Publicado por EL ARCA DE LOS DIOSES
Dios, también conocido como Yahveh, tenía esposa y se llamaba Asherah, según revelan diversos hallazgos arqueológicos
Asherah, la esposa de Dios que fue “expulsada” de los textos bíblicos según ciertos expertos
Una inscripción en una antigua vasija hallada en la Península del Sinaí, en pleno desierto, contenía una escritura en hebreo que según los traductores manifestaba una súplica de bendición a la dualidad divina compuesta por “Yahveh y Asherah”.
De igual forma, los hallazgos de una serie de amuletos y figuras al norte de Israel y el sur de Siria, permiten entender que ciertamente existió una devoción real por “Asherah”, unida a la adoración a Yahveh.
Al parecer, eran definitivamente una pareja. Probablemente, Yahveh hacia las veces de “Dios Padre” o “esposo” de Asherah. Y ella, por su parte, era la “Diosa madre”, la que dio origen a todos los hombres.
La Biblia, podríamos decir, que así lo confirma. Fue tal la idolatría que sintió el pueblo de Israel por esta deidad, que habrían levantado una estatua en su honor en el mismísimo Templo de Salomón (2 Reyes 21:7; 23:6,7).
La primera vez que es nombrada en el Antiguo Testamento, es en Éxodo 34:13,14: “Más derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asherah. Porque no te has de inclinar ante ningún otro dios, pues Yahveh, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es”.
Si leemos el Libro de los Reyes y las Crónicas, hallaremos que casi todos los monarcas de Judá y de Jerusalén mantenían altares a un buen número de deidades. Pero, por sobre todas estas divinidades, siempre destacaba el altar dedicado a esta diosa.
Sin embargo, siempre topamos con el continúo reclamo del Señor, Dios, Yahveh o Jehová, ante esta idolatríaabominable.
Raphael Patai, en 1967, fue el primer historiador en sugerir que el antiguo pueblo judío adoraba tanto a Yahveh como a Asherah.
Así, Dios, supuestamente tendría una esposa, de quien el Libro de los Reyes sugiere era adorada junto a Yahveh en su Templo, en Israel.
La teoría, ha vuelto a adquirir importancia debido a la investigación llevada a cabo por Francesca Stavrakopoulou, que comenzó su trabajo en Oxford y ahora es profesora titular en el Departamento de Teología y Religión en la Universidad de Exeter.
La información, presentada en los libros, conferencias y artículos de Stavrakopoulou, que declara ser “una atea con enorme respeto por la religión”, se ha convertido en la base de una serie documental de tres partes, donde se analiza la relación de Yahveh con Asherah.
“Podemos conocerlo como: Yahveh, Alá o Dios. Pero, tanto Judíos, como musulmanes y cristianos, las gentes de las grandes religiones abrahámicas, están de acuerdo en algo: Hay un “él” único”, señalaba Stavrakopoulou en un comunicado enviado a distintos medios de comunicación británicos.
“Él es una figura solitaria, un creador único y universal, no un Dios entre muchos. O, al menos, eso es lo que nos gusta creer”, apostilló.
“Después de muchos años de investigación especializada en la historia y la religión de Israel, he llegado a la colorida conclusión, que sin embargo podría parecer algo incómoda, de que Dios tenía una esposa”, expuso.
Stavrakopoulou, basa su teoría en una serie de vestigios contenidos en textos antiguos, amuletos y figurillas, descubiertas principalmente en los restos de una la ciudad costera cananea, llamada Ugarit. Todos estos vestigios revelan que Asherah fue una diosa de la fertilidad y que su influjo tuvo un gran alcance.
La conexión de Asherah con Yahveh, según Stavrakopoulou, se encuentra escrita en la Biblia y en una inscripción del siglo XIII antes de Cristo, en una vasija de cerámica encontrada en el desierto de Sinaí, en un sitio llamado Kuntillet Ajrud.
“La inscripción es una petición de bendición”, comenta. “Fundamentalmente, la inscripción pide la bendición de Yahveh y su Asherah”. Lo que representa una prueba de que Yahveh y Asherah son una pareja divina.
Y no se trata de la única. Existen varias inscripciones similares, que fortalecen la tesis de que el Dios bíblico tuvo una esposa, asegura la investigadora.
“Recientemente, un puñado de inscripciones similares han sido halladas. Lo cual, ayuda a fortalecer la creencia de que el Dios de la Biblia tuvo una vez una mujer”, agrega.
También es significativo, cree Stavrakopoulou, la admisión de la Biblia de que la diosa Asherah era adorada en el Templo de Yahveh, en Jerusalén. “En el Libro de los Reyes, se nos dice que una estatua de Asherah yacía en el templo y como, el personalfemenino del mismo, tejía textiles rituales para ella”, comenta.
La referencia a la “Reina del Cielo”, en el Libro de Jeremías, podría ser una posible alusión a la misma deidad.
Edward Wright, presidente del Centro de Estudios Judaicos de Arizona y del Instituto Albright de Investigaciones Arqueológicas, declaró a Discovery News estar de acuerdo con el hecho de que varias inscripciones en hebreo mencionan a “Yahweh y Asherah”.
