Dante Alighieri y el esoterismo de la Divina Comedia 2 de 4
Lokmanya Kesav Bal Gangadhar Tilak (nacido el 23 de julio de 1856 y muerto el 1 de agosto de 1920), también conocido como Bal Gangadhar Tilak fue un periodista, editor, autoridad en los Vedas, estudiante de Sánscrito, matemático, reformador social y político indio, líder del ala extremista del Congreso Nacional Indio y principal figura del sentir nacionalista anterior a Mohandas Gandhi. Fue llamado por el gobierno colonial británico como «El padre del desasosiego indio» a quien le fue conferido el título de «Lokmanya» que traduce literalmente “Aceptado por el pueblo como su líder“. Su lema, «Swaraj (gobierno autónomo), es mi derecho de nacimiento», inspiró a millones de indios. Su libro “Geetarahasya” un tratado clásico sobre Geeta, escrito en idioma maratí, fue escrito por él, en prisión en Mandalay. Nació en el seno de una familia brahmán, en Ranjani Aaleea, en el Distrito de Ratnagiri. Su padre Shri Gangadhar Tilak fue un profesor de escuela y catedrático del Sánscrito que murió cuando Bal Gangadhar Tilak tenía apenas 16 años. Estudió derecho en el Deccan College y más tarde fue profesor durante cinco años en la Escuela Inglesa de Poona de 1880 a 1885 y cinco años más en el Fergusson College de 1885 de 1890, antes de convertirse en periodista en 1890. Tilakn fue un ferviente nacionalista y ayudó a revivir la festividad del Ganapati en 1893, con el fin de provocar el fervor patriótico. Inauguró en 1895 el festival Shivaji con el mismo propósito. En 1897, los británicos le encarcelaron por sedición debido a sus críticos artículos. En 1907 organizó una facción extremista dentro del Partido del Congreso, que exigía la completa independencia de la India. Fue detenido una vez más por los británicos en 1908 y nuevamente encarcelado, esta vez durante seis años. En 1916, fundó la Liga de autogobierno de toda la India para luchar por su causa. Su defensa de la independencia sólo fue adoptada por el Partido del Congreso después de su muerte. Fue el principal artífice de la Liga de autogobierno de toda la India, junto con la teosofa Annie Besant en 1917, quienes adoptaron una bandera que contenía la bandera británica. Durante la polémica de Guénon con articulistas de la “Revue Internationale des Sociètes Secrètes“, escribiría a Reyor lo siguiente, en 1933: “Los artículos de esta gente son el soporte de los ataques psíquicos lanzados contra mí”. Cuenta Reyor que los guenonianos ignoraban tres puntos fundamentales del “guenonismo” hasta que no aparecieron los primeros artículos, en octubre de 1932, de lo que luego sería “Consideraciones sobre la Iniciación”, en que se hacía referencia a la necesidad de una iniciación en una organización regular, la necesidad de los ritos y la necesidad de un exoterismo.
Y dice Reyor: “Está claro, que si no se admite que Guénon estaba encargado de una “misión” que implicaba una investigación en los diferentes medios con pretensiones tradicionales justificadas o no, su pertenencia sucesiva y a veces simultánea a los medios más opuestos puede legítimamente parecer inquietante. Era un obispo gnóstico y masón que colabora en una revista antimasónica, un musulmán que colabora en una revista para la propagación del Sagrado Corazón de Jesús, etc…, hay que reconocer que esto ofrecía un bello campo a la malevolencia”. Estas vivencias parisinas en los diversos medios ocultistas fueron decisivos para su posterior rechazo o cuando menos menosprecio, incluso visceral en algunos casos, a todo tipo de fenomenología paranormal, incluso marginando a un tercer plano las experiencias místicas. Y lo curioso del caso es que Guénon asentó su segunda mitad de la vida en el sufismo, en el que las “visiones” son predominantes, así como un aflorar del sentimiento por ser “Fieles de Amor“, y sin embargo portaba consigo un anillo con el “Om” védico grabado. Pero ¿cuál es el significado del nombre árabe de Guénon? De cada una de las líneas de los escritos de René Guénon se desprende el carácter dominante unificador e integral de un hombre que supo hacer del “Único” (Wahid) su aspiración fundamental. En la tradición sufí, a los seres humanos que detentan una función instructora les son asignados ciertos “nombres” que definen la naturaleza de su enseñanza. En el caso de René Guénon, su nombre fue el de “Abd al-Wahid Yahia“, que significa “Siervo del Único“, siendo Yahia el nombre del Profeta Juan el Bautista. Examinando detenidamente este nombre, podemos observar que se relaciona directamente con el tipo de orientación tradicional del “último metafísico de occidente“.
