Expongo este trabajo en una especie de recesión entre una traducción personal sobre el trabajo de Pierre Mollier sobre el Rito Francés y la Biblia, (entre cursivas) y una serie de comentarios personales sobre dicho articulo, que creo lo complementan y lo explican... Espero les resulte interesante..
Víctor Guerra
El investigador y bibliotecario del Gran Oriente de Francia: Pierre Mollier en la revista JOABEN, que edita el Gran Capitulo de Rito Francés del Gran Oriente de Francia (GCGRF-GOdF) publicaba en el nº 6 de enero del 2016, un trabajo titulado: El Rito Francés y la Biblia, el cual voy a exponer de una manera personal y abierta, arrancaba de este modo:
«El rito francés y la Biblia, he aquí un sujeto interesante, aunque delicado. Delicado en tanto que aborda una cuestión complicada a tratar sobre el plan metodológico».
No deja de ser cierto que el tema además de complejo, suele remover algunas sillas entre los franceses (en el argot los que practica el Rito Francés) pues hablar de este tema es como mentarles la bicha. Sin embargo, tal y como nos explica Pierre Mollier «los informes del Rito Francés y la biblia en el siglo XVIII «no eran solamente una cuestión académica» pues no en vano podemos decir sin ambages que el tema de la biblia forma parte del gen de la ritualidad masónica.
Claro está que habría que diferencia la posición de unos y otros (ingleses y franceses) ante la cuestión religiosa, y lo conceptos de la preponderancia de la razón sobre la tolerancia religiosa, la libertad de dogmas fundado en esos tiempos sobre la bondad de las virtudes sociales.
Por tanto, cuando se nos plantea el tema de abordar el tema de estudio, nos deja de aparecer paradigma de cómo hacerlo y sobre qué, y esto es algo que se ve muy a menudo, o sea la mezcolanza al referirse al Rito Francés, sin saber muy bien sí se está hablando del ritual Groussier, o este como Rito, o como hacen algunos autores, mezclar a su vez las cuestiones rituales del RF de la masonería simbólica con las Ordenes de Sabiduría, tanto es así que él mismo plantea esta «cuestión como no muy común [definir los límites de lo que se entiende y se está explicando bajo la denominación de Rito Francés] entre los estudiosos en Francia sobre tal rito».
Escribe P. Mollier a continuación de lo expuesto, a la hora del abordaje temático sí «¿Se considera el Rito Francés como la práctica masónica del siglo XVIII en Francia? O en cambio ¿Se haría sobre un enfoque más específico, como es la versión adoptada por el GOdF en 1785, y conocida con el nombre del Régulateur du Maçon?»
Para este prestigioso investigador lo mejor es hacerlo sobre lo que él considera más idóneo, y por ello pone las cartas sobre la mesa indicando al «Rito Francés del siglo XVIII, como [sujeto a] los usos de las logias francesas de 1740 a 1780, es decir el «Rito de los Modernos» importado a Francia en 1720».
Ante cuya aseveración hay que indicar que llamarlo Rito Francés del siglo XVIII, no deja de ser un convencionalismo nacionalista, pues el calificativo de Rito Francés, es muy tardío, digamos que se encuentra en una cita de 1799 en el seno del GOdF con relación a la constitución de una logia al Oriente de Nueva York, luego en 1800 vuelve a verse otra cita: «sous le Rit français».
En todo caso tales apelaciones a la forma ritual de los «Modernos» como Rito Francés y de forma más multitudinaria vienen de la mano de autores como F.H.S Delaulnaye que habla en 1813 de una masonería azul..., según el régimen del Gran Oriente de Francia y también Villaume habla del Rito Francés o Moderno en su edición de 1830, como anteriormente lo había hecho Grasse-Tilly con «rito Moderno» en 1813.
. En ambos casos, el tema remite a un origen inglés, aunque esto a los Hermanos franceses no les suele hacer mucha gracia, y por ello creo, que tildan de forma común como Rito Francés a toda una práctica ritual que debiera ser entendida y denominada como Rito Moderno, al menos hasta la aparición del Régulateur du Maçon.
