DIALOGO ENTRE MASONES: MASONERÍA Y ARQUITECTURA I

MASONERÍA Y ARQUITECTURA I

De los constructores de templos y catedrales a los arquitectos y urbanistas de la modernidad.

Desgraciadamente sólo los panegiristas o los calumniadores han escrito la historia de la Masonería, faltando los dos bandos a la verdad. No es mi intención escudriñar los misterios del arte, pero sería interesante conocer algo más de cuando fueron arquitectos de veras. Tenían el privilegio de fijar el precio de su trabajo en sus asambleas anuales, lo que no se consentía a los demás jornaleros, por los cual terminaron por ser suprimidos sus estatutos. Esta fue la primera persecución que sufrieron y que dio pie para muchas más. Quizás les estén reservadas otras aún.

Es digno de notarse que los masones nunca se asociaron legalmente, como los demás oficios, pues su lazo de unión era más fuerte que el de cualquier estatuto.

Harry Hallam, The Middle Ages.

Este es un artículo de carácter exploratorio que pretende hacer una breve aproximación a la masonería y, posteriormente, establecer su relación y conexión con los arquitectos e ingenieros más importantes de la historia. A lo largo de este documento, se podrá entender, mediante el estudio de la historiografía masónica, la relación y la influencia de los antiguos constructores de templos y catedrales con los arquitectos, ingenieros y urbanistas masones a partir del siglo XVIII.

También se entenderá la importancia de los masones primitivos en la consolidación de la estructura simbólica y esotérica de la masonería moderna a través de un recorrido por los misterios del Templo del Rey Salomón, la leyenda de Hiram Abiff, de los constructores de templos y catedrales góticas y de las ciudades construidas por visionarios masones.

LA MASONERÍA

Entre la realidad y el mito

“Cuando en otra vida fui rey y masón, -hábil y célebre arquitecto-, abrí un claro en el bosque y erigí un palacio suntuoso y real, y ahora he descubierto las ruinas del palacio que un rey edificara, sepultadas en el polvo implacable de los años".

Kipling

De la masonería operativa a la especulativa.

Desde sus inicios en Inglaterra, Francia y Europa central, especialmente entre los siglos XIII y XV, los maestros constructores eran distintos, esa era la percepción que el común de la gente tenía de ellos. La mayoría de la población eran siervos que trabajaban para los señores feudales. Los artesanos, tejedores, orfebres y carpinteros ejercían sus oficios para los mismos habitantes del pueblo y por lo general no salían de él en toda su vida. Pero los masones eran distintos, trabajaban la piedra, construían edificaciones de piedra. Sólo los castillos del rey y de algunos nobles, los puentes, las catedrales y abadías eran de piedra. Es decir, los masones trabajaban para el rey, los nobles y la Iglesia. Definitivamente eran diferentes a los demás.3 Gozaban de cierto grado de reconocimiento social y eran muy solicitados por su gran destreza en el arte de construir. Los maestros de obra y albañiles que construyeron las grandes catedrales medievales y todos los ritos y símbolos que rodeaban su oficio dieron orígen posteriormente a la masonería moderna. El gremio de los constructores fue de los más sobresalientes e influyentes de la sociedad, era uno de los más organizados y exculsivos de la Edad Media, tal como lo afirma uno de los más importantes estudiosos de la masonería, el sacerdote jesuita español

José Antonio Ferrer Benimelli:

“Pero pocos gremios del Medioevo tuvieron tanto influjo y repercusión en la historia posterior como el de los constructores, hoy día señalado de forma inequívoca como originario de aquella masonería operativa, que posteriormente, a comienzos del siglo XVIII, daría paso a la actual masonería especulativa, tan distinta en sus fines, pero tan igual en sus ritos y ceremonias de iniciaión en su nomenclatura y organización”.4

Los masones o albañiles recorrían el país construyendo catedrales, entre 1050 y 1350 construyeron en Francia ochenta catedrales, quinientas grandes iglesias y muchas parroquias. Pese a que los masones eran trabajadores calificados, la construcción de una catedral podía tomar hasta cien años.

