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jueves, 17 de mayo de 2018

El legado de la masonería escocesa

El legado de la masonería escocesa 

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Se ha hablado relativamente poco sobre el papel desempeñado por los iniciados escoceses en la transición de la masonería operativa a la especulativa. De hecho, hasta finales del siglo XX, los historiadores de la Orden se han limitado a obviar el tema, eso sí, de manera muy elegante y discreta. Oficialmente, la Masonería moderna nace en 1.717 con la creación de la Gran Logia de Londres. Sin embargo, los estudiosos prefieren emplear parámetros distintos, más complejos y complicados. 

Recordemos que el punto de partida de sus trabajos sigue siendo Inglaterra. Los primeros testimonios de la organización del oficio de albañiles (macons) se remontan a 1.356. En aquella fecha, el ayuntamiento de Londres está llamado a resolver una disputa entre los albañiles de corte (hewers) y los de colocación (setters o layers). Mas los primeros documentos relativos al oficio de Masones aparecen hacia finales del siglo XIV y comienzos del XV. Se trata delos Manuscritos Regius (1.390) y Coock (1.420), que aluden a los llamados Old Charges (Antiguos Deberes). Ya en el año 1.220 existía en Londres el llamado Santo Oficio y Compañerismo de los Masones, que cambiará su nombre a partir de 1.376, pasando a llamarse la Sociedad de los Francmasones. Si bien tras la Reforma inglesa la edificación de los lugares de culto - iglesias y catedrales - quedó reducida a su más mínima expresión, la situación experimentó un cambio radical a partir de 1.430, cuando los monarcas del católico reino de Escocia optaron por llamar obreros de Francia, donde se registró un desarrollo espectacular de los antiguos Misterios de los Collegium Fabrorum. Se especula con que éstos fueron los primeros artífices de la introducción de la Francmasonería en el país. Pero la Francmasonería escocesa será influenciada también por los Misterios Celtas y la tradición Templaria, que forman parte integrante del acervo cultural del país. 

Señalemos que la teoría de la transición de las antiguas estructuras corporativas a la francmasonería moderna no deja de plantear problemas. El historiador francés Roger Dachez publica en 1.989 un artículo titulado Los orígenes de la Masonería especulativa en Gran Bretaña, en el que señala que ya en 1.620 la Logia Acception (Aceptación) había iniciado a personas extrañas al oficio de constructores. Hacia 1.686, la Sociedad de Francmasones de Stafforshire abre sus puertas a personas de todas las calidades. Es este el caso del anticuario y alquimista Elías Ashmole, que algunos tildan, tal vez erróneamente, de primer masón especulativo. 

Los estudiosos no concuerdan en cuanto a las distintas etapas de la transición hacia la Masonería Especulativa. Para Eric Ward, la Francmasonería Especulativa es puramente inglesa y, desde su origen, ha adoptado los usos rituales de las Logias Operativas, sin haberse afiliado o integrado a ellas. Por su parte, el escocés David Stevenson sostiene que las primeras Logias inglesas fueron puramente especulativas (Logias de gentilhombres), completamente independientes de la estructura de los Operativos. 

Se puede hablar de la existencia de una Masonería especulativa en el siglo XVII si se tiene en cuenta la evolución del perfil de las Logias inglesas y/o escocesas. En este contexto, no cabe duda de que Escocia podría considerarse la cuna del sistema especulativo. Y ello, por numerosas razones, como el uso más antiguo de la palabra Logia, que aparece a finales del siglo XVI en los estatutos de Schaw, las primeras admisiones de miembros no-operativos en dichos Talleres, la elaboración de los rituales, símbolos y usos de la francmasonería especulativa y la introducción del tercer grado en el siglo XVII. 

De Inglaterra proceden, sin embargo, los Antiguos Deberes, el término accepted mason, así como la presencia, ya en 1.646, de Logias integradas por gentilhombres masones (nooperativos). 

Después de la reforma de William Shaw en Escocia, Inglaterra asume, hacia finales del siglo XVII, el liderazgo del proceso de transición hacia el sistema especulativo. Pero no cabe duda de que la tradición escocesa, a través de los rituales de inspiración hermética o esotérica y del sistema de grados vigente en Escocia, desempeña un papel clave en el desarrollo de la Masonería moderna. Esta simbiosis entre ambas corrientes redundará, a comienzos del siglo XVIII, en la creación de la Gran Logia de Londres.

CIEM Volumen 9 Nº 31 -2014 Junio 2014 

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