Los fines de la Orden y las perspectivas sociales inmediatas
El mundo republicano es un escenario natural de los Masones, cualquiera que sea su origen ideológico o ritual. No hay Hermanos ajenos a este tema y por supuesto, hay algunos que son mucho más activos trabajadores sociales y que buscan diversos objetivos que hacen más viable la concordia y armonía sociales.
Nuestra América Latina es un escenario de luchas desgarradoras entre sectores que pugnan por el manejo de los grandes intereses de los Estados y la economía. En realidad, eso siempre ha ocurrido en todas partes y el equilibrio entre factores de poder siempre ha producido involuciones y evoluciones en las democracias nacionales, como lo hemos visto recientemente en países como Argentina con el fin de la era Kirchner, la actual convulsión en Brasil, la hecatombe política, social y económica de Venezuela, el ostracismo social y económico de Nicaragua, Colombia y su proceso de paz, etc.
Para nosotros, el laicismo del Estado es ya una realidad sobre la que se trabaja en todas las naciones de América Latina. No vemos que los gobiernos, cualquiera que sea su orientación, en pasadas décadas hayan cedido abiertamente a los poderes y presiones directas de la Iglesia Católica o de cualquier otro poder religioso de forma plena. Por supuesto, la curia sigue manejando enorme influencia, pero eso retrocede cada vez más dando paso a otras formas de expresión social. Así que los problemas sociales ya no son para nada culpa de tal o cual forma de pensamiento religioso. Ya no es tiempo de recordar los desastres del pasado que ya no son vigentes, aunque sea necesario no olvidar para no repetir.
Igualmente, en las últimas décadas en los países latinoamericanos se han venido conformando enormes bases sociales de profesionales especializados en áreas como el derecho, sociología, antropología, trabajo social, ingeniería ambiental, la arquitectura y la ingeniería con pensamiento social, comunicación social, etc., que permite que la sociedad viva sin que los masones intervengan. La humanidad ha crecido mucho y lo seguirá haciendo con el paso de los años.
Los Masones Egipcios por supuesto percibimos la realidad social de nuestros países porque la Masonería también es por naturaleza un observatorio sociológico. Nuestros preceptos nos impelen a trabajar en otros contextos como el académico porque no interferimos en nada que comprometa poderes sociales, del Estado y mucho menos, influir en partidos políticos o algo similar.
Pero en nuestro concepto, el tema de laicismo fue una lucha dada ya en siglos pasados por masones republicanos (expresión que es redundante porque Masón y republicano son una misma cara de la moneda) y a la cual no debemos dedicar nuestros esfuerzos por ser un tema superado cuyo curso de evoluciones se puede casi que predecir: en virtud de la igualdad el mundo religioso es una esfera aparte totalmente diferente a la del manejo del estado y de temas como la educación pública. Hay voltear la página en la agenda y pensar de otra forma. En algunas partes subsiste ese manejo del mundo religioso sobre educación pública, pero esos son casos cada vez más aislados y ya no la generalidad de la situación latinoamericana, lo cual es una evolución que en la práctica se ha completado.
Ya no son los Masones los únicos pensadores sociales, y menos pretender, que son indispensables para la vida de una sociedad…
En las guerras de independencia unos cuantos personajes como Bolívar, San Martín, Garibaldi, y otros de ese talante, eran fundamentales por ser únicos e irrepetibles como hombres cultos preparados en los escenarios iluministas y de la República francesa y ellos, en medio de una masa social absolutamente informe e ignorante. Pero eso ya no es así porque no es necesario ser masón para ser culto. Hay millones de personas, hombres y mujeres, que no son masones y tienen enormes capacidades profesionales, morales y éticas para ayudar a construir un país, por eso los preceptos Masónicos de proyección social que funcionaban hace cincuenta años, un siglo o dos siglos ya no operan para el crecimiento social de la Masonería.
La ciencia, las artes, el amor al conocimiento y el trabajo por descubrir nuevas formas de ver el Universo y nuestra vida, fueron temas planteados hace mucho tiempo por masones de antaño, pero eso es justamente lo que se debe recuperar y a eso precisamente se dedicará la Gran Logia Regular de Colombia de Menfis – Mizraim: a construirse por medio de la interacción permanente con el conocimiento y con quienes en la sociedad lo cultivan, y claro, sin perder de vista sus propias tradiciones con una perspectiva fraterna de unidad con las raíces que nos legaron nuestros sabios ancianos. Ciencia y Masonería Egipcia son la misma cara de la moneda también: no son temas mutuamente excluyentes sino complementarios.
