EL SIMBOLO
(Lázaharo Hael)
“El
Símbolo” es una representación pictográfica de una o más ideas, con una o más
verdades subyacentes, de lo contrario solo es una mentira.
Nuestra
mente tiene la cualidad sui generis de atraer ideas afines a una idea sostenida,
de igual modo el símbolo en su conjunto o por sus partes, atrae ideas a nuestra
mente revelando su contenido velado o expresado abiertamente.
El
símbolo como un lenguaje plástico y abierto, siempre será polivalente según el
contexto en que se presente, Por ejemplo: La cruz con sus dos maderos
horizontal y vertical hacen referencia a la dualidad del universo como el
negativo y positivo, La materia y el espíritu; Dividiendo la cruz en cuatro
partes o brazos, nos hablan de los cuatro elementos constitutivos del universo
material, Fuego, Agua, Aire y Tierra, los cuales están relacionados
directamente con el nombre de IHVH o Jehová en Hebreo: “Yod+Heh+Vau+Heh” que al
insertar en medio de ellas, la letra “Shin” quedaría como
“Yod+Heh+Shin+Heh+Vau”, o sea Ieshohua, el nombre del Nazareno, la rosa de
Sarón o el Lirio de los valles que florece en medio de la intersección de los
dos maderos y cuatro brazos de la cruz como el quinto elemento del universo, la
Consciencia.
Desde
los albores de la humanidad, el hombre ha sido un eterno hacedor de símbolos,
cuya consciencia y mente le atribuyen cualidades y atributos objetivos y
subjetivos que van más allá de la forma, de tal modo que Dios, universo y
humanidad se convierten en espejo donde el hombre refleja su realidad
intelectual, emocional, y espiritual.
El
hombre debe experimentar más que la realidad circundante, debe volverse
consciente de la experiencia en sí mismo, no en el objeto, o sea debe buscar el
autoconocimiento y encontrar en ello respuestas al ¿Qué o Quién Soy?
Dios
es consciencia y el hombre también; El hombre al volverse consciente no tanto
del objeto sino del sujeto, se expande gradualmente hacia su verdadera
realidad, su verdadero yo soy yo, volviendo la multiplicidad aparente de
símbolos en una realidad única en sí mismo, porque la realidad es solo una y la
consciencia también. La humanidad, no solo la que habita el planeta tierra,
sino todas las que posiblemente existan en el cosmos, son la consciencia del
universo material y todas forman parte o constituyen la consciencia cósmica…
Sin embargo y paradójicamente, es más que la suma de todas sus partes.
Pax
Vobiscum.
Lázaharo
Hael
TOMADO DE LA REVISTA DIALOGO ENTRE MASONES NOVIEMBRE 2014
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