Inanna-Ishtar: la Diosa mesopotámica 3 de 3
Inanna como Gran Madre
Inanna es una diosa lunar que da la vida como luna creciente para luego arrebatarla como luna menguante, igual que Isis y Cibeles. Es una Gran Madre reina del cielo y tierra. Además de la Luna, se encarna también en Venus y en Sirio. Aparece tocada con cuernos y el bastón de serpientes, tiene un hijo-amante muerto y resucitado, que desciende anualmente al inframundo y vuelve a ascender (mito lunar). Encarna el principio de la justicia derivado de la idea del dualismo de la fuerza lunar: el poder de dar y quitar la vida. Encarna el aspecto cíclico del tiempo. Su mitología gira alrededor de la conexión trazada entre las fases luminosas y oscuras de la luna y la alternancia rítmica de fertilidad y esterilidad de la tierra. Su carácter triple de diosa como madre, esposa y hermana del joven dios refleja la trinidad de las fases lunares luminosas. La cuarta fase, la oscura, está personificada por su hermana Ereshkigal, reina del inframundo, papel que heredará la hebrea Lilith y la Hécate griega, la reina de la noche.
La virginidad pertenece a la gran madre, porque la diosa es la vida misma y la vida, como los ciclos de la luna, nace de sí misma sin necesidad de unión con algo externo.
Sello que muestra el rostro de Inanna, su flor o imagen estelar en forma de roseta de ocho puntas (Venus), y los postes de las puertas de su templo (c. 3000 a.C. Tell Agrab)
Los símbolos majestuosos del poder de Inanna son el caduceo y el hacha de doble filo, que representan el poder de otorgar y arrebatar la vida. Encarna sentimientos tanto amables como llenos de odio, tanto el amor con la cólera. Siempre cambiante, es a la vez siempre la misma.
Inanna con el caduceo de serpientes entrelazadas en su mano.
El origen de la serpiente enroscada en el árbol (Biblia) procede de Sumeria
Diosa de las amapolas de la antigua Creta, sentada bajo un árbol frutal y rodeada de devotos que ofrecen azafranes. Dos serpientes flotan más allá del sol, a su derecha la Luna y a su lado de una "diosa escudo". Un hacha de doble toma posición central, y en el suelo una pequeña figura femenina con un azafrán que parece estar de pie en el símbolo de la montaña.
En el mito acadio posterior Ishtar desciende al inframundo para despertar a su hijo-amante Tamuz. Cuando está en el inframundo, la fuerza que impulsa la fertilidad desaparece: “El toro no monta a la vaca, el burro no se inclina sobre la burra…, el hombre duerme en su cuarto, la mujer duerme sola” (El mito de la Diosa, pág. 230).
Los templos de la diosa estaban adornados con grandes cuernos en forma de luna creciente, imagen de la capacidad de la luna para fertilizar la tierra y, como la vaca, para nutrir a su progenie.
Es una tierra donde los rayos abrasadores del sol ocasionaban la muerte de la vegetación, la gente agradecía la aparición de la luna y los frescos rayos lunares que proporcionaban el refrescante –así lo creían los sumerios- y fertilizante rocío. Ishtar era llamada “llena de rocío”. La leche, el agua, el semen, la lluvia y el rocío estaban relacionados con la luna como fuente de vida. La iconografía sumeria, derivada de la Neolítica, veía el cielo como la diosa y las nubes cargadas de agua como sus pechos, semejantes a las ubres de una vaca.
'El Libro de la Vaca Divina' o 'Libro de la Vaca Celeste' se encuentra representado en el primer féretro de Tutankamón y en los muros de las tumbas de Sethy I, Ramses II, Ramses III y Ramses VI.
Representación de la vaca celeste del primer féretro en la tumba de Tutankamón, según Erik Hornung, Der Ägyptische Mythos von der Himmelskuh. Imagen actual del féretro. Museo de El Cairo. Fotografía del Francisco Lopez
Tumba de Sethy I. Dibujo realizado por Robert Hay. Fotografía actual de la pared
La diosa Nut (la Rea griega). Nut con el cuerpo arqueado a modo de bóveda celeste, bordeando la estela de la Revelación, una tableta funeraria de Ankh-af-na-Khonsu, de la dinastia XXVI (apx. 725 aC)
Audhumla, la vaca alimentadora
En la mitología nórdica el gigante Ymir u Olgelmir, la personificación del océano congelado, el Gigante de Hielo, andaba a tientas en la oscuridad en busca de alimento, y se encontró con una vaca gigantesca llamada Audhumla (la alimentadora). Ymir observó con placer que de sus ubres fluían cuatro grandes arroyos de leche, que le proporcionarían alimento más que suficiente.
Inanna es diosa de la fertilidad, guardiana de los animales domesticados y diosa de los animales salvajes, como lo demuestra su carro tirado por leones. La entrada al establo o aprisco de Inanna era la entrada al útero del que procedía todo ser vivo; la diosa regía este lugar como pastora. La entrada estaba enmarcada por una puerta especial, simbólicamente la vulva de la diosa.
Puerta del inframundo de la Diosa Inanna
Como reina de la tierra Inanna era la diosa de los cereales y vegetales cultivados, así como de los árboles frutales y silvestres. Una de sus epifanías era el manzano. Uno de estos árboles siempre se plantaba en su templo como símbolo de su capacidad para dar la vida. Sus principales imágenes animales eran el león y la vaca, pero también la paloma y la golondrina (diosa pájaro); la víbora y el escorpión, la serpiente y el dragón, como diosa del inframundo.
Todos los alimentos y bebidas se asimilaban al cuerpo de la diosa y se celebraban rituales que honraban esta procedencia. Ver el jarro de Uruk en el que se ve a un hombre que ofrece una cesta de productos de cosecha a la Diosa.
Jarro de Uruk o vaso de Warka en el que se ve a unos hombres realizando ofrendas a la Diosa.
http://pladelafont.blogspot.pe/2012/11/inanna-ishtar-la-diosa-mesopotamica.html
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