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viernes, 7 de abril de 2017

La Marca de los Canteros en la Iglesia de Santo Andrés de Prada

La Marca de los Canteros en la Iglesia de Santo Andrés de Prada 

Con cierta frecuencia, en nuestras visitas a templos y ermitas, nos surge la incertidumbre de cómo serían aquellas personas que en su día gestaron la idea de construirlos, proyectaron sus planos, organizaron sus trabajos etc..., ejerciendo los distintos oficios que fuesen necesarios, para que el resultado pueda permanecer ahí, luchando contra el inexorable paso del tiempo e incluso contra el olvido que muchos de nosotros les “regalamos”.

Entre el conjunto de gremios que intervenían en la realización de éstas edificaciones, tiene especial protagonismo el de los hombres que trabajaban la piedra de cantería. Laboriosa y artesanal labor la de los Canteros, protagonistas indiscutibles de una época, donde sólo el esfuerzo del hombre, era capaz de realizar auténticas obra de arte. Siendo su labor muy apreciada, tanto por la nobleza como por pueblo y para dejar constancia de su presencia, - además de asegurarse el cobro- en cada una de las edificaciones dejaban su firma identificativa.


Dejándonos seducir por una idea, mucho más atractiva que la que algunos nos sugerían, que las cruces de nuestra iglesia eran marcas de antiguas tumbas, hemos decidido dar una opción más plausible para esos símbolos labrados en piedra.

Cuando nos planteamos averiguar porque después de tanto tiempo, nunca habíamos encontrado nada que pudiera parecerse a una marca de cantería en nuestro templo de Santo Andrés de Prada, admitimos que nuestro primer escollo era, que en realidad, tampoco sabíamos muy bien que estábamos buscando.



Con éste punto de partida tan poco concreto, decidimos empezar por averiguar cuáles eran las marcas más utilizadas por los canteros pontevedreses, ya que en principio eran los especialistas por aquellas fechas (ya el Marqués de la Ensenada tenia censados alrededor de 800 en esa província). Además como es de suponer nosotros teníamos artesanos que trabajaban a lousa, pero no así el granito, principal material utilizado en las construcciones.

Después de consultar algunos libros, accedimos a un trabajo publicado por el Departamento de Educación e Acción cultural do Museo do Pobo Galego: "O Verbo dos Arginas de Avedra. Xerga Gremial dos Canteiros de Pontevedra", que nos dio las claves para poder conocer las marcas más utilizadas por las distintas familias de aquellos artesanos de la piedra.

Dicho trabajo describe en detalle como era su vida, su jornada laboral, los materiales usados, ese lenguaje tan pecular llamado "O Verbo dos Arginas“ - fascinante descubrimiento el de su lenguaje secreto, sólo usado entre los propios canteros y vetado para los foráneos - pero sobre todo describe "los signos lapidarios".




Contrariamente a lo que se pueda pensar, los canteros no siempre dejaban su firma en las iglesias sino que muchas veces lo hacían en muros adyacentes o incluso en las murallas del recinto. Partiendo de este dato podríamos suponer que en realidad, lo que nosotros llamamos el lado oscuro, el lado izquierdo del templo de Santo Andres de Prada, era en realidad la Logia de los Canteros, o sea su lugar de trabajo.


Si lo miramos desde la entrada de la escalera de O Campo, su localización es un sitio lo suficientemente resguardado del sol en verano y del frio en invierno; contando además con la posibilidad de que estuviese techado desde el lateral de la iglesia hasta el muro de la casa de enfrente para formar un lugar seco y seguro, además de un buen acceso tanto hacia las casas de O Pacio por el callejón, como para acceder al propio templo, por la puerta lateral ahora tapiada. Sin dejar de reseñar que incluso para subir a la torre del campanario que se entra por allí.



En las piedras existentes además de otros tipos de simbología, encontramos especialmente dos de cruces distintas. Según la tradición, cada familia de canteros adoptaba un símbolo concreto que iba pasando de generación en generación, sólo que cada nuevo miembro hacía una pequeña variación, por eso la existencia de dos cruces: una simple y otra con los tramos rematados en perpendicular, lo que nos da a entender que por los menos serían dos maestros canteros, posiblimente, padre e hijo.