En el Sufismo se define la Unidad fundamental a través de dos atributos: Ahad y Wahid, Uno y Único, que son al mismo tiempo “Estaciones” (Maqamat) espirituales por las que deberá transitar el buscador. Al-Ahad, el Uno, representa la Unidad pura de Allâh Todopoderoso, y Al-Wahid significa el Único, manifestando su Unidad en la Creación por medio de Sus Atributos. En estos dos modos de expresión de la Unidad Divina, Al-Ahad es la esencia, el núcleo o el corazón de la Absoluta Unidad, y es, por su naturaleza, inmanifestado en la creación y absolutamente transcendente. Por su parte, Al-Wahid es la Unidad manifestada en todo el proceso existencial. Es la corteza que debe atravesarse para acceder al núcleo. Esto se ve con claridad en la caligrafía tradicional de Al-Wahid, que sirve de límite y soporte para el centro, que es Ahad. La letra Wâw abarca y contiene en su trazo circular a la raíz Ahad. La distinción entre estos dos Atributos tiene una relación analógica entre las distinciones que establece René Guénon sobre los “Grandes” y los “Pequeños” Misterios. El otro nombre de Guénon es Yahia. Tal nombre es muy revelador de su función característica. Recordemos que Juan el Bautista vivió en el tiempo de un inminente advenimiento del Mesías. Su época fue difícil y convulsiva, y preparó el camino a Jesús. A su nivel, la obra de René Guénon es un logro de restitución metafísica en un campo de perversión de la Tradición, y ha preparado el camino para la llegada del cambio de ciclo. Hay razones para creer que Juan el Bautista estuvo vinculado a la Orden Esenia, que se caracterizaba por su escrupulosidad e integridad, y que muchos de sus miembros se retiraron de la sociedad a la espera del advenimiento del Mesías. Y los auténticos seguidores de Guénon viven en la actualidad en unas condiciones semejantes, según la frase “estar en el mundo pero sin pertenecer al mundo“. Por otro lado, Yahia deriva de la raíz Hayy, que significa “vivir“. Por lo tanto, es esencial la función de revitalización de unas enseñanzas que estaban amenazadas de sumirse en la confusión en Occidente. “El vivo por antonomasia es aquel cuya propia vida pertenece a Sí mismo y no es recibida de otro que Él”, según Ibn Al’Arabí, en su libro “El secreto de los nombres de Dios“.
Y ahora veamos quién era el protagonista del artículo. Dante Alighieri (Florencia, 1265 – Rávena, 1321) fue un famoso poeta italiano. Su obra maestra, La Divina Comedia, es una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval al renacentista. Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. En italiano es conocido como “il Sommo Poeta” (El Poeta Supremo). A Dante también se le llama el “Padre del idioma” italiano. Su primera biografía fue escrita por Giovanni Boccaccio (1313-1375), en Trattatello in laude di Dante. Participó activamente en las luchas políticas de su tiempo, por lo que fue desterrado de su ciudad natal. Fue un activo defensor de la unidad italiana. Escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y filosofía. A su pluma se debe el tratado en latín De Monarchia, de 1310, que constituye una exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se encuentran la necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación de la Iglesia y el Estado. Luchó contra los Gibelinos de Arezzo. La fecha exacta del nacimiento de Dante es desconocida, aunque generalmente se cree que está alrededor de 1265. Esto puede deducirse de las alusiones autobiográficas reflejadas en La Vita Nuova. Se desconoce en qué año nació Dante, aunque suele datarse su nacimiento en torno a 1265, tomando en cuenta algunas alusiones autobiográficas en la Vita Nova y en el Infierno, que se inicia «en medio del camino de nuestra vida», cuando se sabe por otras de sus obras que, siguiendo una tradición bien conocida, Dante consideraba que la mitad de la vida de un hombre eran los 35 años, por lo que, si el viaje imaginario se inicia en 1300, debería haber nacido hacia 1265. Algunos versos del Paraíso informan que nació bajo el signo de Géminis, es decir, entre el 21 de mayo y el 21 de junio. Suele situarse el nacimiento de Dante Alighieri entre el 21 de mayo y el 21 de junio de 1265. Pudo haber sido bautizado con el nombre de «Durante» en el Baptisterio de Florencia, y Dante podría ser la versión hipocorística de tal nombre. Su familia era una gran familia florentina cuyo verdadero nombre era Alaghieri, favorable al partido güelfo. Su padre, Alighiero de Bellincione, era un güelfo blanco, pero no sufrió la venganza de los gibelinos, después de su victoria en la batalla de Montaperti. Esta salvación le dio un cierto prestigio a la familia.
