AMIGOS DEL BLOG

domingo, 31 de mayo de 2020

EN EL ANTIGUO PERÚ EXISTÍAN MUNDO MUY BIEN DIFERENCIADOS.

EN EL ANTIGUO PERÚ EXISTÍAN MUNDO MUY BIEN DIFERENCIADOS.

Mochica

El mundo de “arriba”, el mundo de “abajo”, y el mundo terrenal. Esa concepción del cosmos condicionará muchos aspectos de su vida y dará explicación mediante leyendas y mitos a aquellos sucesos que no se comprenden.

El mundo de “arriba” lo dominan fuerzas poderosas, como los astros, las lluvias, las tormentas o fuerzas extraordinarias sobre las que los seres vivos no tienen control alguno. Ese mundo fue representado en multitud de ocasiones por figuras de seres que tenían la capacidad de volar (las aves).

En cambio, el mundo de “abajo”, subterráneo, interior, oscuro y húmedo como un útero, es capaz de engendrar vida, es ese espacio donde se siembran y germinan las semillas. Es un mundo también de agua, de manantiales, lagunas y ríos. A ese mundo pasan los seres que mueren, representando así el ciclo de la vida. En esta ocasión los Mochicas eligieron a la serpiente como el animal que mejor representaba ese mundo simbólico de “abajo”.

El mundo de “arriba” y “abajo” se conectan en el “aquí y ahora”, en el mundo terrenal. Este era un espacio de conexión entre las fuerzas opuestas. El poder de este mundo fue representado por grandes animales felinos, como el jaguar y el puma (a su vez, grandes cazadores).

Esos mundos y sus representaciones fueron plasmados en multitud de objetos y gracias a su conservación a lo largo de estos siglos y al rescate de los mismos por parte de los arqueólogos hoy podemos acercarnos y comprender mejor la cultura mochica, su época, su concepción del mundo que les rodeaba y de su visión cosmológica. El tránsito, la interacción y la dinámica existente entre esos mundos fueron representados mediante espirales, motivos escalonados y volutas.

EL CONTACTO E INTERACCIÓN DE ESOS TRES MUNDOS SE LOGRABA GRACIAS A LA PRÁCTICA DE UNA SERIE DE RITUALES.

Esas ceremonias permitían el contacto de los “dioses de arriba” con los “difuntos de abajo”. Mediante estas prácticas los habitantes del mundo terrenal podían propiciar la continuidad de los ciclos vitales de la naturaleza y asegurar ciclos regulares de la madre tierra, la Pachamama.

En los rituales los Mochicas depositaban sus ofrendas a los muertos y ofrecían sacrificios a los dioses. En muchas piezas de arte representaron esas escenas donde dioses, muertos y humanos interactúan durante la ejecución del rito. Gracias al arte Mochica se ha podido estudiar algunas de esas ceremonias, como aquella que se inicia con un combate y que finaliza con el sacrificio de los vencidos.

Otra de los ritos destacados era el “Brindis ceremonial”, donde los hombres y mujeres brindaban en comunidad con la chicha obtenida de la fermentación del maíz. En ocasiones, en épocas de sequías o malas cosechas los mochicas ofrecían a sus dioses sangre humana o de animales, todo para lograr la fertilidad de la tierra o la llegada de lluvias que irrigasen los campos. Esos sacrificios se solían realizar con copas de materiales excepcionales, como el oro o la plata y sólo podían ser manipuladas por el sacerdote o chamán.

Dentro de los rituales, destaca la importancia de venerar a los antepasados, a los muertos. En la cosmovisión Mochica, los muertos no fallecen, más bien dejan el mundo terrenal para adentrarse en otro mundo. La muerte, por lo tanto, representaban el tránsito de un mundo a otro. Ese proceso iba acompañado de una ceremonia y una representación que debía hacerse con sumo cuidado para que el fallecido lograse alcanzar su destino.

Todas las culturas tratan de explicar el origen y funcionamiento del universo de muy diversas formas, aunque todas ellas tienen conexiones simbólicas, a pesar de no haber convivido ni en el espacio ni en el tiempo. El objetivo de esas explicaciones es mantener un orden universal para contrarrestar las amenazas y fuerzas que generan el caos. De ahí su necesidad de crear una fuerza que contrarreste esas fuerzas y devuelva la serenidad y el orden, que asegure el equilibrio natural del cosmos.

En la cultura Mochica ése héroe era Ai Apaec, que bien se pudiera comparar con el Odiseo griego o el Hércules romano. Las narraciones del héroe empezaron a relatarse hace 1800 años, y sus hazañas se plasmaron en numerosas vasijas y utensilios cerámicos. Este héroe era representado con un tocado en la cabeza de un felino salvaje, quizá un jaguar, del que adquiere su fuerza felina y que se evidencia en su rostro en sus dos colmillos que sobresalen en su boca. Su cabeza también está coronada por una pluma de cóndor y en su cintura encontramos una serpiente que la bordea, teniendo de esta forma los tres elementos esenciales que representan esos tres mundos de la cultura Mochica. Él, Ai Apaec, representaba a los humanos y los conectaba tanto con las fuerzas sobrenaturales y divinas del mundo de “arriba” como con los muertos y ancestros del mundo de “abajo”

No hay comentarios:

Publicar un comentario