Cerca al sitio de trabajo los albañiles construían una especie de campamento al que llamaban lodge o “posada”, en este lugar guardaban herramienta y comían pero buscaban alojamiento en hosterías de la

ciudad en las que permanecían por años o por toda su vida mientras se terminaba la obra. Había dos clases de masones: los picapedreros o masones rústicos, que eran los que hacían algo parecido a los que se llama comúnmente obra negra o gris y los masones expertos o masones de piedra libre o franca quienes se encargaban del acabado, frase que después se abrevió en el término francmasones. 5

Como llegaron a ser muchos los albañiles y parte de ellos eran iletrados, se idearon formas y señales para identificarse entre sí como un apretón de manos particular o con signos y símbolos específicos. 6

En contraposición a esta corriente histórica se encuentra la postura del polémico Caballero Ramsay quien insistió en que los orígenes de la masonería estaba en las sectas y en las escuelas de misterios del mundo antiguo:

“La palabra Masón, por lo tanto, no debe tomarse en un sentido literal, simple y material, como si nuestros fundadores hubiesen sido simples trabajadores de la piedra, o genios meramente curiosos que deseaban perfeccionar su arte. No eran sólo hábiles arquitectos, deseosos de consagrar sus bienes y talentos a la construcción de templos materiales; sino también príncipes guerreros y religiosos que diseñaban para iluminar, edificar y proteger los templos vivientes del Más Alto”.7

Para el sociólogo argentino Jorge Francisco Ferro, la masonería tradicional antigua estaba compuesta por tres estamentos: La masonería operativa espiritual, la masonería operativa material y la masonería aceptada.

La primera era la que enseñaban y practicaban los “inspiradores hermetistas”; la segunda, la de los “obreros de la piedra” que construyeron las catedrales medievales y la tercera, la del médico y el capellán que eran los miembros aceptados. Para el metafísico francés René Guénon (1886-1951), la única vía de restauración de la auténtica masonería es el abandono del “especulativismo” y el retorno a las fuentes operativas y que la única regularidad masónica es la regularidad iniciática. 8

La masonería antigua ha estado llena de infinidad de datos inciertos y poco probables, muchos de estos hasta rayan con la leyenda y el mito. En contraposición, la masonería moderna, ha estado más documentada ya que se puede situar desde la Edad Media. El origen y punto de partida de la masonería especulativa se remonta al 24 de junio (solsticio de verano y día de San Juan) del año 1717 en la ciudad de Londres, donde cuatro logias independientes se reunieron en una taberna llamada “The Goose and Gridiron” (El Ganso y la Parrilla) para crear la Gran Logia de Inglaterra (The Grand Lodge). 9

Desde finales del siglo XVIII, comienza a hablarse de masones “libres y aceptados”, es decir, iniciados en la orden e interesados en alcanzar una edificación interna de su propio ser. Se decía que conocían los secretos de la geometría pitagórica y los métodos de la arquitectura de los constructores, estando capacitados para transmitir ese conocimiento a los recién iniciados. Fue por esta época que se forjó la base racional de la institución, usando para su transmisión símbolos como la escuadra, el compás y la plomada, símbolos totalmente ignorados por los profanos o no iniciados. La otra corriente, llamada hermética o especulativa, es la que va constituyéndose a partir del momento en que empiezan a ser aceptados hombres que no trabajan la piedra ni son constructores. Sus intereses hoy en día son básicamente filosóficos.

2 NEWTON, Joseph Fort (1976) Los Arquitectos.

Traducción de Salvador Valera Aparicio. Editorial

Diana S.A. México D.F., p.8

3 RIDLEY, Jasper (2010) Los Masones : Ediciones B,

S.A. para el sello Zeta Bolsillo : Barcelona, España.

Traducción de Eduardo Hojman p.17.

4 FERRER Benimeli, José Antonio (2005) La

masonería . Alianza Editorial. Madrid.

5 RIDLEY, Jasper (2010) Los Masones : Ediciones B,

S.A. para el sello Zeta Bolsillo : Barcelona, España.

Traducción de Eduardo Hojman p.19 y p.20.

6 NEIRA Sánchez, Hugo (2008), Influencia de la