AMIGOS DEL BLOG

jueves, 18 de abril de 2019

El secreto masónico o El deber de reserva de los masones

El secreto masónico o El deber de reserva de los masones


En primer lugar, hay que distinguir entre secreto, una connotación negativa de la palabra y los asuntos internos de cualquier organización, de cualquier naturaleza. Ninguna organización es totalmente transparente existiendo siempre asuntos, procesos, decisiones, formas de estar y de actuar que son para el consumo interno.

Cuando en el mundo profano se habla de secretos masónicos, se hace normalmente una triple asociación: el asunto interno pasa a ser secreto y el secreto es normalmente una mala cosa ... luego la masonería es mala. No es así: no todos los secretos son malos y no todos los asuntos internos son secretos. Parece existir ante la masonería una exigencia de total y absoluta transparencia que no se hace para ninguna otra organización. De los Masones, queremos saberlo todo ... de los demás, ni por eso.

Pocos asuntos atraen más la atención que los secretos de los masones, que naturalmente sólo existen porque ellos (los masones) quieren dominar todo y todos. A veces se queda con la sensación de que cuando un periodista no tiene más materias sobre el que se inclina o pretende incendiar a los lectores, siempre tiene la salida de meter a los masones al ruido. Se piensa inmediatamente en conspiración, porque si los masones están metidos, no puede ser bueno.

Los secretos parecen atraer a la gente. Creo que ya habrá ocurrido a muchos Hermanos, al revelarse ser Masones, ser ametrallados con preguntas discretas o abiertas, insinuaciones e incluso provocaciones visando siempre saber más, intentar descubrir lo que nadie más descubrió o hasta generar desconfianza por nuestra Orden.

Pero también creo que son los secretos una de las principales razones que llevan profanos a intentar saber más sobre nosotros: "¿quiénes son estos tipos que hasta tienen secretos ???"; "Esto debe ser girado". Rápidamente se dan cuenta de que somos más que un "Club del Bolinha" en que mujer no entra y que tiene unos secretos formidables. Y de ese proceso de intento de descubrimiento de los secretos, nace a veces un genuino interés por la Orden y eventualmente un deseo de identificación y pertenencia que podrá llevar a una Iniciación.

¿Qué desilusión sería si supieran que no hay secretos, que la Masonería no es secreta, siendo únicamente discreta en su actuación. ¿Qué desilusión sería si supieran que todo lo que hay para saber sobre los masones, ya se sabe y que poco o nada queda por divulgar. Tal vez esperan que separemos el trigo de la cizaña y que seamos identificando entre todo lo que está publicado, lo que es cierto o no.

Tal vez uno de los secretos que debamos tratar de mantener es precisamente el no haber secretos
¿Por qué el secreto?

Dejenme dar mi interpretación a la reserva que debemos mantener sobre algunos aspectos de nuestra Orden y voy a centrarme sobre todo en las tres ceremonias que considero marcar el recorrido de un Masón: Iniciación, Exaltación e instalación. Creo poder afirmar que por más llena que sea nuestra vida masónica y teniendo todas las veces interpretaciones personales de nuestra vivencia durante esas ceremonias, todas las recordamos con especial énfasis y cariño. De estas tres, destaco naturalmente la Iniciación. Es el final de un recorrido y el inicio de uno nuevo.

Pero entonces, si es tan marcante, ¿por qué no las divulgamos y damos así a toda la gente la posibilidad de vivirlas? Tal vez podríamos incluso vender DVDs interactivos o incluso un juego de ordenador en el que el jugador podría ir haciendo su propia ceremonia de iniciación, tal vez acompañado por los amigos y bebiendo unas cervejolas.

Intentamos establecer un paralelismo con la visualización de una película, siendo que existen básicamente tres actitudes:

En la primera, alguien hizo el favor de contarnos la película desde el principio hasta el final ... y hasta ya sabemos quién es el "bandido".

Hasta podemos ver la película, pero será todo previsible, sabremos de antemano lo que va a suceder a continuación y hasta podemos ir a buscar palomitas, pues sabremos siempre dónde estamos. Todo el factor sorpresa, el descubrimiento y el inesperado no están allí.

En otra, ya leemos el libro, conocemos toda la historia, leemos las críticas y hasta ya lo discutimos con los amigos. No hay aquí mucho por descubrir, siendo que la película termina siendo un espacio para comparaciones: si la película corresponde al libro, o si se queda por debajo o fuera de éste; si la opinión del amigo A tiene sentido o incluso si los cuadros descritos en la historia original están bien retratados en la película. Una vez más, la película en sí poco importa ... ya sabíamos ...

En la tercera, poco sabemos. Conocemos el título, tenemos una breve idea sobre la historia y conocemos algunos de los actores, en otras películas.

En esta, estamos atentos de principio a fin y acompañamos cada escena tratando de absorber lo más y lo mejor posible. Esta película seguramente nos dejará algo.

¿Cuál os parece ser la mejor situación cuando se trata de una ceremonia masónica? Una iniciación o un aumento de salario, por ejemplo?

En una Iniciación Masónica se pretende crear un momento marcante para el Profano, algo que lo acompañe para el resto de la vida y que constituya realmente un Nacimiento para la Luz. Ahora bien, esto sólo es posible si el Profano aún no ha leído el libro, ni nadie se lo ha contado. Si ya lo ha leído o ya conoce la trama, entonces tendremos una ceremonia y un profano poco enfocado en la ceremonia. Estará ocupado Hacer comparaciones ( " esta parte estuvo bien representada ... ') o para administrar la trama:' sucederá lo siguiente esto ... ", " esto que estamos hablando es la V ∴ M ∴ " o incluso " un largo camino (o poco) para este fin ". Al final lo dirá ... " en comparación con lo que ya sabía, esperaba más (o menos) "

Ante esto, diría que esos secretos, que como sabemos no lo son, son importantes y preservarlos no es un derecho nuestro, sino una obligación y una deuda que tenemos y siempre tendremos ante todos los profanos que se inicien. Debemos el derecho a tener ceremonias marcadas, inolvidables y con momentos que puedan recordar para el resto de su vida.

Resistimos a la tentación de contar lo que es para ser vivido

António Jorge

No hay comentarios:

Publicar un comentario