Pues pese a lo que dicen algunos autores de la nueva ola, los cuales no han hecho ni una sola comparativa ritual, y por tanto desconocen las diferencias textuales y hasta de concepto entre el Rito Moderno y aquello que encajaría dentro del cajón de sastre que es, al menos lo que yo entiendo, como Rito Francés, o sea todo aquello que va desde la reforma ritual de Murat hasta los actuales Cuadernos de Referencia del Rito Francés que usa el GOdF.
Por dicha razón al paradigma sobre la pregunta que se hace Pierre Mollier, habría que añadir esta otra cuestión a despejar, ¿De qué Rito Francés hablamos? De hecho, ante esa misma cuestión, él mismo define el modelo a la hora de abordar el tema del Rito Francés y la Biblia, que da pie a este artículo
Para llevar adelante tal tarea, plantea hacerlo definiendo Rito Francés como la práctica que recoge un pequeño texto intitulado: Corps Complete de Maçonnerie adopté par la RGL de France.
El origen de tal texto, él lo sitúa, como procedente de una edición encargada por la Primera Gran Logia de Francia, de la cual hace descender al Gran Oriente de Francia (GOdF) y cuyo texto recogería las practicas masónicas entre 1760 y 1780. Claro está referido al tema de la masonería simbólica.
En cuanto a las Ordenes de Sabiduría (Altos Grados del RF) este nos propone ser haga ante las clásicas versiones que abordan los grados Elegidos, o Escoceses, o el Caballero de Oriente y el Príncipe Rosa-Cruz de antes de 1780, pero fijando como versiones canónicas las del GCGRF y del GOdF, fijando como tales tanto el Régulateur du Maçon como el Régulateur des Chaveliers Maçons, y aquellos otros impresos en el siglo XIX, los cuales, entre ellos presentan, como dice Pierre Mollier, «diferencias ínfimas con respecto a los textos aprobados en 1785»
Con relación al cuerpo de estudio de este artículo, Pierre Mollier, éste nos hace ir a buscar las primeras reacciones que se dieron en 1691, en cuyo momento el pastor Robert Kirk, decía «La Mot del Maçon, es para algunos un misterio, no voy a ocultar lo poco que sé. Es una especie de tradición rabínica en el sentido de un comentario en Jackin y Boaz, las dos columnas erigidas en el Templo de Salomón; con una adición de una cierta señal secreta pasada de mano a mano, por el para el reconocimiento cotidiano entre ellos».
Prosigue Pierre Mollier:
«En Inglaterra, entre 1720 y 1730 época en la que funcionó la Primera Gran Logia, esta no hace otra cosa que reorganizar y enriquecer en tres grados en los viejos rituales de las Logia de Escocia que conservaban y desarrollaban la referencia del Templo de Jerusalén abordando el cuadro naciente del de la leyenda de Hiram y el tercer grado.
Los «Modernos» toman prestados sus símbolos de la Biblia; en cambio en Francia no solo es eso, sino que van a enriquecer los rituales, pero no se conformarán con poner sobre algo sobre altar, sino que multiplican las referencias bíblicas, tanto es así, que la biblia está presente en el centro de la logia:
«Al pie del trono habrá un altar triangular […] sobre ese altar deberá haber una escuadra, un compás, una biblia, un mallete y tres antorchas».[1]
Lo cual cumplirá una función simbólica y también pedagógica que viene sobre todo de la mano de los catecismos que se usan a modo de reglaje nemotécnico con los aprendices en base a una serie de preguntas y respuestas establecidas:
· P.: ¿Ve usted joyas?
· R.: Si Venerable Maestro, tres móviles y tres inmóviles
· P.: ¿Cuáles son las móviles?
· R.: La Biblia, la Escuadra, y el Compás […]
· P.: ¿Cuál es el uso de las móviles?
· R.: La Biblia, es Dios & un ser que nos mantiene en su temor & y nos instruye en nuestra religión.[2]
Tal y como podemos comprobar por este trozo de del Corps Complete de Maçonnerie, no hay ambigüedad dentro de la atmosfera religiosa en la cual se pueden apreciar las precisas referencias bíblicas que el citado ritual expone:
· P.: ¿A quién se dirige vuestra logia?
· R.: A San Juan
· P.: ¿Por qué?
· R.: Porque San Juan en tanto que es primer percusor de la fe y por el bautismo del Señor, y él fue elegido por su jefe[3].
