HIMNO A AN
José María Blázquez Martínez
Antigua: Historia y Arqueología de las civilizaciones [Web]
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[Publicado previamente en: Boletín de la Asociación Española de Orientalistas
29, 1993, 179-187. Editado aquí en versión digital por cortesía de los autores, bajo
su supervisión y con la paginación original].
© José María Blázquez – Javier Cabrero
1. Texto del himno:
1 ¡Señor supremo, que precedes a todos, que has hecho
poderosas las «Fuerzas divinas» (1) perfectas
el más anciano de los señores!
(Barsud)
5 El que levanta la cabeza, el enorme, el toro (2), del que sale todo germen
el del nombre importante, revestido de poderoso terror
cuya suprema sentencia nadie derriba,
la «montaña de las puras fuerzas divinas» (3), revestida de terror
se ha sentado en el sillón grande:
10 An, rey de los dioses (4),
(Shabatuku)
le miró desde lejos con su mirada fija,
al príncipe Lipit-Ishtar (5) le miró con su mirada fija,
le dio vida para días lejanos
15 el príncipe Lipit-Ishtar le dio vida para días lejanos.
La sentencia de An está sólidamente asentada,
ningún dios se opone a ella,
los dioses Anunna (6), todos los dioses
se reunieron con él en el lugar del destino.
(Shabatuku)
20 Ha hecho aparecer radiantemente todas las grandes «fuerzas divinas»,
los dioses del cielo (por esto) acudieron a él
(Barsud)
Dispuso con justicia las reglas (del cielo) (7),
25 cualquiera se le doblega en el cielo y en la tierra.
con su suprema «fuerza divina», en [...]
el gran An regaló el reino estimado
a Lipit-Ishtar, hijo de Enlil.
(Sagidda)
30 Grande es An, el dios que aparece es grande,
el apoyo del poderoso An es el rey Lipit-Ishtar. (es su antífona)
An, con su corazón rebosante de gracia, le nombró rey,
(y) le habló fielmente al descendiente real:
35 «¡Lipit-Ishtar, te he otorgado el poder, que levantes orgullosamente tu
cabeza al cielo,
que, igual que una tempestad naciente, seas tú revestido de terrible
resplandor,
que tu temporal cubra a todos los enemigos (y) a la tierra extranjera
insubordinada!
¡Impusiste justicia a Sumer y Akad (8), alegraste el corazón del país,
apareciste, Lipit-Ishtar, hijo de Enlil (9), reluciente como el día!
40 ¡(Que) las ciudades donde viven los hombres estén al unísono contigo, que
el pueblo de los "cabezas negras" (10), numeroso como las ovejas, siga tu
buen mandato!
¡Lipit-Ishtar, hasta el país extranjero tu eres su rey!
¡El alto trono principal, el adorno eterno,
Enlil te dio fielmente, te consolidó su fundamento,
45 ¡Zu-en (11) te colocó la corona firmemente, que la lleves para siempre!
¡Enki (12) te revistió de las "fuerzas divinas" del principado,
Inanna (13) te acompaña en su vestido de princesa,
que te acompañen el "buen Udug" (14), el "espíritu tutelar del Ekur(15)",
que intercedan por ti en tus ofrendas alimenticias,
José María Blázquez Martínez – Javier Cabrero: Himno a An
50 cuando ofrezcas uvas y leche!
¡Niño, criatura de Enlil, que todo lo logres!»
Siguen dos versos destruidos
(Sagarra)
55 An, revestido de terror, te ha donado a ti,
al hijo elegido de E[nlil], grandes dones. (Es su antífona).
La palabra de An determina la buena suerte,
la palabra del gran An [determina] la buena suerte;
a Lipit-Ishtar, hijo de Enlil, [le ofrece su] brazo.
Uru-en
Adab para An
https://antepasadosnuestros.blogspot.com/2008/10/himno-an.html
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