Víctor Guerra
La “Querella entre los Modernos y los Antiguos” Es toda una asignatura pendiente en España, y lo cierto es que nunca acabé de entender del porqué de ese olvido, cuando en realidad explica buena parte de nuestra historia como masones, e ignoro las razones por las cuales el debate no ha tenido eco en nuestro suelo patrio, aunque barrunto que por un lado ha funcionado la barrera de los Pirineos y por otro da la sensación de que se ha querido huir de las reflexiones conceptuales filosóficas e historicistas, que no parecen muy al uso en la tradición española, aunque se debe apuntar una excepción la Revista Latomia y la apostura de su director el asturiano Pedro González Blanco, de ir preguntándose diversas cuestiones de cariz masónico y sus raíces y verosimilitud; lo que nos viene a demostrar la poca preocupación, aun hoy, al respecto de cuestiones que pudiéramos calificar como temas historicistas masónicos.
No puedo negar que me queda la duda, y más cuando estamos en pleno siglo XXI, y tenemos un acceso casi universal a la cultura y manejamos lenguas, que este tema de la “Querella entre Antiguos y Modernos”y la propia historia y sus actores, y un libro tenido como capital The Constitutions of the s Franc-Masons, o sea las llamadas Constituciones de Anderson, todo ello sigue quedando enterrado en el lado oscuro de nuestra historia, esa historia que no escribimos, pero que tampoco parece preocuparnos por que no se escriba o se conozca, o nos la den como edulcorada.
Es verdad que en parte seguimos ajenos a nuestra propia historia y aceptamos tópicos en virtud de ser la común expresión de las Obediencias y de algunos popes, sin embargo habría que hacerse la siguiente pregunta: ¿Dónde está la historia heterodoxa de la masonería?
Me asombraba hace poco sobre la propuesta que se hacia en la ciudad francesa de Blois, donde una serie de masones planteaban una importante modificación de los Rituales, desde la perspectiva filosófica del racionalismo, lo cual en algunos círculos no se encaja demasiado bien todas las apoyaturas que exponen los rituales para construir su discurso en el cual están muy presentes las leyendas sagradas que pueblan buena parte de nuestros rituales, que si bien es cierto que en los Rituales de Rito Francés aparecen en menor medida que en el REAA, y menos en los tres primeros grados, luego en los Altos Grados la presencia es casi omnipotente , háblese del rito que hable.
Personalmente me extraña que hombres que estamos sujetos al espíritu crítico como hijos de la razón que somos, no se hagan estas mismas preguntas, ni cuestionen determinadas tesis o propuestas historiográficas que a un simple Maestro Masón de provincias , como el que esto escribe pues le hacen removerse en la silla.
Puede parecer que el juego que nos traemos tanto mi Hermano y amigo y hermano Joaquín Villalta con su blog Racó de Llum, y yo mismo con estos escritos, y el trabajo que impulsamos desde el Circulo de Estudios de Rito Francés Roettiers de Montaleau, a favor no solo del conocimiento de un rito ,sino también de la evolución de los trabajos masonológicos se considere como puro trasteo con las columnas en logia, o en un obsesivo cambio de cromos con respecto a las denominaciones logiales, que se remacha cuando se dice que queremos exaltar o reavivar una polémica para separar, y no para unir lo disperso, ignorando que detrás de todo este trabajo, tanto de uno como del otro, hay una revisión critica de sobre nuestra propia historia y nuestro propio trabajo como masones.
Ante tanta ignorancia como parece haber en masonería, donde nos tragamos las hostias del tamaño que nos las sirvan lo cual hacen tanto historiadores, como masonólogos, propios o externos, ignorando o no queriendo saber que a veces determinadas tesis responden a intereses creados de unos y otros dando la espalda a aquellas cuestiones que explican el estado de la situación actual, y una de esas cuestiones como no podía ser menos es la citada “Querella” y las interpretaciones, cuando no las modificaciones interesadas de la Constituciones que vinieron de perlas para asentar las bases de la existencia del GODF y la GLUI y el porqué de sus antagonismos.
No nos podemos conformar como Hijos de la Razón que nos consideramos con masticar tópicos, o medias mentiras o verdades dichas a medias, y traspasarlas sin inmutarnos en logia, cooperando a construir una historia fantasiosa, y llenas de chimes que hieren la razón., y por tanto no podemos seguir sin colocar algunos textos y leyendas en el crisol crítico de la razón, y negarnos a concluir que Adán y el bisoño Noé nada tienen que ver con la Masonería por más que su presencia sea alegórica-simbólica.