Aun cuando el símbolo no es de origen ostensiblemente religioso o bíblico, no deja de ser comentarlo a la luz de la biblia:
· P.: ¿Cómo fue introducido usted en logia?
· R.: Por tres grandes golpes
· P.: ¿Qué significan?
· R.: Estas tres máximas de la Escritura Santa: Buscad y hallareis; llamad y se os abrirá; pedid y se os dará.[4]
Está claro que la fórmula del Evangelio de Mateo, contemplado en el séptimo versículo del capítulo 7 está tomada de la «Santa Escritura» como así se describía a la Biblia en el siglo XVIII».
No cabe duda que el ritual que se ha escogido tiene muchas referencias bíblicas, y toda una atmosfera religiosa, aunque la duda que habría que despejar, es sí los rituales que se tienen como «referentes» de «Los Modernos» en Francia, como pudieran ser los rituales, conocidos como el Demasqué, o el Chartres o el Recuil, presentan las mismas referencias bíblicas tal y como lo hace este Corps Complete de Maçonnerie adopté par la RGL de France, que parece haber sido buscado a propósito para mostrar ese contraste
Puesto que sí se quiere despejar la duda, y a riesgo de caer en cierto chauvinismo y miopía, debiéramos ser justos y hacer un pequeño paréntesis comparativo con respecto a lo que nos indican esos otros rituales referenciales del Rito Moderno:
El Sello Roto /Sceau Rompu de 1745
· P.: ¿De dónde viene usted?
· R.: De la Logia de San Juan
· P.: ¿Qué recomendación nos aporta usted?
· R..: Ser recibido por los Hermanos& Compañeros de esta logia […]
· P.: ¿Cuáles son los signos delos Masones?
· R.: La Escuadra, el Nivel, y la Perpendicular
Si bien es cierto que expone lo ya comentado acerca de los Tres grande Golpes, de donde lo toma el Corps Complete de Maçonnerie, pero el tema de San Juan no va más allá y tampoco en el tema de reseñar como punto cardinal la Biblia; y en lo mismo incide el Demasqué (1757) salvo que la respuesta ante la Logia de San Juan y el porqué, el Aprendiz en el catecismo contesta:
R.: Porque los Hermanos masones se encuentran unidos por la conquista de la Tierra Santa, y han tomado a San Juan como patrón.
El Recuil (Berté) 1788 por su parte no indica nada al respecto de lo planteado por el Corps.. salvo en el tema de la Logia de San Juan, cuya pregunta y respuesta es:
· P.: ¿Cómo se llama su Logia?
· R.: De San Juan
· P.: ¿Por qué decís de San Juan, y no de otro santo?
· R.: Debido al tiempo de las guerras en Palestina, los Caballeros de la Orden de San Juan se unieron a los masones para combatir a los infieles.En este aspecto el Ritual de Chartres, aumenta la contestación e indica que tales caballeros en Palestina se reunieron en una iglesia de San Juan y tomaron tal nombre por Patrón.
No deja de ser curioso, tal y como nos indica el historiador francés al referirse al «cuadro del Templo de Salomón y lo sillares de la leyenda del maestro Hiram, en el grado del Elegido aparece como menos dependiente de los elementos bíblicos. La fuerza de la mítica del concepto de venganza, con todos sus excesos, relega a un segundo plano a la Biblia a un fondo decorativo».
En cuanto a las Ordenes de Sabiduría, Pierre Mollier nos instruye de este modo:
«Como revancha en los grados de Perfecto Maestro Inglés y Escocés de la Bóveda, que forman parte de la trama del 2ª Orden son incomprensibles si no se les pone en relación con los pasajes de la biblia. De este modo el Perfecto Maestro Inglés que constituye la primera parte del II Orden, donde se retoma los episodios del sacrificio de Jacob y la ordenación del Gran Sumo Sacerdote Aarón. ¿La dimensión sacerdotal-simbólica (real) no parece asombrarnos?
Sabemos que el grado de Caballero del Oriente es uno de los más antiguos grados de la masonería francesa y parte del futuro 3ª Orden tomando en forma masónica el pasaje del libro de Esdras donde los judíos son liberados por Cyrus para regresar a Jerusalén para construir el 2º Templo.