La madre de Dante era Bella degli Abat y falleció cuando Dante tenía sólo 5 ó 6 años. Poco después su padre, Alighiero, se volvió a casar con Lapa di Chiarissimo Cialuffise. Existe controversia en cuanto a esa boda, proponiendo que los dos se hayan unido sin contraer matrimonio, debido a las dificultades levantadas, en la época, a la boda de viudos. El padre de Dante tuvo con ella dos hijos: Francesco y Tana (Gaetana). Mientras estudiaba en su ciudad natal en 1278, fue discípulo de Brunetto Latini, quien hace aparición en el capítulo del Infierno (canto XV), en la Divina Comedia. Fue amigo del poeta Cavalcanti. Cuando Dante tuvo 12 años, se comprometió con Gemma, hija de Messer Manetto Donati, con la que se casó en 1291. Los matrimonios negociados a edades tan precoces eran entonces frecuentes y constituían una ceremonia importante, que exigía actos oficiales firmados delante de notario. Dante tuvo varios hijos con Gemma. Muy poco se sabe de la educación de Dante. Se presume que se educaba en casa y que estudió poesía toscana de Guittone de Arezzo y Bonagiunta Orbicciani. En ese momento, la Escuela Siciliana (Scuola poetica siciliana), un grupo cultural de Sicilia, cautivó a Dante. Sus centros de interés lo llevaron a conocer juglares de Provenza y la cultura latina. También se hacía evidente su admiración hacia Virgilio. Además estudió la lengua vernácula italiana, el latín (el idioma franco de esa época), el provenzal, y de hecho insertó algunos versos en este idioma en el Purgatorio. Hay que señalar que en la Edad Media la caída del Imperio romano dejó una docena de pequeños Estados, de modo que Sicilia estaba alejada cultural y políticamente de la Toscana, como ésta lo estaba de Provenza. Las regiones no compartían la misma lengua ni la misma cultura y los medios de comunicación eran difíciles. Cuando tenía 9 años encontró a Beatriz Portinari, hija de Folco Portinari, de la cual se enamoró «a primera vista», y al parecer sin aún haberse hablado. Él la vio con frecuencia después de los 18 años, a menudo intercambiaban saludos en la calle, pero nunca llegó a conocerla bien. Es difícil entender lo que este amor comprendía en realidad, pero algo sumamente importante para la cultura italiana . Era en nombre de este amor que Dante dio su impresión al Dolce stil nuovo que influenciaría a escritores y poetas a descubrir el tema del «Amor», que nunca antes había sido tan acentuado. El amor por Beatriz, al parecer, era la razón de su poesía y de su vida, junto con sus pasiones políticas.
Cuando Beatriz murió en 1290, Dante trató de encontrar un refugio en la literatura latina. Entonces se dedicó a estudios filosóficos en escuelas religiosas, como Santa Maria Novella. Esta pasión por la filosofía sería criticada más tarde por el personaje de Beatriz en el Purgatorio, el segundo libro de la La Divina Comedia. Dante, como muchos florentinos de aquellos días, estuvo involucrado en el conflicto entre los güelfos y gibelinos. Luchó en la batalla de Campaldino (el 11 de junio de 1289), con los Caballeros Florentinos Güelfos contra los Gibelinos de Arezzo. Luego, en 1294, estuvo entre los caballeros que escoltaron a Carlos Martel de Anjou-Sicilia (el hijo de Carlos I de Sicilia) mientras él estaba en Florencia. En junio de 1290, se sitúa la fecha de la presunta muerte de Beatriz, a la edad de 24 años. Más adelante, en su carrera política, se hizo doctor y farmacéutico. Se propuso no ejercer estas profesiones, pero una ley emitida en 1295 «el efecto de las reglas de Giano del Bella» requirió que la nobleza que pretendía ocupar cargos públicos debían alistarse en uno de los gremios de Corporazioni di Arti e Mestieri. Entonces Dante obtuvo una rápida admisión en el gremio de los boticarios. La profesión que escogió no era completamente inepta, ya que vendía sus libros en las tiendas de los boticarios. Como político, logró un poco de importancia. Después de derrotar a los Gibelinos, los Güelfos se dividieron en dos facciones: Güelfos Blancos (Guelfi Bianchi), el partido de Dante, liderados por Vieri dei Cerchi, y los Güelfos Negros (Guelfi Neri), conducidos por Corso Donati. Es miembro del Consejo Especial del Pueblo entre 1295 y 1296 y posteriormente formó parte del consejo que elegía los priores. De 1296 a 1297 fue miembro del Consejo de los Ciento. En el año 1300 fue designado como embajador en San Gimignano. En 1300 Dante es elegido como uno de los seis magistrados más altos en la ciudad de Florencia. La situación política en Florencia no era fácil, porque el Papa Bonifacio VIII planificaba una ocupación militar de la misma, y esto dificultó su labor como funcionario político. En 1301, Carlos de Valois, hermano del rey Felipe IV de Francia, visitó Florencia porque el Papa lo había designado pacificador de Toscana. Pero el gobierno de la ciudad ya había reaccionado negativamente a la llegada de los embajadores del Papa algunas semanas antes, buscando así la independencia de las influencias papales.
