nota de Alfredo Barrera Vásquez; Roys, 86.
87Siméon, 176.
88León-Portilla (1959), 345. El nahuatlismo hule se debe al movimiento de la pelota de caucho (Castilloa elastica), en el juego ritual.
89Sahagún III, 239.
90Girard (1949). II, 603.
91Dávila Garibi (1939), 243; Garibay (1940), 226; Dávila Garibi (1949), I, 187; Dávila Garibi (1942), 42, 43.
92Ranchos en los municipios de Jaltocan y Huejutla, Hidalgo; Texcaltepec, Veracruz; Coxcatlán, San Luis Potosí.
93Molina, 4A.
94id., 54A.
95ibid.
96Códice Mendocino, lám. 41, fig. 44; Peñafiel, 55.
97Siméon, 663.
98Girard (1949), III, 898.
99Siméon, 663.
100Códice Mendocino 36, fig. 6.
101ibid., 32. fig. 6; cf. Tibón (1975), 459-460.
102Códice Mendocino, 44, fig. 4.
103ibid., 24, fig. 2.
104Reichel-Dolmatoff, 36.
105Tibón (1960), 13-42.
106Astrocaryum vulgare, MART.
107Reichel-Dolmatoff, 33.

http://americaindigena.com/tibon_ombligo1b.htm

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