Con el grado Rosacruz que formará la materia de la 4ª Orden este alcanzará la cumbre de relaciones entre el ritual masónico y la biblia, pues reproduce fielmente la escena de la pasión tal y como es expuesto por los Evangelios. La lectura de estos textos del siglo XVIII y la naturaleza profundamente cristiana del grado aparece claramente en la ceremonia del Soberano Capitulo Rosa-Cruz que se desarrolla sucesivamente en varios lugares simbólicos:
En el 1º Estadio, este representa el Monte del calvario, y estará teñido de negro y alumbrado por 33 luces.[5]
El 2º Estadio, se representa la tumba en el instante de la resurrección de Jesucristo, siendo representado de la forma más pomposa posiblemente. La tapicería será lo más brillante posible, sin ninguna figura humana […] sobre el altar que estará bien decorado, habrá una representación de Jesucristo saliendo de la tumba triunfante.[6]
La ceremonia se concluye con una cena que se presenta como una «conmemoración de la Pascua y de la aparición de Jesucristo y sus discípulos en Emaús».[7]
El ensamblaje de la ceremonia aparece en el ritual del grado de Soberano Príncipe Rosa Cruz se hace para «recrear alegóricamente el paso de la muerte a la resurrección de Jesucristo».[8]
Desde el grado de Aprendiz al de Rosa Cruz que tan a menudo constituye la cima del periplo masónico, los rituales de 1760-1770 multiplican las referencias bíblicas, y es que en esa época como nos indica-Pierre Mollier- es esos años la masonería francesa tiene una incontestable dimensión religiosa».
Hasta aquí lo que nos indica en su artículo de Pierre Mollier, el cual aborda también un tema interesante como fue la Laicización del Rito Francés por el Gran Oriente de Francia y el Gran Capítulo General del RF.
Tema interesante y que muestra la reconversión profunda la cual, si bien se va a lograr con la codificación del Régulateur du Maçon de Röettiers de Montaleau, ese mismo objetivo será posible en cuanto a las Ordenes de Sabiduría, puesto que toda la columna vertebral de los grados u órdenes, se cimientan sobre relatos bíblicos.
Pero dejemos que sea Pierre Mollier el que nos explique su visión:
«Después de haber logrado la restructuración de la vida masónica francesa y ganar la apuesta de constituirse la masonería como un Centro Común para las logias del reino en los años 1760, el Gran Oriente atacará la cuestión de revisar y adecuar los rituales.
Siendo estudiados los archivos se ve la necesidad de fijar unos textos de referencia en función de la demanda de los talleres. El mismo equipo, pero esta vez dentro del cuadro del Gran Capitulo General, se abordará un trabajo similar para los Altos Grados sobre la misma época, cuyos rituales son publicados en los comienzos del silo XIX, con el título de Régulateur du Maçon para la masonería simbólica y Régulateur des Chevaliers Maçons, para las Ordenes de Sabiduría
Tras el examen se deja notar que las estructuras generales en diferentes puntos son muy próximas en cuanto a los usos de los rituales de 1760 a 1780, lo cual nos lleva al Corps Complet de Maçonnerie. Aunque llama la atención con relación a los textos anteriores la ausencia de fórmulas religiosas en la eliminación de las citas bíblicas en consonancia con el proyecto del Gran Oriente de proceder a una verdadera laicización de los rituales en esa idea que se llevó adelante con la revisión de los rituales».
El 18 enero de 1782 se funda la Cámara de Grados, y en ya en su constitución se comienzan los trabajos y se nos explica el espíritu que preside la reescritura de los rituales. En la segunda sesión se trató la cuestión del método por el cual será ejecutado el trabajo de revisión, y sobre cuyo contexto se interrogan los Hermanos para saber, sí «se comenzará por fijar una Meta, pero debiendo proceder al examen de grades según un orden analítico conocido, sobre los cuales se pronuncian y realizan sus observaciones [varios miembros], entre las cuales el Orador, concluyendo con una votación por la cual fueron adoptadas mediante voto unánime».[9]
La segunda fase fue la creación del Gran Capitulo General de Francia que fue constituido en 1784 «por los supervivientes de los Consejos de los Emperadores y los Hermanos titulares de los Altos Grados incardinados en los siete Capítulos de Altos Grados parisinos, con una estructura en base a la federación de los Capítulos del reino, la cual pretendía como primer objetivo formar un solo «cuerpo regulador» bajo el cual se trabajaría el Rito Francés en siete grados: Aprendiz, Compañero Maestro en la llamada masonería simbólica y en los que respecta a los Altos Grados esto estaban conformados por los grados de: Elegido, Escocés, Caballero del Oriente y Rosa Cruz».
