¿QUE
TOMO LA MASONERIA DE
LOS OTROS RITOS INICIATICOS?
1 de 5
Herbert Ore B.
Las sociedades iniciáticas de constructores más antiguas se remontan al Egipto según afirman algunos, pero existieron otras antecesoras en el continente austral lemuria y la Atlántida. Así la creación de núcleos urbanos y la aparición de la escritura como método de comunicación destacó sobre las demás culturas de su época a la Civilización Sumeria que se ubicó entre los ríos Tigres y Éufrates, el actual sur de Irak, esta es la zona también conocida como Mesopotamia (entre dos ríos), y era una Civilización de varias ciudades estado, toda ciudad tenía un Zigurat (pirámide escalonada para observar los astros y era el hogar del Dios de la ciudad), un Templo y asentamientos agrícolas. Los sumerios fueron sometidos por Babilonia. Así mismo hubo civilizaciones adelantadas en la India y en la China cuyas evidencias están presente.
En el nuevo mundo la cultura Tiahuanaco, Caral, Sican y otros testifican el grado de organización de los antiguos constructores peruanos del nuevo mundo, así como los mayas en Centro América, que según las tradiciones orales fueron hechos con la tecnología de hombres blancos barbados de mucho entendimiento que llegaron a estos lares luego del diluvio.
La influencia de los sumerios no solo fue la escritura sino que también sus aspectos culturales están reflejados en la Biblia, así tenemos la existencia del Edén, el Diluvio Universal, la Torre de Babel y la confusión de las lenguas.
El poder civil estaba en manos del príncipe que no fueron divinizados (no eran hijos de dios), pero era el juez supremo y jefe militar de su territorio. Su palacio era un centro económico y administrativo, a su vez la administración lo dirigía un ministro designado por el príncipe, que organizaba y distribuía los impuestos, controlaba los almacenes y a los escribas (Los únicos que sabían escribir).
En Babilonia los candidatos a la iniciación en los misterios eran primeramente bautizados, cuya consecuencia prometida era la regeneración y el perdón de todos sus perjurios.
Por su parte los Tiahuanaco, Caralinos, Sicanes y Mayas construyeron pirámides de manera similar a los sumerios y egipcios, sus escrituras (Quipus y glifos) aún no han sido descifrados, pero no cabe duda su enorme capacidad de organización y tecnología constructiva. Sin duda la tecnología que uso y maravilla al mundo en las construcciones Incas, fueron traídos de Tiahuanaco.
Morir para renacer, esa es la lección que enseña el mito de Osiris del antiguo Egipto, La leyenda se escenificaba en los santuarios, en ceremonias secretas, durante las cuales los miembros de la jerarquía sacerdotal eran actores en una serie de espectáculos simbólicos, destinados a dar al iniciado la sensación de que moría y luego renacía a una nueva existencia.
En el culto de Isis estaría el origen del culto cristiano a la Virgen, pues la diosa egipcia era el símbolo de la Naturaleza, siempre fecundada, pero siempre virgen.
La tierra, virgen en su origen, es fecundada por los rayos del sol, y gracias a este hecho puede dar vida a todo lo que existe, la Naturaleza y la Humanidad, y sin caer en un politeísmo primitivo, los antiguos hicieron de la Diosa-Tierra, la representación simbólica del gran principio femenino de todas las cosas, y el Sol, el principio masculino por excelencia.
En todas las religiones en las que se venera a una Diosa-Tierra, siempre aparece asociado al culto solar. Tanto entre los egipcios, como en el caso de los incas, mayas, los griegos o los celtas, no hay Diosa-Tierra sin Dios-Sol, su complemento indispensable.
Los egipcios, por ejemplo, decoraban la cabeza de su divinidad principal, Osiris, con una blanca tiara, y sus sacerdotes usaban ropas del más blanco lino.
Los iniciados egipcios se daban un apretón de manos para identificarse, los masones han conservado el símbolo, así como el uso de los catecismos en el que se alterna preguntas y respuestas rituales, que también lo practicaron los Pitagóricos quienes lo heredaron de los egipcios.
Pero en la sociedad del Indo y en China también existieron ritos iniciativos que como bien indica Confucio “Con cada ceremonia el respeto deja de ser palabra para convertirse en orden”.
