LA ENREDADA HISTORIA DE LA TORÁ
Charles
N. Pope
“Living in Truth: Archaeology an the
Patriarchs”
El libro bíblico
del Génesis[1] es un libro de orígenes, un libro de
la creación, y un libro de la vida. No es un libro de ciencia, pero transmite fielmente
una cualidad que es compartida por todas las cosas vivientes. Hoy tenemos al
menos una comprensión activa de cómo se construye la vida. Los tres mil
millones genes (el genoma) de un ser humano están formados por moléculas unidas
de Ácido Desoxi-Ribonucleico (ADN), el cual se enrolla herméticamente en forma
de una doble hélice, como una escalera de caracol. En otras palabras, las
contribuciones genéticas de dos padres se unen para imprimir un único
"Libro de Vida" para cada persona, animal o planta. Similarmente, el
ladrillo básico del Libro del Génesis es el par enredado. A través del
acoplamiento de temas relacionados, el autor tejió una historia que gira progresivamente
a través del tiempo. La composición del mapa inicial del genoma humano nos ha
llevado menos de 50 años desde el descubrimiento de la doble hélice del ADN por
Crick y Watson. Aun así, como cuando nos movemos precipitadamente en espiral
dentro de la Edad Genética, no lo es sin una distorsionada sensación de dejavu. Nosotros no somos las primeras "criaturas" que reflexionan en
el paraíso mortal de la genética. "El Árbol de Vida" y "Árbol
del Conocimiento del Bien y del Mal" estaban al alcance de los bíblicos
Adán y Eva. Se nos dice que abusaron del último y perdido acceso a lo antiguo.
Mediante la genética, esta generación ahora "se cierne sobre la superficie
del abismo." Pero antes de que recreemos un mundo en el caos, permítasenos
que haya primero un esclarecimiento. En virtud de la ciencia genética y la
tecnología, permítasenos hacer algo muy bueno
al conocimiento de nuestros orígenes. Y mediante la arqueología, permítasenos
insuflar vida de nuevo a las páginas de antiguos testamentos. Como resultado,
la estructura básica de la vida no sólo es una revelación moderna, sino que
está ciertamente entre las más antiguas. La doble hélice o par enredado se
utilizó como la estructura literaria fundamental de la Torá. Torá se traduce
habitualmente como "Enseñanzas" o "Ley." Sin embargo, la
clase gobernante de la antigua sociedad regia estaba versada en muchos idiomas.
Según el maestro judío de principios del siglo I d. C. Filón de Alejandría,
Moisés estudió las lenguas de todas las 70 naciones del mundo conocido[2]. Las raíces relacionadas "tor," "tort,"
"tur," "ter," etc. se encuentran en otras muchas lenguas,
incluso el griego y el latín. Estas raíces son la base de palabras comunes como
tornado, tortura, tormento, torsión, turbina, tormenta, turbante, tour, torre,
torreta y tornar - todas ellas denotando o connotando "retorcer"[3].
Perle Epstein escribe, "En la España del siglo XI, un filósofo
llamado Ben Gabirol denominó estas enseñanzas orales confidenciales como
'Cábala,' o tradición."[4]. Epstein continúa, "Intentar practicar la ‘meditación’
cabalística sin entender su fundamento en la Torá (el Pentateuco) sería como
intentar volar sin alas." Este nombre, Cábala, es muy simbólico, y
connota mucho más que mera "tradición" o "doctrina recibida."
Es un precioso vestigio de una clave interpretativa verdaderamente antigua
asociada con la Torá y su estructura subyacente. La palabra hebrea chava (pronunciado
kabá) significa "ocultar." La palabra hebrea chabal (pronunciado kabál)
significa "enrollar apretadamente (como una soga), esto es, amarrar".
Otra palabra hebrea, kebel, significa "trenzar o
entrelazar". La palabra hebrea cabab significa "girar,
dar vueltas (sobre uno mismo)"[5].
La Torá parece ser una historia construida un poco descuidadamente con
tradiciones dispares. Sin embargo, hay un método subyacente a la locura. La
Torá es una historia oculta. El nombre de la misma Torá indica ocultación o
encriptación. También incluye la naturaleza del método de codificación que se utilizó,
y es por consiguiente una pista para su decodificación. La "enredada
historia" de la Torá es sumamente delicada y está herméticamente
entretejida, de forma casi imperceptible al ojo desnudo. Sin embargo, bajo el
microscopio de la arqueología, los componentes separados se distinguen una vez
más. El enredamiento se da en la Torá en tres niveles principales. El primer y
más alto nivel involucra la naturaleza del propio Dios.
En la tradición mesopotámica, fue Ea (Yah) a quien se le atribuye
la creación del Hombre. Ea es un nombre semítico, y significa "(De qué)
Casa (es el) Agua." El nombre sumerio de este dios era Enki, "Señor
(de la) Tierra." Este dios creador no sólo fue conocido por dos
principales nombres en Mesopotamia (uno sumerio, Enki, y uno semítico, Ea),
sino que también tenía dos nombres distintos en Egipto. En el Bajo Egipto se le
llamó Ptah. Sin embargo, en el Alto Egipto era Khnum, el que regulaba la
inundación anual del Nilo. Ambos nombres, Ptah y Khnum, significan
"Moldeador" o "Diseñador." Ptah es descrito como "el
que crea la vida en un torno de alfarero"[6]. El dios Khnum del Alto Egipto era específicamente "El Dios
Alfarero," y en ocasiones fue descrito como formando a un hombre o a un
rey en su torno de alfarero [7]. Esto es una metáfora bíblica muy conocida utilizada
en asociación con Yahvé [8].
