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lunes, 7 de octubre de 2019

Arqueología de los Altos Grados masónicos

Arqueología de los Altos Grados masónicos


Más allá de los 3 grados fundamentales heredados del “Mason Word”, del cual el Rito Moderno o Francés es su más fiel modelo ritual evolutivo tal cual se practicó, principalmente, según la regulación llevada a cabo por Roëttiers de Montaleau como ejemplo de cohesión y coherencia (así como de vigencia atemporal y potencial perennidad para su puesta en práctica), también es bueno estudiar los denominados Altos Grados (Grados de Sabiduría, Órdenes de Sabiduría) cuyos grados caballerescos, alquímicos y rosacruces (cuando existen en un rito) se remontan culturalmente (no necesariamente históricamente) a una herencia Rosacruz (1614-16) que es muy útil para estudiar y comprender, aunque nunca se debe confundir ni verbalmente, ni cultural o administrativamente Francmasonería (en 3 grados) y Caballería (Altos Grados).

Mucho se ha escrito y hablado de la relación de la masonería con las órdenes de caballería y el Temple, en concreto, creando fábulas parecidas a guiones de película de ciencia ficción-histórica, pero muy al gusto del público en general.

Es por ello que, dado este objeto de análisis cuasi inmortal, traigo un artículo escrito en abril de 2016 para Blog Maçonnique Hiram.be por Patrick Négrier, prestigioso filósofo e historiador masónico por todos conocido, con quien me honra mantener una fraternal amistad y aprender de sus amplios conocimientos e investigaciones. Este escrito de reflexión y análisis histórico, seguro que ayudará a poner cada cosa en su lugar preciso, aunque deje perplejo a más de uno tras el derribo argumentado de falsos mitos e incluso dejando en evidencia referenciales personajes legendarios.

Arqueología de los Altos Grados masónicos

1658: El contrato masónico de la Logia escocesa en Perth establece por primera vez el hecho histórico de la filiación institucional de la Logia Calvinista Presbiteriana de Perth a la Logia Escocesa y calvinista presbiteriana de Kilwinning, y en segundo lugar establece la filiación cultural de la Logia de Kilwinning (que practicó al menos desde 1637 el rito calvinista del Mason Word o Palabra de Masón, que se refería explícitamente al simbolismo del templo de Jerusalén construido por Salomón y descrito en I Reyes 6-7) al "templo de los templos", alusión al simbolismo del templo de Jerusalén, que en realidad sirvió como base para el rito del Mason Word (uso de las palabras Bo'az y Yakin) que practicaban entonces las logias presbiterianas calvinistas de Escocia, como las de Kilwinning y Perth.

1724: basándose en el Contrato de Perth, con la intención de burlarse de las logias escocesas presbiterianas que practicaban el Rito Calvinista de la Palabra de Mason que él llama un "vómito" (él usa en su texto un neologismo extraído a la vez del hebreo y del griego, Manaboleth, que significa "vómito"), el escritor panfletista irlandés y anglicano Jonathan Swift, profundamente hostil al calvinismo presbiteriano escocés, escribe su Carta de la Gran Maestra de las francmasonas a M Impresora de Harding donde, debido a la conexión cultural que enlazaba la Logia Kilwinning practicante del Rito de la Palabra Mason con el simbolismo del Templo de Jerusalén, menciona la Logia Kilwinning que él asocia, sin ninguna consideración a la verdad histórica, a la mención de los caballeros de San Juan de Jerusalén y Malta, sin que existiera la menor relación histórica entre la masonería aparecida en 1356 (Reglamento para los masones de Londres) y esa caballería, ni siquiera que hubiese la más mínima relación histórica entre las logias calvinistas presbiterianas de Escocia que practicaban el Rito de la Palabra de Masón y los caballeros católicos, sino porque las logias escocesas que practicaban el rito calvinista del Mason Word practicaban antes de 1637 el rito anglicano de los Antiguos deberes (como lo demostró el Profesor David Stevenson en Los Primeros Francmasones), un rito en el cual estas logias escocesas solían recibir a sus aprendices el día de San Juan de invierno.

Francia de 1736-1737: sin entender que la Carta Swift de 1724 era un simple panfleto carente de validez histórica (excepto por su referencia implícita al Contrato de Perth), el Francmasón y caballero católico Andrew Michael Ramsay tomó ingenuamente al pie de la letra su contenido y creyó que podía basarse en este escrito de Swift para proclamar ante los francmasones franceses (que en su mayoría eran católicos) la existencia de una filiación histórica entre la masonería y la caballería, una filiación que nunca existió.

Francia, años 1740: aparecen rituales masónicos de altos grados. Encontramos un eco de la existencia de estos altos grados en 1745 en L’Ordre des francs-maçons trahi de Gabriel-Louis Pérau. Algunos de estos rituales pretenden continuar la leyenda de Hiram y se refieren explícitamente a la caballería.

Patrick Négrier
Traducción autorizada por el autor y revisión:
Joaquim Villalta, Vª Orden, Gr.·. 9, 33º

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