En las piedras existentes además de otros símbolos encontramos dos cruces distintas. Según la tradición, cada familia de canteros adoptaba un símbolo concreto que iba pasando de generación en generación, sólo que cada nuevo miembro hacía una pequeñas variaciones, por eso la existencia de dos cruces una simple y otra con los tramos rematados en perpendicular, nos da entender que por lo menos serían dos maestros canteros, padre e hijo.






Finalmente nos queda el "misterio" de la huella de la mano. Sencillo, pura lógica, para trabajar los canteros necesitaban agua, así que seguramente a través de una escalera de mano salvaban el muro y salían y entraban a la fuente que se encontraba extramuros y cuya hornacina todavía podemos ver hoy al lado de la fuente nueva. Si salían cargados con una mano se tendrían que apoyar con la otra.




Por lo demás las piedras que quedaron en la logia todavía se pueden ver hoy en el muro de la casa, enfrente al costado de la iglesia, seguramente dejadas allí como lecho de otras más grandes y posteriormente reutilizadas para otras edificaciones.

Sin embargo como no podía ser de otra manera, también en otras casas de Prada hemos encontrado algunas otras firmas de aquellos hombres, de aquellos canteiros que quisieron dejarnos su magnífico trabajo, su legado misterioso, su presencia testimonial.



No tenemos constancia de los nombres y apellidos de nuestros canteros, pero seguiremos intentando obtener algún datos en esos Libros de Fábrica de nuestros templos, la Iglesia de Santo Andrés y el Santuario del Cristo de la Ascensión, antes de que corran peligro de "destierro".


Cómo evidentemente no podemos adjudicar la construcción de nuestra iglesia a nadie en concreto, nos hemos limitado a sacar un listado de distintos oficios de la época y dejar una puerta abierta al simple hecho de pensar, si alguno de ellos, o algún discípulo, tuvo algo que ver en su realización..

• Santiago García: Maestro de obras y escultor ourensano. En el año 1794 realiza el coro del Monasterio de Osera y en 1804 la fachada de la iglesia de Señorin.

• Antonio de Montaos : Platero ourensano. Trabaja en la ciudad de Orense y alrededores en 1713.

• Francisco Novoa: Platero ourensano. Realizaba sus obras en el año 1735 en la comarca de Valdeorras.

• Jacobo Pecoul Montenegro: Orfebre. En el año 1788 realiza un cáliz para San Salvador de Sobradelo. En el año 1796 Realiza Viril, Cruz Parroquial e incensario para el Abad de Santa María de Mones y Santiago de Petín (Obispado de Astorga, todo lo que importó 6.000 reales). En el año 1809 relicario y copón para Santa María de Baños.

• Fray Pedro de San Nicolás: Tracista de Monforte (Lugo).Trinitario Descalzo y maestro de obras.

• Jerónimo Peñalba: escultor de la misma localidad, su trabajo data del año 1774.

• Ignacio Silva: Escultor, también de Monforte. Año 1754.

• José Seguín: Escultor. De Rairiz da Veiga (Orense). Año 1729.

• Pedro Ribas: Maestro de obras. Aunque natural de Pontevedra, realizó toda su obra en nuestra comarca.

• Juan Antonio Barros. Maestro de cantería de Rianxo.. Tenemos ciertas sospechas que intervino en la realización de la torre del campanario de nuestro querido Santuario de la Ascensión.

Dejando que nuestra imaginación nos lleve a otro tiempo casi podemos acabar por oir el golpeteo acompasado de unos cinceles y alguién que nos dice:

¡ Todeito mastio xidísimo ! ¡ Cernias!

En el verbo de los Arxinas
¡En total todo lo más hemoso. Graciñas!

Fuentes:
Historia de artistas de Galicia en los siglos XVI y XVII. D. Pablo Pérez Costanti. - Archivero del Municipio de Santiago.
Galicia Artística en el siglo XVIII y el primer tecio del XIX José Couselo Bouzas.
Verbo dos Arxinas. Feliciano Trigo Diaz.
Texto: Pepa Barrio Fernandez
Fotografías: Javier Gutierrez y Juan Carlos Alvarez


http://pradaweb.blogspot.pe/2011/11/la-marca-de-los-canteros-en-la-iglesia.html

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