AMIGOS DEL BLOG

domingo, 18 de agosto de 2019

Margen o fase liminal: los viajes, las puertas y los elementos

Margen o fase liminal: los viajes, las puertas y los elementos
Raquel Ofelia Barceló Quintal 
Universidad Autónoma de Hidalgo

Durante la liminalidad (limen en latín significa umbral) el candidato se encuentra en un periodo intermedio, sus características son ambiguas, ya que posee pocos o ninguno de los atributos del masón. En esta fase intermedia se nivela a un estatus estructural superior al que inició. El ritual continúa en la medida en que éste implica prueba, y viaje purificación y sublimación, esto puede considerarse como una iniciación [Thomas, 1993:210]. Es el momento de la fase liminal y acontece en el espacio de la Logia. 

El candidato debe desnudar el seno, el brazo y pie derechos, y la rodilla izquierda. La preparación cambia en algunos detalles según la época; en 1726 el masón Graham narró: “No estaba ni sentado, ni de pie, ni andando, ni corriendo, ni a caballo, ni suspendido, ni volando, ni desnudo, ni calzado, ni con el pie descalzo” [Graham, 1726:4]. En 1745, en un grabado de Amsterdan se muestra a un candidato recibiendo la luz con los ojos vendados, el seno y el brazo derecho desnudos, la rodilla izquierda descubierta y el pie derecho “en pantufla” [Naudon, 1991]. 

El neófito después de su segundo nacimiento sube de nivel. Con los ojos vendados se le conduce de nuevo al plano que abandonó para seguir con el ritual, tiene una cuerda alrededor del cuello y así entra al recinto de la Logia; la cuerda del cuello significa que ha sido engullido por el monstruo y la muerte, cuando se elimina la cuerda se entiende que salió triunfante y purificado. Entre su llegada a la puerta de occidente y el momento en el que recibe la luz, el postulante viajará guiado por manos compasivas. Su periplo iniciático terminará cuando se le retire la venda y pronuncie su juramento ante el altar, al oriente. A partir de este peregrinar, del occidente al oriente, será sometido a pruebas de purificación de los tres elementos restantes: agua, aire y fuego.5 

En el rito Escocés Antiguo y Aceptado, tras prestar juramento y beber la Copa de las Libaciones el candidato será llevado para dar tres vueltas o viajes en la Logia, y este es el segundo espacio donde continua el rito de paso. Un guía responderá por él en cada uno de ellos para que pueda pasar y continuar su progresión ya que el postulante está ciego en este momento. 

En esta fase de la iniciación los partícipes del ritual comparten experiencias comunicativas; están representando una secuencia ordenada de sucesos metafóricos en un espacio que ha sido ordenado para proporcionar un contexto metafórico [Leach, 1978:57]. Primero, el candidato no se encuentra sólo está ante una comunidad, y segundo el espacio está lleno de metáforas: escuadras y compás flanquean el correr de los salones que el candidato cruza con los ojos vendados. Las escuadras, recuerdo pitagórico, invitan a la rectitud moral, son celosas de la superioridad de los compases, verdaderos árbitros de los límites, adalides del equilibrio entre el espíritu y la materia. 

Los hermanos masones forman una cadena de unión llamada, en este momento, cadena iniciativa temporal cuyo sentido es la catena auri que une el cielo y la tierra. Los hermanos forman la cadena de unión con los brazos cruzados sobre el pecho y las manos entrelazadas con la de los dos hermanos de junto. Este acto representa el poderoso influjo de la unión ritual de todos los hermanos en un aquí y ahora para elevar el nivel espiritual. También es un escudo protector para que los elementos garanticen su irradiación [Martínez Oter, 2005:96 y s.]. 

En el primer viaje el candidato, ayudado por el Experto y el Maestro de Ceremonias, se desplazará desde las Columnas de Occidente, pasará primero por una plancha de bolas dispuestas a lo largo de la Columna del Sur, después por una plancha de báscula dispuesta a lo largo de la Columna del Norte. En este viaje oirá un ruido hecho con los pies y las espadas, después del cese del ruido el Venerable Maestro dará un golpe de mazo mientras que una corriente de aire cruzará su rostro. Esta parte del ritual cambia en el Rito Francés Tradicional donde el candidato da pasos cortos y lentos y con una marcha irregular y en zigzag para que no sepa qué tipo de terreno recorre; el viaje es penoso, con dificultades y obstáculos dispuestos artísticamente sin emplear ningún medio que pueda herir o incomodar al candidato. Durante este viaje se representará el sonido del granizo y los truenos con el fin de infundir en su alma algún sentimiento de temor [Teisser, 1883]. En el Rito Memphis-Misraím al candidato le hacen girar constantemente sobre sí mismo, al llegar al Norte se le detiene ante el segundo Vigilante donde es purificado por el agua. En el Rito de York, el candidato efectúa una primera parte de la circulación completa y es conducido al sur, delante del Segundo Vigilante, por el Primer Diácono mientras se lee el salmo 133 [Wilmshurst, 1957]. En algunos talleres con frecuencia añaden música que contiene diversos ruidos como truenos, tempestad y otros ruidos metálicos. 

Realizado el primer viaje el Maestro de la Logia le dice al candidato: “Esta experiencia simbólica constituye la prueba del Aire de los Antiguos Misterios, que viene después de la prueba de la tierra que has sufrido en la estancia en la Cámara de Reflexión”. Tras el primer viaje por la Logia el candidato es llevado al punto de partida, al Occidente, entre las columnas, ante la puerta de la Logia.

