Por Leonidas Masón.
En cierta logia del Oriente de Guanajuato, posterior a una tenida ordinaria de la primera cámara, y cuando todos los Q:Q:.H:.H:.Compartían la sal y la vida en pasos perdidos, un hermano aprendiz se dirigió a un M:.M:. en estos términos:
-Hermano, hay un comentario y una pregunta que quisiera hacerte.
-Dime , le contesto el M:.M:.
-Cuando estábamos dentro del templo trabajando, me llamo la atención al leer nuestra liturgia, esa parte en la cual el V:.M:.Pregunta al Prim:.Vig:.“¿Sois Mason? Y el Prim. Vig:. Contesta: “ Mis Q:.Q:.H:. H:. Me reconocen como tal “
-¿y cual es la pregunta?
-Bueno, dijo el hermano aprendiz, ¿como es que se reconoce al Mason?
Le contesta el M:.M:. :- De la misma manera que sabes reconocer un manzano de un naranjo o un nogal.
-¿Por sus frutos? Contesta el hermano aprendiz.
- Claro dijo el M:.M:.
-Pero el Masón no da frutos.
-Bueno, eso es obvio, pero los “frutos” del Mason son sus actos, es decir la forma como actúa.
-Pero, insiste el aprendiz, ¿que tipo de acciones son las que lo distinguen?
- Bueno responde el M:.M:. , pues todas aquellas relacionadas con las virtudes.
- ¿Cuáles? Insiste el hermano aprendiz.
-Cualesquiera de las que tu conozcas, depende del tiempo, lugar y circunstancia, no se muestran todas de una sola vez, hay un tiempo para mostrar humildad, otro para mostrar compasión, respeto o tolerancia etc. Recuerda que los hombres se parecen un tanto a los iceberg, muestran tal vez un 20% de su forma de ser y un 80% no se aprecia fácilmente, hay que estar alerta y ser perspicaz para descubrir el todo. Una manera es evaluar como hablan.
-¿Los Masones tienen una forma especial de hablar?
- Bueno al hablar hay ciertas características que te permiten suponer que es masón.
- ¿Cuáles? Yo veo que hablan como todo el mundo.
- Mira, dice el M:.M:. Ponte atento a lo siguiente cuando un Masón habla:
Es sincero, dice lo que siente y piensa. No es hipócrita
Procura siempre atenerse a la verdad, hasta donde le es posible sostenerla con argumentos lógicos y evidentes.
Evita la murmuración y el chisme. Evitando hablar mal de terceras personas.
Cuando habla de si, evita ser incongruente entre lo que es y dice.
Es enemigo de la zalamería, por tanto no lo veras elogiando a nadie.
Es sencillo en su hablar, evitando la arrogancia.
Es discreto, no grita ni hace aspavientos para llamar la atención.
Es respetuoso, evitando palabras malsonantes o insultantes hacia los presentes o los ausentes.
Esta dispuesto a reconsiderar sus puntos de vista, evitando caer en la necedad.
Evita las quejas y los lamentos ante las circunstancias mas adversas.
Hace oír su voz, cuando todos callan ante situaciones de injusticia o impositivas.
Procura tener mucho tacto y prudencia al expresar sus opiniones. Sabe que una palabra mal escogida o mal aplicada, puede dar lugar a malas interpretaciones o emociones inconvenientes. Recuerda siempre el proverbio aquel que dice :” Quien ofende escribe en arena, quien es ofendido , escribe en acero”
Evita dar su opinión si no se la piden.
Evita hablar permanentemente, es breve en su discurso y concede siempre y frecuentemente, la oportunidad de hablar a su interlocutor, escuchándolo atentamente.
Realiza preguntas frecuentemente.
Cuando detecta que está ante un necio, calla de inmediato, se da cuenta que quienes escuchan la discusión no podrán distinguir quien es el necio.
Su discurso es optimista y/o alegre.
Evita el sermoneo.
Si no entiende algo, pregunta, antes que imaginarse o suponer.
Manifiesta su cultura cuando es necesario.
-Caray, dice el hermano aprendiz, no me había puesto a pensar cuantos detalles puede haber en el arte de hablar, y ahora que lo dices mi hermano, pienso que muchos de los hermanos no tienen en su forma de hablar las características que me dices.
- Es cierto dice el M:.M:. me olvidé de mencionarte que estas características que te acabo de mencionar, se aprecian en el hablar de quien se precia de ser un verdadero masón, sin embargo toma en cuenta que para eso estamos aquí, para llegar a serlo.
-Gracias por darme tu luz, hermano, dijo el aprendiz.
-Al contrario Hermano, gracias a ti que me acabas de demostrar que el maestro aparece cuando el alumno quiere, si no me lo hubieras preguntado, no te lo habría dicho espontáneamente, tal vez en otra ocasión tu me enseñes a mi, algo que yo ignoro, porque todos somos maestros y alumnos al mismo tiempo. Este dialogo que acabamos de tener es hacer masonería, para eso estamos.
Es cuanto.
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