Para resolver el problema, Dante fue designado como embajador y jefe de una delegación para proponer un tratado de paz. Pero al llegar a Roma fue retenido por el Papa Bonifacio VIII que pretendía tomar Florencia, para que, de acuerdo con los güelfos negros, la ciudad se anexara a los Estados Pontificios. Corzo Donati, jefe de los güelfos negros desató una persecución en contra de los güelfos blancos, después de que el pontífice tomó la ciudad por la fuerza en 1301. Bonifacio VIII pidió a la delegación volver a Florencia y obligó a Dante a permanecer en la ciudad. Al mismo tiempo (el 1 de noviembre de 1301) Carlos de Valois entraba en Florencia con los Güelfos negros, y en los seis días posteriores destruyeron todo y mataron a la mayor parte de sus enemigos. Después del nombramiento de Cante dei Gabrielli da Gubbio como podestà (alcalde) de Florencia (9 de noviembre de 1301), Dante fue condenado por él a exilio durante dos años, y a pagar una gran suma de dinero. El poeta no podía pagar su multa y finalmente fue condenado a exilio perpetuo (10 de marzo de 1302) al igual que a otros 600 güelfos blancos, partidarios de la independencia y le fue negada toda participación política. El podestà declaró que si alguna vez Dante hubiese sido atrapado por soldados florentinos habría sido ejecutado. Gemma, la esposa de Dante, permaneció en Florencia con el fin de evitar la total confiscación de los bienes conyugales.El poeta participó en varias tentativas de los Güelfos blancos para recuperar el poder que habían perdido, pero fallaron debido a traiciones. Dante, disgustado por el trato que recibió de las manos de sus enemigos, también se molestó por las luchas internas y la ineficacia de sus aliados, y de hecho votó a hacer un partido de uno. Llegado a este punto comenzó a bosquejar las ideas para la Divina Comedia. Fue a Verona como invitado de Bartolomeo Della Scala y entonces se trasladó a Sarzana (Liguria). Es después de ello que, como se supone, vivió un tiempo en la ciudad de Lucca, en donde vivió tranquilo con Madame Gentucca, mencionada en el Purgatorio. Algunas fuentes especulativas dicen que Dante permaneció en París entre los años 1308 y 1310. Otras fuentes, de menos fiabilidad, lo sitúan en Oxford. En 1310, Enrique VII de Luxemburgo invadió Italia. Enrique VII, (Heinrich, en alemán; Arrigo, en italiano) (1275 – 1313), miembro de la Casa de Luxemburgo.
