LA REINA DE SABA

La historia de la reina de Saba aparece en los textos sagrados de las religiones Judía, cristiana y musulmán. Descrita en la Biblia simplemente como una reina de Oriente, los eruditos modernos creen que el Reino de Saba estaba en Axum en Etiopía, o en Yemen, o ambos. Se basan en el hecho de que ella trajo fardos de incienso con ella como regalo, y el incienso sólo crece en estas dos áreas. Ambos países la reclaman como suya. Dado que están separados por sólo 25 kilómetros de agua, ambos pueden tener razón. 

En estas historias la reina de Saba es una buscadora de la verdad y la sabiduría, y entonces oye hablar que el rey Salomón de Israel es un hombre muy sabio. Ella viaja en camello a Jerusalén para reunirse con él y poner a prueba sus conocimientos con preguntas y acertijos. Con ella trae incienso, mirra, joyas de oro y piedras preciosas.

El rey Salomón tambien había oído hablar de Saba y su gran reino. También había oído hablar de que tenía una extraña característica, el pie izquierdo estaba hendido como el de una cabra y tenía una pierna peluda. Ansioso por ver si la historia era verdadera, ordena que el suelo de su corte sea pulido hasta que quede como un cristal. Cuando la reina de Saba camina por el suelo, Salomón ve el reflejo de su pie hendido. Justo en frente de sus ojos, se transforma y se convierte en normal. 

La reina de Saba pone a prueba la sabiduría de Salomón, le hace muchas preguntas y le da enigmas que resolver. Él responde a su satisfacción y entonces él le enseña que su dios es Yahvé y ella se convierte en una seguidora también.  Así es como algunos etíopes creen que el cristianismo llegó a su tierra. 

La Reina acepta quedarse con el rey Salomón como invitada. Siendo una mujer soltera, advierte al rey no tocarla. Él responde que a cambio no debe tomar nada de él. Es engañada, sin embargo. En medio de su primera noche ella tiene sed y se toma un vaso de agua. Él se enfrenta a ella y le dice que ha roto su acuerdo. Entonces pasan la noche juntos y cuando ella regresa a casa de su reino, está embarazada de un hijo. 

Ella cría a su hijo Menelik por su cuenta. Cuando crece, Menelik decide que quiere conocer a su padre y viaja a Israel y es recibido por el rey Salomón. Cuando regresa, lleva consigo el Arca de la Alianza, el recipiente sagrado que contenía los Diez Mandamientos. En la leyenda etíope, el Arca se ha mantenido en Etiopía desde entonces. 

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