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lunes, 27 de julio de 2020

LEYENDAS EN TORNO A HIRAM ABI

LEYENDAS EN TORNO A HIRAM ABI.

Las referencias sobre la existencia de Hiram Abi, las hemos recibido por intermedio de la Biblia, por la tradición oral y por la historia francmasónica. Como es de esperar siempre aparecen especulaciones acerca del origen y vida de personajes históricos, muchas de estas extremadamente fantasiosas, Hiram Abi no es ajeno a estas manifestaciones populares,

La primera de estas leyendas refiere que “descendió a los infiernos en compañía de Tubal Caín, en donde la estirpe maldita de Caín había instalado sus fraguas, en este averno se habrían refugiado huyendo de la persecución implacable de Adonai, en este recinto le fue revelado su verdadero origen y la finalidad última de su destino: vengar la estirpe de Caín causando la ruina de Salomón y engendrando con la reina de Saba el linaje de los Hijos de la Viuda” (1).

M. Ward, en su libro titulado ¿Quién fue Hiram Abi? nos da a conocer otra leyenda, manifestando que la diosa Astarté, fue agraviada cuando Hiram Abi no fue sacrificado después de que Hiram I subió al trono de Tiro, manifestando que Salomón construyo también un Templo a esta Diosa, por lo que, como adepto debería de cumplir con sacrificar a Hiram una vez terminada la obra, el no hacerlo supondría el correr un gran peligro, por lo que, tres de las personas que eran adeptas a esta Diosa, con o sin el consentimiento de Salomón, tomaron la vida del Gran Sacerdote para cumplir con lo manifestado en el ritual de consagración del Templo de Jerusalén. (2)

En el Libro de los Reyes (V, 14) se cita que Salomón hizo una leva de treinta mil obreros de entre los israelitas, enviándolos en series de diez mil cada mes a trabajar en el monte Líbano, bajo el mando de Adonhiram a quien les nombró como superior. Adonhiram significa “señor padre” o “perfecto en el servicio de el tributo”, hijo de la viuda Abda, oficiaba el servicio de cobrador del tributo, muerto siete años después de iniciado la construcción del templo, a pedradas por el pueblo descontento ante las opresiones de su amo. Al parecer hay una confusión con respecto a estas dos personas que existieron y son diferentes; una fue Hiram el Arquitecto enviado de Tiro, el otro fue Adonhiram, que había sido siempre un empleado en la corte del rey Salomón.

En la Biblia se encuentra referencia de dos Hiram, uno  de ellos es Hiram I hijo de Abibaal Rey de Tiro, aliado al Rey David; el segundo es Hiram Abi, hijo de un fundidor de metales de Tiro, su madre   pertenecía  la tribu de Nepthali sexto hijo del patriarca de Israel Jacob con Bilha,  el  significado del nombre  Hiram es el de “elevado” y Abi era ”padre” o “padre mio”, la leyenda con respecto a esta versión bíblica manifiesta que este nombre solo lo podían tener los personajes de la realeza, por lo que concluye en que ambos personajes son uno solo, el constructor del templo Hiram Abi fue el mismo Hiram I Rey de Tiro.

Otra versión refiere que, Salomón al no tener la Palabra de la Maestría, convoco a Rey Hiram y a los miembros del Consejo, después de manifestar su pesar por la perdida del Maestro Hiram Abi y lamentar que con su muerte se perdió la Palabra, comentó que había mandado a traer al profeta Nathan para indagar si tenía en su poder lo que buscaban, lamentablemente el profeta había fallecido; luego se entero que Abdemon un maestro de una escuela iniciática se encontraba en su reino, convocado y presentado al Secreto Concilio, fue reconocido como digno de participar en la creación de un nuevo modo de reconocimiento para los iniciados  y de una nueva palabra que sustituyera a la perdida, ordenando se continúe en su búsqueda. La joya del Gran Maestro  Hiram fue encontrada en una zona a la que solo podían acceder unas cuantas personas y en la parte posterior tenia grabada la palabra perdida, Salomón ordenó que el Delta se incrustara en el pedestal quedando enterrado el lado en donde se hallaba escrita la palabra y en la parte superior del pedestal se esculpe la nueva palabra.

