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martes, 21 de marzo de 2017

Masonería e Iglesia Católica

Masonería e Iglesia Católica
por Darío Lavia

A lo largo de la Historia, dos movimientos, a pesar de apuntar a objetivos opuestos y ubicarse en lugares diametralemente lejanos, experimentan crisis similares.


Investigando fuentes para esta nota, acudí al sitio wikipedia.org. Al ingresar en la página cuya referencia es "Freemasonry" (es decir, Francmasonería), me llamó la atención una llamada importante que decía que "debido al 'vandalismo', la edición de este artículo por usuarios nuevos o no registrados, está actualmente deshabilitada." Como uds. sabrán, Wikipedia es lo más parecido a una enciclopedia, pero tiene dos diferencias sustanciales: sus editores son los mismos lectores (los contenidos del resto de las enciclopedias, sean en papel o en bits, provienen de catedráticos y/o profesores) y sus contenidos no se desactualizan (debido a la constante corrección y modificación). Wikipedia desarrolló un mecanismo para controlar este denominado 'vandalismo', que, según se explica, consiste en la edición o sustracción de información en pos de chistes, información de mala fe o directamente de la adulteración de esa información. Por eso, desde el principio, me llamó la atención que "Freemasonry" sea un término que sufriera este tipo de vandalismo; en definitiva, que en pleno siglo XXI, el término, relativo a un pasado de logias, sociedades secretas e intrigas románticas, fuese objeto de odios y recelos similares a los que tenía en momentos de plena vigencia.

No logro recordar en que libro leí que la Masonería se había formado en el siglo I de la Era Cristiana con el ferviente propósito de acabar con el Cristianismo. Tal vez fuera una de esas historias apócrifas que se discurrían hace unos años, en que no había mucha información pero sí mucha especulación sobre estos temas. Es muy probable que así fuera. En cualquier caso, en aquel tiempo, lo que abundaba eran libros o artículos en revistas que especulaban a diestra y siniestra sobre la masonería, sus orígenes, sus non-sanctas disciplinas y sus manejos del poder. Por supuesto, en esa época, un masón era algo que nadie percibía. Su logia (si es que existía), no era visible para cualquiera, y sus manipulaciones (si es que tenían lugar), eran tan perfectas, que las personas comunes y corrientes (ud., yo, un vecino) no llegaban a conocerlas.

Con el advenimiento de la Globalización, o con Internet, o vaya uno a saber con qué (y no creo que a través de esta nota lo averigüemos), los Masones salieron a la luz abandonando su tradicional secretividad y, hoy en día, tienen un stand propio en la Feria del Libro, invitan a uno a asociarse, son abiertos y publican sus nombres en la Red. El revisionismo (el buen revisionismo histórico), reveló que los grandes próceres latinoamericanos eran masones, San Martín, Bolívar, Francisco de Miranda, Manuel Belgrano, Benito Juárez... Internet ofrece con todo lujo de detalles, la historia de la Masonería, cuyos integrantes tienen sitios propios, y también dan a conocer sus ritos sagrados como si fueran números raros de revistas de comics.

Hiram muestra los planos a Salomón. Grabado de J.J. Scheuchzer,
en «Physica Sacra Iconibus Illustrata», Augsburgo, 1731


La propia Masonería reconoce dos distintos orígenes: el mítico, con los albañiles que, bajo las órdenes de Hiram, construyeron el Templo de Salomón, y el documentado, en 1717. En tal fecha, dos pastores protestantes, James Anderson y J. T. Desaguliers, fundaron el movimiento, el cuál se terminó de constituir en 1723 con "The Constitutions of the Free-Masons". A partir de ahí, se extendió como hongos luego de la tormenta a través de dos importantes corrientes: el Enciclopedismo, durante el S. XVIII, y el Liberalismo, durante el S. XIX. La Masonería se adaptó a cada país donde se estableció, diferenciándose, por ejemplo, la de Inglaterra con la de Francia. En 1804 José Bonaparte fue nombrado Gran Maestre de la Orden, dando inicio a la hegemonía francesa en la historia del movimiento. Vinculada desde siempre al poder y a la intelectualidad, corriendo mano a mano con las realezas europeas o los gobiernos republicanos de América, la Masonería ha pasado de incidir en la independencia y unificación de países (especialmente los de América), a ser incapaces de unificarse ellos mismos (en 1910 Inglaterra rechazó la unificación de todas las Logias Masónicas, y en 1954 fracasó otro intento). Por el liberalismo de sus conceptos básicos, los masones fueron víctimas del Holocausto (se supone que el régimen nazi se cobró la vida de entre 80 y 200 mil masones), al igual que los judíos y otras razas.