El segundo viaje o prueba del agua se hará en el sentido de la circulación habitual, es decir, de oeste a este, saliendo del norte y volviendo al sur. En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado el terreno es más regular porque existen menos obstáculos y sólo se escuchan espadas que chocan. El candidato sumerge su mano en un cubo de agua y el Maestro de ceremonias seca las manos del candidato con una toalla y todos los ruidos cesan. En el Rito Francés la ceremonia varía poco, los ruidos son producidos por una orquesta; mientras que en el Rito Escocés Rectificado después de secarle las manos con una toalla, el candidato hace una inclinación hacia el oriente, momento en el que el Venerable Maestro da el golpe sobre el altar para dar una segunda máxima [Teisser, 1883]. En el Rito Memphis-Misraím reina un silencio mientras se lleva a cabo el segundo viaje. 

En el tercer viaje o prueba de fuego, en el mismo Rito, la marcha es reposada y no se escucha ningún ruido. Al pasar por el sur el candidato atraviesa unas llamas producidas oportunamente por el maestro de ceremonias con una antorcha.6 

En cada viaje y en cada puerta el candidato es detenido y se le apunta con un mazo sobre su pecho por el Vigilante, en el Rito Francés usan una espada que apunta directo al corazón, que dice: ¿Quién va?, en cada puerta y después de cada purificación se le activa el corazón por medio del mazo; éste instrumento, llamado también mallete (del francés maillet y del latín malleus, martillo de dos cabezas), es de uso exclusivo del venerable Maestro y de los dos Vigilantes (cada uno tiene su propio mazo), y reciben el nombre respectivamente de primero, segundo y tercer mallete. Los Vigilantes lo portan al hombro. 

La idea del viaje o viajes está relacionado (s) con la entrada de las organizaciones espirituales que siempre va del exterior al interior. Hacer viajar al candidato al revés: subir, bajar, caer, zigzaguear, etc., muestra claramente que no sabe a donde va ya que no tiene el conocimiento que le permite poseer ese estado y existir como iniciado. En los tres viajes se manifiestan al menos dos cosas: se describen de algún modo círculos concéntricos que van a conducir paulatinamente al candidato cerca del centro de la Logia, el lugar más sensible, lugar que consideran los masones como la fuente de la luz. Los viajes están cargados de un simbolismo solar, al pasar el candidato por los tres puntos de luz fundamentales de un día: el este, el oeste y el sur, salvo en el Rito Escocés Rectificado que manda al candidato a detenerse en el norte, en el sur y después en el oeste [Langlet, 1999:118], los tres viajes pueden, además, enfocarse perfectamente como tres partes de un único viaje considerado globalmente. 

Los ruidos de los dos primeros viajes son una particularidad francesa ya que los anglosajones las desconocen y el silencio reina durante los viajes. La razón de los sonidos es dar la sensación de disminución de intensidad en la medida en la que el candidato se aleja de las canteras y llega al corazón de la construcción; en otras palabras se aleja del mundo profano y del exterior para llegar al centro de la sabiduría. Para continuar su progresión hacia el altar, el candidato se detiene tres veces en lugares determinados; por decirlo de una manera, describe tres círculos concéntricos acercándose al centro, en cada uno de ellos se verá obligado a pasar por tres puertas que no por ser invisibles son menos reales, éstas están representadas por el Segundo Vigilante, el Primer Vigilante y el Venerable Maestro que son los guardianes de las puertas. Ante la pregunta ¿quién va? y la respectiva respuesta, al identificado se le permitirá la entrada. Para atravesar los tres recintos el candidato deberá dar tres golpes, y lo hará golpeando con la mano el hombro del guardián de la puerta, su mano será guiada por el que lo acompaña ya que lleva los ojos vendados y en realidad no sabe en donde está. 

Los cuatro elementos que aparecen en el ritual son los principios constitutivos de la materia y por lo tanto de la manifestación. El aire y el fuego son elementos masculinos, activos y sutiles, opuestos y complementarios con la tierra y el agua, femeninos y pasivos. El aire, que representa al mundo intermedio entre la tierra y el cielo, se relaciona con el soplo que da origen a la creación, es el hálito vital que permite el delicado equilibrio de la vida y con el viento que, como el espíritu, sopla donde quiere. Es un elemento purificador y revelador en estrecha relación simbólica con los ángeles, las alas y el vuelo. El aire se identifica con la aspiración y expiración cósmicas, y con el alma humana, y a la respiración individual, gracias a la cual se purifica la sangre y se posibilita la vida; está relacionado, también, con lo gaseoso, lo misterioso, lo oculto y lo secreto. 

Los elementos juegan el papel de purificadores. La agitación del aire imita una zambullida del candidato en el elemento; la mano sumergida en el agua o las llamas agitadas ante el candidato manifiestan el engullimiento y el recubrimiento.

Notas.

5. Estas pruebas se realizan para el Rito Escocés Antiguo y Aceptado y el Rito Escocés Rectificado; para el Rito Francés, las pruebas de los elementos son dos: el agua y el fuego y ninguna para el Rito de Emulación ni para el Rito de York.
6. En la actualidad la antorcha fue sustituida por un radiador eléctrico


No hay comentarios:

Publicar un comentario