MASONERIA, DEMOCRACIA Y LAS RESPONSABILIDADES ETICAS
La Democracia perece si en ella no se desarrolla la Libertad. Y el único requisito para ejercer La Libertad es la Responsabilidad. En otras palabras, ser libre significa responder de los propios actos: ser libre es ser responsable.
El Ser Humano tiene la responsabilidad de pensar antes de actuar y de asumir el resultado de sus actos y de prever sus consecuencias.
En las sociedades democráticas como nuestra institución masónica los valores trascienden el plano individual y se integran a un marco ético de conductas colectivas que abarcan todos los aspectos de nuestra vida masónica y profana, donde existen normas éticas, sociales y normas masónicas con sus correspondientes sanciones.
Por ejemplo, en el ámbito normativo masónico, quienes, con su comportamiento, actúan contraviniendo normas constitucionales, estatutarias y reglamentarias incurren en responsabilidades legales que pueden ser exigibles ante los Tribunales de Justicia Masónica; pero, asimismo, han incurrido en responsabilidades éticas que ya se
encuentran traducidas en normas imperativas.
En el ámbito político, los comportamientos como la desviación del Poder, la arbitrariedad, el favoritismo, etc. que infringen principios éticos, dan lugar a “responsabilidades políticas” que tienen que ser investigadas y que pueden terminar siendo sancionados.
En el ámbito social, existen comportamientos reprobables por la sociedad, que el masón no puede infringir sin dar lugar a una responsabilidad ética, moral y, por ende, punible masónicamente ; pero que, además, no pueden aceptarse como buenos, ni legitimarse ya que nuestra institución sanciona todas aquellos actos que infrinjan los principios igualdad, fraternidad y libertad, así como, la moral y las buenas costumbres.
Es por ello, que la ética privada de los masones es importante en su dimensión individual y dimensión social. La responsabilidad ética del masón es practicar valores que lo impliquen en la moral colectiva. Es decir, las conductas de cada masón desde su propia autonomía e independencia moral y de acuerdo a sus principios filosóficos y religiosos, lo obliga a ser veraz, honesto, justo, probo, equitativo, leal, solidario, …, con los demás.
En conclusión, podemos decir, que el masón es un propulsor de la democracia con específicas responsabilidades éticas, ya que, con su ejemplo difunde valores democráticos, sociales y éticos que no sólo tienen una perspectiva individual, sino, social y colectiva, en busca del bienestar común.
FAUSTINO BERAUN BARRANTES
M:.M:.
L:.A:.B:.R:.L:.S:. “TUPAC AMARU” Nro.42
No hay comentarios:
Publicar un comentario