Religiosamente, la Masonería ha sido siempre vista como opuesta al catolicismo. Documentación prueba esta oposición a través de varias bulas papales, la primera de las cuales fue la emitida por Clemente XII, "In Eminenti" (cuyo texto puede leerse aquí, gratis, también gracias a la Globalización). Fechada en 1738, pena con excomunición (sin posibilidad de vuelta atrás) a todo clérigo, fiel, laico, o lo que sea, que sea pescado difundiendo o asociándose a la Francmasonería. Con el correr de los siglos, la Iglesia siguió condenando el movimiento, y León XIII, en 1890, publicó su "Dall'Alto dell'Apostolico Seggio", en la que se manifiesta la preocupación de la Iglesia ante la gravedad del avance de la Masonería en Italia, cuyo principal objetivo es "insultar al Papado, intentando reemplazar la Fe Católica, con la más absoluta libertad de examinación, de criterio, de pensamiento, y de consciencia". Más acá en el tiempo, en 1983 el Vaticano publicó un documento en el que reiteraba la pena de excomunión a quien se enrolara en "organizaciones masónicas y afines". Su firmante, Cardenal Ratzinger, es el actual Papa Benedicto XVI.

¿Tienen estas encíclicas y documentos papales algún significado más que el anecdótico? ¿Exagera la Iglesia advirtiendo de manera tan severa, a su grey, sobre los peligros de sumarse a la Masonería? Como todo lo que conlleva cualquier sociedad secreta que se precie, hay cuestiones muy delicadas, que no salen a la luz fácilmente y que, debido a una difusión parcial, no han sido, hasta el momento, dilucidadas en toda su magnitud. No es propósito que esta nota acrecentar ninguna fiebre por Teorías de Conspiración (lo que nos convertiría en "Conspiranoicos"). Sin embargo, no se puede dejar de mencionar el principal incidente que unió en la misma página de los periódicos del mundo al Vaticano con la Masonería: la "muerte" del Papa Juan Pablo I.

El 29 de septiembre de 1978, el Vaticano emitió el siguiente comunicado oficial, sobre la muerte de Juan Pablo I:

"El Secretario particular del Papa, no habiéndolo encontrado en la Capilla, como de costumbre, le ha encontrado muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera. El médico, Dr. R. Buzonetti, que acudió inmediatamente, ha constatado su muerte, acaecida probablemente hacia las 23 hrs. del día anterior, a causa de un infarto agudo del miocardio."

No había pasado un mes de la repentina muerte del Papa, que salió una novela titulada "Han Asesinado al Papa (Operación Paloma)", (Madrid, 1978) de Jesús Ramón Pena y Mario Zóttola, en la que se especulaba que el Pontífice había sido asesinado por la interacción de varios funcionarios vaticanos, pertenecientes a la Masonería. A partir de ese momento, comenzaron a publicarse constantemente novelas o investigaciones en las que, de una u otra manera, se sostenía la hipótesis de que el Papa no había fallecido de muerte natural, tal y como se publicó oficialmente: "¿Un Asesino para Juan Pablo I?" (1980) de Bruce Marshall, "La Verdadera Muerte de Juan Pablo I" (1983) de Jean-Jacques Thierry, "In God's name: an investigation into the murder of Pope John Paul I" (1984) de David Yallop, "El Diario Secreto de Juan Pablo I" (Barcelona, 1990) de Ricardo De la Cierva (autor también de "La Masonería Invicible")... la lista es extensa, y las ideas planteadas, en varios de los casos, apunta nuevamente a la Masonería.

En general, se suele indicar que detrás del incidente estuvo la logia masónica Propaganda Due (P2), creada en 1895, cuyo Gran Maestre en los años '70 era Licio Gelli, ex oficial fascista, ex agente al servicio del III Reich, ex agente de Inteligencia Americano. Autoridades Masónicas decretaron en junio de 1976 la disolución de la P2, debido a varias irregularidades (mayormente la infiltración de elementos políticos e intereses económicos). Gelli fue expulsado de la Masonería, a pesar que siguió manteniendo su liderazgo, el cuál llegó a su fin en marzo de 1981, cuando la policía italiana irrumpió en su mansión, logrando secuestrar documentos con la lista de los 953 miembros de la Logia (entre los cuales figuraban todo tipo de personalidades ilustres italianas, jueces, parlamentarios, militares, incluso Giulio Andreotti y Silvio Berlusconi).

