ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA PARTICIPACIÓN DE LA MASONERÍA EN LA GUERRA DEL PACÍFICO
POR CAMILO OSORIO GÁLVEZ
Colaborador académico chileno.
La Masonería como hermandad filosófica y filantrópica no queda ajena a los conflictos y diferencias sociales; siendo los Talleres (Logias) los escenarios de debate y conciliación en que se busca aportar a la sociedad “profana” (fuera del templo masónico) y construir un mejor país.
En este sentido, hombres y mujeres han abrazado los ideales, principios y filosofía de la orden, para ser una real contribución al país, aun en los momentos de crisis; hechos en los cuales se impulsa a los masones a defender su patria y propender a un ideal de justicia y fraternidad, por lo que, no quedan indiferentes a hechos tan cruciales como una guerra, y la Guerra del Pacífico no es la excepción.
Es así, como durante la Guerra del Pacífico, tenemos a masones sirviendo en distintos frentes donde se pelea el conflicto, ya sea como soldados, en la política o en la diplomacia, con la intención de terminar la guerra o llegar a una solución pacífica del conflicto.
Sin embargo, vemos también, que en el conflicto que enfrenta a Chile, Perú y Bolivia en 1879, este rol trasciende las fronteras, dado que, como lo consigna Francisco Machuca, hubo gestiones del Gran Oriente de Alemania y del Gran Oriente de Francia, que a través de cartas pedían a las logias chilenas intervenir en el plano político y establecer lazos con sus pares peruanos, para terminar la guerra y evitar el derramamiento de sangre. Mientras eso ocurría en el plano político, en los campos de batalla tenemos el caso de soldados y unidades que van a usar la Escuadra y el Compás en sus uniformes como señal discreta para identificarse entre hermanos (tal es el caso del Batallón Talca que va a usar este símbolo cocido a sus uniformes en el brazo izquierdo) y casos, en que entre enemigos usaban la llamada “señal de angustia” o “señal de auxilio” (toque que un masón hace a sus hermanos para pedir ayuda, asistencia o para identificarse delante de otro hermano) que era entendido por otro miembro y así, se evitaba que estos fueran vejados o asesinados después de haber sido tomados prisioneros.
Vemos así que una guerra no solo se combate en el ámbito operacional o estratégico, sino que también en el diplomático, en donde si bien es cierto la Masonería es una hermandad universal (pese a sus distintas obediencias o “Grandes Orientes”) se solicita a los masones que defiendan su patria por una parte y que también dialoguen con los distintos actores políticos para terminar con la pérdida de vidas, por otra. Existiendo una dualidad entre el cumplimiento del deber y de propender a un idealismo al abogar por los ideales de la Masonería como lo son la igualdad y la fraternidad entre pueblos hermanos.
Lamentablemente, vemos que este tema ha sido poco estudiado en la historiografía especializada, siendo un factor principal de esto la dificultad para acceder a las fuentes, debido al hecho que uno de los pilares que sostiene y da continuidad a la orden es la discreción y el secreto que existe entre sus miembros, siendo que, como lo hemos expuesto brevemente en esta columna, su rol no fue menor en esta guerra y creemos que sería una arista interesante de profundizar en el debate académico; que está lejos de agotarse en estas palabras, dado que no solo hay una interacción y trabajo mancomunado entre masones militares y políticos chilenos, sino que también habrá un rol clave en el dialogo entre “queridos hermanos” (apelativo que usan los masones para tratarse entre sí) de Perú y Chile, que, tras la ocupación de Lima en 1881, buscarán en conjunto alcanzar la paz, la que no se va a lograr hasta 1883, después que en Huamachuco, las fuerzas chilenas derroten a un hábil comandante peruano como fue Andrés Avelino Cáceres, que se discute hasta la fecha si perteneció o no a la masonería. Existen fuentes que señalan que fue Masón, pero al sentir que la cercanía de los masones peruanos como Miguel Iglesias con los chilenos era una traición a la patria, habría decidido retirarse de la orden y continuar con la guerra en lo que fue la campaña de la sierra.
Así entonces, como conclusión, podemos decir que la Masonería como institución busca permanentemente la paz, pero como hermandad no está ajena a los acontecimientos de gran impacto social como es una guerra, donde los hermanos actuarán tanto en el campo de batalla como en el dialogo, para buscar y preservar la paz y la estabilidad entre los distintos pueblos del orbe, construyendo una sociedad más fraterna, igualitaria y libre.
Para más detalles ver:
Machuca, Francisco. Las Cuatro Campañas de la Guerra del Pacífico. Imp. La Victoria, Valparaíso, Chile, 1926. Tomo II pp. 335 – 339
Pinto, Fernando. La Masonería y su influencia en Chile. Ed. Orbe, Santiago, Chile, 1973. Pp. 173 y ss.
Gran Logia de Chile. ¿Qué es la Francmasonería? Ed. Occidente, Santiago, Chile, 2018.
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