Toda la cuestión se basaba en fijar un solo uso, a diferencia por ejemplo de lo que planteaban los Hermanos lioneses que estaban «persuadidos de que la Masonería debía enseñar la gnosis judeo-cristiano de su Maestro Martinés de Pasqually, elaboraron el Régimen Escocés Rectificado y su sistema masónico muy ajustado a su meta».
Era un objetivo, a priori del «equipo del Gran Oriente , [ integrado por estos Capítulos conformados por unos 81 miembros, cuyo perfil sociológico podemos situar entre un 28,2 % miembros de la justicia, un 20% miembros dedicados a las finanzas, 9,4 % eclesiásticos, y otro 9,4% médicos, y un 5,8% militares…] que van a ser los encargados de examinar las practicas masónicas de su tiempo para trabajar y fijar una versión mejor, la cual pudiera servir de referencia común, y eso hace recordar que, para los Altos Grados, la secuencia del Elegido, Escocés, el Caballero del Oriente y el Rosa Cruz, eran una escalera clásica dentro del periodo que va de 1760-1780.
Nada de innovaciones en la fijación de este uso para que este pudiera ser reconocido por la mayoría de los masones franceses. Fijación que nos conduce severo rigor de la autenticidad. Por tanto, los redactores sostienen un texto fiable que no era gratuito en la aproximación histórica a la hora de verificar diferentes elementos del Templo… en la Biblia».
Así los trabajos sobre el ritual del tercer grado el 15 marzo de 1872 va dictaminado algunas cuestiones, ante las cuales, y sobre todo cuando se aborda la lectura histórica del tercer grado, cuando «Röettiers de Montaleau, ruega se verifiquen los datos.
Aunque hay diversas maneras de fijar un uso y la versión establecida por el Gran Oriente se puede decir que es globalmente fiel a las ceremonias del Rito Francés del Siglo XVIII, pues elimina todas las connotaciones religiosas».
En primer lugar, el Cuaderno de Arquitectura para los grados simbólicos, precisa sobre manera, cómo disponer la logia…, en esa distribución de elementos sí se busca la Biblia, será en vano, como así atestigua el texto del citado cuaderno: «se situará delante del trono: una espada, un compás, y un mallete».
«Por tanto, La biblia desaparece de la decoración de la logia. Y en los prolegómenos de esta elección «la Escritura Santa desaparece también de los diálogos simbólicos».
· P.: ¿Cómo ha sido introducido en la Logia?
· R.: Por tres grandes golpes
· P.: Pedid y recibiréis, buscad y encontrarás, llamad y se os abrirá
La Biblia, es retirada de las joyas móviles:
· D.: ¿Cuáles son las joyas móviles?
· R.: La Escuadra, que porta el T.:. V.:., el nivel que porta el P.:. V.:. y la perpendicular o el hilo de plomo que porta el S.:. V.:.
«Esta selección obedece, probablemente a diversas razones, quizá un tanto contradictorias.
Lo primero que hayamos, es un deseo de borrar cualquier cosa que pueda ser asimilada a la parodia sacrílega, incluso con la firme, voluntad de evitar la confusión de géneros inspirados por un respeto al domino religioso bien natural, o por los hombres criados en el seno de la cultura del Antiguo Régimen.
Por otro lado, se denota una cierta preocupación dentro de la corriente de los tiempos presidida por las Luces, donde Röettiers de Montaleau juega un rol esencial dentro de la fijación de los textos, notablemente hasta la última versión»
Y en esa preocupación estaban no solo él sino en el equipo de grande oficiales que conformaban parte de los Capítulos citados, entre esos notables oficiales estaban: Graffin, Valète, Monnot, Roettiers de Montaleau, Salivet, Pomme, Sédillot de Persieux, Pautonnier, Millon, Oudet père et fils, Mareschal, Lemire, Ceyrat, Bellot, Gaume, Randon de Lucenay, Colin de Cancey, Savin, Laffilard, Magnier de Gronde-ville, Biston, Doisy de Villargennes, Barbot aîné, Rivière, Pitra d'Usson, Desveux, Périer et Saurine.