La versión egipcia, refiere que Hiram Abi el rey que se extravió –conocido así porque su cuerpo por muchos años no fue encontrado por los Arqueólogos egipcios-, su nombre fue Seqenenre, no solo fue el Faraón de la XVII dinastía egipcia, también Sumo Sacerdote, conocedor de la  ritualística y de las palabras sagradas que se daban durante las grandes Ceremonias, único conocedor de las que se daban durante la coronación de los faraones, su conocimiento despertó la envidia de Apofis, para lograr saberlas envío a tres conspiradores para obligar a los dos Sumos Sacerdotes a que le sean trasmitidos los secretos de Osiris al no lograr obtenerlos los mataron, asustados se colocaron en las tres salidas que tenía el Templo, en el momento en que Seqenenre terminaba sus oraciones y se dirigía a la puerta Sur para abandonar el recinto, en este lugar fue detenido y demandado a decir los secretos de Osiris, el rey rechazó  a cada uno de ellos, siendo muerto de tres golpes en la cabeza, con su muerte se perdió la Palabra sagrada. En 1989 se logró ubicar el cadáver de este rey, en la parte posterior de la tumba de Ramsés II y fue posible identificarlo casualmente teniendo como soporte esta leyenda, los estudios realizados al cuerpo conjuntamente con los exámenes radiológicos, se ha confirmado la existencia de las tres lesiones mortales en su cabeza.

La leyenda de los Caballeros templarios Hiram Abi es el Maître Jacques, según el relato Pére Soubise y el Maestro Jacques eran cófrades en la construcción del Gran Templo, existiendo envidia del primero por la capacidad demostrada por el Maestro, al terminar la obra y antes de regresarse a Europa, unos compañeros de la obra por indicación del Soubise lo arrojaron a un pantano, para su suerte logró asirse de una rama y logró salir. Estando en Europa fue traicionado por uno de sus seguidores, traición que permitió que cinco Compañeros de su Orden lo asesinen de 5 puñaladas.

Para la francmasonería Hiram Abi hijo de una viuda de la tribu de Nepthali, fue un iniciado en una de las antiguas escuelas esotéricas, sabio arquitecto, heredero de los secretos de Tubal Caín, experto en el manejo de fundición y aleación de metales así como también en la escultura y tallado tanto en piedra como en madera, fue enviado por el Rey de Tiro Hiram I, como el maestro más competente para realizar  la construcción del Templo de Jerusalén. Hacia los años de 900 al 1000 a. de C. en plena edad de hierro. Bajo su mando estuvieron varios miles de personas distribuidas entre aprendices, compañeros y maestros, cada categoría con sus secretos, palabras y alegorías que identificaba claramente el nivel y rama a la que pertenecían.

La historia francmasónica refiere que doce compañeros al ver casi terminada la obra, y al tener que emigrar en busca de otro trabajo, se pusieron de acuerdo para obligar al maestro a decirles la palabra que los identificaría como maestros y así poder cobrar un salario mayor, al final solo tres fueron los que continuaron con el siniestro plan, al no darles la palabra solicitada, le asestaron tres golpes en la cabeza que fueron los que provocaron su muerte. La ausencia del Maestro paralizó la obra y al ver que no era encontrado en ningún sitio, Salomón ordenó que 15 compañeros fuesen en su busca, dividiéndose en tres Logias de Compañeros, a los días fue encontrado su cuerpo, posteriormente los culpables, sepultado lo más cerca que se pudo del Sanctum Santorum. Ante la posibilidad de que haya otras personas que se encontraran cegadas por la envidia, reunió a los Príncipes de Israel y juntos nombraron siete guardas del Sanctum Santorum, de las joyas y objetos del Templo. Nombrándose al Maestro Adonhiram como su sucesor en la obra.

La masonería enseña en sus grados filosóficos el ejemplo de Hiram Abi y rinde  homenaje a la memoria de este Gran Maestro de la Verdad, para él era fácil acometer a los elementos y domar la naturaleza; estas cualidades suscito en su contra la envidia de los mediocres, sus asesinos representan simbólicamente la ignorancia, la hipocresía y la ambición, mientras el Maestro Hiram representa a la humanidad, la misma que a veces muere, con el fin de renacer más elevada y firme en la persecución de los valores morales y de la verdad.

Debemos buscar nuestro destino, es una gran tarea individual, no será fácil, pero dependerá de que se tenga las fuerzas necesarias para iniciar el camino de  la perfección, al final cuando se culmine el  trabajo de la auto realización regresaremos al seno del G:. A:. D:. U:.

Eric Mendoza Samillán.

Abril del 2019

BIBLIOGRAFÍA.

  • La Biblia.
  • (1) El maestro secreto, del silencio como ignorancia al silencio como sabiduría”

Revista “Cultura Masónica Nº 9, octubre de 2011

Autor: Ramón Salas Roig,

  • (2) ¿Quién fue Hiram Abi?

Autor: John Sebastián Marlow Ward.

España 2014.

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