En la Biblia, el nombre semítico/acadio de Ea toma las formas hebreas de
Ye/Yehow/Yow (o Je/Jeho/Jo), como
en Je-hu o Jehú ("Yahvé es Él"), Jeho-shafat o Josafat ("Yahvé
Juzgado") y Jo-ab o Joab ("Yahvées el Padre"). Como sufijo, Ea
se convierte en el hebreo - yah/yahuw
(o -iah), como en los nombres bíblicos de Jerem-iah (Jeremías) y
Hezek-iah (Ezequías). ¿Pero realmente es así de simple? Es simple, pero no así
de simple. Aunque el nombre de Yahweh procede evidentemente del dios Ea (Yah),
la deidad bíblica se convirtió en un dios mucho más violento (weh).
Aunque era un gran creador, Enki/Ea no era el "Gran Creador." El
Yahvé bíblico es un ser supremo, universal y eterno al que se le atribuye todos
los trabajos creativos anteriores realizados en la Tierra. En este aspecto,
Yahvé es una deidad mucho más engrandecida con respecto a Ea. Además de crear a
la humanidad, las varias historias mesopotámicas veneran también a Ea como el
dios que actuó para salvar del Diluvio al humano Noé. (Noé es llamado
diversamente en las historias sumerias y acadias como Utna-pishtim, Ziusudra,
Atrahasis y Adapa.) Sin embargo, Ea no era el primero entre los dioses del
panteón antiguo. Realmente, su acto de misericordia hacia Noé fue un acto de
desobediencia civil con respecto a un dios superior. No era Ea, sino su hermano
más favorecido Enlil (el Shu egipcio), quien determinó qué dioses y hombres
habían pecado y con los cuales había que acabar. Las palabras y las acciones de
dos de estos dioses venerados fueron enredadas como el Único en la narración
bíblica[9].
La Historia de la Creación del Génesis es una versión sumamente
condensada y estilizada de relatos sumerios y babilónicos más antiguos. Por
ejemplo, El Génesis sólo menciona brevemente y de pasada a los Elohim
("los Dioses"). Debemos informarnos en las fuentes mesopotámicas
acerca de los miembros individuales del panteón antiguo, y compararlos con las
mitologías de Egipto, Canaán, Grecia, India e incluso China y las Américas. En
el Antiguo Egipto, los ocho principales dioses masculinos del panteón antiguo,
incluso Ptah/Khnum y Shu, se fusionaron en la antigüedad en el culto de Amón,
"el Dios Oculto". En un papiro de Leiden se lee: "Los Ocho
dioses fueron tu primera forma, hasta que tú los completaste, siendo
Uno..."[10]. Los griegos igualaron a Amón (también escrito como Amun
y Amén) a su dios supremo Zeus (Zeus-Ammon), quién también incluía la plena
deidad. La génesis del concepto bíblico del "Dios Único" se
encontrará en esta misma creación teológica del hombre antiguo[11].
[1] La
palabra de una génesis se define como "la venida a la existencia de nada;
origen;. creación" The
American Heritage Dictionary del Idioma Inglés.
[2]
Jonathan Kirsch, Moisés: A Life, pág 65.
[3]
tur (variantes twer y ster) para girar, giro (por ejemplo, turbina, tormenta) turbante, un pañuelo enrollado
alrededor de la cabeza a su vez
(ter-2 raíz frotar, a su vez, con algunos derivados se refieren a la torsión) de
la torre, una estructura redonda gira
, literalmente "para hacer un circuito" de la vieja gira francesa, a su vez,
el circuito, desde tornus Latina (Cf griega Tornos) El diminutivo o femenino terminando
-et (que sería transcrito en hebreo como "ah") implica una torsión
fino o apretado . torreta,
"una pequeña torre ornamentada. militar. una estructura baja, con armadura
pesada, por lo general giratorio en horizontal." (por ejemplo, una torreta de tanque) Etimologías
de la Heritage Dictionary Nueva
Americano del Idioma Inglés.
[4]
Kabbalah: el camino de la mística judía, p XVI-XVII.
[5]
Definiciones de palabras hebreas de la Concordancia Exhaustiva
Strong .
[6]
Heike Owusu, Símbolos de Egipto, p 85.
[7]
Barbara Watterson, dioses del antiguo Egipto, p 190.
[8]
Isaías 41:25; Jeremías 18: 6; Romanos 9: 20-21.
[9] En
Encuentros Divinos, Sitchin compara favorablemente el "pro-vida" dios
mesopotámico Ea (Enki sumerio) con el Yahvé bíblico. Sin embargo, Sitchin en última
instancia rechaza esta asociación, porque encuentra en Jehová atributos de
otros dioses mesopotámicos principales, especialmente Anu (el cananeo El
"padre de los dioses"), Enlil (una estricta disciplina) y Ishkur
(dios de las tormentas y las montañas). Sitchin
señala que el dios supremo asirio Assur no era único, pero en realidad una
combinación de Enlil y su padre Anu. Sin
embargo, Sitchin no consideran también que el Señor bíblico fue el resultado de
la teoría por la antigua familia real - la misma familia que anteriormente
había "creado" el super-dios Amón.
[10] A
partir de un papiro de Leiden traducidos por Alexandre Piankoff, mitológico Papiros, Bollingen Series
XL, 3, Pantheon Books, Nueva York, 1957, Vol I, Textos, p. 12. Véase
el comentario de Robert Temple en La
Crytal Sun , p 365.
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