«Por ejemplo, el Orador, Jacques Tuchendler mantiene muy bien su perfil ideológico, ya que es un hombre de las Luces, un «lector de filósofos» que acogerá con entusiasmo en 1789 y de forma muy activa, la Revolución, justo hasta la llegad del gobierno de Robespierre. Por lo cual no es sorprendente que él quiera, y probablemente no fuera el único, en que el ritual fuera purificado de sus referencias religiosas.
A este respecto, es importante recordar la respuesta aportada por la logia La Parfaite de Nantes a la Cámara de Provincias, de 15 de mayo de 1786, cuyo redactor era precisamente el Hermano Salivet, un amigo de Röettiers de Montaleau, y uno de los dirigentes del Gran Capitulo, el cual precisa la doctrina del Gran Oriente, de este modo:
«Imbuido como nos, de los principios de que todos los masones son una misma familia, nos quedamos sorprendidos. Muy Queridos Hermanos, que la diferente religión haya sido el pretexto por el cual todos vosotros os habéis servido para despedir al Hermano argelino.
Ustedes saben, que no es el punto del discurso masónico que presenta nuestra sociedad como un pueblo de Hermanos, donde le primer deber es amar y socorrer mutuamente a cada uno aun profesando cualquier religión. La primera religión de un masón es la humanidad. Lejos de todo fanatismo que ha inventado mantener al hombre contra el hombre e inspirar el horror por sus semejantes.
Es la masonería la que debe dar el ejemplo de la tolerancia, ella es la que debe buscar al lapón, al africano, y a todo aquel que habite en el globo, para mostrar que no hay diferencia entre los hombres por los sentimientos y sus maneras de vivir».[10]
Está claro como persigue Pierre Mollier, que los principios del trabajo consistirán efectivamente en un trabajo de la reescritura de los grados, «más esta secularización de los rituales promovida por Röettiers de Montaleau y su equipo de oficiales, tenía como objetivo tocar los Alto Grados, tal vez por la razón el fuerte carácter religioso de muchos de ellos.
Así a pequeños pasos, siendo siempre lo más posible fiel a los detalles de la ceremonia, el texto [que llevará adelante] el Gran Capitulo atenuará o hará desvanecerse las expresiones religiosamente muy marcadas».
Un ejemplo de esa actitud es la recepción del Grado de Caballero del Oriente, que en los rituales del siglo XVIII se presenta así:
· P.: ¿En qué consiste la gracia que usted demanda?
· R.: En poner a la nación judía en libertad, permitir que volvieran a Judea y restablecer el templo destruido para hacer revivir la Ley de Dios y las ordenanzas de Moisés.[11]
Por su parte el Régulateur des Chevaliers Maçons lo enfoca desde ese concepto que perseguía Röettiers de Montaleau:
· P.: ¿Qué gracia demanda usted?
· R.: Que en virtud obtener el favor del cielo, la clemencia del Rey y nos conceda la libertad y nos permita volver a reconstruir el templo del Gran Arquitecto
Si bien la formula ha cambiado, y las formas religiosas no son tan patentes, está claro que la leyenda sigue de trasfondo, a pesar del objetivo de laicización de los rituales, y aunque el «Gran Arquitecto está más próximo al Gran Relojero» de William Paley.
Llegados a este punto habría que preguntarse si dadas las mentalidades de la época, los Hermanos Montaleau y el resto, ¿podían llegar más allá de este «cierto maquillaje» de las cuestiones religiosas y bíblicas en los rituales? Cuando en realidad esto no era nada más que una mota del iceberg que emergía con el grado de Soberanos Príncipe Rosacruz, lo cual era todo un reto, tal y como nos expone Pierre Mollier al traernos a colación el acta de los trabajos 20 agosto de 1782:
«El Respetable Hermano Dejunquières, y el grado intitulado el Caballero del Águila Rosacruz.