Ese es mi empeño desde hace años, y se inserta en una lección agustiniana tan simple como “ver y comprobar”, y demostrar no por lo que diga uno mismo, sino mediante la aportación de trabajos de eruditos y estudiosos, hasta que punto nos hemos creado una historia “rosa”de la masonería, en la cual algunas cosas rechinan, y otras nos dan bastantes quebraderos de cabeza, cuando su realidad esencialista vista o analizada desde perspectivas críticas colaboran a despejar bastantes cuestiones que nos complican la vida.
No hace muchas horas llegaba a la mesa de un editor un trabajo que verá la luz no tardando mucho sobre Ritos Masónicos, y que concluí que era un trabajo respetable como así también lo entendió el editor, pero estaba basado en teorías cuasi tópicas de hace 50años , las cuales hoy no se sujetan a la luz del conocimiento histórico tenemos , por más que el personal diga amén, salvo que queramos seguir alimentando tópicos y la historia a medida de a cada cual, hoy se siguen escribiendo esas cosas.
Esto si que deseo ponerlo en evidencia, no son teorías del que suscribe, o de los posible enemigos de la Orden como algunos nos condenan, son trabajos de investigación de Hermanos con espíritu crítico que han estado o están en una un otra Obediencia “dogmática o adogmática” da igual, pero que en todo caso han tenido la valentía de mirar a la historia cara a cara y poner en solfa algunas de las cuestiones que han llamado su atención, entre los que hay que citar por ejemplo de historiadores ingleses Knopp y Ward y luego franceses Ligou, Porset, Dachez, Negrier.. etc. sin olvidar a investigadores no masones como Stewenson que aporta nuevos datos para esa revisión metodológica e histórica
Es todo un trabajo de revisión histórica de la masonería que están rescatando con valentía masones y no masones, lo cual tuvo sus comienzos allá por la década de los 1950 y 1960, cuyo movimiento se generó desde las mismas filas de la GLUI, algunos de sus integrantes tras un atento y largo estudio de documentos comenzaron a poner en cuestión algunos de los tópicos históricos que manejamos en masonería y que por ejemplo dieron lugar al libro de Roger Dachez de la “Masonería Inventada”
Por tanto hay que decir que la “Querella” nace de una distorsión histórica que se articuló para conformar y conformarse con el stablisment político religioso dadas las guerras de religión que mediaban en esos momentos, es un tema largo y complejo, que además yo mismo tendría problemas en describir, pero que deja muy patentes e relatadas de forma documental, y lo hace alguien tan poco sospechoso de herejía masónica como Patrick Negrier, que nos viene a demostrar cómo todo ello incide en los rituales y como no en los desarrollos logiales; personalmente recomiendo algunos de sus libros en los cuales incide, una y otra vez en las temáticas de la ofensiva del anglicanismo, frente a otras corrientes religiosas protestantes que pugnaban en esos momentos en las logias y en el ambiente general de Inglaterra y que dan pies ciertos cambios y corrientes que se observan luego en las logias y de las cuales somos herederos.
Varias de las figuras que siempre me llamaron la atención fue las de Anderson y Desaguliers y sus membresías clericales, y más si cabe la figura tan agigantada de Anderson, al menos a la vista de un aprendiz masón como el que esto escribe, era por tanto una figura extraña ya que se iba tornando huidiza cuando se le buscaba por los textos españoles, en los cuales se le pinta de forma tópica y generalista si se aceptan a pies juntillas sus propuestas metodologías y legislativas como el catecismo ontológico de la masonería, sin embargo cuando se manejan fuentes francesas e inglesas como referencia, uno empieza a darse cuenta de que hay muchos claros y oscuros, no solo en las figuras de los promotores de las Constituciones de los francmasones, sino en el mismo texto andorsiano.
En ese sentido conocer la figura del Pastor Anderson es fundamental ya que fue una de las manos ejecutora, al menos de una parte de las Constituciones, tal vez la menos importante y la que nos ha metido en todo un patatal genealógico, aunque pese a ello su nombre ha bautizado el texto como las Constituciones de Anderson. Su nombre, al menos en la literatura española masónica, es “intocable” y que es como atacar al padre fundador…
En contraposición con esta postura de no cuestionar cosas que nos atañen, como es la figura de Anderson” contrastan vivamente que se da en otros ámbitos masónicos, a este respecto conviene no olvidar de que en 1905 un reputado miembro de la “Quator Coronati” Ch. Crawley comentaba que “a lo largo de todo el volumen de Anderson, este era muy denso, oscuro y desesperadamente estúpido”; de esta guisa se expresan R.F. Gould; H. Sadler; W. Begemann, este último por ejemplo acusa a Anderson de “falsear deliberadamente los orígenes y no ser fiel a las versiones originales”; el propio Wirth hace una demoledora descalificación de Anderson y hasta critica a la Gran Logia de Londres por haber dejado en manos de Anderson su prestigio con semejante obra; Lewis Edwars, también miembro de la “Quator Coronati” pone en evidencia los oscuros orígenes masónicos de Anderson, deja claro su interés de cara a la Orden, “ siempre subordinado a sus propias motivaciones y gloria y ambición”.
