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lunes, 17 de noviembre de 2014

La mujer en el manuscrito Regius



El manuscrito Regius o de Halliwell (1390) es el texto medieval más antiguo en donde se encuentran vestigios de la tradición de los constructores sagrados. Dentro de todo lo que puede estudiarse en un documento de tanto interés, se encuentra el tema de la mujer y las menciones explícitas en algunos versos de este manuscrito. Estas menciones son, cuando menos, dignas de consideración, por cuanto pueden ser evidencia documental de que la tradición masónica no era en la Edad Media tan estrictamente masculina como pensamos.

Se enseñaban unos a otros

Los primeros versos dignos de mención son los número 41 y 42. Viene hablando de los orígenes de la tradición que remonta a Euclides y de cómo este maestro enseñaba su arte y creó comunidades para transmitirlo. “Y así cada uno debía instruir al otro, / y amarse juntos como hermana y hermano”.

En otras partes del poema se usa “he” o “man”; así que no hay forma de pensar que un hombre puede amar a otro como si fuese su hermana (sister), una palabra, en inglés, bastante distinta de hermano (brother), a menos que haya una intención evidente de hacer explícita la marca de sexo.

Tampoco sería de extrañar la colaboración de hombres y mujeres en los tiempos de Euclides, puesto que muchas escuelas mistéricas antiguas, como los pitagóricos, admitían tanto mujeres como hombres.

Ningún maestro suplantará a otro

Una vez pasada la introducción, el poema tiene 15 artículos que norman aspectos como quiénes pueden ser admitidos para aprender el oficio y las responsabilidades de los maestros constructores. En el décimo artículo, uno de los que norman el comportamiento y deberes éticos, dice que “ningún maestro se hará pasar por otro / sino que estarán juntos como hermana y hermano” (vers. 203-204). ¿Acaso implica esto la existencia de maestros mujeres?

Se servirán entre ellos

Una vez finalizados los artículos, aparece la normativa que regula las actividades en las asambleas. Se divide en varios puntos. En el noveno punto establece que todos los miembros deberán comportarse como intendentes para “amablemente servirse el uno al otro / como si fuesen hermana y hermano” (vers. 351-352).

Más adelante, en el mismo punto, añade, al referirse a que el constructor será honesto y le pagará siempre a sus compañeros de cualquier grado en el arte: “hombre o mujer, sean quienes fuesen” (vers. 361).

La colaboración y mutua entre hombres y mujeres se ve, en estos dos extractos, como una relación igualitaria en la que las mujeres tenían derecho de participar en las asambleas (acaso con los mismos derechos de voz y voto que los hombres) y de realizar transacciones remuneradas con sus compañeros masones. Es también interesante que explícitamente se prohíba retener el pago de una mujer por razón de su sexo: “no importa si es hombre o mujer, se le debe pagar y bien y honestamente”. ¿Habría en el siglo XIV hombres dispuestos a negar la justa remuneración de alguien bajo el alegato de que es una mujer? ¡Sin duda! Sobra la pregunta.

¿Podía una mujer ser miembro de un gremio de masones?

No existe en el manuscrito Regius ninguna prohibición explícita en donde se diga que el sexo es un requisito para ser admitido en la enseñanza. Menciona otros factores, como no ser libre (un siervo no podía ser admitido) o tener deformaciones físicas que le imposibilitaran sus labores; pero ser mujer no es una razón que impida ser aceptado por un maestro.

Pero aun si no admitiéramos la posibilidad de que una mujer fuese entrenada en el oficio de la construcción, bajo el argumento de que las mujeres no eran libres (dependían jurídicamente de sus padres o esposos), existen otros antecedentes medievales sobre la participación de las mujeres en las guildas o gremios. Cuando una mujer enviudaba, podía independizarse legalmente para continuar administrando los bienes de su difunto esposo. En otras palabras, era libre. Estas mujeres eran acogidas en los gremios como las nuevas cabezas de familia y ejercían los derechos que sus maridos tenían.

Visto así, no se puede descartar a priori la posibilidad de que al menos algunas mujeres hayan pasado a formar parte de los gremios de constructores medievales con todos los derechos de un hombre. Esto deja un campo abierto a la investigación histórica y nos acerca a responder algún día, con más certeza y pruebas documentales, si verdaderamente hubo alguna vez mujeres masones en la Edad Media.

http://elportico.wordpress.com/2011/02/17/la-mujer-en-el-manuscrito-regius/

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