Por su parte Buda pregonaba: Cuando la ignorancia cesa, cesan los residuos kármicos; cuando los residuos kármicos cesan, cesa la conciencia; cuando la conciencia cesa, cesa la individualidad; cuando la individualidad cesa, cesan los seis sentidos; cuando los seis sentidos cesan, cesa el contacto; cuando el contacto cesa, cesa la sensación; cuando la sensación cesa, cesa el deseo; cuando el deseo cesa, cesa el apego; cuando el apego cesa, cesa la existencia; cuando la existencia cesa, cesa el nacimiento; cuando el nacimiento cesa, cesan la vejez y la muerte, la pena y el llanto, el sufrimiento, el desagrade y la inquietud.
El que ha alcanzado el nirvana, está "más allá del bien y del mal"; o sea, del bien a que uno se apega y del mal del que uno huye.
No hay predestinación ni fatalismo; cada cual llega hasta donde realmente quiere.
Buda prescribía cinco mandamientos: no violencia deliberada, no apropiación indebida, continencia respecto a la mujer del prójimo, no engaño, no ingestión de alcohol. Es evidente que los tóxicos inhiben la concentración; por otro lado, la afición a los bienes, y a los seres queridos resta lucidez a la meditación y distraen del ejercicio de tener presente y aplicar constantemente lo aprendido.
Al contrario que el indio, el chino no es ni místico ni amigo de la religión, ni menos del misterio. Escéptico, aunque tolerante, desea en primer término regularse a sí mismo e incorporarse armoniosamente en la estructura de la Creación. Para él, los dioses son lejanos y abstractos. En cambio, las experiencias de sus antepasados, depósito de un pasado venerable, constituyen el modelo por excelencia y ello explica su afán por los anales y las biografías memorables. Nada de violencias, sin embargo, pues toda rigidez está proscrita como limitación del juego espontáneo de la vida. Este es un juego universal, y por ello se llamó también a esta doctrina universismo, y afecta a la vez al cosmos y al hombre que es su copia.
Dice Confucio: «Mientras tenga arroz para comer, agua para beber y apoye la cabeza en mi brazo a guisa de almohada, seré capaz de enfrentarme alegremente con todo cuanto me suceda. Las riquezas y los honores adquiridos injustamente son para mí como nubes que pasan en el cielo...»
“El hombre se perfecciona regulando los movimientos de su corazón” ya que éste se agita y se turba cuando está influenciado por la ira o el resentimiento, el temor o el terror, o encadenado por un afecto o un violento apego, la inquietud o la aflicción…”
De los Griegos, la mitología dionisíaca fuese más tarde incorporada al Cristianismo, pues hay mucho paralelismo entre la leyenda de Dionisio y Jesús: se decía de ambos que nacieron de una mujer mortal engendrado por un dios, que volvieron de entre los muertos, y que transformaron el agua en vino.
Los griegos de la comunidad eleusina iniciaban a sus elegidos, tras tres investigaciones al candidato, y luego lo presentaban en reunión de iniciados para ser interrogado sobre su opinión e intención. ¿Qué se exigía del candidato? Primero una conducta moral irreprochable. El iniciado juraba no revelar nada de lo que se le enseñe y finalmente le pedían que abandone su fortuna y bienes materiales. Estas tres condiciones subsisten en la actual masonería.
Los Pitagóricos consideran que los hermanos son “otro uno mismo” y lo practicaban especialmente en los combates, cuando pitagóricos pertenecientes a ejércitos enemigos deponían las armas luego de haber hecho el signo ritual que les permitía identificarse. Para su iniciación el postulante iba desnudo, al finalizar el ritual le entregaban una toga blanca, signo de la rectitud y de la irradiación del bien que penetraba en su alma, hoy los masones en forma similar al iniciado ofrecen un delantal blanco.
En las escuelas establecida por Pitágoras, a los discípulos se les sometía primeramente a un largo período de noviciado que puede parangonarse con el grado de Aprendiz Masón, se les admitía como oyentes, observando un silencio absoluto, y otras prácticas de purificación que los preparaban para el estado sucesivo de iluminación, en el cual se les permitía hablar, que tiene analogía con el grado de Compañero Masón, mientras el estado de perfección se relaciona evidentemente con el grado de Maestro Masón.