Enrique fue Conde de Luxemburgo, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1308 a 1313 y Rey de romanos desde 1308. Hijo del Conde Enrique VI de Luxemburgo y de Beatriz de Avesnes. En 1292 casó con Margarita de Brabante, hija de Juan I duque de Brabante y de Limburgo. De esta unión nació Juan en 1296, llamado el Ciego, (futuro conde Juan I de Luxemburgo), quien fue designado Rey de Bohemia en 1310. En 1308, Enrique fue elegido rey de Romanos y fue coronado como Emperador en Roma el 29 de junio de aquel año, título que había estado vacante desde la muerte de Federico II. Se enfrentó al expansionismo de Francia y trató sin éxito de recuperar la influencia que había perdido el título imperial, especialmente en Italia, donde destacó el enfrentamiento que mantuvo con el papa Clemente V, la ciudad de Florencia y el rey Roberto de Nápoles. Enrique VII murió cerca de Siena en 1313 de camino a una campaña de castigo en contra del rey Roberto de Nápoles al que había acusado de deslealtad. Enrique es el famoso alto Arrigo en el Paraíso de Dante, donde se le enseña al poeta el puesto de honor que espera a Enrique en el cielo. Dante también alude a él en numerosas ocasiones en el Purgatorio, refiriéndose a él como el salvador que devolverá el gobierno imperial a Italia, y terminará con el inapropiado control temporal de la iglesia. Sin embargo, el éxito de Enrique VII en Italia no duró, y tras su muerte las tropas anti-imperialistas recuperaron el control de la península. Tras su muerte, los rivales Luis de Wittelsbach y Federico el Hermoso, de la Casa de Habsburgo, se disputaron la corona. La disputa finalizó con la batalla de Mühldorf, el 28 de septiembre de 1322, en la que Luis resultó victorioso.; Dante vio en Enrique VII la ocasión de la venganza, así que le escribió varias cartas en las que le incitaba a destruir violentamente a los Güelfos Negros. Mezclando la religión y preocupaciones privadas, invocó la peor cólera de Dios contra su ciudad, sugiriendo varios blancos particulares que coincidían con sus enemigos personales. En Florencia, Baldo d’Aguglione perdonó a la mayor parte de Güelfos Blancos del exilio, permitiéndoles volver.
Sin embargo, Dante había ido demasiado lejos en sus violentas cartas a Enrique VII, y por ello no fue perdonado. En 1310, Enrique VII, emperador de Alemania fue coronado en Milán, como rey de Italia. En 1312, Enrique VII asaltó Florencia y derrotó a los Güelfos Negros, pero no hay ninguna prueba de que Dante estuviese implicado. Unos dicen que rechazó participar en el asalto sobre su ciudad; los otros sugieren que su nombre se hubiera hecho desagradable para los Güelfos Blancos y también que cualquier rastro de su paso por la ciudad había sido quitado cuidadosamente. Dante buscó entrevistarse con Enrique VII y aunque no pretendía deber su regreso al ejército alemán, si quería ver una Florencia libre de la codicia pontifical. Los deseos de Dante cambiaron a raíz de enterarse de que Enrique VII había fallecido envenenado; y con él cualquier esperanza para que Dante volviera a ver Florencia otra vez. Así que regresó a Verona, donde Cangrande della Scala le permitió vivir con cierta seguridad y una cierta prosperidad. Como agradecimiento, Cangrande fue admitido virtualmente en el Paraíso de Dante. En 1315, Florencia fue forzada por Uguccione della Faggiuola, el oficial militar que controlaba la ciudad, a conceder una amnistía a los exiliados. Dante estaba en la lista de ciudadanos perdonados. Pero Florencia requirió que, aparte del pago de una suma del dinero, estos ciudadanos estuvieran de acuerdo con ser tratados como delincuentes en una ceremonia religiosa y someterse a un consejo público en el que se les reconocería como delincuentes públicos. Dante rechazó este vergonzoso requerimiento y prefirió permanecer en el exilio. Cuando Uguccione finalmente derrotó a Florencia, la pena de muerte de Dante se convirtió en el confinamiento, en la condición única de que volviera a Florencia a jurar que nunca fuese a entrar a la ciudad otra vez. Confirmaron su condena a muerte y la ampliaron a sus hijos. Dante esperó mucho tiempo ser invitado a volver a Florencia en términos honorables. Para él, el exilio era casi una forma de muerte despojándolo de la mayor parte de su identidad. Desde luego, nunca regresó.
