Masones: de constructores de catedrales a artífices de hombres libres
Maestros de obra, canteros y albañiles fueron los artífices de las grandes catedrales góticas. Organizados en gremios, sus ritos y símbolos darían origen a la moderna masonería.
El término «masón» proviene, probablemente de la palabra inglesa mason, que literalmente significa albañil o cantero, y que designa a aquellas personas que en la antigüedad se dedicaban al oficio de tallar la piedra para la construcción de edificaciones principalmente de caracter religioso. Durante la Edad Media, los masones llevaban a cabo su labor en efímeras construcciones de madera llamadas logias, levantadas en el ala sur de la catedral para aprovechar el calor y los rayos del sol del mediodía. En estos cubículos, maestros y oficiales trabajaban la piedra y enseñaban el oficio de tallista y cantero a los aprendices. de estas construcciones tomaron los masones del siglo XVIII el nombre de «logia» para denominar a sus agrupaciones secretas y adoptaron la escuadra y el compás, los principales instrumentos de los constructores medievales, como signos de identidad, proclamándose así, herederos de la masonería medieval.
Una catedral gótica era la suma de cada una de las especialidades necesarias en el arte de la construcción, pero de todas ellas la de los masones era la principal. era un masón quien colocaba la primera piedra del edificio, la angular o de fundación, normalmente en la base de la cabecera de la catedral, y también era un masón quien culminaba la obra con la colocación de la última piedra, la angular o clave de bóveda. Era, así, el ejecutor del principio y del fin, el alfa y el omega de la catedral.
En cierto modo, su trabajo en la tierra era equiparable al de Dios en el cielo. Dios era el sumo arquitecto, el constructor del universo y su forma, y el maestro masón era su homólogo mortal. No en vano una catedral gótica se consideraba la representación de la obra de dios en la tierra. Un maestro constructor era una especie de mago, un alquimista capaz de emplear materiales cotidianos y simples para construir a partir de ellos una obra celestial y extraordinaria.
Al igual que los masones medievales, que identificaron la catedral gótica con el Templo de Salomón, los masones modernos han hecho lo mismo con sus logias, el lugar donde se enseñan los arcanos de la ciencia y donde, a partir del conocimiento se forja a los verdaderos hombres libres, la obra más grandiosa del universo.
Fuente: Historia National Geographic - N° 102 / Junio, 2012
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