Listado de integrantes de la Logia P-2 en el que figura Silvio Berlusconi

Por supuesto, así como el Vaticano sobrevivió a la muerte dudosa de un Papa, y a los escándalos del Banco Ambrosiano y otros incidentes relacionados con asesinatos e intrigas palaciegas (del mismo tono que las que envolvían en el pasado a los Borgia, los Sforza y demás familias reinantes), la Masonería logró sobrevivir al cambio abrupto del tablero de juego que implicó la caída del Comunismo y demás fenómenos ocurridos a partir de los años '80. Hoy en día, el Papa y los Masones están igualados en un punto, que es cierto descrédito o desacralización. Cerca del final de su reinado, el Papa Juan Pablo II comenzó a ser tema de conversación por su senilidad, la que dio lugar a que muchos lo "mataran" antes de tiempo. Cada semana su estado de salud era "gravísimo", y una vez al mes, "estaba al borde de la muerte". De hecho, cuando realmente murió, el Vaticano expuso su cadáver de manera casi morbosa, como diciendo "para que no queden dudas que está muerto." La figura del siguiente Papa, Benedicto XVI, muy distinta a la de su predecesor, es constante objeto de burlas (la más conocida de las cuales es la que lo compara con el Emperador Palpatine de la Estrella de la Muerte, en varias películas de la saga de STAR WARS) y polémicas (la más común de las cuales es la famosa acusación de tener un pasado confuso respecto del tema "nazismo"). Por su parte, los masones comenzaron a ser satirizados desde el sketch de los Monty Python, "Cómo reconocer a un Francmason", que se puede ver en la serie MONTY PYTHON FLYING CIRCUS (1969-1974) hasta el episodio "Homero el Grande" de THE SIMPSONS. A otro nivel, el semiólgo y novelista Umberto Eco ha tocado la temática masónica en su novela "Il Pendolo di Foucault" (1988), que, consistiendo en un summun del Ocultismo, puede resultar una interesante vacuna contra tanto "irracionalismo", como el que parece predominar en las librerías bajo la autoría de los Erich Von Daniken o J.J. Benítez, entre muchos otros (aunque, quien esté libre de este tipo de "literatura" que arroje la primera piedra; yo no estoy).


Sin embargo, la Masonería y la Iglesia Católica no solo generan sátiras sino también apasionantes especulaciones de ficción, como la del autor Alan Moore, con su novela gráfica "From Hell", en la que esboza la teoría de que Jack el Destripador de Londres era el médico de la Corte Sir William Gull, un voluntarioso masón que trata de encubrir a un miembro de la Hermandad (en este caso, el Duque de Clarence, Príncipe Alberto Víctor). "From Hell" fue llevada a la pantalla en una entretenida (y visualmente lograda) película de idéntico título (conocida en español como Desde el Infierno, 2001). Lo mismo pasó (pasa, ya que esto se escribe en plena fiebre de), con la novela de Dan Brown, "The Da Vinci Code" (2003), parte de una saga compuesta también por "Angels and Demons" y "The Solomon Key", que pone al alcance del público lector cuestiones referentes al Opus Dei que provocaron cierta polémica con la Iglesia Católica (que es mostrada de forma no muy amistosa). En la novela, el Opus Dei es una organización de carácter siniestro, cuyos agentes llegan a matar para cumplir sus objetivos y que están detrás de una gran conspiración. La película basada en la novela, que ha sido un gran éxito editorial en todo Occidente, retrata al Opus Dei de manera más suavizada que la novela. Aún así, generó un malestar en las autoridades religiosas similar al que ya había provocado la publicación masiva de la novela.

¿Tendrá la Masonería, que en alguna época fue eje de la llamada "Conspiración Judeo-Masónica" (concepto hoy en día caído en descrédito), alguna novela o película de repercusión similar a la de El Código Da Vinci? ¿Podrá volver a estar a la par del poder, o en el seno de procesos decisorios de la magnitud de los que estuvo en siglos pasados? ¿Se verá perjudicada por la secularización que mató las religiones (y que tal vez mate también las ideologías)? Probablemente, en unas décadas, podamos agregar algunas respuestas... o, si los acontecimientos se siguen precipitando como hasta el momento, tal vez encontremos respuesta mañana mismo.

http://www.quintadimension.com/televicio/index.php?id=165

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