Nos parece que el papel de la Masonería en su aspecto social externo se debe centrar en estudiar entre muchos otros temas, la eliminación de corrupción política y social, la segregación en todas sus formas, el cuidado del medio ambiente, el rescate de la historia viva de los pueblos, el cultivo de la arqueología, el análisis de los modelos de desarrollo sostenible, las nuevas formas de entendimiento social desde lo jurídico con proyección social, etc.
En lo interno, se debe dedicar a la aplicación de los principios que animan sus instituciones y sus estamentos para trabajar por perfeccionar lo suyo, lo que es su más profunda esencia Institucional.
La Masonería no puede ser únicamente la escuela de la democracia y del mundo republicano. Se trabaja con estos temas en algunas corporaciones Masónicas y no puede olvidarlos porque sin su espíritu libertario dejaría de ser Masonería para convertirse en otra cosa.
Tampoco es una escuela puramente de moralización de las clases políticas o dominantes porque cuando ha tratado de influir en ello se ha visto su manifiesto fracaso porque el alma humana puede sucumbir ante el poder corruptor de las riquezas materiales y el poder político con bastante facilidad, lo cual ha afectado a unos y otros. Es aquello de la lucha en contra de la “ambición” lo que no se completa realmente. Además, la Masonería es un escenario de evolución, no un reformatorio para criminales de cuello blanco.
Y de todos los fracasos ha sufrido la imagen de la Hermandad sin que se haya aplicado una fuerza opuesta en el sentido de informar a la sociedad que sigue habiendo gente muy buena y recta en las Instituciones Masónicas que día a día luchan por un mundo mejor.
En razón a ello, no es tan tangible que la sociedad espere en la actualidad de los masones alguna cosa porque con el paso del tiempo las leyendas sociales que cuentan sobre grandes señores que pertenecen a ella se han ido disolviendo en la nada (también porque en América Latina cada vez entendemos mejor quiénes son los “grandes señores”). La sociedad ya no espera gran cosa de los masones porque la imagen social de la Orden Masónica en general se ha venido deteriorando por las actuaciones de unos pocos bandidos que lograron infiltrarse en nuestras filas y le han derribado el buen nombre, lo cual lamentamos profundamente, en especial, aquellos personajes que han hecho del tráfico de influencias y del direccionamiento ilegal del erario el supuesto “sentido” de la Orden Masónica. Poder, claro, pero para qué y sepultado bajo la corrupción… Robar y luego ayudar, así no funciona.
Pero por esa misma razón, la Masonería puede y debe acoplarse a su entorno social de otra forma distinta que la participación directa en el poder como algo deseable porque allí se ha perdido el nortey hasta la moral.
Debemos volver al redil y a participar de los valores que los ancianos que en nuestra Orden delinearon, los cuales siguen allí dibujados en los Rituales y en la hermosa simbología de los Grados y de los Templos Masónicos. La invitación a una vida más integrada al silencio de la meditación para encontrar un profundo sentir, aquel al que se refieren multitud de símbolos masónicos.
El tema ya no es de modernidad o de riguroso laicismo, el tema ahora más que nunca es de valores morales Masónicos y del regreso al espíritu deísta que es la realidad de los verdaderos orígenes espiritualistas que yacen en la búsqueda de la trascendencia de las corporaciones egipcias de constructores, del sacerdocio egipcio, judáico y crístico primitivo, de los canteros medievales, de la Caballería Templaria, del rosacrucismo y tantas otras escuelas que edificaron la gran mayoría de las virtudes e ideales Masónicos.
El espíritu humano es el mismo hoy y siempre, el problema existencial subsiste a la espera del héroe capaz de descifrarlo…
Y así, cuando una Institución Masónica pierde estas premisas, irremediablemente decae porque el égregor auténticamente Masónico se disuelve para dar paso a otras cosas… Cuando el GADU es tan solo un adorno, hay colapso inminente.
http://menfis-mizraim.org/laicismo-y-masoneria-egipcia-en-america/
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