La Cámara estima que ese grado es muy de las ceremonioso conforme a las ceremonias eclesiásticas por lo cual no se podrá conservar, y en consecuencia es rechazado.
Finalmente, un poco más tarde, el grado Rosa-Cruz, en tanto que uno de los estandartes de la masonería francesa, el Gran Capítulo lo conservará durante bastante tiempo, siendo además un grado terminal.
Es más, el ritual de Rosa-Cruz fijado por el Gran Capitulo General es adoptado por el Grand Oriente de Francia y es todo caso fiel a los usos de la época, aunque se deja notar cierta sobriedad en la terminología cristiana.
A diferencia de los rituales de los años 1660-1770, el nombre de Jesucristo no era citado en el ritual, ni literalmente ni a través de fórmulas sustitutivas como el hijo del Gran Arquitecto. Jesús no aparece nada más que una sola vez en el seno del pasaje de la explicación de la Palabra, reencontrada en el grado: INRI.»
Esta redacción por la cual se opta, desde el Gran Capitulo, testifica la preocupación porque los textos tengan similitudes demasiados directas o cercanas a las ceremonias eclesiásticas, siendo curioso contrastar que el discurso histórico que acompaña al ritual y que se supone que explica el grado no dice ni una palabra del cristianismo y devalúa a la Masonería como la Ciencia de la Sabiduría.
Estos conocimientos diversos han pertenecido necesariamente a un pequeño grupo número de individuos que durante los siglos se ha asegurado la posesión exclusiva mediante el uso de una vía impenetrable, que es la que da lugar a las célebres instituciones de los saberes, y los Brames son sus restos más sublimes. Los Magos, los Hierofantes, los Druidas fueron ramas de estos mismos iniciados»
No cabe la menor duda que el papel que van a jugar los Caballeros Rosa-Cruces es el de los herederos de una línea de iniciados, cuya línea de consanguineidad iniciática la va a constituir una serie de personajes donde priman figuras como Zoroastro, Hermes Trismegisto, unido a Moisés, Salomón, Pitágoras, Platón, los Esenios y Jesús y las enseñanzas de todos ellos, como punto de la cuestión. Y habrá que llamar la atención a este respecto que el juramento como Caballero Rosa Cruz se hace sobre el Libro de la Sabiduría, que no es Evangelio, sino el Antiguo Testamento.
«La evolución, -como nos indica Pierre Mollier- va en el sentido de la referencias religiosas [en ningún momento se plantea el hecho de cambiar de paradigma mítico, como en su momento plantearon los Hermanos de Blois, sustituir las viejas leyendas por nuevas míticas] lo que se hace es una lectura paralela de los dos rituales, en los cuales encontramos un suite de referencias judeo-cristianas directamente tomadas de la biblia, y de otros esquemas simbólicos , para construir un discurso moral inspirado en un deísmo volteriano típico de las Luces»
Aunque Pierre Mollier insiste en que el origen del Rito Francés del siglo XVIII mantiene sus líneas directas con la mítica biblia, marcando un fuerte acento religioso, nos indica que la codificación llevada a cambio por el equipo de Röettiers de Montaleau en el seno del GCGRF-GOdF, hizo un fuerte trabajo de que los rituales presentasen un cierto carácter laico, frente a «las connotaciones religiosas, abundantes en los textos originales, ahora un tanto descoloridos».
Siento diferir del Pierre Mollier, pues si bien es verdad que en el trabajo de codificación del Régulateur du Maçon, se puede ver esa vertiente de hacer desaparecer en la mediad de lo posible la presencia omnipresente de los factores religiosos, y se puso todo un empeño que hoy podemos admirar en el texto que viene a recoger la naturaleza de los «Modernos» como es el Régulateur du Maçon, en lo que respecta al Régulateur des Chevaliers Maçons, ese empeño no se logra de igual modo, las razones son múltiples: desde un agotamiento en el esfuerzo de lograr tales codificaciones, la del Régulateur fue muy costosa y laboriosa, y creo que faltaban energías para abordar otra gran codificación, por otro lado hay que tener en cuenta las circunstancias políticas ideológicas de Francia y las circunstancias en las cuales esto se desarrolla con la Revolución Francesa a las puertas.
