Masonería y Templarios
Rodolfo Lluberas
La introducción de los Templarios al linaje masónico parece ser un hecho relativamente reciente. No obstante, para muchos, los Templarios fueron nuestro verdadero origen, y los Masones Operativos fueron el enlace con ese origen.
Revisando muchos de los documentos antiguos posteriores al período 1118-1312, entre la fundación y la disolución de la Orden no encontraremos mención alguna a la conexión Templaria. Lo más aproximado a lo caballeresco está en el Regius, que habla de “Caballeros, escuderos y muchos otros”, y en el Manuscrito Iñigo Jones, que pone a Euclides prometiendo enseñar las Siete Ciencias de modo que los jóvenes “pudieran vivir honestamente como deben hacerlo los Caballeros”.
Karl Gotthelf, barón de Hund y Altengrotkau (1722-1776) se inició en la masonería en 1741.
Las Constituciones de Anderson de 1738, menos conocidas que las de 1723, incorporan una síntesis histórica que incluye el relato del proceso fundacional de la Gran Logia de 1717. Anderson hace únicamente un par de referencias muy marginales a los Templarios. Su relato, bastante imaginativo, no los incluye en el génesis masónico. Anderson afirma que, durante el reinado de Enrique II, “el Gran Maestro de los Caballeros Templarios constituyó su Sociedad y construyó su Templo en la calle Fleet”, y que durante el reinado de Enrique III “los Templarios construyeron su Domus Dei en Dover”.
Además, cita a William Sinclair, erigiendo la Capilla Rosslyn, pero sin relacionarla con la Orden del Temple.
La idea al menos no parece arraigada en el entorno andersoniano 15 años después de la Primera Gran Logia.
Hablemos de dos personas a las que se les atribuye el papel de la introducción de los Templarios en el linaje Masónico: el Caballero Andrew Ramsay y el Baron Karl von Hund. Ramsay era un calvinista convertido al catolicismo y relacionado con la corte Estuardo, exiliada en Francia.
En realidad, lo que hizo fue expresar la idea de una relación entre las órdenes caballerescas y la Masonería. Puede discutirse si la idea era algo preexistente en el París de 1737, cuando Ramsay, como Gran Orador, citó en un discurso conocido como “oración” a los cruzados, calificándolos como “nuestros ancestros”.
En 1766 ocurre en Francia la “exposición” de un importante ritual. “Exposición” es la divulgación de rituales o informaciones consideradas secretas.
“Los más secretos misterios de los Altos Grados de la Masonería revelados” quizás no hayan sido la primera exposición al respecto, pero muestra un ritual de siete grados, que prueba que en los grados superiores al tercero se estaba articulando la leyenda del Templo de Salomón, con la Tradición Caballeresca.
Andrew Michael Ramsay, (1686-1743) llamado el Caballero Ramsay, porque el rey de Francia le había condecorado con la Orden de San Lázaro.
Parece como un esqueleto sobre el que el Rito Escocés podría construirse. La aparición de estos “altos grados” coincide en el tiempo con el proceso de aparición del Arco Real. El Baron Karl von Hund, citado como promotor del linaje templario, estaba también relacionado con la corte escocesa Estuardo, y fundó el Rito de la Estricta Observancia en 1751.
Mucho se ha afirmado acerca de los Templarios:
Que excavaron el Monte del Templo y hallaron el Arca de la Alianza, el Santo Grial, conocimientos cristianos explosivos o grandes riquezas.
Que captaron sabiduría y conocimientos musulmanes y/o gnósticos.
Que trajeron conocimiento y riqueza de regreso a Europa.
Que supervisaron la construcción de las catedrales.
Que sobrevivieron al intento del rey francés y al papado de Avignion, que querían
hacerlos desaparecer. Por eso muchos escaparon a Escocia, Portugal, Norte de África e incluso a América.
Cada afirmación, poco fundamentada, a menudo es tomada como base de especulación por otros.
Algunos Templarios, efectivamente, escaparon y fueron absorbidos por otras órdenes, como los Caballeros Hospitalarios, pero faltan pruebas de lo demás. Se muestra también a los Templarios en la “Batalla de Bannock”, junto a Robert de Bruce en 1314. Se dice, además, que encontraron refugio entre masones escoceses o en órdenes vinculadas a la Masonería, como la “Real Orden de Escocia” y que escondieron sus tesoros en la Capilla Rosslyn.
Sobre los vínculos templarios con la Capilla Rosslyn, escenario del clímax de El Código da Vinci, es necesario destacar la brecha de 134 años entre la abolición de la Orden en 1312 y el comienzo de la construcción de la Capilla en 1446.
Mucho podría decirse sobre los libros de Robert Lomas, Christopher Knight y John Robinson, sobre los hallazgos Templarios en el Monte Moriah o sobre los recurrentes Sinclair o St. Clair.
La familia Sinclair, constructora de la Capilla Rosslyn, proclama el carácter, por algunos discutido, de patrona hereditaria de la Masonería desde al menos el siglo XV.
La necesaria síntesis nos limita a ofrecer a los Hermanos que lo deseen algún material sobre todos estos tópicos. La conexión Templaria fascina a muchos Hermanos. Un autor ha hablado de “tentación” Templaria.
La discusión sobre la verisimilitud histórica de esta raíz, en el fondo, poco importa.
De ser un mito, recordemos que son muchos los mitos, alegorías y leyendas masónicas. Su objetivo es enseñar valores morales y espirituales. Creemos, humildemente, que en verdad es lo único que importa.
Referencias:
Anderson, J. (1738). The Constitutions of the Right Woshipful Fraternity of the Free and Accepted Masons.
Freke Gould, R. (1904). “A Concise History of Freemasonry”, en The masonic Myth Jay Kinney 2009.
S. Brent Morris 33°, John Hamill, Chistopher Hodapp.
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