El príncipe Guido Novello da Polenta lo invitó a Rávena en 1318 y él aceptó. Terminó el Paraíso, y finalmente murió en 1321 (a la edad de 56 años) de regreso a Rávena de una misión diplomática en Venecia, quizás de malaria. Dante fue enterrado en la Iglesia de San Pier Maggiore, llamada más tarde San Francisco de Asís. Bernardo Bembo, pretor de Venecia, mostró preocupación en 1483 por sus restos, organizando su traslado a una tumba mejor. Finalmente, Florencia lamentó el exilio de Dante. En 1829, se construyó una tumba para él en Florencia en la Basílica de Santa Cruz. Esa tumba ha estado siempre vacía y el cuerpo de Dante permanece en su tumba en Rávena. El frente de su tumba en Florencia se lee “Onorate l’altissimo poeta” («Honrad al más alto poeta»). LaVita Nuova (‘Vida nueva’) es la primera obra conocida de Dante Alighieri; escrita entre 1292 y 1293, poco después de la muerte de su amada Beatriz. En la obra se alternan 31 poemas líricos y 42 capítulos en prosa. El sentido del título viene dado por la renovación vital que experimenta el poeta al enamorarse de su amada. La parte en prosa sirve como explicación de los sonetos, escritos según los cánones del dolce stil nuovo, y escogidos entre los que Dante había compuesto desde 1283, en honor de diversas mujeres y de la propia Beatriz. Destacan algunos, como Donne ch’avete intelletto d’amore (capítulo V), o Tanto gentile e tanto onesta pare (capítulo XXVI). Las explicaciones en prosa se escribieron después, con el objeto de dar un marco narrativo a los poemas. La Vita Nuova es la máxima expresión del sentido del Dolce Stil Novo. El tema de la obra es el amor platónico de Dante por su amada Beatriz. Dante encuentra por primera vez a Beatriz a los nueve años y se enamora de ella en el acto. Vuelve a encontrarla nueve años después, a los dieciocho de edad, y compone un soneto en honor suyo. Desde ese momento, siente por Beatriz un amor platónico, y su mayor felicidad es ser saludado por ella. Sin embargo, oculta cuidadosamente el amor que tiene por Beatriz cortejando abiertamente a otra dama. Llegado esto a oídos de Beatriz, ella le niega el saludo. Se le aparece el Amor, y en su discurso, que el poeta no comprende, profetiza la muerte de Beatriz Portinari. Dante toma como objetivo de su vida expresar a través de la poesía su amor por Beatriz. Muere el padre de Beatriz y, poco después, Dante cae gravemente enfermo. Durante su enfermedad tiene una pesadilla que es un presagio de la muerte de Beatriz, que se relaciona con el número 9. Dante se cree enamorado de otra dama, pero vence esta falsa pasión, y una visión le muestra a Beatriz, vestida de rojo, en la gloria de los cielos, por lo cual el poeta decide no amar a otra mujer y consagrar su vida al recuerdo de su amada, aunque no escribirá sobre ella hasta que no sea capaz de encontrar la forma adecuada de hacerlo. En el ámbito universal se conoce a Beatriz como una de las más grandes musas de la historia. Fue esta mujer quien inspiró a Dante para escribir una de las más grandes obras de la literatura mundial.
De Vulgari Eloquentia (acerca del habla popular) es el título de un ensayo de Dante Alighieri, escrito en latín y que inicialmente iba a consistir en cuatro libros, pero Dante desechó la idea después del segundo. Fue probablemente escrito en los años que precedieron el destierro de Dante de su natal Florencia, entre 1303 y 1305. Los ensayos latinos eran muy populares en la Edad Media, pero Dante hizo algunas innovaciones en su trabajo. En primer lugar: el tema fue la lengua vernácula, que era una opción rara en ese momento. En segundo lugar, la manera en que Dante se acercó a este tema, dando a la lengua vernácula la misma dignidad que se le otorgaba al latín. Finalmente, Dante escribió este ensayo para analizar el origen y la filosofía de lengua vernácula, porque, en su opinión, este idioma no era algo estático, sino algo que evolucionaba y necesitaba una contextualización histórica. Al principio, Dante enfrentó la evolución histórica del idioma que él pensaba que nació unitario y luego fue separado en modismos diferentes debido a la vanidad demostrada por la humanidad en la Torre de Babel. Compiló un mapa de la posición geográfica de los idiomas que él conocía, mientras dividió el territorio europeo en tres partes: uno al este, con los idiomas griegos, uno al norte, con los idiomas germánicos, y al sur los idiomas del Romance. Rebatió la idea de que la gramática es un idioma estático que consiste en reglas inmutables. Dante necesitó recuperar los idiomas naturales. Entre los capítulos diez y quince del primer libro, Dante escribe sobre su investigación para una lengua vernácula ilustre, entre las catorce variedades encontradas en la región italiana. Directamente o indirectamente, Dante leyó los trabajos de San Agustín, los de Tomás de Aquino y algunos diccionarios enciclopédicos como el Etymologiae, de Isidoro de Sevilla, y Li livres dou trésor, de Brunetto Latini. También se inspiró en la filosofía Aristotélica, y en el trabajo de Dante se pueden identificar algunas referencias a lo que a veces se ha llamado Aristotelismo Radical.
