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miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL FARAON AKHENATON Y NUESTRA REALIDAD


El Faraón Akhenatón
Y Nuestra Realidad
Autor: Erick Reyes Andrade F+R+C
Cortesía: R:.H:. F-R-C Carlos Napoleón del Carpio Palacios

El Avance de nuestra civilización es como una espiral ascendente; es posible que en el evolucionar aparezcan saltos que superan al promedio de nuestro despertar y estos son los que marcan la ruta que debemos seguir para nuestro desarrollo, el Egipto Antiguo tiene las características ejemplares que siguieron culturas como la Griega, luego la Romana, etc.

Si bien entendemos hubo una etapa en que nuestra percepción del mundo exterior era muy limitada, aunque repito hay evidencias de la realidad que nos hacen falta para poder constatar todo el rompecabezas, tal es el caso de la biblioteca de Alejandría, que no era más que la depositaria de los conocimientos de una civilización que se mantuvo durante más de 3 milenios, o sea, la egipcia, y cuya desaparición fue nefasta para el conocimiento futuro. Con la llegada de Napoleón a tierras egipcias, las arenas del desierto descubren sus tesoros, y dos siglos después existen universidades, con estudios especializados sólo en el Antiguo Egipcio.

Pero hay algo que si nos consta, y es que bajo el seno de esta civilización se manifiestan seres de primer nivel tanto en el plano racional, como en el espiritual, donde existieron astrónomos, matemáticos, historiadores, humanistas, filósofos, etc.; y es aquí donde sus estudios del Universo y de nuestra realidad en el mismo es tan actual, por asombroso que parezca, la idea de que el planeta Tierra estaba suspendido en el vacío y tenía forma esférica, era un avance que ellos poseían claro, que luego se degeneró en ideas fuera de la realidad, pero que cobraron particular importancia, como la de la Tierra plana y la de poner a nuestro planeta como el centro del Universo.

Ahora abordaremos la concepción de la Divinidad, y nuestra posición espacial, ¿Por qué relacionar estas dos cosas? Bueno de acuerdo a ciertas teorías, el cielo es un lugar donde residen todo tipo de seres, que a consecuencia de que el cielo tiene un color celeste, se les denomina “Celestiales”, y son seres con capacidades sobrehumanas; algunas culturas les llamaron dioses, y les atribuían características propias de las emociones humanas. Bajo la clasificación antropológica esto era un politeísmo antropomórfico; además habían otros que a cada expresión natural que no entendían los ascendían al nivel de esos seres supra humanos, y con ello les daban cualidades vagas que eran aceptadas por un grupo de personas; estos tenían una concepción animista de la realidad; a todo ello la idea de un solo director universal era muy difícil aceptarla, primero porque se necesitaba una madurez espiritual para poder vislumbrar la unidad; y cuando se empieza a aceptar la idea de un solo Dios, éste tiene características emocionales humanas por lo que se reconoce un aspecto tiránico, hay que entender que las ideas de la divinidad eran el reflejo sutil de la consciencia de una sociedad, pero en esas épocas el hacer un cambio en la concepción de la divinidad, era algo que afectaba intereses de ciertas personas que se ocupaban de mantener cultos a diversas deidades. Pero también la idea de una sola deidad, hacía que concebirla fuese algo inalcanzable para el ser humano porque los envuelve a todo.

Allá por el siglo XIV antes de nuestra era, existió una dinastía que es notoria por un alto grado espiritual, ésta es la número XVIII, en la que hubieron faraones que trataron inculcar una nueva visión de la vida, tal es el caso de Tutmosis III o Akhenatón, faraón que rompe con la tradición del sacerdocio de Amón, y torna la idea a un Dios único, que tiene una representación visible con el Disco Solar. Y aquí hay que aclarar que el *1 Sol era el análogo visible y material de la Unidad invisible e inmaterial, pero no siendo suficiente con hacer el cambio de la representatividad y unificación a un Dios, este faraón sitúa a la Divinidad en el *2 interior de cada ser Humano, donde cada uno de nosotros tiene una parte divina  y pura, lo que no era bien visto por el sacerdocio tebano, que dejaba de tener importancia como intermediario.



Lo que dejaba al cielo como un lugar más, en el Universo que no tiene preferencia por la Divinidad, así como que no hay cualidades extrañas en el espacio que no circunda, por lo que tenemos la aplicación de aquella frase famosa, “Conócete a ti mismo y conocerás a los Dioses”, y cuando esa faena sea hecha las recompensas son inimaginables, dado que se abren las puertas de par en par y uno conoce la Divinidad de su Interior.

*3 Cuando reconocemos este avance y en la época en que se dio, vemos que es un salto cuántico que en un futuro se hizo del conocimiento público… pero eso sucedió no hace mucho. Aquí es en donde podemos inferir  que la obra de Akhenatón, tiene una relevancia capital, dado que se expone la cualidad del Ser Interior, obra continuada por el Maestro Jesús, quien da las bases para el dominio del desarrollo de este ser interior hasta alcanzar la fusión con la Luz Mayor.

Es así como el faraón místico Akhenatón se ganó el calificativo del “primer hombre moderno”, que mostró valentía defendiendo sus ideales, rompiendo esquemas preestablecidos y muy arraigados dentro de un pueblo, claro que esto también suscito reacciones que han llegado hasta nosotros, pero la idea central la trasladó y logró con ello el despertar de la primera gran civilización del mundo antiguo.

*1 Unidad Invisible como la presentación de Dios, ver Ttra:. Acerca del Sol (parte 2 Armonización Astral).
*2 En el interior de cada ser Humano siendo el Alma una extensión de Él (Ver Tra:. Dios y Yo), de allí el simbolismo Mas:. Del C:. sobre la E:. en uno de los Gra:. De nuestra Augusta Orden.
*3 Reconocemos este avance con el Sublime Grado de M:. Mas:.    

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