El Pastor Anderson para dar complacencia a los nobles y a la aristocracia inglesa y queriendo lucirse tras el encargo de Desaguliers, que para mi todavía es una incógnita de porqué Desaguliers medió o realizó ese encargo, de cuyas resulta le endosó a la Gran Logia de Londres, pasadas y pesadas herencias genealógicas, que además de ser pirateadas a otros colegas escritores, heraldistas y estudiosos históricos, hoy sirven para que nos pasen factura a otras corrientes masónicas, sin olvidar también que se las creído medio mundo y han jugado un papel importante a la hora de descalificar o de fijar criterios masónicos.
De este modo tenemos un amplio repertorio de autores como Le Forestier D. Knoop,o Daniel Ligou, a los que se ha de sumar el listado ya comentado de autores críticos, aunque no debe olvidarse que será M. Paillar quien escriba en un trabajo interesante pero de muy difícil acceso “La francmaçónnerie et le GDAU,. destructeur de son ideal” quien abra toda una brecha en ese sentido de analizar la figura de Anderson y su obra.
Se critica a Anderson por esa vieja costumbre de dar lustre y buscar orígenes nobles por aquello de hacernos dignos y hasta maravillosos, y si hasta me apuran hasta pudiéramos entenderlo y seria hasta perdonable si ello no contrajera otras conclusiones que distorsionan nuestra propia historia, y dan pie a diversas justificaciones como “regularidad, Tradición” etc.
En este juego de noblezas heráldicas que introduce Anderson en las Constituciones Masónicas, yo no las calificaría de Anderson, que me parece un impostor ya que no sólo traiciona el concepto que deseaba imprimir Desaguliers, y la Royal Society del espíritu abierto que se planteaba con la opción de la religión natural, como punto de partida para el encuentro del creyente, del agnóstico e incluso del ateo doctrinal, dejando al margen al ateo estúpido, tal como han venido trabajando en sus diferentes libros Patrick Negrier.
Volviendo a mal llamadas Constituciones de Anderson, si las analizamos en conjunto y hacemos un estudio comparativo como lo hicieron Paillar o Mereaux o el propio Ligou, vemos que Anderson mete la mano en el cajón historiográfico de otros autores y “construye” una genealogía muy propia e interesante, pero para sus propios intereses permitiendo además que la Gran Logia de Inglaterra se reclamarse como la auténtica heredera de la “Tradición Masónica”[1].
Por colocar un ejemplo que nos ilustre, un prestigioso profesor e historiador además de reconocido masón, planteaba no hace mucho un tema sobre Masonería y tradición iniciática y tras un repaso por todas las tradiciones habidas y por haber,[muchas de tipo cristiano], planteaba lo siguiente “Las Constituciones de Anderson, que es el texto fundacional de la masonería moderna (ediciones de 1723 y 1738)afirman que Adán fue el primer masón y también lo fue Noé, quien construyó el Arca , según “los principios de la Geometría y las reglas de la Masonería” Moisés es llamado “Maestro Masón General “ y cerraba este texto con la referencia a las Constituciones de Anderson , publicadas en la editorial Alta Fulla en 1998. [2]
Es evidente que el texto sirve de referencia “no tanto para hacernos tontos”, como dice el autor del artículo, pero sí para indicarnos que “las leyendas de los orígenes no pretendían historiar, sino instruir, conservar una Tradición y revelar ciertos misterios, puesto que se referían a una verdad y no a un hecho “.
Como vemos la famosa genealogía que Anderson se saca de la manga, o mangándosela a otros, sirve a la “regularidad” para endosar a la masonería un cierto espíritu tradicionalista y cristiano y hasta operativo que además va a contrastar fuertemente con la segunda parte de estas Constituciones las cuales e vienen de mano de Desaguliers : “las Obligaciones del Francmasón y los Reglamentos Generales”
Continuará…
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