La Divina Comedia es una epopeya alegórica en tercetos encadenados escrita entre 1304 y su muerte, considerada como una de las obras maestras de la literatura italiana y mundial. Numerosos pintores de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella, destacan Botticelli, Gustave Doré y Dalí. Dante la escribió en el dialecto toscano, matriz del italiano actual, que se utilizó entre los siglos XI y XII. La obra se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio yParaíso. Cada una de sus partes está dividida en 33 cantos, a su vez compuestos de tercetos. La composición del poema se ordena según el simbolismo del número tres (número que simboliza la trinidad sagrada, Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como también, el número tres simboliza el equilibrio y la estabilidad en algunas culturas, y que también tiene relación con el triángulo): tres personajes principales, Dante, que personifica al hombre, Beatriz, que personifica a la fe, y Virgilio, que personifica a la razón. La estrofa tiene tres versos y cada una de las tres partes cuenta con treinta y tres cantos. El poema puede leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema, Dante hace gala de un gran poder de síntesis que es característico de los grandes poetas. Dante Alighieri llamó comedia a su libro pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final era feliz. El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de La divina comedia, muchos de los cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo. Miguel Asín Palacios, por otra parte, destacó la importancia de la escatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco, y en particular de la obra Escala de Mahoma, en la que Mahoma, guiado por el arcángel Gabriel, recorre el Cielo y el Infierno, dividido este último en siete estancias.
“O voi che avete gl´intelletti sani; Mirate la dottrina che s´asconde; Sotto il velame delli versi strani!”. Con estas palabras, Dante indica de una manera muy explícita que hay en su obra un sentido oculto, del que el sentido exterior y aparente no es más que un velo, y que debe ser buscado por aquellos que son capaces de penetrarle. En otra parte, el poeta va más lejos todavía, puesto que declara que todas las escrituras, y no solo las escrituras sagradas, pueden comprenderse y deben explicarse principalmente según cuatro sentidos. El hecho de que la Divina Comedia, en su conjunto, pueda interpretarse en varios sentidos, es una cosa que no puede prestarse a ninguna duda, puesto que tenemos a este respecto el testimonio mismo de su autor, ciertamente mejor cualificado que otros para enseñarnos sobre sus propias intenciones. Los comentadores concuerdan generalmente en reconocer, bajo el sentido literal del relato poético, un sentido filosófico-teológico y también un sentido político y social. Pero Dante nos advirtió de buscar en ella cuatro sentidos. Para Guénon, el cuarto sentido no puede ser más que un sentido propiamente iniciático, metafísico en su esencia. Es precisamente en razón de este carácter esotérico por lo que ese sentido profundo ha escapado completamente a la mayoría de los comentadores. Aquellos que han entrevisto este lado esotérico de la obra de Dante han cometido muchas equivocaciones en cuanto a su verdadera naturaleza, porque les faltaba la comprehensión real de estas cosas, y porque su interpretación fue afectada por prejuicios de los que les era imposible deshacerse. Es así como Gabriele Rossetti (1828 –1882), poeta, ilustrador, pintor y traductor inglés, y Eugene Aroux, que fueron de los primeros en señalar la existencia de este esoterismo, creyeron poder concluir de ello la «herejía» de Dante, sin darse cuenta de que eso era mezclar consideraciones que se refieren a dominios completamente diferentes. Para Aroux, la cuestión se planteaba así: ¿fue Dante católico o albigense? Los antiguos iniciados participaban indistintamente en todos los cultos exteriores, según las costumbres establecidas en los diversos países donde se encontraban; y es también porque veía esta unidad fundamental, y no por el efecto de un «sincretismo» superficial, por lo que Dante ha empleado indiferentemente, según los casos, un lenguaje tomado ya sea al cristianismo, ya sea a la antigüedad grecorromana.
