LA LEYENDA DEL GRIAL.
La leyenda del Grial, más que cualquier otro mito de occidente, ha
conservado la magia vigorosa que la distingue como una tradición viva, capaz de
conmover tanto la fantasía como el espíritu. Ninguna otra fábula medieval es
tan rica en simbolismo. Por añadidura, en su esencia se alberga un secreto que
ha alimentado el hechizo místico del Grial.
Lo que más ha intrigado y apasionado a los estudiosos del Grial es
de donde proviene la materia original del tema. Aunque el origen de ésta
historia se pierde en la noche de los tiempos, esencialmente parece situarse en
una imprecisa Edad de la caballería, asociada a la corte del rey Arturo.
La acción de esta historia la encontramos en países tan distantes
entre sí como Britania y Tierra Santa además de Gales, Escocia, Bretaña,
Alemania, España, Egipto, la India, el próximo Oriente y como no en Occitania.
Todos los poetas medievales destacan en sus composiciones que no
son ellos quienes han inventado la leyenda, sino que la misma procede de
tradiciones y mitos de los tiempos más remotos de la humanidad, los poetas del
Grial no fueron mas que los portavoces de la tradición.
Y teniendo en cuenta que la aparición de esta literatura dedicada
al Grial apareció casi repentinamente, parece como si se tratara de una
manifestación de algo muy preciso y que súbitamente regresó a la obscuridad.
Podríamos pensar que detrás de tales poetas hubiera habido una
organización iniciática que podría haberlos guiado sin que ellos lo sospecharan.
Pero... ¿qué es el Grial?, en las diferentes versiones que se han
escrito en las ramas Celta, Cristiana y alquímica, lo encontramos bajo
diferentes aspectos y formas: plato, caldero, cáliz, la copa de la última cena,
la esmeralda que se desprendió de la corona de Lucifer cuando éste cae al
infierno o bien libro secreto, símbolo del conocimiento perdido.
Se considera al Grial un vaso que cura y nutre, se le describe
como una fuente en la que se obtenía al instante cualquier “alimento” que se
deseara, sus poderes de transformación alteran a menudo el orden establecido.
De todos los objetos Sagrados, el Grial es la copa de la
transmutación definitiva. Un vaso, una copa, una esmeralda, un libro... El
Grial es por consiguiente algo misterioso, algo secreto, algo tangible y a la
vez intangible.
Para los adeptos de la gran tradición se considera que la Iglesia
de Roma se ha anexionado el mito del Grial, para hacer de él la copa que
contenía la sangre de Jesús, separando por éste motivo el símbolo de su sentido
primigenio.
Así para los tradicionalistas, el mito del Grial es el reflejo de
una enseñanza perdida. El doble sentido que hay inherente en la palabra
“Graal”, representa dos cosas que están estrechamente ligadas una de otra.
El Grial es al mismo tiempo, un vaso (del occitano “Grasale”) y un
libro (Gradal o Gradual), éste último aspecto designa manifiestamente la “tradición”
en tanto que
el otro (vaso) se refiere más directamente al “Estado” en sí mismo.
Según lo que acabamos de decir aquel que posee íntegramente la “Tradición
primordial”, que ha llegado al grado de conocimiento efectivo que implica
esta posesión, es por tanto reintegrado a la plenitud del “estado
primordial”.
La perdida del Grial es en suma la perdida de la “Tradición” con
todo lo que esto conlleva; pero a decir verdad, está mas bien oculta que
perdida, o al menos no puede haberse perdido mas que para centros secundarios
al cesar estos de estar en relación directa con el centro Supremo.
Entonces se puede decir que la tradición se ha perdido para la
humanidad, pues no se conserva más que en centros espirituales, conservadores
de la tradición.
TOMADO DE: LAS
GRUTAS DEL SABARTHEZ
JORDI CASADEVALL
JUNCOSAS
PABLO BENITEZ
AGUILAR
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