Y como bien indica el Maestro Charles Porset. «el Rito Francés que es definido en 1786 por el GCGRF-GOdF se presenta como una solución aportada por la Orden , en la delicada cuestión de los Altos Grados masónicos, […] que era una cuestión de creer más que razonar»
Por otro lado no hay que desdeñar que ir a una fuerte reforma laicista del Régulateur des Chevaliers Maçons, supone de antemano una tarea ingente, más allá maquillar los textos, pues las esencias históricas son esencialmente bíblicas, y por ejemplo la complejidad del Caballero Rosa Cruz, es todavía más problemática el hecho de querer dar la vuelta como un calcetín; con el problema añadido de la fama y preponderancia del tal Grado, como iba el GCGRF-GOdF hace desaparecer un grado o devaluarlo, cuando era el culmen de los grados, siendo la pieza terminal del ascenso iniciático.
Y eso hace que cuando uno pasa de los textos rituales del Régulateur du Maçon a los textos rituales de las Ordenes de Sabiduría, uno se encuentre de sopetón con todo el Antiguo Testamento en la mano, y conformando toda la estructura ritual de los Altos Grados, que además empezaban a estar marcados por la presencia del escocismo y más tarde por el escocismo REAA, que en el caso del GOdF, van hacer desaparecer las Ordenes de Sabiduría de la Obediencia durante 150 años, lo cual es lógico ya que los preponderantes Hermanos del GOdF durante una buena suerte de años, serán grandes oficiales de la Obediencia y de los grandes consistorios del REAA sobre manera cuando se produce definitivamente la integración de la Gran Logia General Escocesa, y la instalación del Gran Maestro Cabamcérès y con ellos todos los Hermanos del REAA, cuya base ritual se sustenta precisamente sobre toda esa mítica de personajes que antes se han citado, y que constituyen la mítica del REAA. Era imposible por tanto que el GCGRF fuera más allá de lo conseguido.
Es más, si hoy cogemos la última codificación que acometió el GCGRF-GOdF, los textos Rituales para las Ordenes de Sabiduría: Le Régulateur du III Millénaire Rite Français, 2000, veremos que las líneas maestras bíblicas en la construcción ritual están ahí, por más que las tres virtudes teologales de la Republica: Libertad, Igualdad y Fraternidad estén presentes.
De hecho, en la praxis lo que se hace en los Capítulos más «laicos» del GCGRF es tener los textos rituales como referencia para las iniciaciones, en general con una ejecución en muchos casos muy superficial, y entrar a los debates que caracterizan a cada uno de los Capítulos del GOdF, porque se hace difícil para el laicismo militante del GOdF como organización, lidiar con grados como el Soberano Príncipe Rosa Cruz.
Todas estas cuestiones las obvia Pierre Mollier que cierra su interesante trabajo indicando que las «circunstancias de la fijación tuvieron un doble carácter. De un lado, el ser fieles a las ceremonias de una primera masonería francesa marcada por las referencias bíblicas y por el otro la desaparición en el mismo texto del ritual les citas o referencias ostensibles a la Escritura Santa, en un equilibrio entre tradición y modernidad entre la laicidad bíblica o la biblicidad laica»
Un libro interesante de consulta es Les Grades de Sagesse du Rite Francais
[1] Corps Completé de Maçonnerie adopté par la RGL de France. Página 10
[2] Corps Completé de Maçonnerie adopté par la RGL de France. Página 29
[3] Corps Completé de Maçonnerie adopté par la RGL de France. Página 30
[4] Corps Completé de Maçonnerie adopté par la RGL de France. Página 24
[5] Rituel du grade de Rose-Croix daté 1675
[6] Rituel du grade de Rose-Croix daté 1675
[7] Rituel du grade de Rose-Croix daté 1675
[8]Rituel du grade de Rose-Croix daté 1675
[9] Pierre Mollier: Le Régulateur du Maçon (1785-1801) la fixation des grades symboliques du Rite Français. Historie et documents. Editions A l´Orient Paris 2004.
[10] Daniel Kerjan: Les fondements ideológiques du Grand Orient de France
[11] Pierre Mollier. Le grade de Chevalier d´Orient. Renaissance Traditionellenº 114, abril 1998.Autor: Pierre Mollier
Traducción y comentarios de Víctor Guerra
Tomado de:
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