En la Edad Media hubo organizaciones cuyo carácter era iniciático y no religioso, pero que tomaban su base en el catolicismo. Si Dante ha pertenecido a algunas de estas organizaciones, lo que nos parece incontestable, eso no es una razón para declararle «herético». No hubo más que dos casos donde la acusación de «herejía» pudo ser llevada contra algunos de sus miembros. El primero de estos dos casos es aquel donde algunos iniciados han podido librarse a divulgaciones inoportunas, corriendo el riesgo con ello de arrojar la turbación en los espíritus no preparados para el conocimiento de las verdades superiores, y también de provocar desórdenes desde el punto de vista social; los autores de semejantes divulgaciones cometían el error de crear ellos mismos una confusión entre los dos órdenes esotérico y exotérico, confusión que, en suma, justificaba suficientemente el reproche de «herejía». Y este caso se ha presentado en diversas ocasiones en el Islam, donde no obstante las escuelas esotéricas no encuentran normalmente ninguna hostilidad por parte de las autoridades religiosas y jurídicas que representan el exoterismo. Hacemos alusión al ejemplo de El-Hallâj, condenado a muerte en Bagdad en el año 309 de la Hégira (921 de la era cristiana), y cuya memoria es venerada por aquellos mismos que estiman que fue condenado justamente por sus divulgaciones imprudentes. En cuanto al segundo caso, es aquel donde la misma acusación fue tomada simplemente como pretexto por un poder político para arruinar a adversarios que estimaba tanto más temibles cuanto más difíciles eran de alcanzar por los medios ordinarios. La destrucción de la Orden del Temple es su ejemplo más célebre, y este acontecimiento tiene precisamente una relación directa con el tema de este artículo. En el museo de Viena se encuentran dos medallas de las que una representa a Dante y la otra al pintor Pierre de Pisa; ambas llevan al reverso las letras F.S.K.I.P.F.T., que Aroux interpreta así: Frater Sacroe Kadosch, Imperialis Pincipatus, Frater Templarius. Para las tres primeras letras, esta interpretación es manifiestamente incorrecta y no da un sentido inteligible. Guénon piensa que es menester leer Fidei Sanctoe Kadosch. La asociación de la Fede Santa, de la que Dante parece haber sido uno de los jefes, era un «Tercer Orden» de filiación templaria, lo que justifica la denominación de Frater Templarius; y su dignatarios llevaban el título de Kadosch, palabra hebrea que significa «santo» o «consagrado», y que se ha conservado hasta nuestros días en los altos grados de la Masonería.
Los templarios necesitaban diseminar su mensaje a aquellos que lo sabían entender, pero usar correos con mensajes cifrados implicaba el riesgo de que cayeran en las manos equivocadas o se perdieran. La solución vino de la manera más ingeniosa: enviar los mensajes de tal manera que todos pudieran verlos a través del arte y la arquitectura. Es así como nacen dos ramas paralelas de los templarios, la Massenie du Sant Grial y la Fede Santa. La primera de estas, era el grupo de los constructores de las catedrales templarias en todo el mundo, que llenaron las catedrales de extraños símbolos e inscripciones. La segunda, eran escritores, pintores y trovadores que inundaron Europa entera con su arte aparentemente banal para las persona corrientes, pero con mensajes claros para el iniciado. La Fede Santa en si misma está dividida en tres secciones: los escritores conocidos como la Fedeli di Amore, los pintores y los trovadores. Una década antes de la caída de los templarios y apenas tres décadas después de la reunión en Alamut, aparece en Italia un grupo de poetas, pertenecientes a la Fedeli di Amore (los fieles al amor), cuyo estilo se hacía llamar el “Dulce Stil Nuovo”. El más famoso de este grupo es el considerado mayor exponente de la literatura Italiana: Dante Allighieri. Dante aparece con su primera obra “Vita Nuova” en la que narra la historia de Beatriz a quien conoció a los 9 años y volvió a ver 9 años después, convirtiéndose en su objeto de adoración platónico más que en amor carnal. Dante presiente la muerte de su amada y sufre de antemano mientras pretende amar a otra mujer. Finalmente Beatriz muere, demasiado pronto en la mente de todos, en el ápice de su belleza. Pero Dante entiende que su muerte, antes de traer tristeza, traerá gran alegría, por lo que Beatriz ascendió a los cielos completando su objetivo perfecto. Beatriz significa “la que beatifica”, y el número 9 es recurrente en todo el libro. ¿Será coincidencia que nueve años después de la ”Vita Nuova” la Orden del Temple desapareciera? En su otra gran obra “La Divina Comedia”, se usan símbolos cristianos, judíos y musulmanes para señalar el camino desde el infierno, de la mano de Virgilio, hasta alcanzar el cielo, de la mano de Beatriz, mientras que, en el camino, se nombra a los templarios y a Jacques de Molay, su Gran Maestre.
https://oldcivilizations.wordpress.com/2013/09/17/dante-alighieri-y-el-esoterismo-de-la-divina-comedia/
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