Pitágoras, no dejó nada como obra suya directa, en cuanto consideraba sus enseñanzas como vida y prefería, como él mismo decía, grabarlas (otro término característicamente masónico) en la mente y en la vida de sus discípulos, más que confiarlas como letra muerta al papel. Los discípulos de Pitágoras cantaban himnos sagrados cubiertos de ropajes blancos.
Hay que hacer un lugar aparte a la religión de Mitra, de origen iranio, llevado al Imperio Romano por los legionarios. Esta religión del dios solar fue la mayor rival del cristianismo antes del triunfo definitivo de éste. El culto se celebraba en santuarios subterráneos, la mayoría de las veces grutas. Los iniciados, disponían de signos secretos de reconocimiento, formaban una jerarquía de siete grados: Buitre (corax); Oculto (cryptius); Soldado (miles); León (leo); Persa (perses); Correo del Sol (heliodromus); Padre (pater). Las pruebas a que se sometía al postulante eran conocidas por su severidad. Las mujeres no podían ser iniciadas.
Parece ser que el rito principal de la religión mitraica era un banquete ritual, que pudo tener cierta similitud con la eucaristía del cristianismo. Los alimentos ofrecidos en el banquete eran pan y agua, pero los hallazgos arqueológicos apuntan a que se trataba de pan y vino, como en el rito cristiano. Esta ceremonia se celebraba en la parte central del mitreo, en la que dos banquetas paralelas ofrecían espacio suficiente para que los fieles pudieran tenderse, según la costumbre romana, para participar del banquete. Los Cuervos (Corax) desempeñaban la función de servidores en las comidas sagradas en similitud a los aprendices masones.
En los misterios persas de Mitra se investía el candidato con un cíngulo, una corona o mitra, una túnica de púrpura y, por último, un mandil blanco, en cuanto había recibido la luz.
La secta judía de los esenios, que por su organización es la institución secreta de la antigüedad más inmediata a la Francmasonería, investía siempre a sus candidatos con un ropaje blanco.
En las ceremonias iniciáticas practicadas en la India, se investía a los candidatos con el sash o zennaar sagrado, compuesto de nueve hilos que terminaban en un nudo, que pendía desde el hombro izquierdo a la cadera derecha. Este es quizás el tipo o modelo de la banda masónica que se lleva o debe llevarse en la misma forma.
La herencia irlandesa celta está presente en el ánimo de los albañiles druidas, que recuerdan el hábito blanco de sus maestros espirituales, los ritos iniciáticos donde el profano entra en una piel de animal muriendo para el «hombre viejo» y renaciendo para el «hombre nuevo». En las asambleas de constructores, se lleva un delantal. Si alguien interrumpe con la voz o el gesto al que tiene la palabra, un dignatario que se encarga de este oficio avanza hacia el mal albañil y le presenta su espada. Si se niega a callar, el dignatario le dirige dos nuevas advertencias. Finalmente, corta en dos su delantal. El miembro indigno es entonces expulsado de la comunidad y tendrá que rehacer con sus propias manos otro delantal antes de poder asistir de nuevo a las reuniones.
El Dios celta Lug, es el dios de la Luz señor de todas las artes. Se manifiesta en la persona del jefe del clan, poseedor del mazo (Similar aspecto sucede con el Venerable Maestro masón). La iniciación se traduce, primero, en la práctica de un oficio y nadie es admitido en Tara, la Ciudad Santa de Irlanda, si no conoce un arte. En Tara, la sala de los banquetes rituales se denomina «morada de la cámara del medio»; recordemos que el consejo de maestros francmasones se denomina «cámara del medio».
Los druidas daban vestiduras blancas a los iniciados que habían alcanzado el último grado, o sea el de perfección, para enseñar al aspirante que únicamente se concedía semejante honor a quienes se habían limpiado de todas las impurezas del cuerpo y del alma.
Por último, en los ritos escandinavos, en que el genio militar de este pueblo creó la iniciación guerrera, se entregaba al candidato un escudo blanco en vez de mandil, cuya ceremonia iba acompañada de ciertas enseñanzas, no muy diferentes de las que se dan al entregar el mandil masónico.
En el sacerdocio pagano, consideraban deshonroso que sirvieran a los dioses los lisiados, cojos e imperfectos. Así mismo no se permitían que se aproximasen a las cosas sagradas los impuros y pervertidos. Esta práctica se realiza en la masonería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario