Ciencia hermética – Los siete principios herméticos (7 de 8) – Causación
por Mario Lopez
Cuando tratamos el Karma comencé el artículo con las palabras contenidas en este principio y demostramos que toda causa tiene su efecto. Antes de seguir, recordemos lo que dice este séptimo principio del Kybalion, principio de causación o principio de causa-efecto:
“Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causación; pero nada escapa a la ley”
Este principio ha sido aceptado por todas las escuelas herméticas. Si bien pueden poseer ideas diferentes en los detalles, en el principio en sí mismo no debaten y lo aceptan tal cual. Hasta el pensamiento científico lo acepta cuando investiga algo pasado buscando las causas que lo han producido o cuando afirma que si se procede de una cierta forma lograremos tal efecto o cual efecto.
Los filósofos nos hablan de la inducción y de la deducción ¿Qué es eso sino la aplicación consciente de esta ley Universal de causa-efecto en el ámbito de la existencia humana?
Esta ley elimina las casualidades y, aparentemente, parece negar la posibilidad del libre albedrío. El error cometido es creer que solo es posible una causa o un efecto. Si así fuese sería cierto la no existencia del libre albedrio; pero el hombre puede elegir hacer o no hacer algo ya que todo es polar, todo posee su opuesto, como ya vimos al tratar el principio de polaridad. Ahora bien, una vez elegida la acción a realizar se producirá siempre el efecto asociado a dicha acción.
El concepto tiempo no afecta a esta ley; como ley Universal se mueve fuera del espacio-temporal humano y el efecto puede suceder muchos años después de nuestra muerte física o la causa puede ser anterior a nuestra encarnación. Las leyes Universales son “propiedad” del Universo y gozan de su infinito; el tiempo de una vida humana es como una mota de polvo en todo el Universo.
Todo lo que hacemos pone en movimiento esta ley; pero también todo lo que pensamos produce un efecto que nos llevará a realizar o no cierta acción. No puede ser de otro modo ya que la ley ha de manifestarse en todos los planos del Universo y todo lo que sucede en un plano se refleja en los otros de acuerdo con la ley de correspondencia:
“Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”
Vemos, pues, que la casualidad no puede existir. El diccionario Merian-Webster define como casualidad a “un agente o modo de actividad supuesto diferente de una ley, fuerza o propósito”; pero eso es imposible. Es más, de ser posible estaríamos ante una excepción a la ley Universal y las leyes Universales son perfectas, no hay excepciones a la ley, Aceptar excepciones implica que el Creador no es perfecto y precisa hacer rectificaciones. Pero es que además, como ya vimos, el Universo es Mental y está contenido en el TODO. La probabilidad de un agente como el definido en el diccionario Webster implicaría que tendría que ser externo al TODO haciendo al TODO un ser incompleto por faltarle justamente ese agente: ¡imposible!
“Mientras que todo está en el TODO; es igualmente cierto que el TODO está en todo” [El kybalion]
Analicemos un apto de supuesto azar como es lanzar una moneda al aire. Existen dos opciones claras: o sale cara o sale cruz. Todo depende. Será casualidad lo que salga se dice siempre. ¡Mentira!
La matemática en su rama de estadística nos dice que si lanzamos la moneda suficientes veces iremos viendo que la tendencia a la igualación se cumple; es decir, que 50% veces sale cara y 50% veces sale cruz. Esto está en total consonancia con el principio de ritmo que hemos visto en esta serie; todo se equilibra y re-equilibra. Si al principio han salido muchas caras, en otro momento saldrán muchas cruces…y no será por casualidad sino porque el principio de ritmo actúa.
Pero vayamos más allá. Aceptemos que el principio de ritmo no existe. Aun así si fuéramos capaces de calcular la fuerza de lanzamiento de la moneda, el ángulo de lanzamiento, su peso exacto, el viento que actúa sobre ella cuando está en el aire…es decir, todos los parámetros (causas) que afectan a la misma, seríamos capaces de conocer sin error el efecto final y determinar si saldría cara o cruz. ¡Nuevamente vemos que no hay casualidad!
Antes de seguir hay un punto que quiero dejar claro. Esta ley no crea nada. Algunos pensadores no eran capaces de comprender como una cosa podía causar otra, es decir, ser la creadora de otra. Su gran error es que ninguna causa (cosa) creará otra. La ley de causa y efecto actúa sobre los eventos, sobre lo que sucederá o no; pero no sobre la cosa en sí misma, no la puede crear.
La mayoría de los mortales se deja arrastrar por esta ley con resignación. Es el destino y nadie escapa a él. Pero los maestros saben, y lo hemos visto aquí, que si bien no podemos escapar al destino, en el sentido de escapar a la ley de causa-efecto, si podemos elegir nuestro destino. Cuando algo sucede hemos de tomar una decisión. El maestro, aplicando la ley de neutralización que comentamos al hablar del principio de polaridad, puede tomar una decisión contraria a la que parece “normal” tomar a la mayoría de los humanos. Esto cambiará las causas y los efectos modificando el destino y dando la impresión de que ha escapado al destino que todos creían ineludible por arte de magia. Lo que realmente sucede es que se ha aplicado un conocimiento superior de la Leyes Universales.
Así pues no nos cansaremos de repetirlo: no existe la casualidad. La diosa ciega del azar ha sido destruida por el conocimiento hermético. Todo está gobernado por las leyes Universales. No hay nada fuera de la ley; nada sucede contrario a las leyes; pero no cometáis el error de cree que el hombre tiene escrito su destino y no goza de libre albedrío. Las enseñanzas herméticas nos enseñan que el hombre puede hacer uso de la ley para “superar” las leyes – que no incumplirlas. El hombre puede elevarse y dejar pasar el efecto bajo sus pies, pero el efecto existe.
¿Sois capaces de entender esto? Si lo sois estáis camino de la maestría.
“Los sabios sirven en el superior; pero rigen en el inferior. Obedecen las leyes que vienen de por encima de ellos, pero en su propio plano, y en aquellos por debajo de ellos, rigen y dan órdenes. Y sin embargo, al hacerlo así, forman parte del principio, en vez de oponerse a él. El hombre sabio se ajusta a la ley y entendiendo su movimiento la opera en vez de ser su esclavo ciego…Aquel que entiendo esto está bien sobre la ruta hacia la maestría” [El kybalion]
Hemos de ser como el nadador que no lucha contra la corriente sino que la aprovecha para nada sin esfuerzo y no dejarse arrastrar por ella como un simple madero que flote sobre el agua. Eso es un maestro.
http://iluminando.org/2014/10/04/ciencia-hermetica-los-siete-principios-hermeticos-7-de-8-causacion/
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