“Asherah no fue sacada por completo de la Biblia por sus editores masculinos”, agregó. “Sus huellas aún permanecen, y en base a ellas y a evidencias arqueológicas con referencias a Asherah en los textos hallados en las naciones fronterizas con Israel y Judá, podemos reconstruir su papel en las religiones del Levante Sur”.
Asherah o Asera (אשרה), era conocida con otros nombres en todo el antiguo Oriente Próximo, tales como Astarté e Astarot, o como Ishtar por los babilónicos e Inanna por los sumerios, y que otros dicen se trata de la misma diosa Afrodita e Isis, todas ellas reconocidas con el arquetipo de la “Diosa Madre”.
“Una deidad dadora, en cualquier caso, ideal de la divinidad femenina, como la Luna, la Tierra y Venus. Era una deidad importante, una que era a la vez poderosa y estimulante”, continuó Wright.
Otras referencias a esta diosa en la Biblia derivan del libro de Deuteronomio, en un marco siempre hostil. El Rey Manasseh es juzgado como alguien que hizo mal ante Dios cuando colocó el poste en el Templo, símbolo del árbol de Asherah. Acaso, el ash tree de los druidas, ¿el axis mundi? Por el contrario, el Rey Hezekiah, que removió el símbolo de Asherah del Templo y lugares sagrados, fue alabado como el más justo de los reyes.
“Muchas traducciones inglesas prefieren traducir Asherah como Árbol Sagrado”, señala Wright. “Esto, en parte, pareciera estar impulsado una vez más por el deseo moderno, claramente inspirado en las narraciones bíblicas, de ocultar a Asherah tras un velo”.
Asherah, diosa de la fertilidad y del amor sexual, era representada normalmente por un “árbol frondoso” como símbolo de su fertilidad, adorada por los Israelitas en los años de mayor extravío espiritual.
Y, aunque su nombre suele traducirse como la “diosa del árbol de la vida”, a veces también se le vincula con el mar. Uno de sus nombres “Athirat, rbt ʼaṯrt ym” o “rabat ʼAṯirat yammi”, puede traducirse precisamente como “Señora del Mar” o “aquella que camina sobre el mar”.
Su otro epíteto en algunos textos ugariticos, un lenguaje de origen semítico, es “qaniyatu ʾilhm”, “la creadora de los dioses” (Elohim).
En esos textos Athirat es la consorte del dios El. Existe una referencia a los 70 hijos de Athirat, presuntamente los mismos 70 hijos de El. También se le llama Elat, la contraparte femenina de El, y en los textos acadios aparece como Ashratum, la esposa de Anu, el dios del cielo.
“Las menciones a la diosa Asherah en la Biblia hebrea, el Antiguo Testamento, son raras. Y, además, han sido fuertemente modificadas por los autores antiguos, encargados de reunir yagrupar los textos”, comenta Aaron Brody, director del Museo Bade y profesor asociado de la Biblia y la arqueología en la Pacific School of Religion.
Los profetas Isaías, Jeremías y Micah también condenan la idolatría de Asherah, ya que según ellos aleja de la adoración del dios único y verdadero. Esto nos da idea de como la diosa femenina, del árbol de la vida, del mar y del cielo, fue equiparada con la falsa idolatría, con Baal, alejando al hombre de la adoración de la pareja divina y de la mujer.
Una idolatría que incluye, indudablemente, la utilización del nuestro actual árbol de navidad, con el que se conmemora el nacimiento de una deidad, Yesh”u ben Pandora o Jesús de Nazaret, al que han hecho pasar como dios, como el Mesías. Pues como se hace mención en la Mishnah Masejet Avoda Zara 3:1: “Todas las imágenes están prohibidas, para cualquier uso, pues son adoradas una vez al año”.
Stavrakopoulos coincide en sus conclusiones con profusos estudios, que explican cómo las ediciones subsecuentes de la Biblia, curadas siempre por hombres, habrían resignado cualquier fidelidad a las escrituras sagradas, para realizar una operación de inteligencia, una programación neurolingüística de la sociedad, con el objetivo último de mantener en el centro del poder a la casta sacerdotal masculina, en desmedro y represión del polo femenino de la divinidad.
Así, Asherah, la diosa madre, pareja de Yahveh, fue excluida dolosamente de la Biblia, en el camino a la construcción paradigmática de la hegemonía masculina.
En tiempos anteriores al monoteísmo patriarcal, instaurado en occidente por el judeocristianismo y responsable de sembrar las bases para una conciencia que enaltece los valores masculinos de conquista, expansión y explotación de la naturaleza, prevaleció una concepción religiosa de la divinidad como pareja: Diosa Madre y Dios Padre.
“Asherah, como un símbolo envuelto en un árbol, ha sido cortada y quemada fuera del Templo en los actos de ciertos dirigentes que intentaban purificar el culto, y que centraron su adoración en un único dios masculino, Yahweh”, agregó.
Los antiguos israelitas eran politeístas, dijo Brody a Discovery News. “Sólo una pequeña minoría adoraba únicamente a Yahweh, antes de los acontecimientos históricos del año 586 AC”. Ese año, una comunidad de élite dentro de Judea fue exiliada a Babilonia y el Templo de Jerusalén fue destruido.
Esto, dijo Brody, dio lugar a una visión más universal del monoteísmo estricto: “Un Dios no sólo para Judá, sino para todas las naciones”.
https://elarcadelosdioses.wordpress.com/2015/04/
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